-¿En serio?- los cuatro chicos, miraban al chico pelirojo. Como era domingo, los cinco amigos decidieron juntarse en la casa del chico pelinegro para divertirse y sentarse en el kotatsu para evitar el frio del invierno que congelaba el pueblo -¿Rechazaste todos los chocolates de San Valentín?-
-Sí, bueno, no me interesa eso de San Valentín- el pelirojo desviaba la mirada un poco avergonzado.
-Eso es bastante cruel Rin-chan- hablaba el rubio.
-Es más cruel crearles falsas ilusiones- hablaba el pelinegro defendiendo a su amigo.
-Pero tal vez entre ellas, alguna podría gustarle- volvía a hablar el rubio.
-Para ser sincero…- hablaba el pelirojo aun sin míralos -… las chicas no me interesan- se ruborizó un poco y los cuatro chicos volvieron a mirarlo –A mi…- tragó saliva -… me gustan los hombres- después de confesarlo, hubo un total silencio en la habitación. Los sorprendidos chicos no sabían que decir y aquello, comenzó a incomodar al pelirojo –Lo siento. Me voy-
Se iba a levantar, pero el castaño (que estaba sentado a su lado) lo detuvo tomándole el brazo -¡Es… espera!-
-Lo siento Rin-chan- el rubio (que también estaba a su lado) le agarró el otro brazo –Es que me sorprendió la confesión-
-Ustedes son mis amigos, por eso, no quiero guardarles un secreto como este- estaba cabizbajo –Perdón si los molesté-
-Gracias por confiar en nosotros Rin- hablaba el castaño –Eso demuestra que de verdad nos consideras tus amigos- levantó el rostro para mirarlos.
-Es increíble, nunca había conocido a alguien que dijera que es gay- hablaba el rubio –Dime Rin-chan ¿Qué clase de chicos te gustan? ¿Estoy en tu zona de ataque?-
El pelirojo se ruborizó -¡¿Qué clase de preguntas son esas?!- se soltó del agarre de los dos chicos y todos rieron dejando atrás el incomodo momento.
-Es que me da curiosidad- el rubio lo miraba tierno -¡Ah! Entonces ¿Con cuál de nosotros saldrías?- los cuatro lo miraron otra vez –Responde con sinceridad-
-¿Por qué debería responder eso?- chasqueó la lengua y desvió la mirada.
-Vamos. Hace algún tiempo, también nos preguntamos eso- el pelirojo lo miró –Yo respondí que no saldría con Rei-chan-
-¡Otra vez con eso!- habló el peliazul –Ya te dije que yo sería un excelente amante-
-¿Y con quien saldría Rei?- preguntó el pelirojo.
-Con el mismo- respondió el rubio.
-Que triste- suspiró el pelirojo.
-¡¿Tu también Rin-san?!- el peliazul se ruborizó y los demás rieron.
-Mako-chan dijo que con cualquiera estaría bien- siguió hablando el rubio mientras cruzaba los brazos.
-Que indeciso- decía el pelirojo mientras el castaño se ponía cabizbajo.
-Y Haru-chan dijo que con Mako-chan, pero después le ofrecí cocinarle caballa todos los días y lo cambio por mi- sonreía el rubio.
-Eso es típico de Haru- hablaba el pelirojo.
-Mi respuesta seria distinta si incluyera a Rin- hablo el pelinegro y los cuatro lo miraron sorprendidos –Si tuviera que elegir, lo escogería sin dudar-
El pelirojo se ruborizó -¿Por qué escogerías a Rin-chan?- preguntó el rubio.
-Porque todos los días nadaríamos juntos. Además, los días que se quede a dormir en mi casa, le prepararía el desayuno antes de que despertara-
El pelirojo rió –Moriría por una sobredosis de caballa-
-Mmm… ahora que lo dices, yo también escogería a Rin-chan- el rubio sonreía –En nuestras citas iríamos a parques de diversiones, a comprar ropa, a comer dulces, etc. ¡Sería divertido!-
El pelirojo sonrió tierno –Sí, sería divertido-
-Espera…- habló el peliazul acomodándose los lentes –Yo soy una mejor opción que ellos dos. Te llevaría a cenar a románticos restaurantes y al cine. También te regalaría flore, chocolates, ropa y accesorios-
-Siempre eres muy perfeccionista y calculador- hablaba serio el pelirojo –No habría sorpresas ni naturalidad contigo- el peliazul hizo un mohín.
-Bueno…- hablaba el castaño -… si salieras conmigo, te iría a buscar después del entrenamiento. Caminaríamos de la mano por la playa y, en los días libres, te invitaría a dormir en mi casa. Jugaríamos con Ren y Ran antes de ir a mi cuarto. Y en la mañana, miraría tu hermoso rostro dormido mientras juego con un mecho de tu cabello. Cuando comiences a despertar, te daría un tierno beso de buenos días y estaríamos un rato abrazados antes de levantarnos- el pelirojo se ruborizó mientras veía la dulce sonrisa del castaño.
-¡Que romántico Mako-chan!- decía el rubio mirándolo con ojos brillantes –Y bien, Rin-chan ¿A quien escoges?- los cuatro lo miraban fijamente.
El pelirojo desvió la mirada –A Makoto-
-No lo acepto. Escógeme a mi- dijo serio el pelinegro.
-¡¿Qué demonios?! ¿Por qué te lo tomas tan enserio?- el pelirojo se sorprendió –Es solo una pregunta hipotética. No es como si realmente fuera a salir con Makoto-
-Pero él sería tu primera opción- volvió a hablar el pelinegro –Y si te gustara alguno de nosotros, debería hacer yo-
-¡Eso no es justo Haru-chan!- decía el rubio inflando las mejillas –Yo soy el más lindo de los cuatro. Debería escogerme a mí-
-Tranquilos- hablaba el castaño –No se pongan celosos y acepten que me escogió a mi-
-No quiero- dejo el rubio –Además, si va a jugar con tus hermanitos, serian el trío Ran-Ren-Rin- el pelirojo escupió el jugo que tenía en la boca y se puso a reír a carcajadas mientras se limpiaba el liquido que resbalo por su mandíbula.
___
-¿No vas a Samezuka Rin-san?- los dos chicos caminaban juntos por las oscuras calles. El castaño y el rubio, se habían ido a sus respectivos hogares y solo quedaron ellos dos.
-No. Hoy me quedare en casa- se acomodaba la bufanda –Gou se ha estado quejando que no paso suficiente tiempo con ella- el peliazul rió –Traje mi uniforme y los libros de mañana en el bolso, para ir a la academia después de dejarla en la secundaria-
-Entonces, te acompañare hasta la casa ya que me queda de camino- y así se fueron charlando amenamente (en realidad, el pelirojo se burló del peliazul casi todo el camino) hasta que llegaron a la puerta de la casa de la familia del pelirojo-Bueno, nos vemos otro día Rin-san-
-Claro, cuídate- el pelirojo se despidió e iba a tocar el timbre cuando de pronto, se vio de espaldas a la puerta. En un movimiento rápido, el peliazul lo aprisionó con su cuerpo y lo besó en los labios. Sus ojos carmesí se abrieron por la sorpresa y al segundo después, se cerraron apretados al sentir la intrusión de una lengua ajena en el interior de su boca.
Después de unos largos segundos, se separaron dejando sus labios unidos por un hilo de saliva que se rompió cuando el peliazul paso la lengua sobre ellos –Dime, Rin-san…- por detrás de los vidrios de las gafas, sus bellos ojos indigos lo miraban con pasión. Ambos estaban muy ruborizados -… ¿Eso… eso logró sorprenderte?-
El pelirojo salió del impacto y se puso a reír –Sí… eso fue muy sorpresivo- el peliazul sonrió y lo liberó. Se volvieron a despedir y, cuando perdió de vista al peliazul, se acarició los labios con los dedos –Realmente… me sorprendió- sonrió y tocó el timbre.
Fin.