Cap. 19
Deslizo su cuerpo en silencio, a través de la maleza que le rodeaba. La oscuridad ciñéndose sobre su pequeña cabeza, dificultando la vista.
Sus ojillos negros rojizos miraban a todas partes, a la espera de encontrar lo que buscaba.
Se detuvo al escuchar pasos y maldiciones. Se movió con rapidez y entre los arbustos diviso a Umbridge caminando sorteando raíces.
Se le adelanto y diviso al medio hermano de Hagrid, mirando a la nada, entretenido con las tela de arañas que pendían sobre su cabeza.
Regreso a su forma humana, agazapado tras los arbustos.
-ah, así que tu eres el hermano de Hagrid-la voz de Dolores lo hizo estremecer
El instinto asesino que había intentado dominarlo desde el primer día que la vio quemo en sus venas.
Apretó su varita y espero a que ella se acercara.
El sonido de cascos le hizo girarse un poco. De reojo vislumbro a un grupo de centauros acercarse.
Hizo una mueca.
Dolores había estado reduciendo el espacio de los centauros, buscando que se revelaran para poder condenarlos.
En sumo silencio se movió un poco para ver mejor.
-ahora-Dolores taconeo, impaciente-a esperar a Potter
Harry se estremeció.
Una trampa, como supuso.
Sus ojos, completamente dorados, seguían los movimientos de la mujer, mientras a sus oídos llegaba el sonido de los cascos.
No sabía si impedir que los centauros atacasen a la mujer, o dejar que ella lo atrapase a él.
El grito de guerra de los centauros lo saco de sus cavilaciones.
Vio como atacaron a Grawp, lanzándole flechas que parecían no hacerle nada.
Dolores les chillaba que se detuvieran, por ordenes del Ministerio y un montón de cosas más. Cada una más estúpida que la otra.
Un gruñido gutural escapo de sus labios. Su presa exuda un olor a miedo que excita sus instintos.
Su Shittara ansioso por lanzarse contra la mujer.
Respiro hondo y dejo que sus instintos lo dominara, rogando no arrepentirse después.
-los centauros no entienden de razones humanas, Umbridge-dijo, saliendo de entre los arbustos
Una sonrisa altanera perfilada en sus labios, sus colmillos sobresaliendo por encima del labio inferior.
Los centauros se detuvieron, un estremecimiento los invadió de pies a cabeza.
Firenze no se había equivocado.
Dolores, en cambio, palideció ante la imponente figura de Harry. Delicada y hermosa, pero imponente.
-así que tu eres la criatura que me informaron-dice con desdén
‘‘Como si no lo supieras’’.
La sonrisa de Harry se amplia.
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Sus ojos brillaron en rojo, nada que ver con el hechizo, observando con morbo placer el largo cuerpo agitarse y contorsionarse.
Luego de unos minutos levanto la maldición, observando como los músculos se reciente, divertido.
-¿qué te hizo pensar que podías tomar esas decisiones?-preguntó, jugando con su varita
El hombre a sus pies no responde, demasiado aterrado.
-n... No puede usar las Imperdonables-murmuro a media voz
-soy el maldito Ministro, hago lo que se me venga en gana-bramó, furioso
La serpiente enrollada cerca de él pareció sonreír. Si ellas pudieran, claro.
“Ese es mi verdadero amo” pensó, divertida.
-dame una razón para no acabar con tu asquerosa vida-escupió, mirándolo con desprecio
El hombre tembló y pensó con rapidez.
-Harry te necesita-interviene Naguini
No quería acabar con la diversión, pero debía recordarle a su amo lo importante.
“Tanta crueldad y la canaliza en un solo hombre” pensó resignada
El hombre sonríe.
-le dejaremos un recuerdo-asegura
Y un hechizo purpura, murmurado en parsél, golpea el cuerpo a sus pies.
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No quería ni pensar en cómo llegaron ahí.
Había hecho que los centauros dejaran en paz a Grawp, y a la vez alejado a Umbridge.
Ahora se batían en un duelo en la linde del bosque, cerca del patio de Hogwarts.
-¡Crucio!
El rayo rojo lo golpeo y a penas y si lo sintió.
Alzo una ceja.
-¿es todo lo que tienes, Umbridge?-se mofa-Diffindo
La mujer a penas y si logro desviarlo.
Pensó con rapidez en una forma de debilitar al joven.
La respuesta llego a su mente como una iluminación y una sonrisa se formo en sus labios.
Bajo sus defensas de Oclumancia y bombardeo la mente de Harry con ciertas imágenes.
No podía entrar directamente en la mente del chico, pero el tenia rato intentando hacerlo.
¿Por qué no permitírselo?
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Las puertas del Gran Comedor se abrieron con estruendo y por ellas entro Tom Riddle, el Ministro, seguido por una enorme pitón.
Decir que los estudiantes estaban sorprendidos seria un eufemismo bastante grande.
La conmoción provocada superaba los límites.
Severus se puso en pie rápidamente y llego hasta el.
-¿dónde está?-pregunto
Es muy obvio por quien lo hizo.
-salió hace bastante tiempo, Harry la siguió-Severus bufo
Un estruendo proveniente del patio interrumpió las próximas palabras de Tom.
-que ningún estudiante salga-ordeno el castaño, sus ojos barrieron el Comedor con severidad
Dio media vuelta y salió del Comedor.
La honda de magia que hizo vibrar los muros lo insto a apresurarse.
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-¡mientes!-grito Harry, sus ojos dorados mirando a todos lados sin ver
Umbridge le había lanzado algún tipo de hechizo ilusorio y veía a Draco por todas partes.
Draco en una esquina oscura con una Ravenclaw.
En el baño de Prefectos con un Slytherin, en los pasillos del Tren de Hogwarts con un Hufflepuff.
Lo vio nuevamente siendo besado por Ron.
Lo vio en todas partes, y en todas partes burlándose de él, de su inocencia.
Restregándole en la cara que ese beso entregado días antes de San Valentín no significo nada.
Que arriesgarse a ganarse su odio en la BI fue una farsa.
Que ayudar a Hermione una trampa.
“No te ama, entiéndelo” susurro la voz masculina que lo asedio en San Valentín
“Ella miente, liebe. Sentiste su amor cuando lo besaste, cuido de ti”
-no, no, no-mascullo, jaloneando sus negros cabellos
Su magia ondulando a su alrededor, haciendo vibrar cada roca de los muros de Hogwarts, hasta los cimientos.
Umbridge reía frente a él.
Herido y descontrolado. Era perfecto para condenarlo.
Solo necesitaba que intentase asesinarla...
-mientes-el grito fue más un rugido
Harry se lanzo contra ella, sus escamas dándole el aspecto de un verdadero Dragón, bañadas por la plateada luz de luna.
Sus colmillos extendidos, garras en sus manos. Un aspecto salvaje, primitivo.
Su magia danzando a su alrededor, descontrolada, ansiosa por estallar y destrozar en pedazos a la mujer.
El Shittara herido por las acciones de su pareja.
-Diffindo
El hechizo golpea su pierna, provocándole una profunda cortada que de inmediato empieza a sangrar.
El dolor no le importo, la sangre tampoco.
El hechizo lo golpea nuevamente. Pero siguió firme, ramalazos de magia lamiendo la piel de Umbridge, como látigos de fuego contra su piel. Las heridas sanando sin que él le diese más importancia.
-Avada...
-¡Expulso!
El hechizo de Umbridge se ve cortado por otro.
Harry se giro y sus ojos dorados, con vetas rojizas, se posan en los ojos castaños rojizos de Tom.
Su ira parece diluirse un poco.
Tom llego al origen de la pelea justo a tiempo.
Se acerco a Harry y lo abrazo fuertemente, pegándolo a su cuerpo.
-calma-susurra en su oído, besando su cabeza
Harry se estremece, su cabeza hecha un lio. Lágrimas corriendo por sus mejillas.
Umbridge, recuperada por la fuerza del hechizo, miro a Tom. Un escalofrió la recorrió de pies a cabeza.
-Mi... Ministro-tartamudeo
-¿iba a usar una Imperdonable contra un estudiante?-pregunto, cortando sus palabras
-n... No
-¡no mientas!-su voz era profunda, gutural
Umbridge se envalentono, enderezándose en toda su corta estatura.
-es una asquerosa Criatura Mágica
-Crucio
El hechizo la tomo desprevenida.
Cayó al suelo, retorciéndose de dolor, sus gritos rasgando la repentina tranquilidad del aire.
Harry, entre los brazos de Tom, tembló ligeramente, mucho más tranquilo pero aun acongojado.
-basta-susurra
El castaño levanto la maldición y observo a Harry.
La sangre seca en sus piernas, donde no había ninguna herida visible. Un poco de sangre seca en su rostro y brazos, y una que otra magulladura.
Apretó los labios, indignado.
-Harry...
-por favor-susurro, cerrando los ojos con fuerza, aspirando el reconfortante aroma de Tom
Tom suspiro. Agito su varita e insonorizo a Harry. No pensaba detenerse.
-no mereces una muerte rápida, Dolores-dijo, apretando el pequeño cuerpo-pero tu sangre no vale la pena como para ensuciarme con ella-el asco impregnado en sus palabras
-no puede-dijo a penas, tratando de pararse
Los ojos de Tom volvieron a brillar en rojo y una sonrisa cruel surco sus labios.
-Avada Kedavra-murmuró
El rayo verde golpeo el cuerpo, que, con una expresión sorprendida en el rostro, cayó hacia atrás.
-Incendio
Las llamas rápidamente consumieron el cuerpo de la mujer, no dejando rastros de ella.
El fuego ilumino el rostro de Tom. Harry se giro un poco por el repentino desprendimiento de magia.
Observo el pequeño incendio y luego a Tom.
Se vio tentado a estremecerse por la expresión satisfecha y cruel en el pálido rostro.
No lo hizo.
En cambio sonrio ligeramente.
Tom se veía guapo de esa forma.
Y, secretamente, algo en su interior se sintió satisfecho.
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El Gran Comedor aun estaba sumido en silencio. Nadie había tocado su cena, aun conmocionados.
Pansy Parkinson se puso en pie y decidió salir.
Presintió que era mejor salir de ahí, la mirada asesina de Theo y Blaise no era buena señal.
Ni bien había avanzado a la puerta, Draco le corto el paso.
-Drake, ¿qué...?
-tenemos que hablar, Parkinson-escupió
La joven se estremeció.
Eso no era bueno.
-¿y de qué?
-de su participación contra Harry Malfoy, señorita Parkinson-informo una tercera voz, desde las puertas
Todos enmudecieron aun mas (si es posible) ante la escena.
Albus Percival Wulfric Brian Dumbledore estaba parado bajo el marco de las puertas, vestido con una extravagante túnica azul cielo.
El Ministro estaba junto a él, abrazando fuertemente a un avergonzado Harry Malfoy, que no se atrevió a levantar la vista.
Su ropa se veía algo desgarrada y sucia, contrario a su aspecto siempre pulcro (aunque algo desarreglado), cosa que no resto atractivo al joven, a pesar de que nadie le había visto la cara aun.
Completando la escena, Lucius Malfoy a un paso de ellos, con expresión pétrea.
Draco se retiro unos pasos, un ojo sobre Pansy. No estaba muy conforme con eso, sus deseos eran los de descuartizar a la bruja, o a lo sumo torturarla, pero no le quedo de otra más que aguantarse la ira.
-Di... Director-saludo, nerviosa
La expresión del viejo era indescifrable. Una mezcla entre decepción y tristeza.
Los cuatro avanzaron hasta pararse en medio del Gran Comedor.
Lucius se coloco junto a Draco, sosteniéndolo con suavidad. El director frente a Pansy.
-me decepciona mucho su actitud, señorita Parkinson, ¿por qué lo hizo?
La joven apretó los labios.
Harry se estremeció airado, clavo su dorada mirada en la joven y le mostro sus colmillos.
Sus pensamientos no eran nada agradables.
“El me pertenece” gruño en su cabeza y ella se estremeció. ¿Él acababa de meterse en su cabeza?
Ante su silencio, Albus observo a Tom, que seguía observándola, inflexible.
-ante sus acciones que pudieron perjudicar a su compañero, y perjudicaron a otros compañeros, queda usted expulsada del Colegio de Magia y Hechicería, Hogwarts
Varios jadeos inundaron el Comedor, que estallo en murmullos y conjeturas. ¿Qué había sucedido?
-¡no puede hacer eso!-chillo, indignada-usted no es el director
-en realidad, señorita Parkinson-intervino Tom, molesto-acabo de restituirlo en sus funciones
La joven boqueo. ¡No podía ser!
-¿qué paso con la profesora Umbridge?-pregunto un Hufflepuff de primer año, mirando con nerviosismo al Ministro
-no volverá, pueden despreocuparse
La respuesta no fue satisfactoria, pero si no la volverían a ver...
-quiero comunicarles algo-dijo Tom, adelantándose hasta la mesa de los profesores, donde obtuvo toda la atención-cuando la Umbridge dijo, al llegar aquí, que había una Criatura Mágica, no mentira, pero contrario a lo que puedan pensar, no es peligrosa
Más murmullos. ¿De qué hablaba el Ministro?
-Dolores intento lastimar a esta Criatura, con ayuda de la señorita Parkinson, para esto vino-hizo una mueca
Respiro hondo y estrecho a Harry, quien le insto a continuar.
-esta Criatura Mágica, es Harry Malfoy-anuncio
El joven, sonrojado hasta la raíz del pelo, alzo la cabeza, alejándose de los cálidos brazos del mayor.
El Comedor entero se sumió en un sorprendido silencio.
Harry se veía más hermoso que de costumbre. Escamas plateadas, rojas y verdes en todas partes, que resaltaban con el adorable sonrojo de su rostro.
Sus ojos, antaño verde esmeralda, brillaban en un profundo dorado, de pupilas rasgadas.
-no deja de ser un mago por esto-agrego Dumbledore, sonriendo bonachón-y ya que todo lo que se hiba a decir, se dijo, ¿alguien quiere un caramelo de limón?
Sus palabras sacaron varias risas y el ambiente se aligero.
Como extrañaban al excéntrico director.
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Harry se dejo envolver por los cálidos brazos de su madre, siendo mimado por esta, que besaba su frente cada dos por tres.
Sirius y Remus estaban junto a él, examinándolo con ojo crítico.
Madame Pomfrey había asegurado que estaba bien, pero querían asegurarse.
-estoy bien-rezonga, haciendo un puchero
-sí, es obvio-refunfuño Severus
Sirius le lanzo una mirada amenazante, para luego sonreírle a su ahijado.
-me alegra que estés bien, Harry, nos tenias preocupados
El joven sonríe.
-Harry, debo decirte algo-dijo Tom, sentándose frente a el
El silencio impero en la habitación.
-mis asuntos en Alemania no solo fueron con el Ministro Kertish-informo
-no comprendo
-estuve investigando, y se quien asesino a tus padres
-yo tambien-asintió-recuerdo gran parte y...
-Harry-suspiro, tomando sus manos-él vendrá por ti tambien
Harry callo, mirándolo con sorpresa.
-no sé cuáles son sus razones exactas, pero tiene que ver con tu familia, los Miracle
Harry asintió, preocupado.
-¿cómo se llama?-pregunto Lucius, intrigado
-Andruw Tiefen, es un Shittara, el último de la familia real Tiefen, regente de Triatan*
Un jadeo general. ¿Por qué un príncipe (o rey) quería matar a Harry?
-tus ancestros, los Miracle, han sido por siglos los Duques de Harlariz*-informo, como si la pregunta hubiera sido formulada en voz alta
-¿Duques?-pregunto, confundido
-por lo que pude investigar, perteneces a la realeza, Harry, los Miracle son equivalentes a reyes en Harlariz
Harry abrió los ojos desmesuradamente.
¿Era un príncipe?
Bufo.
Justo cuando creyó que su vida no podía enredarse más.
Continuara...