Cap. 17
Frío.
Tenía frío.
Estaba lloviendo. ¿O no?
En realidad estaba confundido. No podía diferenciar realidad de fantasía. Su cuerpo se tambaleaba de un lado al otro mientras la lluvia lo empapaba. ¿Era lluvia?
Pero veía borroso, doble. Por un lado, el largo camino a Hogsmade. Por el otro, veía brillantes colores azul celeste y dorado por todas partes.
-tranquilo cariño, le dije a papá que llame a tío Severus, estarás a salvo
Susurro una voz femenina.
Un gemido lastimero, parecido aun débil ronroneo, escapo de sus labios.
-¡no tocaras a mi hijo!
-¡no puedo permitir que me lo quites!
La otra voz es la de un hombre. Suena extraña, ronca y algo desquiciada.
-ya estoy casada, tengo familia, déjame en paz
-no entiendes-una risa-no acabara. El será comprometido con otro, y otro, y otro, vosotros los Miracle sois unos miserables
Tropezó con algo y su largo cuerpo felino rodo por un camino emperdigado.
Se levanto con dificultad y camino despacio a las afueras del pueblo. Diviso una casa, algo destartalada, vieja y sucia.
“La Casa de los Gritos” ese pensamiento se filtro pesadamente en su subconsciente.
Volvió a su forma humana con dificultad y entro, sosteniendo su costado.
Una piedra especialmente grande le había golpeado.
Camino de forma tambaleante, respirando con fuerza. Dio dos pasos y su cuerpo cayó sobre una mullida alfombra.
Su cabeza seguía dando vueltas y, frente a sus ojos, la pesadilla que desde hace meses lo acedia tomo forma.
Unos ojos rojo violáceos mirándolo con locura. Rayos de múltiples colores pasando frente a sus ojos.
Un dolor lacerante en todo su cuerpo.
Rojo por todas partes. Un rayo verde entre tanto rojo. Gritos y llantos. Unos brazos desesperados llevándolo a quien sabe dónde.
Y negro. Mucho negro cubriéndolo con ternura.
Más gritos confusos y luego nada.
Su respiración se suaviza, mientras se desliza en la inconsciencia.
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“Una explosión resuena en los muros. Un llanto le sigue a esta.
-tranquilo cariño-susurra alguien, deslizando sus pálidos dedos por la enredada melena negro rojizo, demasiado largo para un niño de un año
-Lily, ¿qué pasa?-susurra alguien, acercándose
Otra explosión.
-no se James-el rostro de quien le acaricia se hace más claro
Un abundante cabello rojo y unos preocupados ojos verdes.
Otra explosión.
-¡nos atacan Lilianne!-grita James, moviendo su varita con rapidez
-James, llama a Severus, saca a Harry de aquí-responde, acercándose a una ventana
El hombre duda. Mira al pequeño en la cuna y luego a su mujer.
-Lily...
La mujer le sonríe.
-James, es el último, el heredero, mi hijo y tuyo-dijo con suavidad-será un gran mago, Lucius y Sirius lo protegerán, incluso Tom lo hará
James gruñe y Lily ríe, ignorando que la ultima explosión hizo caer las defensas.
-¿sabías que sucedería, no?
-desde que supe lo del convenio-asintió, lagrimas brillando en sus ojos
James aprieta los labios y abandona la habitación.
El llanto de un niño corta cualquier pensamiento.
-tranquilo cariño, le dije a papá que llame a tío Severus, estarás a salvo-susurra, besando su frente
Los brillantes ojos verdes le miran, llorosos. El pequeño parece entender.
-Harry, estarás bien, no te preocupes liebe
Un estruendo a su espalda la hace ponerse en guardia.
Se endereza y se gira. Su respiración se corta.
Frente a ella hay un hombre. Bueno, no un hombre en su totalidad.
Es alto y la mira atemorizante, con sus profundos ojos, rojo violeta.
Tiene el pelo negro como la media noche con toques violáceos, largo hasta los hombros, algo enredados pero malditamente hermosos.
Su pálida piel esta surcada por montones de escamas violetas y rojas, formando surcos en un contraste hipnotizante.
Un Shittara.
-Lilianne Clarisse Miracle Elfen-sesea, riendo de forma desquiciada
Las escamas desaparecen dejando ver una pálida piel, en sus ojos unas marcas negras, que lo surcan de forma vertical. Estos siguen siendo rojizos y violetas, de pupilas rasgadas.
-¿quién eres?-pregunta, temblando de pies a cabeza
-deberías saberlo, zorra, pretendes quitarme a mi rey
Lily le mira, confundida. La claridad llega a su mente cuando divisa un emblema en el cuello del hombre.
La casa real de los Tiefen.
-es un mal entendido-susurra, rogando que James vuelva pronto
Un llanto los distrae. El Shittara perteneciente a los Tiefen desvía sus ojos al pequeño Harry, que le mira intensamente.
Una perfecta “o” se forma en su boca. Una sonrisa macabra le sigue.
Se acerca a Harry, pero Lily se interpone.
-¡no tocaras a mi hijo!
-¡no puedo permitir que me lo quites!
Una honda mágica la golpea, pero ella permanece en pie.
-ya estoy casada, tengo familia, déjame en paz-trata de razonar
-no entiendes-rio-no acabara. El será comprometido con otro, y otro, y otro, vosotros los Miracle sois unos miserables
El hechizo la golpea antes de darse cuenta.
Pero permanece en pie, aguantando el dolor.
Balancea su varita y el Shittara sale disparado contra el muro.
Furioso, el hombre lanza un hechizo desconocido para ella. Pero no lo dejara tocar a su bebe.
Se enzarzan en una lucha, hechizos gritados a todo pulmón.
-Ignis-sesea el Shittara
Un rayo rojo sale disparado de su varita, pero no golpea a Lily.
Se dirige directo a Harry. A medio camino, el rayo toma forma de lo que parece una enorme serpiente de varias cabezas, roja como el fuego.
Se envuelve alrededor de Harry, adentrándose en su piel.
El niño solloza con suavidad, su llanto va poco a poco aumentando hasta convertirse en alaridos.
-¡Protego!-grita Lily, tal vez sea inútil
Pero se siente aliviada cuando el llanto de su niño se detiene y la cosa roja que lo envolvió sale repelida.
La cosa esa chilló, como si estuviera viva y se desvanece en el aire.
-¡maldito bastardo!-hecha una furia, sus preciosos ojos brillando en rojo y las escamas azul aqua brillando bajo la luz de los hechizos
Se lanza contra el Tiefen y lo golpea con todas sus fuerzas. Los hechizos quedan olvidados.
El hombre ríe. Ríe desquiciado.
Patea a Lily y la aturde con facilidad.
Apunta a Harry y sus ojos brillan de forma siniestra.
-Avada Kedavra-el rayo verde sale disparado.
-¡No!
Magia en su estado más puro intercepta el hechizo, envolviendo a Harry. El niño llora desesperado, sangre corriendo por su frente.
Lily respira con dificultad, todo le da vueltas y siente su cuerpo sin fuerzas.
El Shittara decide deshacerse de ella antes de acabar con el niño. Era la única forma de romper la protección de la Shittara.
Se acerca a Lily, ignorante de que James acaba de entrar.
El moreno mira incrédulo lo que sucede a su alrededor.
Se acerca a Lily pero esta lo mira directo a los ojos.
-salva a Harry-susurra
El traga y no sabe si obedecerla o ayudarla. El llanto de su hijo lo saca de su estupor.
Si no saca a Harry tal vez no podría hacerlo luego.
Lo toma en brazos y sale fuera, envolviéndolo lo mejor que puede en una manta.
El grito desgarrador de su esposa y la risa desquiciada es lo último que escucha.
Mira a su espalda y ve a su esposa siendo torturada. Cierra los ojos y piensa en Harry.
Su niño ha de sobrevivir.
Llega al patio donde un hombre de negro lo espera.
Le entrega al niño y le ordena llevarlo con Remus.
El otro duda unos segundos, pero cuando James emprende la carrera de vuelta a la casa, desaparece sin pensarlo.
Poco sabia que esa sería la última vez que vería con vida al hombre...
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5 días.
5 días y no había noticias de Harry.
Sirius y Remus no habían sido informados, pues si se alteraban los nervios podría en peligro a sus bebes. Lucius estaba que echaba espuma por la boca y los amigos de Harry querían asesinar a Draco.
Ronald no entendía lo sucedido, pero el tambien era víctima del mal humor de Severus, Hermione y Neville.
Incluso los Slytherins amigos de Draco estaban enfadados con el par.
Por otro lado, Dolores estaba muy intrigada por la desaparición del chico, y pensaba seriamente en usar Veritaserum con los estudiantes para sonsacárselos.
Al sexto día estaban todos reunidos (dígase los amigos de Harry mas Ron, Draco, sus amigos, Severus y Regulus) en la Sala de los Menesteres.
Buscaban la forma de encontrar a Harry cuando las puertas se abrieron con demasiada fuerza.
Un furioso Sirius Snape entro, seguido por un aun más furioso Remus Black.
-nos dirán, ahora mismo donde esta mi ahijado-exigió Sirius, cruzándose de brazos
Lo mejor que pudo con su abultado vientre de casi 6 meses, claro.
-Sirius-Severus se acerco a él con rapidez
-¡Sirius nada!
-Sirius cálmate, piensa en la bebe
El moreno se sintió tentado replicar que al diablo con eso. Pero la sensatez lo golpeo. No dejo el cuerpo de aurores (al menos el trabajo en campo) solo por placer. El quería a su hija. Suya y de Severus.
Respiro hondo y se sentó en un sofá que apareció de la nada. Bien, lo tomaría con calma.
-¿dónde está Harry?-exigió Remus, sus ojos brillando en dorado
Remus era otra cosa. Su condición de Hombre Lobo lo hacía más resistente. Y Regulus lo sabía.
-no me obliguen a hechizarlos-seseo, pasando su mirada de Severus a Regulus y viceversa
-tiene 6 días desaparecido-tartamudeo Neville
Los embarazados retuvieron la respiración, en shock.
-¡¿QUÉ?!
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Harry despertó, sintiéndose afiebrado y todo el cuerpo dolorido.
Abrió los ojos, despacio. Se sentó con cuidado, pero no pudo acallar el gemido que escapo de sus labios.
Merlín, ¿qué paso?
Miro a su alrededor, pestañeo confundido y decidió ponerse en pie.
Sus músculos protestaron, sentía su piel arder y su rostro escocer.
Recorrió la sala, su cerebro aclarándose poco a poco.
El recuerdo de lo sucedido lo golpeo de pronto.
Ron besando a Draco.
Draco tratando de explicarse.
Su huida en su forma de Tigre. La lluvia, las rocas, la Casa de los Gritos...
Su pesadilla.
No.
Un recuerdo.
Pero, ¿por qué ahora? ¿Por qué no antes?
-Tiefen...-susurra, lágrimas agolpándose en sus ojos
¿Qué era ese convenio del que hablo su madre en su recuerdo?
¿Ella sabía que eso podía pasar? ¿Por qué?
Su respiración se hizo pesada.
Camino con esfuerzo hasta un sofá y se dejo caer allí.
Cerró los ojos y la inconsciencia lo envolvió de nuevo.
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-¿ya intentaron en Hogsmade?-pregunta Remus, más calmado, acariciando su vientre
-si-respondió Severus
Sirius, por otro lado, desplego el Mapa del Merodeador. Recito unas palabras y el pergamino se extendió, mostrando más de lo que solía mostrar.
Severus alzo una ceja. Rodó los ojos y observo de reojo a su cuñado.
Regulus, con toda la paciencia que podía reunir, le explicaba a Ronald Weasley todo.
El chico se veía horrorizado, lágrimas despuntando en sus ojos. Se sentía inmensamente arrepentido.
Luego del beso que le robo a Draco se dio cuenta de que, tal vez, no lo amaba como creyó.
-ya sé donde esta-dijo Sirius
Desapareció el pergamino, se puso en pie y dio media vuelta.
-Remus y yo lo buscaremos-le lanzo una mirada severa a su marido-y ni se les ocurra impedírnoslo
Dicho esto salió, seguido por un preocupado Remus.
Severus y Regulus no pudieron más que pasar saliva.
Estaban en serios problemas.
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Blaise pisaba fuerte, furioso.
¡Maldito el día que se enamoro de Ron y maldito el día que le hizo caso a Harry!
Una vez Regulus empezó a explicarle a Ron él salió. No podía estar con él.
No después de ese beso que le dio a su amigo.
Se detuvo unos segundos, compadeciendo a Harry.
En ese mes había aprendido a apreciar al moreno. Era simpático y engañosamente encantador, muy dulce (a su pesar) e insufriblemente Slytherin.
Teniendo en cuenta que su pareja destinada había estado revolcándose por ahí, y no matarlo...
O Harry era masoquista o esperaba el momento de retribuirle a Draco con la misma moneda.
Esperaba que fuera lo segundo. él se atrevería incluso a ayudarlo.
Unos pasos a su espalda lo distrajeron.
Se giro, para encontrarse con un acongojado Ronald Weasley.
Sintió su corazón detenerse al verlo así.
-¿estás bien, Weasley?-preguntó sin pensarlo
Se maldijo al ver como los ojos azules se clavaban en los propios.
-¿sabes dónde está Draco?-cuestiono a su vez el pelirrojo
Blaise boqueó.
La ira se encendió de nuevo en su cuerpo, y él la dejo fluir.
Siguiendo un arrebato poco propio de él, tomo a Ron con fuerza por las solapas de su camisa y lo estrello contra la pared.
Sus ojos brillaban rabiosos, sus negros cabellos fuera de lugar, los labios contraídos y la expresión más amenazante que se le había visto jamás.
-eres un maldito insensible, Ronald Weasley-seseo, muy cerca de su rostro
-¿qué...?
-sabes lo de Harry, y aun así quieres buscar a Draco
Ron boqueó, indignado.
Era algo más alto que el italiano, y mucho más fuerte. Pero el moreno estaba cegado por la ira.
Aun así, Ron lo alejo de sí mismo.
-¿eres estúpido o que Zabinni?-pregunto, molesto-quiero pedirle disculpas a Draco, eso es todo-paso una mano por sus desordenados cabellos rojos-yo solo...
El italiano apretó los dientes, molesto consigo mismo por dejar que sus sentimientos se exteriorizaran de esa forma.
Todo lo que había querido en su vida se escurría por sus dedos...
Dejo que las lágrimas corrieran, importándole muy poco lo que pudiera pensar el pelirrojo.
-aun así eres un insensible-escupió, se limpio las lágrimas y volvió a acercarse a Ron de forma amenazante-no puedo creer que yo me haya enamorado de ti
Y acto seguido tomo el pálido rostro entre sus manos, para plantar un fiero beso en los carnosos labios.
Ron pestañeo, sorprendido.
Pero algo en su interior se derritió a los pocos segundos, y su cerebro se desconecto cuando la coqueta lengua del italiano le pidió la entrada.
Sin saber porque, aferro la cintura del otro y correspondió al beso, extasiado por el sabor.
Era muy diferente al beso de Draco.
Si bien el lo había robado, pensó que, amando como amaba al rubio, su beso le sabría a gloria.
Se equivoco.
El beso que verdaderamente le sabía a gloria era ese.
Un sabor suave mezclado con lágrimas. El sabor a crema de las tartaletas que el moreno se permitía disfrutar durante el desayuno.
Ron había visto, en su intención de contemplar a Draco, como el moreno guardaba unas cuantas (siendo que nadie más las comía) y luego se las comía entre clases, en los recesos o en la cena.
El beso se termino por falta de aire.
Blaise se alejo de golpe de él. Se sonrojo violentamente y emprendió la huida, muy poco digna.
Ron solo lo vio marchar.
“Eres un idiota Blaise Zabinni” se reclamaba el moreno, las lagrimas corriendo por su rostro, su máscara hecha pedazos.
Detuvo su loca carrera cuando estuvo seguro de que Ron no lo seguía.
Se enjuago las lágrimas y se enderezo, tratando de recuperar su pose digna.
Eso no lo iba a desmoronar.
No señor.
En nombre de su padre, Marco Zabinni, y de la Honorable Casa Zabinni, no se dejaría desmoronar por lo sucedido.
Decidido a retirarse a la Sala Común, dio media vuelta, pero unas voces lo detuvieron.
Se acerco a la puerta medio abierta de un aula en desuso e hizo el máximo silencio para escuchar.
-entonces, ¿Potter tiene días sin ir a su Sala Común?-pregunto una voz chillona que reconocería en cualquier lado
¡Umbridge estaba hablando con su informante!
Pero, ¿por qué hablaba de Harry?
La otra persona respondió, pero él no pudo escuchar.
-perfecto, eso solo afirma mi teoría-la mujer rio-y dime, ¿él nuestra Criatura Mágica?
Blaise se estremeció. ¿Cómo lo sabían?
-si, así es-las palabras de la otra vez le llegaron claras
Blaise perdió un latido al reconocer una voz femenina.
Pero no, no podía ser ella.
-necesito pruebas para poder llevarlo ante el Wizengamont
-las tendrá
Blaise se permitió asomarse.
Vio a las dos mujeres despedirse y confirmo sus temores.
Pero... ¿Por qué lo hacía?
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Remus y Sirius entraron en la destartalada casa, ambos sosteniéndose el uno del otro.
El primero, porque su vientre era demasiado grande para tener solo 5 meses, el segundo porque el viaje lo había mareado.
No tuvieron que revisar mucho para encontrar lo que buscaban.
Harry estaba recostado en el sofá que tantas veces había visto a Remus padecer de dolorosas transformaciones, antes de que el menor de los Black lo hiciera aceptarse a sí mismo.
-oh, mi pequeño cachorro-susurro Remus cuando a sus fosas nasales llego el claro aroma de la sangre
Se acerco apresurado hasta su pequeño, acariciando los húmedos y revueltos cabellos.
-hmm-gimió el menor, abriendo sus ojos
-cachorro-saludo Sirius, acercándose el también
El menor pestañeo varias veces antes de reconocerlos.
-¡Sirius, Remus!-se levanto de un salto y los abrazo con fuerza
Ambos se espantaron al sentir su piel arder.
-mi niño, nos tenias tan preocupados-susurro Remus, sentándose en el sofá
-seis días desaparecido Harry-informo Sirius, sentándose el tambien y colocando al moreno entre los dos
-seis días...-susurró
A penas y si se podía mantener despierto.
-¿qué paso?-pregunto Remus, acariciando su espalda
Harry miro a la nada, para segundos después romperse.
Se abrazo a Remus, llorando amargamente, Sirius le acariciaba el pelo.
Harry se desahogó.
Les conto como Draco lo había besado. Lo que sintió, la plenitud que le embargo.
Y luego el dolor asolador cuando vio a Ron besar a Draco. Tomar sus labios, los labios que le habían dicho tanto 4 días antes de eso...
Les conto tambien de sus pesadillas, de lo vividas que eran.
Ellos boquearon, sorprendidos.
¡Eso no podía ser!
Pero él lo afirmo, sollozando aun más.
El asesino de sus padres era un Shittara.
Ambos adultos lo abrazaron con infinito amor.
-tranquilo, Harry, no dejaremos que te haga daño
-el no me preocupa, Sirius-sollozo, amargamente-me duele Draco, cómo, díganme cómo me lo saco de la cabeza, no quiero seguir sufriendo
Su magia empezó a hacer estragos en la estancia. Ellos lo consolaban lo mejor que podían.
El chico lloró y pidió no amar a su hermano hasta caer rendido, su piel ardiendo aun más, el sudor perlando su frente y las lágrimas irritando su piel.
Remus y Sirius suspiraron amargamente.
No era justo que su niño sufriera tanto.
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Neville suspiro y se arrebujo en los brazos de su, ahora, novio.
Sonrio con tristeza observando cómo Madame Pomfrey revoloteaba alrededor de Harry.
Sus heridas no eran graves, pero estaban infectadas y eso era preocupante.
-el estará bien-susurro Theo en su oído, besándolo tras la oreja
-lo sé-susurro-es mejor irnos
Y dicho esto, ambos salieron.
Afuera, un ansioso Blaise Zabinni los miro inquieto.
-debo decirle algo a Harry
-no despertara aun-informo Theo, frunciendo el ceño
-ya tengo el dato que me pidió, y no le va a gustar.
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Severus miro a su esposo, que se había quedado dormido en el sofá luego de la mini discusión que tuvieron.
La cual había terminada en una apasionada sesión de besos y la promesa de no guardarle más secretos.
Promesa difícil.
Garabateó con rapidez sobre el pergamino que tenía en frente.
Zabinni le había informado de los planes de Umbridge y no podían perder tiempo.
“Debes regresar, Tom. Dolores tiene planeado un encuentro con el Wizengamont para asesinar a Harry.
Por favor. Aparece directamente en el colegio.
Severus Snape”
Envolvió el pergamino, lo coloco en la pata del cuervo frente a él y lo mando a su destino, rogando que Tom no tardara.
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En la enfermería, Harry despertó en la madrugada, aun afiebrado.
En su “delirio” le pareció ver un enorme lobo blanco como la nieve a su lado, que le miraba tristemente con sus ojos de tormenta.
El moreno cerró los ojos, algo cansado. Los abrió y esta vez le pareció ver a Draco a su lado, acariciando su pelo e inclinado sobre su rostro.
-descansa, Harry, yo velare tus sueños amor mío-susurro, besándolo con ternura.
Y Harry se durmió bajo las suaves caricias, aspirando el dulce aroma de su pareja.
A la mañana siguiente despertó mucho mejor.
Recordó lo de la madrugada y pensó que se trataba de un sueño o delirio por la fiebre.
Pero el aroma de Draco en la almohada le hacía pensar otra cosa.
¿Fue real o solo un sueño?
Por otro lado, el que Blaise Zabinni y Theodore Nott estuviesen en la puerta de la enfermería, mirándolo, no le daba buena espina.
¿Qué diablos pasaba?
¿Y por que tenía un muy mal presentimiento?
Continuara...
Les presento al último miembro de la Casa Tiefen, asesino de los padres de Harry: http://i61.tinypic.com/opojt3.jpg