Sin titubear Yamura levantó el revólver apuntando a Takeshi quien temblaba tendido en el suelo imposibilitado.
-quietos, no querrán que este conejito muera ¿cierto?- preguntó con descaro mirando con una sonrisa perversa reflejante de la locura y maldad que lo dominaban mientras que Fujisaki apuntó a Mitsuo mientras que Kuruda tomaba a Yuuki del cuello y lo traía hacia sí.
-mmmh-dijo Yamura aspirando el aroma que desprendía - delicioso.
Dijo mientras acercaba su rostro a las mejillas del rubio y le daba un lametón degustando la piel de este. Takeshi con una mueca de asco cerró los ojos dejando rodar sus lágrimas. Al ver esto Yuuki trato de librarse de la cadena que lo sujetaba desesperadamente, solo consiguiendo que su piel se rasgara y sangrara, dejándose caer de nuevo rendido, dejando de resistirse.
Kuruda solo sonrió perversamente y camino hacia el encadenado. Ya frente a el poso el cañón de la Magnum en la sien de este lanzando una potente carcajada al ver miedo en los ojos de su ex camarada.
Pero su sonrisa se desvaneció al instante, reflejando en sus ojos grises una profunda tristeza sin fin, apoyó sus rodillas en el suelo de grava y extendió una mano hacia el rostro de Yuuki, acariciando suavemente el pómulo izquierdo de este.
-si tan solo te hubieses enamorado de mi esto no sucedería… perdóname-le susurró antes de posar sus labios en él y rozarlos con los de su amado Yuuki, mordiéndolos haciendo que el guardián abriera levemente la boca introduciéndose entonces, saboreando cada rincón de esa boca que tanto había deseado besar, chupando la lengua del moreno quien se dejaba hacer temeroso por primera vez en su vida. El apasionado beso duró unos largos minutos más hasta que sin aliento Kuruda abandonó la boca de su amor imposible sin antes depositar un piquito sobre esos carnosos labios.
-Perdóname Yuuki -le susurró al oído- lo que menos quiero en esta vida es verte sufrir… por favor no me odies… pero todo eso fue necesario…-finalizó para guiar la llave a las palmas abiertas del moreno depositándola en ellas mientras con la otra mano lo empujaba hacia atrás haciendo que el guardián se estrellara con la viga de hierro.
Yamura no se percató de la acción de sus mano derecha, estaba muy entretenido manoseando a Takeshi. Y lo había despojado de hasta la última prenda que lo cubría arrancándolas violentamente del pálido y apetitoso cuerpo de Takeshi, cuando se encontró con la piel del menor avanzó hacia su cuello comenzando a morderlo dejando pequeños chupetones a lo largo de este y fue entonces que Mitsuo quien observaba la cruel y desagradable escena, entendió iba a violarlo ahí mismo. Apartó la vista, no quería ver sabiendo de antemano que era imposible interceder y salvar a Take-chan.
La situación no era la mejor para el menor, ya que el mafioso no iba a conformare solo con eso. Bruscamente tomó de sus rubios cabellos al Nekozawa y de un golpe lo hizo caer contra la grava grasienta quedado el menor de espaldas sosteniendo su peso con sus manos y rodillas en cuatro patas, rápidamente se colocó tras él deslizando sus asquerosas manos por las hermosas piernas del rubio hasta llegar a sus nalgas rosaditas a las que agarró y pellizcó sin piedad. Comenzando a separarlas dejando a la vista la virgen entrada que tanto ansiaba profanar. De momento que el menor se preparaba para lo peor mientras grandes y cristalinas lágrimas rodaban por las maltratadas mejillas del menor en su creciente deseo de que todo terminara, deseando morir.
Yamura sacó su erección tomándola con su mano derecha frotando su pene erecto contra las nalgas, dándole golpecitos con esta. Cuando se cansó de jugar ubicó la punta en la entrada del pequeño y haciendo presión trató de introducirse pero no lo logro y desistió de ello lanzando quejidos de molestia.
-¡Carajo que estas muy estrecho angelito!- finalizo inclinándose para ver a los ojos a su víctima - voy a tener que prepararte- le susurro viendo la expresión del menor. Introdujo con dificultad tres dedos en el contraído ano de su víctima moviéndolos en forma de tijeras y círculos haciendo que este se dilatara lo suficiente para poder así introducirse. Nuevamente colocó su pene erguido contra la entrada del menor pero antes de que pudiera penetrarlo un fuerte estruendo se oyó resonar en toda la bodega el muelle abandonado. Takeshi con temor y totalmente resignado seguía esperando esa estocada que jamás llegó, de pronto sintió un liquido viscoso deslizarse por su espalda, bajar por las rodillas y caer en el suelo.
Al voltearse la escena ante sus ojos lo dejo totalmente estupefacto y afásico.
Tras él Yamura estaba inclinado sobre su cuerpo con un balazo en la sien por el que emanaban grandes cantidades de sangre formando un gran charco bajo el. Estaba muerto. Más atrás Yuuki empuñaba un revolver calibre 42 el cual humeaba en claros signos de haber disparado recientemente además del olor a pólvora en el ambiente. Yuuki había acabado con el maldito de Yamura.
-lamento la tardanza tesoro del cielo…- pronuncio Yuuki ya frente a el rubio extendiéndole una mano, a la que el menor tomo sin dudar pero al levantarse el dolor en sus caderas fue demasiado haciendo que cayese al suelo. Pero su cuerpo no golpeó la grava pues su guardián lo sostuvo firme y a de igual modo delicadamente lo levanto cargándolo estilo princesa.-no volverá a pasar.
Takeshi observo esos ojos cafés viendo la tristeza que ocultaba su guardián le sonrió y ambos caminaron junto a Mitsuo quien estaba con la cabeza gacha, a su lado estaba Kuruda sonriendo.
-larguémonos de aquí- sugirió enfundando su Magnum. Takeshi y Mitsuo se miraron confundidos haciéndose la misma pregunta ¿Qué hacia la mano derecha de Yamura con ellos?, pero sus pensamientos fueron interrumpidos por la voz de Yuuki.
-es una larga historia, pero confío en él, para ustedes debería ser lo mismo- dijo al ver las expresiones de su amigo y su protegido. Pero antes de alcanzar la puerta notaron que los refuerzos de Yamura estaban esperándolos, habían presenciado la escena y visto a su bossu morir. Los sujetos de traje negro y rayas doradas se inclinaron ante Kuruda.
-Bossu, estos dos trataron de impedirlo al parecer son fieles al Sujeto que deshonró a los E.R.A.M ¿Qué hacemos con estos, los ejecutamos?
-aquí no. Me encargaré de ellos personalmente en nuestros dominios-dijo el ahora capo de los E.R.A.M con voz de mando sin mirar a sus subordinados teniendo su vista fija en su amado Yuuki
En un movimiento rápido le de la derecha logró soltarse y asestarle a quien lo sostenía una patada en el mentón derribándolo con ese golpe y sosteniéndolo del cuello torciéndolo hasta oír un crack así arrebatándole la vida y aprovechando la distracción de los demás para quitarle la Uzi que el sujeto cargaba en su espalda y cargándola fijo su mira en su objetivo quien había asesinado a su jefe, el maldito rubio por el cual su Yamura-sama había muerto. Una ráfaga de balas pasó a toda velocidad entre una multitud provocando el silbido que hace una bala al cortar el viento, pero cuando los demás lo notaron ya era tarde.
Todo sucedía en cámara lenta el guardián de Takeshi lo apartaba de si dejándolo en el suelo para e inmediato recibir la ráfaga de balas impactando en su pecho, piernas y cuello cayendo en el suelo formando un gran charco color escarlata pero mostrando una sonrisa de satisfacción y alegría jamás vistas antes en el moreno.
Yamura solo atinó a casquear sus dedos en una clara orden de ejecutar ahí mismo al maldito que se atrevía a oponerse y más aun atentar contra la vida de su ex camarada. Los hombres de Kuruda rodearon a ambos inmovilizándolos por completo. El pelirrojo avanzó hacia ellos buscó algo tras su espalda hasta encontrar el mango de su katana, la alzó haciendo brillar su filo por la luz de la luna creciente la sujeto con las dos manos y de una sablazo hizo rodar las cabezas de ambos traidores.
-retírense y desháganse de estos, por cierto Fujisaki, quedas como segundo al mando.- ultimó para darse vuelta y dirigirse al agonizante Yuuki, darle un vistazo y desaparecer entre la niebla nocturna que rodeaba el muelle.