PARA USAGI-SAN
Querido Usagi-san, cada día y cada segundo que pasa te pienso más y más... Saber que nunca volverás a estar junto a mí me hace vivir en una constante agonía. Me gustaría tanto que estos sentimientos cesaran y que estuviéramos cerca de nuevo, volviendo a estar juntos como antes... Necesito tus labios, tus besos y tus cálidas caricias. A veces siento que nuestra distancia no es solamente física, la distancia de nuestros corazones es cada vez más grande con el paso del tiempo. Quiero volver a vivir junto a ti de nuevo; quiero que vengas a recogerme cada día a la escuela y que me envuelvas fuertemente con tus brazos cuando alguien se acerque para que todos sepan que soy solo tuyo, y de nadie más.
A veces me pregunto cuán distinto habría sido todo en estos momentos si yo no hubiera tenido que marcharme aquél día, si hubiera permanecido a tu lado. A veces quisiera volver el tiempo atrás y enmendar mis errores y las malas decisiones que tomé cuando todavía estabas aquí.
Cada día desde mi pupitre miro por la ventana y mi mirada se pierde en el firmamento, preguntándome una y otra vez si el día que llegue mi partida estarás esperándome con los brazos abiertos donde sea que estés ahora. Siempre espero que seas tú quien doble la esquina de la gran puerta de la escuela para recogerme y llevarme a casa. No pierdo esa pequeña esperanza, aún sabiendo que ese deseo no se cumplirá.
Hoy al volver a casa empezó a llover. No traje paraguas así que terminé empapado... y me acordé de ti. Siempre que olvidaba mi paraguas me hacías un sitio en el tuyo. Nunca habrías dejado que me mojara, y me habrías rodeado con tus cálidos brazos para que el frío no se calara en mis huesos. Echo de menos tus sonrisas cada tarde, cuando venías a recogerme con tu gran coche lujoso. Quisiera poder seguir cocinando tus platos favoritos cada día. De hecho todavía lo hago… pero quisiera poder hacerlo para dos de nuevo.
Quiero esperar cada tarde tu regreso del trabajo, y desordenar las sábanas de la cama junto a ti mientras se unen nuestros cuerpos. La soledad en mi cama no me deja dormir por las noches, quisiera tenerte cerca de mí y poder ver y tocar tu hermosa piel desnuda otra vez.
Echo de menos cada segundo contigo; echo de menos cada palabra de tus labios, cada sonido de tu voz, cada luz de esperanza que brillaba en tus liliáceos ojos.
Ya ha pasado un año desde aquél accidente, desde que te arrebataron de mis manos y me desgarraron el corazón. En todo este tiempo he aprendido a levantarme cada mañana con una pequeña sonrisa, porque aunque no pueda verte puedo sentirte. Sé que aunque no estés aquí, desde el lugar al que tu alma haya partido me estarás protegiendo y amando en silencio. Viviré por ti hasta que llegue la hora de regresar a tu lado.
Te amo Usagi-san, y siempre te amaré.
Tu eterno amante, Misaki.