Perspectiva de Cuddles
Giré mi cabeza y miré por la ventana del salón de clases, el día era aburrido, los minutos parecían horas, las horas años, el caso era que el reloj de mi teléfono no avanzaba, habría sido muy cruel que hubiera uno colgado en la pared, el incesante sonido del segundero me habría vuelto loco desde el comienzo de ese día, 'sólo unos pocos días más, ya estamos a punto de graduarnos' me dije a mí mismo, no podía esperar para ese momento, aunque al mismo tiempo era triste, quizás no vería más a mis compañeros.
Tenía la cabeza apoyada sobre mi mano, ignorando por completo la explicación del profesor, tomé aire y di un suspiro profundo, si callera un meteorito a mí me hubiera seguido dando igual, todo era tan aburrido, me cansé de mirar hacia el exterior y giré para ver al resto de la clase.
Algunos estaban recostados sobre sus pupitres dormidos o a medio dormir, otros garabateando sobre las hojas de sus cuadernos, no faltaba el que conversara con la persona que tenía al lado, haciendo murmullos que probablemente el profesor sí podía escuchar y otra vez pillé a uno de mis amigos mirándome discretamente (bueno no tanto), no había nada de malo con eso, sólo que en ocasiones me producía cierta incomodidad, pero lo pasaba por alto, debía estar igual de aburrido que yo y no encontraba nada que hacer.
Dejó de mirarme en cuanto se dio cuenta de que yo lo estaba viendo y lo descubrí, lucía tenso, debió avergonzarse de que lo descubriera, me pareció divertido, pero oculté la sonrisa, ya le preguntaría por qué me miraba tanto.
Bostecé como oso, quizás debería descansar un poco los ojos, sólo un poco, anoche no dormí muy bien, necesitaba hacer algo con el gato de los vecinos. Cruzando los brazos y usándolos como almohada improvisada me recosté sobre ellos, los pupitres de la escuela no eran las mejores camas, ni sillas, ¿cómo se le podía decir silla a esos asientos incomodos que te dejaban el trasero plano y la espalda echa un desastre?, daba igual, eso debía servir para mantenerte despierto, pero conmigo no lo lograba, lo último que escuché fue al profesor dejando tarea.
...
Una ligera sacudía me regresó a la realidad, una mano en mi espalda me mecía para que despertara, era vagamente consciente de eso, todavía seguía dentro de mis sueños, ¡aah!, mis sueños, podía suspirar corazoncitos, dentro de estos todo se podía y la chica más guapa de la escuela...
"¿Cuddles?" Escuché mi nombre.
Me dolía la espalda, el cuello, la cara, todo en general, era más feliz estando dormido, sentí algo húmedo en mi cara, debía ser mi mejilla que estaba embarrada de baba junto con el pupitre, algo nada encantador.
Perezosamente me limpié y también limpié la propiedad de la escuela con la manga de mi suéter amarillo.
"¿Ya todos se fueron?" Pregunté tontamente al ver el salón vacío.
"Y nosotros también debemos irnos" Me dijo la persona a mi lado.
"¿Cuánto tiempo me dormí?" Estiré mi cuerpo adolorido.
"Durante toda la clase"
Bien, no importaba mucho, pediría los apuntes prestados. Empujé la silla hacia atrás, haciendo el ruido de rechinido, usualmente no se notaba por el escándalo que producían todos los demás, poniéndome de pie estiré mis extremidades un poco más y por fin pude ver al rostro a mi mejor amigo. El chico que atrapaba viéndome en ocasiones durante las clases, con la persona que pasaba la mayoría de mi tiempo, con quien caminaba de regreso a casa y casi era mi vecino, alguien que realmente apreciaba y estimaba.
"Vámonos Toothy" Le dije al peli-morado.
Él me sonrió y asintió, yo le devolví la sonrisa y le indiqué que me acompañara a la salida.
Siempre pensé que su sonrisa era linda y más con los dientes que lo caracterizaban.
Podían burlarse de él por eso, pero yo no lo hacía, pensándolo, debió ser por eso que nos hicimos mejores amigos, desde niños yo lo defendía.
Ya camino a nuestras casas aún tenía algo de sueño, debí seguir durmiendo despierto y recordando mi sueño como para preguntarle a mi amigo algo tan tonto.
"Toothy, ¿Quién te gusta?"
Nunca lo había oído mencionar algo al respecto o sabido que haya tenido novia alguna vez, yo tenía en la mira a cierta peli-rosa de nuestro salón.
El caminar de mi compañero se hizo irregular y su espalda se puso rígida, le di una mirada y el me regresaba una con una expresión nerviosa de incomodidad.
"Nadie, ¿Por qué?" Sabía que mentía.
"Mientes" Se lo restregué directamente.
"No..." Su protesta casi se ahogó, al notar su propio nerviosismo, aclaró su garganta para sonar más creíble "No miento"
Bueno si no me quería decir... Me encogí de hombros, tenía curiosidad ¿de quién se trataría como para avergonzarse y no decirme?
Se me ocurrió algo, algo que lo convencería de decírmelo, era una mentira y no creo que me llegara a creer, ya había tenido novias así que eso lo hacía menos creíble.
"¿Si te dijera un secreto me lo dirías?" Negó
Demonios, que no aceptara me hizo querer saberlo aún más, empezaba a tener más curiosidad.
"Bueno entonces no te lo diré" Hice un puchero, quizás la psicología inversa funcionaria.
Mi mal humor fingido pareció llamar su atención por la forma en que me miraba, ¡sí!, pescó el anzuelo, lo miré y el me miró interesado antes de desviar la mirada apenado.
Él no suele ser así, hoy estaba demasiado tímido, lo pensó un momento mientras caminábamos, había duda en sus ojos, ¿qué lo estaría inquietando tanto?
"Tú primero" Aceptó, pero aún no me miraba.
¿Qué debía decir?, no se me ocurría una mentira tan buena.
"Eres mi mejor amigo" Puse una sonrisa tonta.
Él me miró con enojo y rodó los ojos, molesto por no haberlo tomado en serio, metió sus manos en los bolsillos de su chaqueta morada y apresuró el paso, también me di prisa y lo alcancé sujetándolo del brazo.
"Perdón" Mis risas no lo hacían muy creíble, respiré y me calmé "Yo..." Y si usaba lo que pensé desde un principio, ya le diría yo que era un mentira, pero antes... "Toothy ¿será que a ti te gusta Giggles?" Fui serio con mi pregunta.
Él no se inmuto, me miró en silencio, analizando mis expresiones, para mí agrado, se notó que respondía con la verdad.
El negó y agachó la mirada al suelo, se veía angustiado, me comenzaba a preocupar.
"No me gusta Giggles" Su voz fue un susurro.
Era una de mis preocupaciones, suspiré de alivio internamente.
"Entonces ¿quién?"
"No te puedo decir"
"No importa" Espeté.
¡Me rindo!, no vale la pena, también debía respetar su privacidad, pero eso no me quitaba el disgusto de saber que no confiaba en mí.
"Y yo que me atrevía a decirte que era gay" Mascullé entre dientes conteniendo el enfado cruzándome de brazos.
Esa iba a ser mi mentira, me disponía a decir semejante cosa, algo tan íntimo y que pareciera muy privado, dar algo de un buen valor.
No quise verlo, era decepcionante, sentí que el aire se hacía más pesado.
"¿Es cierto?" Me preguntó con incredulidad.
Pero más que no creerme noté el tono de ilusión en su voz, la esperanza, emoción, que se escondía detrás, fue extraño.
"¿Qué?"
"Lo que dijiste"
"Sí, no importa" No pasaba nada si no me decía.
"No me importa" No le entendí.
(*Aclaración, Toothy piensa que le preguntó Cuddles ¿no importa?, en otras palabras que ¿si no le importa que sea gay?, se malinterpreta todo)
Me mostró una sonrisa, que me sorprendió, era la mejor y más bonita sonrisa que le había visto, cálida y muy alegre, peor para mí, un rubor se extendió por sus mejillas, repentinamente estaba tan feliz, me sentí incomodo en su presencia, lo miré de esa forma, no podía ser, yo también estaba algo rojo.
Sentí nerviosismo, me había sonrojado, las cosas estaban muy extrañas, era culpa de Toothy, desde un principio por actuar tan raro.
Seguimos caminando, Toothy, casi saltando alegremente y yo siguiéndolo tomaba mi distancia, algo estaba fuera de lo normal, después de verlo sonreír me sentía apenado, no quería verlo a la cara.
"Te estas quedando atrás" Se detuvo para esperarme, demonios esa sonrisa de la felicidad pura aún no se desvanecía.
Tomó mi brazo, jalándome para que me diera prisa, normalmente era distante, siempre ponía una distancia entre los dos, ¿debería alegrarme de que él también esté tan feliz?, suavicé mi humor, no debía estar enojado, verlo era contagioso.
"Espera ¿a dónde vamos?" Pregunté cuando noté que me llevaba por un camino que no era el habitual.
"Aún no quiero regresar, vayamos a comprar un helado"
"Está bien" Estuve de acuerdo.
Ese día hacía calor, un helado no sería malo, los dos fuimos al parque, cerca había una heladería.
"¿Por qué estás tan feliz?" Mi curiosidad ya no pudo cuando empezó a reír sin razón.
"Por nada" Rió de nuevo.
"En serio dime"
"Ya lo sabrás"
"Toothy" Me quejé en tono exigente, ¿a qué tanto misterio?
"Te lo diré, ahorita" Quiso contener la risa.
Toothy pidió un helado de nuevo sabor, pastel de zanahoria.
"¡Oh!, yo también quiero lo mismo" Le pedí a la señorita que nos atendía.
"Lo siento ya no hay" Dijo esta.
Mi compañero apenas iba a probarla con la lengua fuera de la boca y a pocos centímetros de su cono cuando lo miré, lo notó y me ignoró, se dio media vuelta y empezó a comerlo sin estar bajo mi mirada.
Si sería un..., fruncí los labios, ya se me ocurriría algo.
Me conformé pidiendo uno de vainilla, salimos a ese mismo parque, por suerte estaba algo vacío, debía ser porque la mayoría estaban en sus casas comiendo, no como yo pasando el tiempo con mi mejor amigo, más tarde tendría oportunidad mi madre de decirme algo, mientras…
"¿A qué sabe el de pastel de zanahoria?"
"Pues a zanahoria" Me contestó sin dejar de mirar el cono.
"Eso ya lo sé" Rodé los ojos "Pero..."
"¿Quieres probarlo?" Me miró de una forma que no entendí, algo se agitaba en sus ojos.
Asentí, sólo por hacerlo, concentrándome más en otra cosa.
"Toothy..." Quería aclarar más de mis inquietudes.
"Cuddles, hace rato me preguntaste quien me gustaba" Me interrumpió, asentí otra vez, primero lo que tenía que decirme, parecía importante "La persona que me gusta... Pues ha sido desde hace mucho tiempo" Se puso muy nervioso más de lo que podía manejar, sus manos temblaron y agachó la mirada al suelo, tenía un rubor avergonzado, sus piernas también temblaban.
"Sí..." Le pedí que continuara.
"No quise decir nada, porque... porque creí que yo jamás le podría gustar de la misma forma y tenía miedo, porque después de eso podría ya no verme de la misma forma y yo estoy bien con la relación que tenemos".
¡Oh!, ¿quién era?, ¿Petunia?, ¿Lamy?, Flaky?, o ¿quién más?, me había dicho que no era Giggles, sonaba a que sí quería a esa persona.
"Entonces ¿quién te gusta?"
Toothy miró su helado, ya se estaba derritiendo.
"Deja te muestro" Tomó su mochila del suelo y comenzó a abrirla "Pero no debes mirar, cierra los ojos" Si eso quería, los cerré.
Seguí escuchando el sonido del zíper de la mochila, ¿me mostraría una foto?...
Pero ¿qué?...
¡Dios!, abrí mis ojos de golpe, me estaba besando Tooty, ¡me estaba besando!
Sentí sus labios, que eran suaves, presionar contra los míos, no era mi primer beso, pero... pero... era ¡Toothy!, mi mejor amigo, ¿por qué?
Esos labios se atrevieron más, ¡no!, su lengua lamió contra mi boca y cuando iba a gritar, la empujó adentro de mi boca, ¿sabía a zanahoria?, ¡sabía a zanahoria!
No lo dejé ir más allá y me aparté de inmediato empujándolo.
"T-Toothy?" Tartamudeé, jadeaba por culpa de la sorpresa, debía tener una expresión de susto en todo el rostro.
"Tú querías saber quién me gustaba" Me dijo lleno de timidez, no me miró, tomó su mochila y se marchó corriendo.
Yo me quedé ahí sentado en una banca del parque, tapándome la boca, mi corazón quería salirse del pecho, lentamente quité la mano y toqué mis labios que aun sabían a zanahoria y recordaban la sensación de tener los de mi mejor amigo junto a ellos.
"Toothy" Susurré.
Me besó...
CONTINUA...