Lo despojó poco a poco del estorboso uniforme que traía puesto, repartiendo besos y mordidas por su cuello, su pecho, recorría de arriba a abajo ese torso, delineando y memorizando cada centímetro de piel, de esa suave piel.
-¡Maldición! ¡Suéltame, mocoso!- se revolvió, intentó levantarse y quitárselo de encima, pero las esposas se lo impedían
-Tranquilo, Levi- se acercó a su oído, y delineó su oreja con la lengua, mordió su lóbulo-. Te va a gustar, amor- susurró en su oído, causándole un leve escalofrío
-¡Y una mierda! ¡Suélt~!- soltó un gemido al sentir lo de apretado del pantalón de Eren rozar contra su propia erección
¡Maldición! Se había puesto duro, y ese mocoso también. Seguía revolviéndose, intentando zafarse, pero aquellas esposas se lo impedían. Lentamente fue cediendo, no es que quisiese, pero las caricias de ese mocoso lo estaban sacando de combate. En poco tiempo, ambos terminaron completamente desnudos. El castaño besó su cuerpo una vez más, y esta vez se entretuvo con aquellos botones de piel. Los masajeó, sacando leves gemidos del azabache.
-N-Ngh... ¡quí-quítame... las manos de encima!
-No, esta noche... serás mío, Levi- se alejó un poco de él y tomó un pequeño frasco que estaba en la mesa, untó 3 de sus dedos con lubricante y lo dejó de nuevo donde estaba
Introdujo un dedo por la estrecha cavidad del más bajo, y pudo sentir a este revolverse, inquieto, gruñendo y bufando. Hizo movimientos circulares. Metió el segundo dedo, y comenzó a moverlos dentro, haciendo movimientos de tijeras, y de mete-saca. Al poco tiempo, a estos 2 se les unió un tercero. Los movió, buscando ensanchar la entrada del azabache, que lo seguía mirando amenazadoramente, hasta que llegó a ese punto. Hizo una mueca de placer. El más bajo hacía un esfuerzo por silenciar esos sonidos que intentaban salir de sus labios, de ninguna manera lo dejaría.
El castaño sacó sus dedos, observó su rostro, estaba excitado, aunque intentase ocultarlo, estaba bastante excitado. Se posicionó entre sus piernas, y colocó su miembro a la entrada caliente del azabache, este se tensó ligeramente. Tan grande...
-Maldito...
-Sabes que lo quieres tanto como yo- habló el castaño mientras lo miraba a los ojos
El azabache sólo se calló. Joder. Dolía, demasiado. Ese animal... lo estaba partiendo a la mitad, ni siquiera había entrado por completo. Le clavó las uñas en la espalda, arrancándole un quejido al castaño.
Por fin dentro. Era tan estrecho. El interior de Levi era estrecho, y su calor lo envolvía formidablemente. Se relamió los labios, ansioso por comenzar a moverse
-Vamos... déjame escuchar esa voz que nadie más ha oído- lo besó, fue una pelea por ver quien tenía más espacio. Quedó en empate
Eren comenzó a moverse, embistiéndolo con fuerza desde la primera. Abrió los ojos un poco, y lo vio... su rostro lleno de lujuria. Ese bastardo... no iba a contenerse, lo veía en sus ojos. El castaño se acercó para besarlo, mientras seguía con sus embestidas.
Buscaba ese punto dentro de él, ase punto sensible que lo haría enceguecer de placer...
-¡Ah! E-Eren...
Y lo encontró. Siguió embistiendo, dándole a aquel punto. El azabache ya ni podía mitigar sus gemidos, se sentía tan bien. Gemía, con voz ronca y ahogada, ¿Cómo era posible qué ese mocoso lo hiciera sentir tal placer? Pronto se vendría, podía sentirlo. El castaño acercó una mano al miembro del azabache, y comenzó a masturbarlo al ritmo de las embestidas. Ambos acabarían pronto, estaban llegando a su clímax. Levi enredó sus piernas y se abrazó a él, clavando nuevamente sus uñas en la espalda del menor. Este besó su cuello, haciéndolo echar la cabeza hacia atrás. Una corriente eléctrica les llegó, y en señal de ello arquearon la espalda.
El azabache sintió su interior lleno, lleno con la esencia del castaño.
Cayeron agotados en la cama, uno al lado del otro. Sus respiraciones estaban agitadas, buscaba de normalizarlas.
-Levi...
-Nada mal, mocoso- esbozó una media sonrisa
Aquello le había gustado.
-Te amo- el castaño lo abrazó, y el azabache lanzó las sábanas sobre é