Era otro día para nuestro editor en jefe, un dia normal y tranquilo...en el hospital.Ya seria el cuarto dia de estar internado, varios empleados de murakawa shoten lo han visitado y entre ellos el equipo doncella hace su presencia.
-disculpe, ¿todavia seguira inconsiente?- dijo un pequeño pelinegro al doctor.
-pensamos que dentro de unos dos o tres dias podria despertar-
-¿dos o tres dias?- pregunto un pelicafe alto y confundido.
-si pero no es muy seguro-
El doctor salio de la habitación y aquellos 4 jovenes se quedaron sumergidos en sus pensamientos, aquel hombre fuerte, aquel hombre con caracter que al verlo uno no se podia imaginarlo en una situación asi, aquel hombre que es digno de admirar estaba allí tirado en cama y nadie sabria cuando despertaria.
Un castaño de ojos verde estaba sentado en una de las sillas de la habitación "Mi culpa, por mi culpa takano-san no despierta" se repetia una y otra vez mientras lo observaba.
"Si yo no lo hubera rechazado, si le hubiera dicho que queria estar más tiempo con él..¡Esto no habria pasado!" Podia sentir como sus ojos se ponian humedos y su vista empezaba a verse borrosa, queria llorar, gritar por aquella persona que aunque este no lo dijiera, era una persona muy importante para él, pero no dejaria que sus colegas le viesen llorar si no se sentiria más culpable de lo que segun él ya era.
La mañana paso y el equipo doncella se habia retirando, ritsu habia pedido una semana de descanso por cuestiones "familiares" para poder estar en el hospital, no iba mucho a su departamento dormia y comia en el hospital, él tenia la esperanza de que en esos dias despertaria su amado pelinegro y queria verlo.
En la tarde un pelinegro apurado y preocupado habia entrado a la habitación de su amigo, apenas se habia enterado en la mañana trato de terminar todo su trabajo para ir con él y a pesar de soportar estupidas quejas de unos estupidos celos él llego.
-masamune...-dijo sorprendido al ver a su amigo en cama.
Seguia sin creerse que aquel cuerpo que parecia sin vida fuera su amigo, no queria creerlo pero asi era su realidad, se acerco con pasos temerosos para verlo más cerca.
-demonios hombre...¿como es que llegaste aqui?- se pregunto con una mirada que a cualquiera le decia que estaria a punto de llorar, a pesar de haber encontrado un amor fuerte que sabia él que no lo dejaria lo seguia queriendo, pero era más un cariño de hermandad y le dolia, le dolia verlo asi.
-¿y-yokozawa-san?- pregunto onodera sorprendido al ver al gran oso de murakawa con una mirada que jamas creiria ver.
-onodera...-le dijo mirando seriamente- ¿vienes a visitarlo supongo no?-
-...si-le seguia costando hablar con él.
-¿tú sabes que fue lo que paso para que llegara hasta aqui?- le trato de preguntar serio ya que su voz empezaba a cortarse un poco.
-.....- sabia que esa pregunta llegaria, él fue quien lo trajo asi que a él le preguntaria lo sucedido pero claro, el no podria decir que por un "accidente" por parte de él hizo que el pelinegro quedara en un estado de inconsiencia y que al despertar tal vez no seria del todo el pelinegro.
-onodera responde- le dijo en tono demandante, queria información y la queria ahora, estaba desesperado.
-él...él cayo desde las escaleras del departamento y sufrio un golpe muy fuerte por lo que no ah podido despertar...-era dificil relatar los hecho, le dolia recordar ese momento.
-¡¿cayo?! ¿como paso eso?- pregunto el pelinegro desesperado y asi sorprendiendo al castaño por tal reaccióm.
-n-no lo sé..yo..yo solo vi cuando ya estaba en el suelo- mintio, si el decia la verdad yokozawa lo mataba ahí.
-ya veo...-dijo mirando al castaño fijamente, este no le creia, dudaba de aquel chico.
Un silencio incomodo se hizo presente pero fue roto por el tono de un celular a los 5 minutos.
-si, habla yokozawa-dijo contestando con su voz de siempre, aunque este a los 5 minutos puso sus ojos en blanco- ya te dije que tenia que verlo, por favor no empieces...-mientras más se alargaba su conversación varios gestos de enojo y desesperación aparecian en yokozawa.
Onodero lo veia extrañado y curioso por saber quien era la persona a al otro lado del celular.
-¡Por dios deja tus estupidos celos él esta en el hospital!- grito muy enojado y colgando el celular- demonios es muy irritante ese tipo...-refunfuño cruzando sus brazos.
Onodera sin comprender dirigio su vista al pelinegro, queria agarrar y acariciar su mano pero no sabia si debia...
De nuevo el mismo tono de celular se hizo presente y yokozawa, aun enojado salio de la habitación maldiciendo.El castaño podia escuchar algunas maldiciones y groserias por parte de yokozawa y por curiosidad de nuevo se puso a pensar quien seria esa persona que irritaba mucho al oso de murakawa, pero sus pensamientos fueron interrumopidos por un gemido proveniente del pelinegro acostado.
-¡¿takano-san?!- pregunto alarmado y llendo a su lado, podia observar los gestos de dolor e incomodidad que hacia el pelinegro y ya despues de unos minutos pudo ver como abria los ojos.
"Desperto por fin" dijo alegre en su interior y una sonrisa se empezo a ver en su rostro.
-takano-san- dijo alegre y tranquilo mientras tomaba su mano.
El pelinegro se levanto lentamente de la cama, se sentia confundido por ver el lugar donde despertaba y despues de sentir el agarre de su mano se giro para encontrarse con un castaño sonriente, desconfianza, miedo y confusión era lo que sentia en ese momento pues no sabia quie era ese chico que lo tomaba con tanta libertad.
-¿quien eres tú?- dijo mientras se soltaba del agarre del castaño.
-no...-dijo en susurro el castaño y asi cambiando su expresion alegre a una asustada .
-¿perdon?- dijo confundido el pelinegro otra vez.
Se habia cumplido, lo que dijo el medico se cumplio, pues su pelinegro, su primer y actual amor lo habia olvidado, temia y paso y ahora su pesadilla se hacia realidad lentamente.
-n-no me recuerdas...- sentia como las lagrimas empezaban a recorrer su cara, no queria creer esta realidad que pasaba.
-losiento pero yo nunca te eh visto...-le dolio, esas palabras eran como veneno para él.
-no-repitio- no puede...no puede estar pasando- dijo entre lagrimas y asi dejando el lugar, no queria verlo, no queria vivirlo.
Todo se habia perdido y todo por culpa de su estupido orgullo.