Cap. 18
Tom no tenía que ser vidente para adivinar lo que contenía la nota de Severus.
Cuando el cuervo del pocionista entro en su despacho esa mañana, de inmediato envío a alguien a cancelar su cita con Kertish.
La carta de Flamel, varios días antes, lo tenía preocupado. No sabía que planeaba su viejo amigo, pero no era nada bueno, o tal vez demasiado bueno.
Desenvolvió el pergamino y leyó con rapidez.
La palidez de su rostro podía ser fácilmente comparada con la de un muerto.
-¿qué pasa, Tom?-pregunto Naguini, serpenteando hasta el
-volvemos a Inglaterra ahora-anuncio sin más ceremonias
Se puso en pie, recogió sus cosas y salió apresurado.
Naguini adivino sin preguntar lo que sucedía: el pequeño Harry estaba en problemas.
-¿qué tan grave?-pregunto, escalando a duras penas por sus piernas
-lo suficiente para que el Relicario no pueda protegerlo
-oh
Si, era muy grave.
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Harry frunció el ceño, disgustado.
¿Cómo se atrevía esa zorra a aliarse con la cara de sapo?
-¿estás seguro?-pregunto
-sí, Harry-respondió Blaise
Harry suspiro y se dejo caer hacia atrás
-mientras este aquí no me podrá tocar
-lo que le dará tiempo de organizar el juicio y encontrar pruebas contra ti-razono Theo
Harry gruño y asintió.
-¿quién más lo sabe?
-Severus, dijo que le diría a Tom-comunico Blaise
Harry asintió, cerrando los ojos.
-ella los interrogara con Verisaterum, no tomen nada que les ofrezca-dijo
Su voz sonó como una orden, y ambos Slytherins lo aceptaron.
Harry suspiro, relajándose. Tenía mucho sueño.
-Nev y yo somos novios-dijo Theo, haciendo que Harry abriera los ojos-gracias-agrego, medio sonriendo
Los ojos de Harry brillaron y una sonrisa apareció en su rostro.
Theo y Blaise se despidieron.
-es un idiota, Zabinni, encontraras a alguien más-dijo Harry cuando estaban a punto de salir, sentándose en la cama
Blaise se detuvo unos segundos, apretando los labios. Se giro y miro a Harry con ojos aguados, pero mirada firme.
-tu también deberías de encontrar a alguien que te merezca-declaro, dando media vuelta
“Si, debería” pensó el menor, dejándose caer nuevamente.
Sus ojos se aguaron y su corazón latió despacio. Se sentía morir.
Pero no se dejaría caer por eso. Draco saldría de su mente y corazón, si o si.
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Blaise suspiro, abatido. El corazón le provocaba dolor al latir, en su mente reproduciéndose el beso que le dio a Ron.
¿Por qué diablos el pelirrojo tuvo que corresponder?
¿Por qué no lo separo?
¿Por qué...?
-mientras más pienses en eso, mas te dolerá-la dulce voz le hizo sobresaltarse
Se giro con rapidez y sus ojos chocaron con los orbes azul cielo de Luna Lovegood. Boqueo, sorprendido.
La chica tenia días sin hablar, ¿por qué le hablaba precisamente a él?
-¿puedo sentarme?-pregunto amablemente, sonriendo con dulzura
Blaise se pego a la columna que estaba a su lado, dándole mas espacio en el alfeizar de la ventana.
No estaban tan lejos del suelo, pero aun así se sostuvo al borde.
-es raro verte sufrir por amor-dice la rubia, jugueteando con el extraño y largo collar que cuelga de su cuello
-no sé de que hablas-gruño
-Zabinni-Luna lo mira, sus ojos parecen enfocarlo directamente y no simplemente mirar a la nada-se que sufres por amor, puedo verlo, además, los Narggles me dijeron que no durara mucho.
Blaise bufó y rodó los ojos.
Absurdo.
-¿cómo esta Harry?
-¿por qué no vas a verlo?-pregunta a su vez, irritado
¿No podía dejarlo solo con su dolor?
Luna rió, y su risa parece aliviar su lastimado corazón. Recostó su cabeza en su hombro y se abrazó a su brazo.
-no puedo ir a verlo-susurro, haciendo una mueca que el moreno no vio-paso algo que me impide verlo
Blaise frunció el ceño.
-no puedo decirle-agregó
Blaise sintió algo húmedo en su brazo. Se giró un poco y vio que la menor estaba llorando.
Alarmado, la alejo un poco de él y la miró directo a los ojos, que parecían dos aguamarinas, brillando bajo sus lágrimas.
Un sentimiento cálido lo envolvió. El deseo de proteger a la rubia.
El no tenia hermanos, pero supo que lo que lo embargaba era el deseo de cuidar de la rubia como si fuera su hermana menor.
Harry lo había mencionado alguna vez, discutiendo con Draco, hacia años.
Sin pensarlo, abrazo a la rubia y beso su coronilla.
Si alguien le preguntase sobre eso, lo negaría.
Ron caminaba por los pasillos.
Parecía un inferí, el rostro demacrado, ojeroso y muy pálido.
Falto a la práctica de Quidditch, no que le importase.
Su cabeza era un barullo de cosas.
Por un lado, la culpa por provocar que Harry desapareciese por 6 días y que ahora estuviese en la enfermería.
El sentimiento de vacío al besar a Draco y la plenitud cuando Blaise lo beso con fiereza.
Se relamió los labios inconscientemente, aun sabían al italiano.
Se encontró toda la noche fantaseando con tener al moreno bajo su cuerpo... O encima, no importaba.
Se sonrojo ante ese pensamiento.
¿Qué diablos le pasaba por la cabeza?
Pero ciertamente, Blaise era muy guapo. Con sus pómulos altos, su nariz respingona, sus labios cincelados, su porte arrogante...
“Basta, Ron” se reclamo “el no te puede gustar, el no...”
Sus pensamientos se cortaron cuando sus ojos se posaron en dos figuras no muy lejos de él.
Su corazón se detuvo unos instantes.
Blaise Zabinni. El arrogante Slytherin que la noche anterior le había confesado que lo amaba y había asediado sus sueños, abrazado a Luna Lovegood.
La menor escondía su rostro en el cuello del italiano, y el besaba su cabeza.
¿Todo era mentira?
Sacudió la cabeza, pestañeando para detener las lágrimas.
¿Por qué le importaba, de todos modos?
“Porque te gusta” le respondió su consciencia
Ron trago, dio media vuelta y corrió lejos de ahí.
Diablos.
Tal vez, y solo tal vez, a quien en realidad amaba era al italiano y no Draco como se quiso hacer creer.
“Y acabo de perderlo”
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Draco ignoto olímpicamente la mirada severa que le regalo Hermione y le entrego a Umbridge lo solicitado: un frasco de Verisaterum recién hecho por su padrino.
Se mantuvo alejado de la mesa y observo como Umbridge forzaba a Hermione a tragar un poco del líquido.
Más de las tres gotas necesarias.
Hermione lucho, y estuvo a punto de escupir el líquido de no ser por su sabor.
Abrió los ojos desmesuradamente y miro a Draco, que permanecía impasible.
Eso no era Veritaserum, de eso estaba segura.
Se relajo en la silla y fingió que la poción estaba surtiendo efecto. Se conocía al dedillo los efectos.
-tu nombre completo-ordeno Umbridge
Hermione miro a un punto en la nada, muy relajada.
-Hermione Jane Granger
-el nombre de tus padres
-Jonathan y Jane Granger*
-¿a qué casa de Hogwarts perteneces?
-a Gryffindor, pero Harry suele decir que debería estar en Slytherin
Umbridge asintió, satisfecha.
-¿que sabes sobre la Criatura Mágica que se aloja en el colegio?
-nada
La mujer apretó sus labios, achinando los ojos
-¿estás segura?
-sí, señora
La mujer camino de un lado al otro. Se detuvo un segundo y miro a Hermione, sonriendo.
-¿a qué se debe sus ocasionales escapadas al Bosque Prohibido?
Hermione pestañea con rapidez.
“Mierda”
-tomo clases extras con Hagrid-responde
La mujer frunce el ceño. Agita su varita y murmura unas palabras que ninguno de los estudiantes presentes escucha.
La castaña siente un dolor lacerante atravesar su mano y un grito escapa de sus labios.
La cicatriz de “no debo decir mentiras” que le había quedado luego de un injusto castigo empezó a arderle.
-señorita Granger, le recomiendo que me diga la verdad
Hermione la miro con los ojos anegados en lágrimas.
-es imposible mentir bajo los efectos del Verisaterum-dijo
Umbridge movió su varita y la mano empezó a sangrar.
-no vas con Hagrid a tomar clases extras-afirma la mujer
Draco se inquieta. ¿Qué diablos planeaba la mujer?
-¿a que van?
Hermione se niega a responder y el dolor se duplica.
Muerde sus labios, gruesas lágrimas corriendo por sus mejillas.
“Perdóname Hagrid” piensa.
-¡¿a que van?!
- ¡a ver a su medio hermano!-grita, sollozando
El dolor desparece, pero la sangre sigue fluyendo.
Hermione se la sostiene, sollozando amargamente.
Umbridge sonríe ampliamente, sus ojos brillando malignamente.
-muchas gracias, señorita Granger-dice divertida
Da media vuelta y sale de su oficina, dejando solos a los jóvenes.
Draco se acerca con presteza, saca su varita y murmura varios hechizos, deteniendo el sangrado.
-¿qué diablos fue eso?
-debemos informar a Hagrid de esto-dice, apurada-y a Harry también
Se pone en pie.
-espera-Draco la sostiene-ella quiere que se lo digas a Harry
Hermione se agita. Tiene razón, pero...
-digámosle a Hagrid
Se suelta y corre fuera de la oficina de la directora.
Draco rueda los ojos.
“Y Harry dice que ella debería estar en Slytherin”
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Tom apareció en el centro de su oficina en el Ministerio.
Se recompuso con rapidez e insto a Naguini a bajar de sus hombros.
-¿iras a Hogwarts, verdad?-pregunto la serpiente, acomodándose en un sofá
Tom la ignoro, blandiendo su varita.
-primero debo resolver algo aquí-informo
Fudge lo iba a escuchar.
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Hermione entro precipitadamente a la enfermería, seguida por Draco.
Harry, que leía cómodamente en su camilla, los miro contrariados.
-Hermine, ¿qué...?-sus palabras se atoraron en su garganta al ver su mano manchada de sangre
-¡Harry! Debemos salvar a Grawp-dijo, llegando hasta el
-¿qué paso?
-Umbridge me interrogo con Veritaserum, aunque no era Veritaserum de verdad, Malfoy lo que le dio fue agua simple y pura-explico con rapidez-pero luego me hechizo y me saco a las malas que hacía con Hagrid en el Bosque Prohibido y yo...
Las lágrimas no paraban de correr por sus mejillas.
Harry la abrazo y miro a Draco, sorprendido.
El rubio simplemente desvió la vista.
El moreno le sonrió.
-detendré a Umbridge-declaro, poniéndose en pie
Draco se alarmo. En dos zancadas llego donde Harry y lo sentó a la fuerza.
-ni se te ocurra, es lo que quiere-gruño
Harry se revolvió.
-no dejare que le haga daño-se quejo Harry, tratando de soltarse
-Harry, basta! No ingrese a la Brigada Inquisidora para que vayas y te entregues en bandeja de plata
Harry se detuvo y lo observo con ojos desorbitados.
-tu... ¿Entraste para protegerme?
Draco mordió sus labios y desvió la vista.
Los ojos verdes brillaron y una sonrisa apareció en los labios del menor.
“Te lo dije, liebe, el te ama” susurro una vocecita en su mente
Harry se puso en pie, tomo el rostro del rubio en sus pálidas manos y le planto un dulce beso.
-yo puedo cuidarme solo-le guiño un ojo
Agito su mano y su pijama se transmuto en su uniforme del colegio, con un simple Accio su varita llego hasta su mano y les sonrió.
-estaré bien
Se alejo de ellos.
-ah, Draco-lo miro, con los ojos brillando en dorado, los colmillos algo alargados y sus escamas brillando de forma majestuosa bajo la luz del atardecer-ya sé quien le contó a Umbridge de mi presencia
El rubio lo miro, intrigado.
-¿quién?
-Parkinson
Y dicho esto, dio media vuelta; rápidamente, su cuerpo se transformo en el de un enorme tigre negro.
Flexiono sus poderosas piernas y salto fuera de la enfermería, por la ventana, corriendo rápida y majestuosamente hacia el Bosque Prohibido.
Draco, en cambio, pensó en las mil y unas formas de matar a Pansy.
Continuara...