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Harry James Potter... ¿Malfoy? por LovelyDarkness

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Notas del capitulo:

Por cierto, subi la imagen de un nuevo Tomarry a Devianart. se llama La Caida

http://janearkensawthekille.deviantart.com/art/La-Caida-450730675?q=gallery%3AJaneArkensawTheKille&qo=0

Cap. 16




Enero finalizo sin más sobresaltos y Febrero entro igual de frió que su antecesor.

Luego del incidente en el Gran Comedor con la Ravenclaw, nadie parecía estar a gusto con Harry, salvo sus amigos.

Incluso los de su misma casa le temían, aunque esto no le importaba mucho.

Solo tenía en mente que San Valentín estaba cerca y Blaise aun no había tenido un acercamiento con Ron.

Y el pelirrojo parecía más decidido en acercarse a su hermano que antes. Harry solía observarlo, con los ojos entrecerrados y un gruñido atascado en la garganta.

Aunque esto último era más por ver a Hermione sufriendo en silencio que por las acciones de Ron. Le dolía, si, pero no quería ver la tristeza velando los ojos achocolatados de su amiga.

Por otro lado, Neville estaba encantado con Theo, pero su timidez e inseguridad le impedía dar el paso.

Y Theo tampoco se animaba, lo que lo divertía y fastidiaba a la vez.

Harry miro a un punto inexistente en el techo del Gran Comedor. Acción que lo hacía parecerse a Luna de cierta forma. Siempre en las nubes, siempre pensando, o tal vez no lo hacía.

Luego de su tercera transformación había tenido pesadillas, cada una más intensa que la otra.

Al despertar no recordaba mucho, pero sabia que algo tenían que ver con su primer año de vida.

Era tan confuso...

Y Umbridge lo había atacado de una y mil formas.

Había encontrado mil y una excusas para castigarlos, y los castigos no eran muyagradables.

Era arcaico...

Froto su mano izquierda distraídamente, sintiendo las escamas (ocultas y prácticamente invisibles) algo rugosas bajo su tacto, debido a las cicatrices que le quedarían de no ser por ellas.

Una ventaja de tener semejanzas con dragones: su piel era mucho más resistentes a varias cosas.

Y eso incluía viejas locas del Ministerio.

Un suspiro apagado a su lado lo devolvió a su realidad y él giro el rostro para encontrarse con un desanimado Blaise Zabinni.

Alzo una ceja y bufó.

-es tu culpa-dijo, volviendo la vista a su plato-si me hicieras caso...

-él no me hace caso a mí, Potter-Blaise achino los ojos, molesto por la actitud del moreno

Harry no respondió, sus ojos miraban perdidos a ningún punto en específico.

Se sentía extraño, diferente. Un cosquilleo por todo el cuerpo, como algo tratase de penetrar sus músculos.

Un jadeo escapo de sus labios, a la vez que algo punzaba en sus músculos, puntas inexistentes tratando de lastimarlo.

No tenía que ser un genio para reconocer un Crucio. En una de sus primeras prácticas con Tom a este se le había escapado la maldición. Nada grave ni a propósito.

Ambos se sorprendieron de que a Harry prácticamente no fuese afectado por la maldición.

Lo que si sorprendió ahora al moreno, no fue solo el que lo habían atacado, sino lo diferente que se había sentido.

Aquella vez había sentido el hechizo hormiguear en su piel. Nada más.

Esta vez había tardado más en darse cuenta pues, a medida que el hechizo iba en aumento, más sentía sus efectos adversos.

Eso, definitivamente, no era un Crucio convencional.

Tal vez ni siquiera fuera un Crucio.

Una nueva punzada, mucho más intensa y ardiente, lo atravesó.

Miró a su alrededor con algo de desespero.

No había ninguna varita apuntando hacia él. Ni siquiera por debajo de las mesas.

Umbridge no estaba, y la sabia que a distancia era imposible enviar la maldición.

Un grito y un “Protego” resonó en su mente y la sensación desapareció.

Miro a su alrededor. Todos comían y nadie parecía haberse alterado o lanzado un hechizo.

Pestañeo, consciente, por primera vez desde que todo eso empezó, de que su magia estaba a punto de salirse de control, y la cicatriz le dolía horrores.

Por primera vez.

-¿Potter?

Harry ignoro a Blaise, que parecía tener rato llamándolo, y se levantó despacio.

El dolor en su cicatriz empezó a nublarle los sentidos. Veía borroso, como cuando aun tenía los lentes, y sus oídos zumbaban, en su cabeza reproduciéndose una y otra vez un millar de hechizos, lanzados por una voz femenina y firme.

Camino con suma lentitud hacia la salida del Gran Comedor, tambaleándose un poco, ajeno a lo que sucedía a su alrededor.

Ignorante a los intensos y grises ojos que lo seguían con preocupación, o a los bellos y enigmáticos ojos rojos violáceos que lo miraban con cierta mofa, desde la distancia.

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Harry ignoro la severa mirada de su Jefe de Casa. No diría nada de lo sucedido en el Gran Comedor.

Respiro hondo y se concentro. Podía sentir su magia ondular, cambiando su propio cuerpo.

Ya sabía su forma animaga, el problema radicaba en que, al parecer tenia más de una.

El jadeo que escucho le hizo abrir los ojos y posarlos en Sirius.

Se sintió extraño, escamoso y algo... Pequeño. Sentía su cuerpo mucho más ligero y flexible que hacía unos días, cuando se transformo por primera vez.

-bueno-dijo Sirius, frunciendo el ceño-es bueno saber que tienes el poder suficiente para recurrir a dos formas animagas

Harry ladeo la cabeza y un siseo llego a sus oídos.


Abrió los ojos sorprendido y lo entendió: era una serpiente.


Sirius reprimió una mueca cuando vio frente a sí, no al imponente y elegante tigre de bengala, de suave y hermoso pelaje negro y franjas blancas con reflejos verdosos y de profundos ojos verdes, que oscilaban al dorado; sino a una pequeña, pero no menos atemorizante serpiente.

Las escamas eran negras y brillantes, con un ligero tono rojizo en la punta de estas, y sus ojos, extrañamente negros con vetas verdosas, oscilaban de este color al rojo con dorado y volvían al negro.

Remus, a su lado, sonrió ampliamente.

-Harry, te felicito-se acerco a la serpiente y alargo su mano, inmediatamente Harry repto por su brazo hasta colocar su cabeza en el hombro del castaño

-¿qué tipo de serpiente es?-pregunto Regulus, cauteloso y preocupado por su esposo

-una Mamba Negra-respondió Severus, sus afilados ojos negros vigilando los siseos que se escapaban de la boca del animal

Sirius jadeo y, de una forma poco Gryffindoresca se oculto tras su marido.

-primero tu, en forma de una Cobra Real, y ahora Harry, una Mamba-el moreno se aferro a la negra túnica de su esposo

-Harry no nos hará daño, ¿verdad?-Remus miro a su cachorro, quien asintió energéticamente

Harry bajo del brazo de su tío y, al tocar el suelo, volvió a su forma humana.

-nunca me acostumbrare a esto-bufo, limpiando su túnica

-con practica lo harás-dijo Sirius, aliviado, acercándose a su ahijado

Sus intenciones de interrogarlo eran muy obvias.

-iré a dormir-anuncio el de ojos verdes, abrazando a su padrino y luego a Remus

Los cuatro adultos asintieron y observaron al moreno marcharse, en sus cabezas reproduciéndose la misma pregunta.... “¿Qué le pasa?”

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Draco y Blaise bajaron temprano esa mañana. Draco porque debía devolver un libro a la biblioteca, y Blaise porque Draco no lo dejo descansar mucho mas.

Se sorprendieron al encontrarse con Theo en la Sala Común.

La sorpresa no fue el encontrarlo allí, a veces esperaba allí, leyendo, a sus amigos. La sorpresa fue encontrarle nervioso, con un puñado de Polvos Flú (ilegales, claro) en la mano, acercándose y alejándose de la chimenea. En pijama.

-¿Theo?-pregunto Draco, frunciendo el ceño

El castaño se sobresalto y miro a su rubio amigo, sorprendido.

-¿qué haces?

-es Harry-dijo, mordiendo su labio sorprendiendo aun más a los otros dos-ha tenido pesadillas últimamente, pero no han sido nada como ahora...

Detuvo sus palabras y miro la chimenea.

-pensaba en llamar a Severus, su magia se está descontrolando y la habitación parece un campo de batalla...

Draco no espero a escuchar más y corrió escaleras arriba.

Theo y Blaise tan solo se miraron.


Draco entro precipitadamente en la habitación de Harry y cerró la puerta con un hechizo.

Se agacho en el instante justo en que una lámpara golpeo contra la puerta, directo a su cabeza.

Harry estaba en su cama, gimoteando débilmente. Se acerco a él, ignorando como la magia se apartaba a cada uno de sus pasos.

Jadeo al ver mejor a su hermano. Estaba rojo, sus escamas parecían arder, el rojo fuego de estas desplazando el plata y el verde esmeralda.

Se sentó a su lado y acaricio la ardiente mejilla.

-Harry, despierta-susurro, inclinándose sobre él, acariciando los húmedos cabellos.

Harry jadeo, apretó los ojos y se alejo del suave toque, lloriqueando.

-no, no, no-susurro, encogiéndose sobre si mismo

Draco apretó los labios y se puso en pie. Respiro hondo varias veces, para volver sentarse junto a Harry, coloco una mano en su hombro y lo agito con algo de fuerza. La magia lo estaba asfixiando y le era muy difícil no sucumbir al deseo de salir corriendo de allí.

-despierta-dijo nuevamente, bufando levemente

Le dolía. Dolía ver a Harry así, asustado y sufriendo con obviedad.

El moreno pareció escucharlo, pues abrió sus preciosos ojos cual esmeraldas, ahora brillando en dorado y los poso en el.

Draco ahogo un grito al ver la mirada vacía, el moreno lo veía sin ver.

Harry pestañeo, enfocándolo.

Aun estaba algo confuso, una bruma cubriendo su mente.

Cuando sus ojos miraron los grises, no pudo evitar sentirse acongojado. Sin pensarlo se lanzo a los brazos de Draco y lloro toda su frustración.

Buscando consuelo en su pareja.

El rubio pestañeo confuso, pero abrazo a Harry por instinto y lo pego a su pecho, importándole poco que estuviese pegajoso, o que lo estaba mojando con sus lágrimas.

Harry balbuceo cosas inentendibles, siseando, hablando parsél sin darse cuenta de ello.

O al menos Draco pensó era parsél.

Draco se limito a acariciar su espalda, consolándolo, besando su cabeza y llenando sus pulmones del dulce aroma que expedía Harry.

Poco a poco el moreno se fue calmando, hipando con suavidad, su respiración volviendo a su cauce y haciéndose más suave.

Cuando ya no lo sintió agitarse, y la magia dejo de vibrar a su alrededor, Draco bajo la vista y se encontró con que Harry se había quedado dormido.

Se vio tentado a acomodarlo y dejarlo, pero el tranquilo rostro de Harry, surcado de lágrimas y sus sonrojadas e irritadas mejillas lo desarmaron.

Se acomodo con el moreno en la cama, abrazándolo posesivamente.

Harry en cambio, dentro de su inconsciencia, enredo sus brazos en su pecho, y sus piernas en la de Draco, pegándose a él y acomodando su cabeza en el hombro del rubio.

Draco suspiro y cerró los ojos, dejándose llevar por la tranquilidad que le provocaba su hermano.


Abrazados, el uno al lado del otro, los encontró Severus, que había sido alertado por Theo.

El jefe de la Casa de Slytherin suspiro y sonrió levemente.

Bueno, tal vez Draco dejaría de tontear y se declararía a Harry.

O al menos, eso esperaba.

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Si nadie antes había echado en falta al director Dumbledore, ahora todos deseaban fervientemente que regresara.

Especialmente cierto profesor de Pociones.


Severus miro de reojo a Sirius, que devoraba con demasiado gusto un plato de donas muggles... Glaseadas con Salsa Tártara y mermelada de piña.

No le había dicho nada de lo sucedido con Harry el día anterior. De hacerlo, su esposo se hubiera alterado y delatado su presencia en el castillo.

Gruño con suavidad, revolviendo una vez más la poción que hacía, para proceder a apagar el fuego y taparla.

-¿por qué la vieja esa quiere Veritaserum?-cuestiono Sirius, acariciando su vientre y suspirando satisfecho

-planea interrogar a todos los estudiantes con respecto a la Criatura Mágica que aquí se encuentra-respondió con simpleza, sentándose a su lado, suspirando

Sirius había invadido su laboratorio con su tonto antojo de donas, y ahora no quería salir.

Por su parte Sirius lo miro intensamente, preocupado.

Los únicos estudiantes enterados de la situación de su ahijado eran Hermione, Neville, Draco y sus amigos.

Draco era fuerte, un gran Oclumante a pesar de su edad y resistiría los efectos.

Los otros dos Slytherins también, no por nada eran serpientes.

Pero Neville y Hermione...

Un gruñido en su estomago desvió sus pensamientos y en su cabeza se formo una idea que le hizo sonrojar.

-Sevy-llamo melosamente, poniéndose en pie y sentándose en el regazo de su esposo

“¿Ahora qué?” Pensó, exasperado

-¿si, Sirius?-pregunto, armándose de paciencia

-queremos rollos de canela-respondió, sonriendo de forma encantadora, con cierto brillo infantil brillando en sus ojos

Severus casi sonrió ante el “queremos”. ¿Por qué simplemente no decía que se le antojaba y ya?

-¿rollos de canela?-pregunto, incrédulo de que quisiera algo tan simple...

-con salsa picante-agrego

Severus rodó los ojos, había estimado demasiado pronto el que fuera algo... Comestible.

-ya voy a buscarlo-coloco sus manos en las caderas del animago, dispuesto a bajarlo de su regazo

Sirius hizo un puchero y envolvió sus brazos alrededor del cuello del otro moreno.

Se inclino sobre él y rozo sus labios con los propios.

-no tiene que ser ahora-susurro, meloso

-Sirius...-Severus suspiro, sintiendo escalofríos en la espina dorsal-espera, voy por tus rollos de canela...

-cambie de parecer-informo, acariciando los suaves y largos cabellos negros de forma juguetona

Severus se estremeció, anticipando lo siguiente que diría su esposo, no era la primera vez que hacia algo así.

-¿y qué se les antoja ahora?-pregunto, cauteloso

Sirius sonrió, desvió sus labios a la oreja de Severus, enviándole escalofríos a la columna vertebral debido a su calado aliento.

-fresas y chocolate-susurro en su oído, lamiendo el lóbulo y mordisqueándolo-en la cama

Severus sonrio con lascivia, alejo a Sirius y tomo posesión de la dulce boca de su marido.

Bueno.

Los antojos de Sirius tenían un lado bueno.

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Harry gruño, mirando a todas partes, molesto.

A su nariz llegaba un olor picante y molesto, bloqueando todos los otros aromas y eso no le daba buena espina.

Por desgracia, eso parecía afectar sus otros sentidos, pues se vio sorprendido por una pálida mano que salió de la nada y lo jalo hacia un aula en desuso.

Se sintió acorralado contra una pared y unos labios sobre los suyos.

Intento alejarse de su atacante, su nariz picando aun más, cuando sus ojos chocaron con otros.

De un gris tormenta que le miraban ansiosos.

-¿Draco?-pregunto, cuando se vio liberado

El rubio sonrió y volvió a asaltar sus labios.

Harry intento alejarlo nuevamente, no quería hacerse más ilusiones. Pero su parte Shittara estaba rebosante de alegría y lo llevo a corresponder el beso.

Se derritió bajo los suaves labios, sintiéndolos levemente familiares, como si Draco lo hubiera besado antes.

Algo imposible... ¿O no?

Enredo sus brazos alrededor del cuello del rubio y lo pego a su cuerpo.

Se sintió vivir de nuevo, todos sus sentidos puestos en Draco, su magia luchando por danzar con la del rubio. Su Shittara se revolcaba feliz, ansioso por consumar la unión, reconocerlo como pareja...

El oxigeno se hizo indispensable y ambos se separaron. Harry se sonrojo y miro a su hermano, apenado.

-Draco, ¿qué...?

El rubio cortó sus palabras con otro suave beso.

-me gustas Harry y yo...

Un pequeño estruendo los distrajo.

Los magos se miraron unos segundos y salieron. Grande fue su sorpresa al encontrarse con Luna Lovegood, llena de polvo y varios pedazos del muro a su alrededor.

-¿Luna?-Harry se acerco a ella, preocupado

La rubia temblaba de pies a cabeza y miro a Harry de forma desorbitada.

-un... Un...-tartamudea

Harry frunció el ceño ante el olor a sangre que emanaba la rubia. Se acerco más a ella y la olfateo.

Dirigió sus manos hasta los brazos de la rubia y descubrió unas heridas en estos, parecidas a garras.

-debemos llevarla a la enfermería-dijo, preocupado, mirando a Draco

El rubio bufó y asintió, aceptando acompañarlo.

Ninguno es consciente de los ojos rojizos que los ve. Harry tampoco se da cuenta que el olor picante que asediaba su nariz ha desaparecido.

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San Valentín llega mas rápido de lo que les gustaría.

Harry mira fastidiado los corazoncillos que cuelgan del Gran Comedor.

A pesar de las Proclamas de Umbridge, la directora permitió el baile anual de San Valentín, incluyendo los regalos y cartas.

Pero nada de besos o manoseos o abrazos.

Rodó los ojos ante el suspiro embobado de algunas chicas al pasar cerca de él.

No tiene nada especial. Es más, ni siquiera se peino adecuadamente y seguía llevando el uniforme.

Estaba aburrido.

En su cabeza le da vueltas a la actitud de Luna. La chica, hacia unos días, que no hablaba y parecía muy nerviosa, mirando sobre su hombro cada tanto.

Las heridas en sus brazos parecían abrasiones, nada grave por cierto, pero no menos inquietante, y se negaba a hablar.

Por la preocupación, Harry casi había olvidado el beso dado por Draco. Casi, pues se reproducía en su mente siempre.

Pero no había tenido tiempo de hablar con él.

Una sonrisa apareció en sus labios al ver a Neville y Theo lo mas juntos que podían (o que se les permitía). Estaba seguro que de ese día no pasaba.

-deberías hablar con Draco-comentó Hermione, sentándose de improviso a su lado

Harry sonrió nervioso y negó.

-¿para qué?

-¿cómo qué para qué?-Hermione lo miro, incrédula.

Harry bufó.

-bien-gruño, molesto

Vio su oportunidad de hablar con su rubio hermano cuando este salió de la estancia, a tomar aire supuso. O un respiro de sus fans.

Se puso en pie. Y lo siguió rápidamente.

Sentía su corazón acelerado y se pregunto si Draco al fin lo aceptaría.

Doblo en una esquina, donde el olor del rubio era más fuerte y se quedo pasmado.

¿Qué diablos...?

Draco estaba arrinconado en una esquina, siendo besado fieramente por cierto pelirrojo que Harry conocía muy bien.

Se sintió traicionado de nuevo, la ira bullendo en su sangre

A grandes zancadas llego hasta la pareja y alejo al pelirrojo con brusquedad. Su magia se salía poco a poco de control.

-¿qué diablos pasa aquí?-pregunto, furioso

Draco, aun en shock, observo como las estatuas se agitaban violentamente

-Harry no...-pero sus palabras se ven interrumpidas por otro beso sorpresivo.

El moreno siente su mundo temblar. Tal vez si lo hacía.

Se alejo unos pasos, los ojos anegados en lágrimas.

Dioses. Draco había estado tan cerca de él hacía cuatro días. Tan cerca y tan lejos.

Aun sentía el contacto de esos suaves labios, un deseo irrefrenable latiendo en sus venas.

No era consciente de su descontrol. Su mente era un barullo.

Sentía sus colmillos, más largos que de costumbre, arder y pulsar, ansiosos por penetrar la pálida piel del cuello de Draco.

O desgarrar la del Ronald.

Nunca le había pasado. Se suponía que cualquier cosa vampírica que tuviese su raza se limitaba a los sentidos desarrollados.

Quería alejar al asqueroso pelirrojo y marcar a Draco como suyo. Oh, sí. Era suyo, su Shittara interior estaba más que de acuerdo con saltar sobre Draco y exigirle terminar con lo que inicio.

Él quería, él debía, él podía marcar lo que era suyo.

“¿Mío?” Pensó con sorna, reviviendo la escena de hace unos momentos en su mente “el nunca ha sido mío”

“Por supuesto que es tuyo” rezongo una voz en su cabeza, molesta, muy parecida a la suya

“No, él es de cualquiera menos mío”

La ira ajena bullo dentro de sí.

“Claro que es tuyo, liebe*, el beso que te dio lo demuestra”

“Jugaba conmigo”

“Sabes que no es cierto” trato de consolar.


Harry no se había dado cuenta de que ya no estaban solos los tres.

Hermione, Neville, Theo y Blaise estaban ya allí. Observaban consternados la escena.

Draco discutiendo a voz de cuello con Ron, que no se quedaba atrás y gritaba también.

Harry sostenía su cabeza y movía sus labios de forma nerviosa, las lágrimas surcando su rostro.

Su magia vibraba en el aire, sus ojos fuertemente cerrados, su piel brillando en plata, esmeralda y rubí bajo la luz de la luna llena.

“Harry, no dejes que Weasley ni nadie te quite lo tuyo”

“Él no me quiere, déjame en paz” sollozó

Su cabeza daba muchas vueltas y su nariz picaba de nuevo.

¿Qué diablos le pasaba?

“Es tuyo” la voz suena más suave esta vez, casi femenina.

“Deshazte del pelirrojo y reclama lo que es tuyo” apuntilla otra voz, casi de forma salvaje

“Draco no te ama, ¿para qué insistir?” una tercera voz, burlona y ácida, buscando herirlo

“No le hagas caso, liebe, Draco te pertenece, siempre lo hizo, ¿dejaras que te lo quiten?”la voz femenina, arrullándolo con ternura

“¿Caerás de nuevo ante sus encantos?”

“CALLENSE” piensa, desesperado.

Las voces se silencian.

De un momento a otro todo pareció calmarse.

Harry abrió los ojos y miro a Draco. El dolor reflejado en ellos.

-Harry...

Intento acercarse pero el moreno gruño.

Ante sus incrédulos ojos el cuerpo de Harry cambio con rapidez, dejando en su lugar un imponente tigre negro, con rayas blancas y tonos verdosos en su bello pelaje.

El tigre rugió de forma lastimera y fiera.

Se lanzo sobre Ron, pero no le hizo nada. Simplemente cruzo limpiamente por encima de su cabeza y salió por la ventana.

Emprendió su acelerada carrera a ningún lado en especifico.

Los presentes no supieron cómo reaccionar.

Y un trueno resonó a la distancia.

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Una risa atronadora inundo el lugar. Unos atemorizantes ojos rojos violáceos brillaban en la oscuridad.

-perfecto, todo está saliendo perfecto-susurra la voz de un hombre, los ojos brillando enloquecidos

-¿de verdad, amo?-pregunta otro, clavando sus ojitos achocolatados en el

Viéndolo sin ver.

-si-la voz sonaba burlona-tendré a ese Miracle en mis manos, pronto

Rió fuertemente, casi enloquecido.

-ningún Miracle volverá a robarme la corona-susurro con desprecio-nunca más

Continuara...

Notas finales:

*Liebe es alemán, significa cariño o querido, no es un ''cariño'' de cariño mío, sino del sentimiento, aunque aquí lo aplico de esa forma

*Tal vez lo sepan, pero la Salsa Tartara es una salsa que contiene mayonesa, mostaza y pepinillos en vinagre muy finamente picados junto con alcaparras, aceitunas, cebollas y rábano; a veces se suele añadir perejil. Se emplea frecuentemente esta salsa como acompañamiento de otros platos, aliño de platos que contienen pescado o alitas de pollo. en conclusión: eso o es amargo, o es picante. Nunca lo he probado, ustedes si?

 

RR: 

Sony:D: bueno XD una idiota es, tenlo por seguro. Muchas gracias hermosa, pero no me considero gran cosa. Escribo por pasión y ya, trato de que a ustedes les guste y que sea perfecto XD pero no soy tan bueno ;) aun asi, gracias XD y creo que amaras aun mas The Royalty

 

slashrome: yo tambien amo el Tomarry *Q* os dejare un pequeño fragmento por aqui ;) de tu historia empece el cap 1 pero me trabe D: se llamara Un Trofeo de Guerra *w* te adelanto que la base en la Mitologia Nordica, Harry es un Vanir y aun no me decido si Tom sera un Aesir o un Jotun de hielo >W< en fins tenme pasciencia hermosa, si yo tambn publico alli *w* y en Fanfiction xD en fins, nos leemos bella!

 

Alicia: xD tranquila ;)

 

Esto es un fragmento de El Precio de la Inocencia

''[...]-pero Tom!-protesto, camino hacia el y envolvio su cintura con sus brazos-¿n... no pue... puedo ir asi?

Tom lo miro.

Su corazon se acelero y la sangre hirvio en sus venas, el deseo corriendo por estas al verle.

Harry aparentaba 8 años (inclusive su cuerpo se habia empequeñecido), y le regalaba un tierno puchero.

Jadeo. Potter seria su perdicion![...]

[...]Se giro y abrazo a Harry posesivamente por la cintura, pegandolo a su cuerpo. Se inclino y tomo sus labios con delicadeza, empujandolo suavemente hasta llegar al borde de la cama.

-no me provoques-gruño, recostando suavemente al moreno y subiendo sobre el

-¿ves... Vestire tunica?-pregunto, sonrojandose adorablemente

Un gemido escapo de sus labios al sentir la ereccion mas que despierta de Tom rozando su muslo

-si-beso su cuello, despacio y con ternura, haciendolo estremecer-estaras entre magos

-no quiero-gimio, echando la cabeza hacia tras, dandole mas espacio-no... solo

-deben saber que estas vivo y bien-mordisqueo su cuello, alternando dientes y lengua, arrancandole gemidos cada vez mas altos y haciendo estremecer al pequeño cuerpo de 8 años-Malfoy estara alli
[...]''

*cofcof* algo intenso, lo se xD

Nos leemos Criautras!!


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