Cap. 15
Sus ojos recorrieron la carta una y otra vez, no creyéndose lo que leía.
¡Quién se creía Fudge!
Respiro hondo y se consoló en saber que Harry podía manejar a la loca de Umbridge. Sonrió ligeramente, orgulloso del moreno.
Pero su sonrisa se borro al recordar la carta de Snape.
Suspiró pesadamente, los asuntos que lo ataban a Alemania no eran solamente los de solucionar problemas con el Ministro Kertish.
Tomó un pedazo de pergamino y garabateo con rapidez una respuesta para Harry.
Sonrió ligeramente y miró distraídamente su muñeca, donde colgaba un ligero brazalete de plata. Parecía estar hecho de serpientes, que se enredaban sobre sí mismas, y con un rubí por ojos.
Simplemente hermoso. Tom admiraba el buen gusto del moreno, que sobrepasaba el de los Malfoy.
Una vez terminada la carta, tomó otro pergamino y le escribió a Severus.
-¿crees que el joven Malfoy hable nuestra lengua?-preguntó una sibilante voz
El Ministro dejó lo que hacía y bajo la vista al suelo, donde una enorme serpiente se deslizaba, hasta llegar donde él.
-no lo creo, lo sé-dijo-si tu pregunta es que si es capaz de abrir la Cámara, la respuesta es no estoy seguro
-bueno, el no lo hará, ¿verdad?
Tom dudo.
Como estaban las cosas con Umbridge, si esta lo presionaba mucho Harry perdería el control. No quería ni imaginarse que podría suceder.
Suspiro, tomo otro pergamino y le escribió con rapidez a Flamel.
Mejor prevenir que lamentar.
Debían moverse, YA.
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Esa mañana los Slytherins suspiraron casi aliviados al ver que los puntos perdidos la noche anterior estaban casi todos restaurados (al menos no estaban por debajo de Gryffindor).
Pero ni rastros de Malfoy.
Todos murmuraban sobre que había tenido que hacer el chico, cuando las puertas del Gran Comedor se abrieron.
Por ellas entraron un sonrojado Neville Longbottom, junto a un más que encantado Theodore Nott, y tras ellos un divertido Harry Malfoy, cuyos ojos brillaban por demás divertidos.
Zabinni, desde su mesa, observo que Theo le decía algo al castaño y este asentía, sonrojándose aun más, y Harry ampliaba su sonrisa.
Suspiro y pensó que tal vez, y solo tal vez, el moreno pudiera ayudarle.
Theo se sentó frente a él y Harry se dejo caer a su lado, sonriendo gatunamente.
Ambas serpientes pensaron en que si Harry tuviera cola, la estuviera moviendo de un lado a otro con satisfacción.
En ese instante se parecía sospechosamente al gran Gato Chesire.
-entonces, Zabinni-su nombre sonó como un suave ronroneo y los pelos del italiano se erizaron-¿aceptas mi ayuda?
-¿qué quieres a cambio?-preguntó, achinando los ojos
-¿qué te hace pensar que quiero algo a cambio?
-últimamente te comportas como un verdadero Slytherin-expreso Theo, mirando con cierta sospecha al moreno-y nosotros nunca hacemos favores sin nada a cambio
Harry rió y se inclino un poco, para que solo ellos pudieran escucharle.
-de ti, Nott, quiero que cuides bien de mi Neville, o quién sabe, tal vez un molesto Shittara te visite-el castaño se estremeció-Zabinni, necesito que averigües quien le dijo a Umbridge que había una Criatura Mágica en el colegio
-¿eso es todo?-preguntaron, a la vez
Harry pensó en preguntarles con quien se había estado revolcando su Draco, pero desistió.
No estaba seguro de lo que sería capaz de hacer si se enteraba.
-esto es por ayudarlos, si lo consiguen, les pediré otro favor
-eres un aprovechado-refunfuño Blaise, pero acepto hacerle ese favor
Harry sonrió y se enderezo, alzando la vista cuando escucho el aleteo de las lechuzas.
Estaba tan concentrado, que no se fijo en como su queridísimo hermano fulminaba a sus amigos con la mirada.
Si hubiera estado atento, hubiera visto la magia plateada rodearlo de forma posesiva, y como la propia, de un hermoso dorado, verde y rojo, parecía danzar a su alrededor, satisfecha.
Pero esto, no paso desapercibido a dos pares de ojos, unos negros y otros marrones.
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-quiero ser un animago-anuncio Harry esa noche, nada más entrar a la Sala de los Menesteres
Severus, Sirius y Regulus lo miraron como si le hubiera salido otra cabeza, Remus en cambio, sonrió de medio lado.
-¿y eso por qué?-pregunto Sirius, entrecerrando los ojos
Harry se encogió de hombros.
-Lily era una animaga, James también, tu, Regulus y Peter también-mueca general ante la mención del último nombre-incluso Severus es un animago
El aludido gruño, preguntándose como lo supo.
-y se que Draco está trabajando con su parte animaga-comento como si tal cosa, mirando sus uñas desinteresado
-aun así, no puedes ser un animago-refuto Sirius-como auror...
-fuiste un animago ilegal hasta que entraste al departamento de aurores-Harry achino los ojos-además, tengo permiso de Tom
Les mostró un pergamino, sonriendo con suficiencia.
Sirius y Severus boquearon.
-ya perdimos a Prongsy-sollozo dramáticamente el moreno mayor, mirando acusadoramente a su marido-es tu culpa
Severus se mordió el labio inferior para no decir alguna tontería.
Remus rió divertido, se acerco a Harry y lo abrazo.
-¿te sabes la teoría?
-si, Hermione me ayudo, aunque no está muy feliz
-bien, practiquemos entonces
-¡Remus!-Regulus observo incrédulo a su esposo
¿Dónde estaba el dulce y siempre recto Remus John Lupin del que se enamoro?
Es decir, no es que no le gustara esa voz de mando en su lobo.
El castaño lo miro y gruño, como diciendo “ni se te ocurra contradecirme”
Y el menor de los Blacks se quedo callado. Con el embarazo y la Luna Llena cerca su esposo estaba... Susceptible.
Harry sonrió y sus ojos brillaron con un tono dorado.
Por lo que había leído en los textos de Flamel, con una forma animaga era más sencillo sobre llevar su transformación.
Lily en los diarios lo reafirmaba.
Además, seria muy interesante.
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Draco observo incrédulo a sus amigos, que desde hacía dos semanas actuaban... Extraño.
Por un lado Theo, que no se despegaba para nada de Neville, y por el otro Blaise, que parecía haberse convertido en una mala imitación de un detective muggle.
Por el rabillo del ojo observo a Harry, que discutía en voz baja con Hermione, sobre un ingrediente de pociones, según entendió cuando paso a su lado.
-¿qué demonios os pasa?-le pregunto a Blaise, que alzo la vista de una lista de nombres que había realizado
-nada-frunció el ceño-Theo está enamorado del torpe león y yo le hago un favor a tu hermano
-¿un favor?
-le prometí no decirle a nadie-se encogió de hombros
Draco gruño suavemente. ¿Qué diablos pasaba?
¿Desde cuándo Blaise le hacía favores a Harry?
Blaise lo miro, e iba a decir algo cuando otra cosa llamo su atención.
Alzo una ceja y golpeo suavemente las costillas de Draco.
-no mires, pero creo que el tonto de Diggory y Chang tienen una discusión muy fuerte
Draco alzo la vista y, efectivamente, Cedric y Cho parecían discutir airadamente en las puertas del Gran Comedor.
El barullo que siempre había a esas horas se detuvo momentáneamente y todos los ojos se posaron en ellos.
-no puedo creer que pretendas dejarme por él-escupió Chang, cruzándose de brazos
-te dije que esto no iba a funcionar-refuto Diggory, suspirando exasperado
-¡yo valgo más que Malfoy!-chillo y la sala enmudeció por completo
Todos, sin excepción, miraron a Harry, que alzo una ceja, inmutable.
-en lo absoluto-siseo Diggory, no muy consciente de lo que sucedía a su alrededor
Sorpresivamente, Chang dio media vuelta y se acerco a paso pesado a la mesa de Gryffindor, fulminando con la mirada a Harry, que había vuelto su vista al libro de pociones que había estado leyendo durante su discusión con Hermione.
-tú, maldita serpiente asquerosa, todo esto es tu culpa
Si el silencio hasta ese momento era pesado, ahora el Gran Comedor parecía un cementerio.
Varias quijadas se desencajaron y a muchos les recorrió un escalofrió, temiéndose lo peor.
No era un secreto para nadie que ese Malfoy hasta la fecha era de cuidado. Solo había que tomar en cuenta el supuesto rumor de que había Imperiado a un miembro de su propia casa.
Era tranquilo, sí. Era amable, sí. Pero eran contadas las veces en la que alguien lo había humillado, o había desatado su ira. Incluso habían escuchado a algunos Slytherins de que él era de cuidado. Especialmente en las últimas fechas.
Se temían el Pandemónium.
-perdón, Chang, pero ¿me estás hablando a mi?-pregunto, con fingida inocencia
La morena enrojeció, aun más furiosa si cabe.
-si serás...
-te recuerdo, Chang-Harry se puso en pie, cerrando el libro con suma calma-que yoestaba con Cedric antes de que tu salieras con él
La suavidad de sus palabras emulaba con facilidad al siseo de una serpiente sumamente peligrosa. Una advertencia.
No es como si realmente le importase. No es tampoco como si su relación con Cedric hubiera sido gran cosa, o pasado a mayores. Su propia magia se lo había impedido. Le había preguntado a Flamel en una carta que le envió hace tiempo por esto. El hombre le explico detalladamente por Flú, en la oficina de Severus, que esto se debía a que ya sabia quien era su pareja, y aunque Draco había dado señales de rechazo, no lo había expresado verbalmente.
Por supuesto, la situación le era muy familiar a cierto pelirrojo, que aun recordaba el pavor que lo inundo cierto 1ero de Septiembre, en una de las cabinas del Expreso de Hogwarts.
Tragó saliva, la Ravenclaw estaba perdida.
A Hermione y a Draco no les paso desapercibido el peligroso halo dorado y rojizo que se perfilaba en los profundos ojos verdes, ni la forma en que los rayos del sol parecían arrancar destellos rojos, verdes y plateados de la piel del moreno.
Se preguntaron donde estarían los profesores.
-eso no es cierto, Malfoy-respondió indignada, ignorando la implícita amenaza.
Harry sonrió y otro escalofrió recorrió al Gran Comedor. La temperatura parecía bajar de a poco, como si los dementores estuviesen cerca.
-Chang, no puedo creer que seas tan estúpida-lo ultimo lo escupió en parsél, desconcertando a la chica-pero, ¿sabes?, te lo puedes quedar
Un jadeo general se extendió por el lugar, y Cedric palideció considerablemente.
Harry se inclino sobre Cho, disfrutando gratamente del sonido del acelerado corazón y el fascinante olor a miedo.
-pero la próxima vez que se te ocurra intentar humillarme frente a todo el Gran Comedor-susurro, tan bajo que solo ella pudo escucharle-lamentaras haberte metido con un Malfoy, y en especial con este Malfoy
Harry se enderezo y todo el aura opresiva que pareció envolverlo desapareció, y con ella el brillo de sus ojos y la mueca despectiva de sus labios.
El moreno sonrió de forma encantadora y todos parecieron recuperar la habilidad para respirar.
Malfoy se sentó nuevamente en su sitio y abrió nuevamente el libro.
Si a alguien hasta ese entonces le quedaba dudas de que Harry fuese un verdadero Slytherin, se vieron disipadas.
Y si alguien había pensado que el moreno no podía ser peligroso y atemorizantehabía caído en un error.
Todos tomaron nota de no meterse con el chico.
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Siete personas se encontraban reunidas alrededor de una formación rocosa y circular que emulaba una mesa.
Todas sumidas en un profundo silencio, observando al único que permanecía en pie.
Un hombre alto y cubierto por una túnica color malva, una capucha echada sobre su cabeza, ocultando su rostro.
-entonces...-comenzó una de las personas alrededor de la mesa
-aun existe un descendiente de los Miracle-Elfen-asintió el hombre
El silencio se hizo más pesado.
Todos se giraron al Trono.
El hombre allí sentado examino con sus profundos ojos azul-dorados al viajero.
Esa información era valiosa, pero aun no olvidaba como uno de los suyos hozo desafiarlo y fue tras aquella joven Mestiza.
En aquel entonces él era el que cumpliría con el trato.
Ahora era su hijo...
-iremos a Londres a encontrarnos con este joven-sentencio-el debe de responder por el Trato
-¿y si ya tiene a su pareja destinada?-pregunto un joven a su lado, indignado
El mayor frunció los labios.
-de ser así, y al menos que tú no encuentres la tuya, su hijo o hija quedaría atado al contrato
El joven bajo la vista, rogando porque su prometido tuviese ya una pareja. Rogando encontrar la suya.
-Viajero-el hombre le miro-estaremos allí para antes de la Luna de otoño
El encapuchado asintió y medio sonrió.
El chico no estaría tan solo ahora.
Frunció el ceño.
Solo esperaba no haberse equivocado.
Continuara...