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Harry James Potter... ¿Malfoy? por LovelyDarkness

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Notas del capitulo:

Os llevareis una sorpresa! XD

 

por cierto, os dejo el link de la portada ;)

 

http://janearkensawthekille.deviantart.com/art/Harry-James-Potter-Malfoy-436523523?ga_submit_new=10%253A1393294162

 

Cap. 2



Cuando la carta de ambos arribo a Malfoy's Manor, ambos jóvenes no cabían en sí de la alegría.

¡Irían a Hogwarts!

Aunque esta alegría se veía empañada por el hecho de alejarse de sus padres, les hacía muy feliz saber que al fin conocerían el legendario colegio de Magia y Hechicería.

-¿cuándo iremos a comprar los útiles, padre?-pregunto Draco, tratando de no saltar de la alegría

-la próxima semana, Draco-respondió el rubio distraídamente, leyendo unos papeles-iréis con Severus, los Black y Remus

-¿no iras con nosotros papá?-pregunto esta vez Harry, desilusionado-¿y mamá?

Draco sonrio para sus adentros y negó suavemente. Al moreno no se le daban las formalidades, y tal vez nunca lo harían, aunque a su padre no parecía molestarle.

-lo siento, tengo que viajar a Francia-hizo una mueca, tomando notas de quien sabe qué cosa en una libreta aparte-tal vez Cissa los acompañe a comprar las túnicas esta tarde, y nada mas

Ambos asintieron, desilusionados. Y no es que no quisieran ir con las parejas pero... no era lo mismo.

Ambos chicos suspiraron y salieron del despacho del rubio mayor. Mejor no incordiarlo tan temprano en la mañana.

-deberías cortarte el pelo-señalo el rubio, mientras subían las escaleras, por decir algo y alejar la expresión triste de los ojos de su hermano

Harry frunció el ceño confundido. ¿Qué tenía su pelo?

Ciertamente, ahora le llegaba a la altura de los hombros, y solía amarrarlo en una coleta para que no se dispersaran demasiado, pero uno que otro mechón se escaba y acariciaba su frente (y por sobre todo cubría su cicatriz).

-tu tambien lo llevas largo-señalo el oji verde

-pero mi pelo se amolda según yo quiera-apunto, burlón

Harry sonrio, y asintió.

-Touché

Ni bien habían terminado de subir las escaleras, apareció Narcissa, los tomo a cada uno del brazo y los arrastro de vuelta abajo.

-vamos a comprar las túnicas-dijo por toda respuesta a la miradas confundidas de sus hijos.

----------------------

Harry se observo en el espejo, realmente admirado.

Había usado túnicas antes, de todos los colores y telas. Pero jamás una como la que tenía ahora, una de las tantas que usaría en Hogwarts.

Desvió la vista a Draco, que se dejaba vestir sumisamente por Madame Malkin, y, por alguna extraña razón que escapaba a su entendimiento, se sonrojo.

Si el se veía dulce y elegante, su hermano se veía imponente y magistral.

Aun le sorprendía las grandes diferencias que había entre ellos. Draco era unos centímetros más alto que él, su pelo era liso y totalmente sumiso, su piel era suave y clara y extra sensible. Draco era elegancia, clase, delicadeza (en el buen sentido de la palabra) y arrogancia, en una sola persona.

El en cambio, además de ser pequeño y con figura delicada (casi femenina para su horror), tenía el pelo indomable como el de su verdadero padre, y su piel, un poco mas tostada, cremosa, estaba plagada de diminutas pecas, imperceptibles al ojo, pero él, curioso como solo un Potter podía ser (o eso decía Severus cada vez que el chico husmeaba en sus libros de pociones -para horror de Sirius-) las había descubierto: en su espalda, en el puente de su nariz y una que otra a lo largo del cuello.

El, Harry Potter Malfoy, era miope y sus lentes (heredados de su difunto padre) le quitaban atractivo a su infantil rostro (comentario de las amigas de su madre Cissa), era más torpe que un gnomo (al menos eso aparentaba) y tan tímido que le entraba pánico cuando estaba rodeado de personas.

Suspiro. Era consciente de que Draco se había sentido celoso de el por su “fama”, pero si su hermano supiera cuanto lo admiraba tal vez no le creería...

-Harry cariño-llamo Narcissa suavemente, sacándolo de su ensoñación-ya puedes bajar

El moreno se sonrojo hasta la raíz del pelo al percatarse que todos los allí presentes (dígase su madre, su hermano, Madame Malkin y sus dos asistentes) le miraban. Al parecer tenían rato diciéndole que bajara del banquillo.

-lo... lo siento-bisbiseo, bajando apenado y tratando de no pisar la preciosa túnica

-tranquilo, todos se ponen nerviosos en su primer año-dijo la mujer, sonriendo dulcemente y revolviendo su pelo

El moreno le devolvió la sonrisa, más relajado, pero aun sonrojado.


Cuando tuvieron todas las túnicas seleccionadas, y empaquetadas (para enviarlas luego a Malfoy's Manor), Narcissa llevo a sus niños a la heladería Florean Fortescue.

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Ambos observaron asombrados la tienda de varitas (Draco mas disimulado que Harry), sorprendidos, no solo por la antigüedad, si no por la gran cantidad de varitas.

A sus espaldas, los hermanos Black y sus respectivas parejas observaban a los niños, acercarse tímidamente al mostrador.

Harry toco el pequeño timbre y se echo hacia atrás, esperando que alguien les atendiera.

De inmediato, un pequeño hombre, mayor y algo desgarbado, apareció frente a ellos, sorprendiéndoles.

-miren nada más que tenemos aquí-sonrio afable, mirando a los niños con verdadera curiosidad-los hermanos Malfoy

-buenos días, señor-saludo Harry, sonrojándose levemente

-Ollivander-el señor sonrio-supongo vienen por sus varitas

-así es, Ollivander-respondió Sirius, posándose al lado de su ahijado

-señor Black-Ollivander sonrio ampliamente, se acomodo los lentes y asintió-¿o debería decir Snape?-rio con suavidad-¿quién será el primero?

-yo-dijo Draco, adelantándose un paso.

Harry le sonrio y abrazo a Sirius, observando con verdadera curiosidad como el señor Ollivander desaparecía tras unas estanterías, llenas de cajas viejas y polvorosas.

Draco por su parte, le observo impaciente. No le gustaba estar rodeado de tanto polvo.

-a ver-les llego la voz del viejo, el cual apareció con una caja alargada en sus manos-tal vez esta, señor Malfoy

Saco con delicadeza la varita de su interior y se la alcanzo por el lado más grueso.

Draco la sostuvo y se estremeció. Miro con fascinación la varita. Desde que la suave madera entro en contacto con su piel, sintió una corriente eléctrica recorrer su espina dorsal.

-magnifico-asintió el viejo, acomodándose las gafas-Espino, núcleo mágico de pelo de unicornio, 25.5 cm, elástica-completo el viejo mago, sonriendo orgulloso

Draco le miro, confundido.

-eso significa... ¿Qué es mía?-cuestiono

El viejo asintió y le sonrio conciliador. Era normal que los jóvenes de nuevo ingreso se sintieran... Nerviosos.

-ahora la tuya, Harry-susurro Sirius, empujándolo suavemente

Harry vio como Draco guardaba la varita en la caja, con suma delicadeza y luego la apretaba como si fuera su posesión más valiosa. Tal vez lo fuera.

-bien, bien-dijo el viejo, perdiéndose de nuevo entre las estanterías-que hay para el señor Harry Malfoy

A los pocos segundos volvió con otra caja, un poco más corta que la de Draco. Saco la varita, y con el mismo aire solemne, se la entrego al moreno.

Harry miro el pedazo de madera alargado y frunció el ceño. ¿Qué se suponía debía pasar?

-agita la varita-le animo Sirius, leyendo la confusión en su rostro

Harry asintió y agito levemente la varita. Un rayo traslucido salió de ella y choco contra una lámpara, asiéndola añicos.

Harry dejo caer la varita por la impresión, y retrocedió.

-lo siento mucho-se disculpo, tratando de aguantar las lagrimas que eso le provocaba

Nunca tendría una varita, pensó desesperado, cerrando los ojos

-no se inquiete-le susurro Ollivander-recuerde siempre esto, señor Malfoy, un mago no elige la varita, la varita elige al mago

Harry abrió los ojos y observo, fascinado, como con un pase de varita, el viejo arreglaba la lámpara. Como hacia su madre cuando por su torpeza destrozaba alguno de los antiguos jarrones.

-a ver esta otra-le entrego otra varita

Harry la agito. Un rayo de igual color al anterior golpeo uno de los estantes y las varitas salieron volando.

Avergonzado, el moreno dejo el instrumento con mucho cuidado sobre el mostrador.

-tal vez yo no deba ir a Hogwarts-susurro, desviando la vista a cualquier lado menos los ojos azules de Ollivander

-no puede estar seguros-el viejo ladeo la cabeza, meditabundo-espérenme un momento

El viejo desapareció de la vista de todos, tras uno de los estantes. Recordaba que hacia algunos años un joven tuvo los mismos problemas que Harry.

Draco se acerco a Harry y apretó su hombro, inspirándole confianza.

Harry le sonrio agradecido y acaricio su mano distraídamente, rogando internamente que lo dicho por el viejo fuese cierto.

Los minutos les parecieron eternos, y para cuando el viejo volvió, Severus y Draco estaban más que irritados. Remus, Regulus y Sirius les observaban divertidos. Los Slytherins (porque era seguro que el rubio seria una serpiente) no tenían para nada paciencia, y aunque Regulus tambien fue uno, con un hermano tan exasperante como Sirius había aprendido a controlarse.

-creo que esta te servirá-dijo Ollivander, pasándole una

La madera era totalmente lisa y marrón tirando a negro.

Harry la tomo, con verdadera curiosidad.

Cuando su piel y la madera entraron en contacto, sintió un cosquilleo en sus dedos y una brisa inexistente acaricio sus mejillas, agitando su pelo.

-Acebo, pluma de Fénix, 28 cm y flexible-dijo el viejo, sonriendo-cada varita tiene una sola gemela en el mundo, y mi muchacho, he de decirte que compartes varita con la de nuestro Ministro

Harry le miro sorprendido y luego su varita. No podía creer que tenía entre sus manos la varita gemela de la del Ministro Tom Riddle.

-a Tom le parecerá gracioso-dijo Sirius, revolviendo el pelo de su ahijado-bueno, debemos retirarnos, aun hay un montón de cosas que comprar

Ambos chicos asintieron. Remus se adelanto y dejo dos bolsitas en el mostrador, le sonrio al viejo y todos salieron.

“Interesante” pensó Ollivander, sonriendo de medio lado “realmente interesante”

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Los días que faltaban para el 1ero de Septiembre les paso volando. Entre organizar baúles y pequeños consejos dados por Sirius y Remus (los Slytherins no iban a realizar comentario alguno con respecto al castillo) los nervios de ambos chicos se elevaban a términos insospechados.

Estaban ansiosos. Y el día había llegado. Al fin


-Sirius-llamo Harry, mirando a todas partes en la estación de King Cross.

-¿si Harry?-pregunto el mayor, bajando la vista al chico

-es una simple duda-sonrio tímidamente-¿dejaras de quererme si caigo en Slytherin?

Sirius alzo una ceja y observo de reojo a Remus, que charlaba con Draco (para su gran sorpresa) sobre quién sabe qué cosa.

-por supuesto que no, aunque me gustaría que fueras un Gryffindor como yo

-ah-Harry asintió y frunció el ceño.

Era una duda que le había nacido cuando llego su carta, y que se acrecentó cuando escucho accidentalmente una conversación de su padre y Severus.

“A Sirius le dará un infarto si Potter cae en nuestra casa” había dicho Severus, sonriendo de medio lado, divertido

“Fue criado por Slytherins, cabe la remota posibilidad de que lo haga” asintió Lucius, y una sonrisa traviesa se apodero de sus labios

Harry pensó que, de caer en Slytherin, Remus y Sirius dejarían de quererlo, pero si caía en Gryffindor, no solo su padre dejaría de quererlo, sino tambien Draco

-bueno-dijo Remus, sacándolo de sus pensamientos-yo hasta aquí llego-les sonrio enigmático y se despidió de los niños con un fuerte abrazo

-nos vemos Moony-se despidió el moreno mayor, sonriéndole-bien chicos, hora de subir al expreso de Hogwarts.

Los chicos miraron a todas partes, asegurándose de que ningún Muggle les viera.

Se detuvieron frente a un muro de rojos ladrillos, en ambos lados tenían un cartel que decía “Plataforma 9” y “Plataforma 10”. Ni rastros de la 9 3/4.

Según tenían entendido (y eso no les evitaba el pavor) tenían que atravesar el muro.

Respiraron hondo, se miraron y silenciosamente determinaron quien sería el primero.

Draco afianzo su carrito, y corrió, desapareciendo por el muro, seguido de Harry.

Lo único que lamentaban, era que sus padres no pudieran acompañarlos.


Al cruzar al otro lado, se quedaron maravillados. Había un montón de magos y brujas, chicos de su edad y mayores, moviéndose de un lado al otro.

Pero lo que más les sorprendió fue el enorme y magnifico tren, rojo y brillante como la sangre.

Ambos sintieron una cálida mano en el hombro y se giraron, encontrándose con los grises ojos de Lucius, que les sonrio de medio lado.

-¿creyeron que no los despediría?-cuestiono, alzando una de sus finas cejas

Ambos sonrieron ampliamente y lo abrazaron de forma disimulada. Los Malfoys no dejan ver sus emociones... no en público al menos.

La que si dejo pasar eso fue Narcissa, que los envolvió en un apretado abrazo, hecha un mar de lagrimas.

-se portan bien, manden cartas todos los días-susurro en sus oídos, besando sus mejillas

-mama, por favor-dijo Draco, sonrojándose ante la efusividad de su madre.

Narcissa se enderezo y se recompuso de inmediato, lanzándole miradas venenosas a los que la miraban extrañados.

Sirius se acerco a Harry y se agacho frente a él.

-esto es un regalo, departe de Remus y mío-susurro, escondiendo un pedazo de pergamino en su túnica-no dejes que Sev te lo confisque, ¿sí? Dentro está la clave para usarlo

Harry frunció el ceño confundido, pero asintió.

El sonido del pito del tren corto la pregunta que empezaba a formularse en su mente.

Y sin más preámbulos, ambos se despidieron de sus padres y de Sirius, subieron al tren y suspiraron.

No podían negar que estaban ansiosos por llegar al castillo.

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Entraron en un compartimiento vacio y colocaron sus baúles donde correspondía.

Harry saco un libro y se sentó cerca de la ventana, recogiendo sus pies y pegándolos a su pecho.

Draco alzo una ceja y rodo los ojos. ¿Es qué Harry no se cansaba de leer?

-no me mires así-susurro el moreno, abriendo el libro en una página al azar-a ti tambien te gusta leer

-pero eso ya es obsesión-se mofo el rubio, sentándose a su lado

-como digas-asintió, sonriendo de medio lado, dándole la razón, aunque Draco se equivocaba-pero no es cualquier libro

-¿a no?
-nop-su sonrisa se volvió algo infantil y sus preciosos ojos brillaron emocionados, robándole la respiración a Draco sin saberlo.

Harry le paso el libro.

-“Cuentos de Beedel el Bardo”-leyó el rubio y rio suavemente-¿no te cansas?

Harry negó y tomo el libro, retomando su lectura.

Draco suspiro, y en vista de que su hermano no le haría mucho caso, apoyo su mentón en el hombro del moreno y leyó junto a él.

Dos horas –aproximadamente- después, ambos estaban aun leyendo sumidos en completo silencio, cuando la puerta de su cabina se abrió, sobresaltándolos.

Ambos chicos se giraron, encontrándose con un chico peli rojo de más o menos su edad, que los miraba con sus profundos ojos azules, frunciendo el ceño.

Tras él, había una chica castaña, de melena enmarañada y que gruñía quien sabe qué cosas sobre los mal educados que eran los chicos, pero mirando a todas partes, los ojos marrones brillando de admiración.

-¿podemos quedarnos con ustedes? Todo el tren está lleno y prácticamente nos echaron de nuestra cabina-dijo el peli rojo, sonriendo de medio lado, pero sin perder su mirada cauta

Harry miro a Draco y se encogió de hombros. La verdad no le molestaba. Su hermano en cambio hizo una mueca.

Por alguna extraña razón, el peli rojo de rostro pecoso, se le hacía conocido.

-gracias-dijo la castaña, entrando y dejándose caer frente a Draco.

Ambos asintieron y volvieron la vista al libro, ignorándoles por completo.

-eres un Malfoy, ¿no?-pregunto de pronto el peli rojo, mirando a Draco, con el ceño aun mas fruncido

El rubio pestañeo y asintió, cauteloso.

-sabes-dijo, dirigiéndose esta vez al moreno, que le miraba atentamente-no deberías juntarte con personas como el

El de ojos grises apretó los labios. Ya sabía donde había visto al peli rojo.

-¿por qué?-pregunto Harry, ladeando la cabeza, ignorando la mirada incrédula que le dedico su hermano

-no son buenas personas-asintió-presumidos, petulantes y amantes de las artes oscuras

Los ojos del rubio llamearon.

-y tú debes de ser un Weasley-contesto, con voz fría, sorprendiendo al moreno-peli rojo, pecoso, de ropa usada y vieja... os reproducís como conejos y sois demasiados pobres como para poder comer-completo, lanzándole una mirada desdeñosa

Harry miro a Draco con reproche. Sabía de sobra que sus padres habían sido un poco pre juiciosos, pero que habían superado todas las diferencias gracias a su amistad con Lily (una nacida de muggles) y con Remus (un mestizo mordido por un licántropo). Aunque eso no evitaba que uno que otro comentario despectivo se escapara de sus labios.

El peli rojo le miro, ofendido y furioso.

La castaña simplemente les miraba confundida, ¿de qué hablaban?

-¿ves a lo que me refiero?-apunto el peli rojo, apretando los puños

-¿de qué hablas Ron?-pregunto la chica

-cierto, vienes del mundo Muggle y no lo sabes, pero...

-¿eres nacida de muggles?-pregunto Harry, curioso, cortando la discusión

La chica se sonrojo y asintió.

-¡eso es genial!-los ojos verdes brillaron emocionados, y se desviaron al rubio-¿no lo crees Draco?

-si tu lo dices-asintió, confundido-los magos que viven allí, dicen que es interesante

-Ron me ha dicho que el Mundo Mágico tambien es interesante-agrego, con cierta timidez

Ron miro la interacción, estupefacto. ¿Acaso Malfoy no iba a insultarla por ser una sangre sucia?

-rubio pomposo-bufo, cruzándose de brazos

-¡Ronald!-regaño la castaña, escandalizada

Harry rodo los ojos y retomo su lectura.

De inmediato, Draco se acomodo nuevamente a su lado y siguió leyendo junto a él.

-¿qué leen?-pregunto Hermione, interesada

-“Cuentos de Beedel el Bardo”-respondieron a la vez, mientras Harry cambiaba de pagina

-vaya, yo me pase todo el verano leyendo los libros de Hogwarts y practicando hechizos

-¿sabías que no puedes hacer magia fuera de Hogwarts?-pregunto Draco, alzando una ceja, pero sin dirigirle la mirada

El silencio incomodo de la chica le contesto

-¿en qué casa crees que caerás, Hermione?-pregunto Ron, ignorando a los otros dos

-no se-se sonrojo, confundida por lo que le decía el peli rojo

-yo seré de Gryffindor, como todos en mi familia-aseguro, sonriendo orgulloso-y te apuesto a que Malfoy caerá en Slytherin, es una serpiente, igual que sus padres

El rubio sintió la furia bullir nuevamente por sus venas, pero un codazo por parte de Harry le indico que mantuviera la boca cerrada.

-¿tan malo es?

-solo personas crueles y manipuladoras pertenecen a esa casa-murmuro con desdén, mirando de mala forma a Draco

-espero que sepas que el Ministro perteneció a esa casa-le corto Harry, irritado por la diatriba del peli rojo

-eso no es cierto

-por supuesto que sí-Harry hizo una mueca-además, ¿qué tiene de malo caer allí?

El peli rojo abrió la boca, sorprendido por las palabras del chico.

-además, la magia no se califica en buena o mala, eso depende del uso que se le dé-agrego, pasando la pagina con indiferencia

-definitivamente, juntarte con Malfoy te pego sus ideas elitistas-bufo, cruzándose de brazos

Draco se enderezo, furioso. Estaba harto del Weasley. Abrió la boca para responderle, pero la suave voz de su hermano lo detuvo.

-primero, Weasley-Harry cerro el libro despacio, alzando la vista y acomodándose los lentes-te agradecería que cerraras la bocaza

El oji azul se estremeció ante la mirada helada que le dedico el chico de ojos verdes. Sus orbes, hasta hace unos segundos cálidos y amables, se volvieron fríos y se oscurecieron levemente.

-segundo, no sabes nada de los Slytherins, así que abstente de hacer comentarios despectivos

Por unos segundos, todos en la cabina se estremecieron al sentir algo chispear sobre sus pieles. Draco miro a su hermano, preocupado. La última vez que su magia se había salido de control (en su primera demostración de magia accidental) las cosas no habían terminado bien.

-y tercero, te recomiendo que no vuelvas a insultar a un Malfoy en lo que te queda de vida, de lo contrario, tendrás serios problemas

-no te tengo miedo-declaro, envalentonándose-además, ¿por qué le defiendes tanto?

Una media sonrisa, marca Malfoy, se dibujo en los labios de Harry.

-que mala educación la mía-susurro, se puso en pie e hizo una exagerada reverencia-nos presento, Draco Lucius Malfoy-dijo, señalando al rubio, que a pesar de todo sonrio altanero-y yo, Harry James Potter... Malfoy, su hermano

Ron boqueo como pez fuera del agua, sorprendido. ¿Ese chico era Potter?

-insultarlo a él, o a mis padres, es insultarme a mi-continuo-te agradecería, que si no puedes reservarte tus opiniones, te largaras de mi presencia

Y dicho estas palabras, se sentó nuevamente, abrió el libro y retomo la lectura. Como si nada hubiera pasado.

De inmediato, el frío que los había atenazado se disolvió, como si no existiera. Draco se acomodo a su lado una vez más y beso su mejilla.

-estoy orgulloso de ti-susurro en su oído, y, abrazándose a él, continuo la lectura

Estaba tan cómodo con la cabeza en el hombro de Harry, que no noto su sonrojo, ni las miradas sorprendidas de los otros dos.

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Los de primer año, como les habían dicho sus padres y padrinos, iban al castillo en bote.

A los hermanos Malfoy, les toco en el bote en que iba el guarda bosques, Rubeus Hagrid.

Y los chicos no pudieron evitar sentir curiosidad por el tamaño del hombre, aunque Draco lo disimulo un poco, no pudo evitar escuchar las respuestas que el amable hombre le daba a su hermano, que de inmediato lo había bombardeado con preguntas, tontas por supuesto, pero estaba sumamente emocionado.

Los otros dos chicos que iban con ellos, rieron por lo bajo, mofándose de la curiosidad innata del moreno, ganándose miradas asesinas por parte de Draco.

Al final, como no se callaban, accidentalmente cayeron al lago, siendo sacados de inmediato por el semi gigante.

Harry miro a Draco y alzo una ceja, este solo se encogió de hombros y rio.

El moreno rodo los ojos pero le sonrio. Su hermano siempre defendiéndolo...


Cuando entraron al castillo, no pudieron evitar mirar todo sorprendidos. Era más maravilloso de lo que sus padrinos habían descrito.

Los altos muros exudaban magia y les hacía sentir reconfortados. Ambos se sonrieron y avanzaron con firmeza, siguiendo al grupo de primer año que caminaban nerviosos. A unos pasos, divisaron a Hermione Granger y a Ronald Weasley.

Harry la saludo y ella le devolvió el saludo. Draco tambien la saludo, solo que lo hizo con un asentimiento de cabeza.

Se detuvieron frente a unas enormes puertas, y frente a estas había una mujer mayor, que los miraba con severidad.

-bienvenidos a Hogwarts, Colegio de Magia y Hechicería, soy la Profesora Minerva McGonagall-dijo, con voz firme y lo suficientemente alta para que le escucharan-se les llamara por sus apellidos y se les asignara una casa según sus cualidades-los miro, atentamente-las casas son Gryffindor, Slytherin, Ravenclaw y Hufflepuff

Todos asintieron, nerviosos.

Sin poder evitarlo, Harry tomo la mano de Draco, y este se la apretó, comprendiendo su nerviosismo. Ninguno de los dos estaban seguros de si el moreno iría a parar con los leones o con las serpientes.

Secretamente (y egoístamente) Draco esperaba que estuvieran juntos.


Las puertas se abrieron, dejando ver el imponente comedor y las largas mesas, cada una identificadas por el emblema de sus casas.

Harry observo todo con atención, hasta que su vista se detuvo en la mesa que correspondía a los profesores.

Sorprendido, vio a Severus y a Remus, sentados uno al lado del otro. El castaño le sonrio ampliamente y le guiño el ojo.

Un apretón por parte de Draco le hizo centrar la vista al frente donde la Profesora McGonagall colocaba una silla de tres patas, y sobre esta un extraño y raido sombrero.

El sombrero, para su sorpresa, empezó a cantar, pero no le prestó mucha atención a las palabras dichas.

Luego de esto, McGonagall empezó a llamar por apellidos, como había dicho que haría.

-Abbott, Hannah-llamo, y la chica se adelanto, retorciéndose las manos, nerviosa

Y así, un sin fin de nombres

-Granger, Hermione

Harry miro a la chica, a la cual ya consideraba su amiga. Desde que el sombrero toco sus cabellos grito “Gryffindor” y la mesa, como todas las otras veces, explotó en aplausos.

Siguieron pasando nombres, hasta que llegaron a la M. No estaba seguro de si lo llamarían por Malfoy o Potter, pero no importaba mucho, la verdad.

-Malfoy, Draco

El rubio lo miro y sonrio nervioso. Harry apretó su mano y lo empujo suavemente.

El rubio camino dignamente y se sentó en el banquillo.

-¡Slytherin!-grito el sombrero, nada más tocar su cabeza

El rubio sonrio altanero y se dirigió a la mesa de las serpientes, donde lo esperaban sus amigos de infancia Crabbe y Goyle (que no le caían especialmente bien a Harry) Blaise, Theodore y Pansy.

Los nombres siguieron pasando, pero él no les hacía caso, distraído con la decoración del cielo, que permitía ver la hermosa y estrellada noche. Un hechizo muy interesante, y que luego le pediría a Remus le enseñara hacer para aplicarlo en la habitación de la Mansión.

-Potter Malfoy, Harry

Súbitamente todo el Gran Comedor quedo en silencio.

Harry trago saliva y avanzo, torpemente.

Se sentó en la butaca y sostuvo sus manos, nervioso.

Sintió la suave tela del sombrero cubrir su cabeza y la solapa tapo sus ojos.

-“¿qué témenos aquí?”-escucho una voz en su cabeza, sobresaltándolo-“un Potter con apellido Malfoy, ¿en qué casa te pondré?”

Harry guardo silencio, frunciendo el ceño levemente

-“eres lo suficientemente justo y leal como para ser un Hufflepuff, pero tambien tienes una mente privilegiada, como los Ravenclaw”

-“no me gustan”-negó Harry, haciendo una imperceptible mueca-“mi padre dice que los Hufflepuff son demasiado melosos y torpes y los Ravenclaw se ufanan demasiado de sus logros, yo no pienso lo mismo, claro, pero no me gustan”

-“Lucius Malfoy no se equivoca, en cierta forma”-asintió el sombrero-“podría ponerte en Gryffindor, como todos tus antepasados, tienes un corazón valiente y una curiosidad innata...”

El sombrero cortó sus palabras.

-“pero...”-continuo, luego de unos segundos de silencio-“eres astuto y cauteloso, por alguna razón que no logro comprender por tus venas corre sangre de antiguos magos que pertenecieron a la casa más odiada de todas”

Harry guardo silencio, sorprendido.

-“Gryffindor o Slytherin... Decido ponerte en...” ¡Slytherin!-grito el sombrero

El silencio del Gran Comedor se hizo aun más pesado. Todos habían reconocido al chico, como el niño-que-vivió. Era una leyenda entre los magos, todos sabían que había sido “adoptado” por los Malfoys, pero era obvio que aún conservaba el apellido Potter.

Un apellido de gran peso que, hasta los profesores sabían, era una familia que siempre había caído en Gryffindor.

Cuando Harry pudo volver a ver, observo confundido todo el Gran Comedor, en completo silencio. Trago saliva, ¿qué se supone esperaba todo el mundo?

Al fijar su vista en su hermano, supo que este no solo estaba sorprendido, sino que tambien orgulloso de él.

Draco le dedico una amplia sonrisa y él se la devolvió.

Y el silencio fue roto por los fuertes aplausos de la casa de las serpientes, que empezaron a vitorear a su nuevo miembro.

Harry suspiro aliviado y, asiendo acopio del porte Malfoy, camino hasta su mesa elegantemente, dejándose caer junto a su hermano.

-sabía que estaríamos juntos-susurro, guiñándole un ojo

-dudabas de que lo hiciera-respondió con un dulce puchero en los labios, que le arranco un sonrojo

-padre estará orgulloso de ambos-asintió, desestimando el comentario del moreno

Harry alzo la vista a la mesa de profesores, donde Remus escribía apresurado una nota, con una sonrisa traviesa en los labios y Severus lo observaba, con el orgullo brillando en sus ojos... Y la mofa de fastidiar a su pareja en los labios.

-----------------------------

Por suerte, ambos compartían habitación. Pero cuando llegaron a estas, Draco estaba realmente irritado.

Todo el camino hasta las mazmorras, estudiantes de niveles mayores se habían acercado a ellos y habían asediado a Harry. Todo por la maldita cicatriz que le dejasen los asesinos de sus padres.

Por su parte, el moreno se había sentido muy incomodo: odiaba llamar la atención.

-Draco-llamo, una vez cerró la puerta

-enviare una carta a nuestros padres-corto el rubio, sentándose en el primer escritorio que vio

Harry suspiro y, arrastrando los pies, llego hasta la que supuso seria su cama. Se dejo caer y cerró las cortinas, ignorando olímpicamente el verde y plata al que estaba tan acostumbrado.

Sus primer año escolar (y posiblemente todos los otros) serian eternos.

Solo esperaba que el enojo no le durara mucho al rubio.


Continuara...

 

Notas finales:

me alegra que os este gustando! *w* me emociona! >w<

 

RR:

 

fernylokis malfroy hummell: gracias >w< yo la verdad no pude consebir a un Lucius cruel si el fue el que pidio la custodia XD

 

LolXD: es obvio que debes amarlo ¬w¬

Sol: es un veremos XD tendras que conquistarnos a las dos Al!! pero Lunita es Bi asi que no se

Luna: Callate!!

 

Aeislynn: gracias! me salio sin darme cuenta >w<, la verdad no quise arruinar la dulzura de esos dos niños con los celos XD y pus Sirius siempre va a gustar ._. SIEMPRE

 

LIMA: aun no me he leido esa XD me da cierta flojera pero en cuanto lo termine me lo tire... aunque mi historia no tiene NADA que ver con eso XD ya que Voldy no existe en esta ._.

 

Daniel- admirador del Harco y el Drarry: XD como viste en el cap, quedo con las serpientes... pero no haran cosas perver!! aun e//e

 

gemma: le atinaste!! ._. en realidad los celos de Dracon son eso XD por ahora >w< pero luego evolucionaran y seran como los del Draco Malfoy de Rowling XD en cierta forma

 

yuuma slockt: gracias :3

 

Espero que deverdad el cap (el mas largo que -creo- veran en la historia) jejej no olviden los RR!

 

Matta Ne!


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