-“¡AHH, MALDICIÓN!”- Arrojé con fuerza la botella de agua vacía contra el otro extremo de la acera… Este maldito trasto se volvió a trabar ¿cómo se supone que supere mis “ataques de ira” si el universo se empeña en provocarlos?
-“Maldito Celular”- Me dije entre dientes.
La gente cruzaba la calle al ver mi rostro de mirada iracunda, pero ¿Qué otra expresión podía tener? ¡Esta ha sido una semana de mierda! Se suponía que debía descansar, se suponía que estar aquí despejaría mi mente ¡Solo Dios sabe cuánto luche por tener una semana de libertad!... Y LO ODIO. He odiado cada mísero día desde que estoy aquí, porque sin importar lo que haga, TODO, absolutamente todo me recuerda a él… cada tienda a la que voy, las cosas que como, las sonrisas de la gente, es como si viese su rostro relajado e inocente en cada ente que aparece a mí alrededor. Normalmente pensar en él me haría feliz, en realidad, solo imaginar su dulce sonrisa es suficiente para mantenerme tontamente ilusionado y distraído durante todo un día. Pero no es así, ya que por lo general, pensar en él resulta en una suerte de hechizo que lo invoca a mi lado.
¿Parece estúpido, cierto? Hasta yo lo creo así. Pero ya sea por casualidad o no, este chico tiene el don de aparecer justo cuando mi mente comienza a extrañarlo.
No sé porque se me ocurrió que estar a 8.170.05 Km lejos de él podría calmarme.
Estoy desesperado.
Miré de nuevo el celular. Nada. Suspiré pesadamente mientras me abría paso en aquel estúpido parque, caminé hasta una banca y me senté aburridamente sobre ella, al tiempo que veía a una niña arrastrar a su padre hasta un vendedor de globos.
-“Quiero ese, quiero ese”- le escuche decir.
Volví de nuevo mi mirada hasta la pequeña escandalosa.
-“¡OH! ¿ES EN SERIO?”- Grité sin darme cuenta provocando que cientos de miradas se posaran sobre mí.
-“Genial”- susurre en voz baja, para luego dar media vuelta.
De todos los globos posibles, la mocosa tenía que antojarse de ese… “Un Panda”.
-“Maldita sea”- exclamé por lo bajo. Esto en definitiva es un castigo. Alguna fuerza superior debe estar actuando en mi contra en este preciso momento.
Esto es un asco, un rotundo y total asco.
Mientras caminaba, no pude evitar preguntarme si él estaría bien. Pensé que apenas llegara a Canadá mi celular reventaría con mensajes cursis y afeminados de Zi Tao, pero no, no había recibido un solo mensaje para mi persona de su parte, y justo cuando la estúpida pantalla me muestra una llamada con su nombre. Muere. Se supone que es un teléfono inteligente, por el amor de Dios ¿en qué universo se considera inteligente a un teléfono que se daña antes de cumplir la que debería ser su única función? Si Yi Fan, en este.
Un celular puede recibir 10 emails al mismo tiempo, pero no tiene la capacidad para soportar una llamada. Lo habría arrojado a él en lugar de a la botella si no conservara la idea de que, quizás, si lo dejo por un rato funcionara nuevamente.
Caminé un par de minutos hasta llegar a una fuente de sodas. Entré y al hacerlo, algunas chicas me miraron… Am, ¿Cómo decirlo? Parecían animales en celo… El hecho es que me observaron de forma indecorosa mientras pasaba. Las ignoré olímpicamente y al trote llegue hasta la barra y miré la lista de precios.
Aquello era una fuente de sodas, y solo tenían café. Miré a ambos lados solo para darme cuenta de que efectivamente todos los clientes sostenían tazas con aquel líquido caliente entre sus manos.
Inhalé profundamente y rodé los ojos.
Si vas a vender café, deberías, al menos, invertir en un letrero que diga “CAFETERIA”.
Pedí un expresso, y conduje mi cansado cuerpo hasta una mesa al fondo del lugar.
Busque en mi bolsillo aquel trasto inservible, y para mi sorpresa logré encenderlo.
Sin pensarlo dos veces comencé a teclear como loco en aquella estúpida pantalla.
KRIS:
“Zi tao ¿estás bien? Lo siento, el teléfono dejó de funcionar”.
Enviar.
No había pasado un minuto cuando ya había recibido una respuesta.
TAO:
“Kris gege, estoy bien, solo tenía curiosidad”.
KRIS:
“¿Curiosidad?”
TAO:
“Si”
Pero qué rayos…
KRIS:
“¿Curiosidad sobre qué?”
TAO:
“Por saber cómo estabas”
Una sonrisa de idiota se estampo en mi rostro al leer ese insulso mensaje que era, por donde se viese, mucho más insípido que un trozo de tofú a medio cocer.
KRIS:
“Niño bobo… estoy bien”
TAO:
“Eso es bueno”
KRIS:
“Si”
TAO:
“Si”
Oh God… ¿Ahora que se supone que haga? ¿Debería responderle? Es decir, sé que estoy desesperado por hablarle, pero tampoco quiero que lo sepa. Además ¿qué se supone que voy a escribir? “sabes Zi tao, te he extrañado mucho”.
TAO:
“Te he extrañado estos días, gege”
¡Mierda!
De pronto mi cerebro comenzó a cavilar como loco una respuesta sensata que pudiera hacerlo feliz y a la vez, dejara intacta mi imagen de chico frío. No es como si de buenas a primeras pudiera lanzar por la borda dos años de aparente indiferencia, para presentarme como un idiota enamorado que no ha hecho más que extrañarlo con locura (cosa que es verdad) pero de nuevo: el no debe saberlo.
Sin muchas ideas a las cuales recurrir, decidí que lo mejor sería enviar una respuesta honesta y concisa al mismo tiempo.
KRIS:
“También yo”
TAO:
“¿En serio? O//O”
¡Fuck!
¿Y ahora?, grandioso ¿qué se supone que le diga? “como loco Zi Tao, no he hecho más que pensar en ti”… Ni de coña escribo eso.
KRIS:
“Si”
TAO:
“¿De Verdad?”
KRIS:
“Si”
TAO:
“¿Lo dices por cortesía o de verdad me has extrañado?”
¿Qué?
KRIS:
“¿Qué se supone que significa eso? Idiota cara de panda”
TAO:
“Bueno...”
KRIS:
“¿Bueno qué?”
En menos de lo que esperaba, un largo y estrepitoso mensaje se extendía a lo largo de aquella pantalla chata y luminosa.
TAO:
“Es que, veras, antes de irte me estuviste ignorando, y ni siquiera me diste la oportunidad de despedirme de ti, realmente me dolió saber que te habías ido y que ni siquiera te tomaste la molestia de avisarme. Sé que soy más joven que tú, pero ¿no se supones que somos amigos? Le dije a los miembros cuan triste me sentía por ello, y ellos me dijeron que quizás necesitabas un respiro de mi empalagosa presencia. Reconozco que soy bastante pegajoso a veces, pero no pensé que realmente te molestara el hecho de que quisiera pasar tiempo contigo. Realmente creí que si llegaba a molestarte alguna vez me lo dirías de frente y sin rodeos, pero en su lugar decidiste apartarme y marcharte como si nada. No es que este molesto ni mucho menos, entiendo que necesitas tu espacio y todo eso, es solo que no estoy muy seguro de si en verdad me has extrañado, porque no pareció importarte si yo lo hacía cuando te fuiste. Quiero decir ¿en verdad me has extrañado? Porque lo último que quiero es estarte fastidiando ahora que por fin puedes descansar un poco”
Decir que ese mensaje me lastimo sería poco. Cada palabra atravesó mi corazón como una daga afilada y mortífera. Que mi pequeño Zi Tao creyera que su presencia era una molestia para mí, dolía, dolía a montones. Sabía que evitarlo no era la mejor idea del mundo ¿pero cómo me acostumbraría a estar lejos de él si me seguía a todas partes? Había conseguido esta estúpida semana libre y ya le había dicho a mi madre que vendría ¿cómo iba a saber que estaría tan mortificado? Lo único que tenía en mente en ese momento era lo malo que soy para las despedidas, y aunque solo sería una semana, sabía que si le decía que vendría se pondría a llorar y ya no tendría el coraje para viajar.
KRIS:
“Lo lamento, no fue mi intención hacerte sentir así. Lo cierto es que de verdad los extraño. Te extraño, y no creo que seas pegajoso”
TAO:
“¿A no?”
KRIS:
“No”
¿Qué tengo que hacer para que entienda que adoro el hecho de que este siempre conmigo?
KRIS:
“Me gusta estar contigo”
TAO:
“¿Te gusta?"
KRIS:
“Si”
TAO:
“¿Deberás te gusta?”
KRIS:
“Si”
TAO:
“¿Deberás, Deberás?”
KRIS:
“Si”
TAO:
“¿De verdad de la buena?”
KRIS:
“Con un demonio Zi Tao, si, ¿en qué idioma te digo que me gustas?”
. . .
¡¿Qué Mierda acabo de hacer?!
¡¿Por qué?! ¡¿Por qué?! ¡¿Por qué?!
Felicidades Yi Fan ¡Metiste la pata! ¿Y ahora?
Quería hacerlo sentir mejor ¡NO DECLARARME, CARAJO!
TAO:
“¿Te gusto? ¿Qué quieres decir?”
Genial. Estoy atrapado como un ratón acorralado en una esquina por un gato hambriento. Si quisiera podría decirle que me gusta como amigo, como compañero de grupo, incluso podría decirle que lo quiero como a un hermano menor…
Si quisiera…
KRIS:
“Me gustas, simplemente me gustas”
Después de un buen rato recibí su respuesta.
TAO:
“También me gustas, gege”
Lo sé
KRIS:
“Lo sé”
***