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Together por NamiShion

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Notas del fanfic:

Bien, este fanfic transcurre durante los capítulos finales de mi fanfic de Exo, Baby Don't Cry (http://amor-yaoi.com/fanfic/viewstory.php?sid=106708). Para los que no lo han leído, les recomiendo que lo hagan primero, pero, si les da pereza leerlo...

Kris es el hijo de un mafioso muy influyente en China pero, aún así, recide en Corea, en donde se ha enamorado de Luhan, un estudiante como cualquier otro del que se ha hecho amigo. Debido a que no es del agrado de sus amigos, Kris ha tenido una pelea con Kai, el mejor amigo de Luhan y, finalmente, fue suspendido de la escuela durante un par de días. YiFan decide aprovechar esos días para viajar a China y encontrarse con su mejor amigo desde la infancia, Lay.

Es eso, en resumen. Espero que lo disfruten~

La tarde era fría y lluviosa, como cualquier otra tarde en China. Había salido temprano, el suyo era uno de los pocos y particulares casos que eran vigilados por la familia Wu. Sí, era sorprendente pero no implicaba que dejase de ser cierto, a pesar de su corta edad, unos _ años, había sido amparado bajo el ala de aquella importante familia. Desde luego, aquello no había sido sencillo, las personas en las que la familia Wu se fijaba eran personas influyentes y que, por alguna razón, tenían dificultades en su vida diaria. No en vano, los padres de Lay lo habían abandonado cuando era pequeño en un orfanato. Nunca supo quiénes eran y, probablemente, nunca lo sabría, tampoco le importaba mucho, lo único de lo que era consciente era que, un día como aquel, muchos años atrás, un representante de la familia Wu había llegado a donde él vivía y, tras observar a los niños en su entorno, había decidido llevarlo con él. Yixing, como su verdadero nombre era, siempre había sido una persona callada y respetuosa, deseosa de aprender, por ello, aunque había ocasiones en la que su horario escolar se veía recortado y luego debía recuperar el tiempo perdido a través de clases particulares debido a asuntos que lo requerían, nada de aquello le importaba. El chico solía tener gran facilidad en cuanto a los temas de la secundaria se trataban, solía ser muy centrado en las clases, además de que contaba con cierta ayuda, sino, ¿por qué más se habría fijado en él una de las familias más ricas y mayormente implicada en la mafia del país? ¿Por qué habrían de adoptarlo si no obtenían nada a cambio? Lo que Lay tenía era una capacidad muy particular llamada memoria fotográfica, una cualidad que le permitía memorizar fácilmente las distintas imágenes que se presentaban frente a él. Gracias a ello, solo tenía que centrar su mirada en las hojas que necesitaba estudiar para memorizarlas y, a pesar de que no le gustaba utilizar aquella habilidad, sino que prefería entender las cosas antes de seguir adelante, la escuela no era un gran reto para él. Aún así, no era tan malo, a decir verdad, aquello le brindaba un mayor tiempo de disponibilidad para con su nueva familia. Ellos le habían dado un futuro, era lo mínimo que podía hacer por ellos. Había sido un duro comienzo: durante los primeros años había recibido una educación avanzada en los terrenos de los Wu, los cuales se habían transformado en una prisión para él. No le tenían permitido abandonar los terrenos bajo ninguna justificación; en una ocasión lo había intentado y el castigo había sido realmente terrible. Pero también, gracias a ellos, había conocido a quien actualmente era su mejor amigo, nada más ni nada menos que el descendiente de los Wu, YiFan, mejor conocido como Kris.

No fue precisamente poco el tiempo que estuvo ocupado curando personas aquel día. Al parecer la familia Wu había tenido un pequeño confrontamiento con otra gran familia y no habían salido del todo bien. El cielo estaba oscuro cuando salió de la casa principal para dirigirse al cómodo departamento que le habían regalado cuando hubo cumplido sus dieciséis años, un lugar en el que podía tener un poco de espacio y en el que podía estudiar libremente sin molestar a nadie. La pesadez estaba presente en sus movimientos al llegar a su lugar de residencia. Abrió la puerta principal y luego dejó que el ascensor lo transportara hasta el quinto piso. Los lujos de su estancia nunca dejaban de sorprenderlo, no había sido él quien había arreglado el lugar, pues era más bien partidario de la simpleza, y, aunque en un principio le había resultado un tanto incómodo, se había acostumbrado a ello, al fin y al cabo, como miembro de la familia Wu, debía acostumbrarse a ese tipo de cosas.

Encendió las luces al finalmente encontrarse en su piso. Todo estaba tal como lo había dejado, cosa que lo hizo sonreír. Caminó unos pocos pasos hasta donde el sillón se encontraba y dejó caer allí su bolso. Era tarde, la hora de la cena había pasado hace rato y no tenía hambre. Dejando encendida la luz de la sala de estar, costumbre que tenía, avanzó con aquel paso cansino hasta su habitación; todo lo que quería en aquel momento era dormir. Ni siquiera se molestó en encender la luz del lugar. Se quitó los zapatos que llevaba y se dejó caer sobre la cama de doble plaza. Fue entonces cuando notó que algo andaba mal. Su brazo golpeó contra algo de gran tamaño y entonces, gracias a la débil luz proveniente del pasillo, puso apreciar que no estaba solo, otra persona estaba acostada en su cama a su lado. Alarmado, su sueño se extinguió de un segundo a otro y se incorporó, asustado. Tanteó la zona junto a su cama, intentando encontrar la lámpara sobre la mesita de luz y, en su desesperación, acabó por caer al suelo. La luz se encendió y se asomó por el borde de la cama, sintiendo la manera acelerada en la que su corazón latía. Una familiar risa llenó la estancia y, relajándose por completo, Yixing dejó escapar el aliento que había estado conteniendo.

-Vaya, vaya, no has cambiado en absoluto Lay-dijo, aquella persona, negando, con una divertida expresión en su rostro.
-¡Kris!-lo regañó el aludido, con un pequeño y tierno puchero habiéndose formado en sus labios-. ¡Me asustaste!
-¿Eso es todo lo que le dirás a tu mejor amigo después de meses sin verlo?-inquirió el chico, sentándose en la cama al tiempo que enarcaba una de sus cejas. La sábana resbaló por el cuerpo del contrario hasta la altura de su vientre, rebelando un musculoso pecho, bien trabajado, y de una piel encantadora. No fue muy difícil para Yixing el comprender que su amigo estaba completamente desnudo. Se mordió el labio inferior durante unos instantes, sintiendo como su propio cuerpo lo traicionaba. El hecho de que el contrario bajara la mirada desde sus ojos hasta su entrepierna, cubierta por un pantalón de jean, no hizo más que empeorar las cosas. Un estremecimiento recorrió su cuerpo, causando aquello una pequeña risa por parte de YiFan. Sintiendo sus mejillas arder, el chico sonrió levemente y volvió a subirse a la cama, aproximándose al mayor, quien lo rodeó con sus brazos. Besó su mejilla para luego reposar la cabeza sobre su hombro.
-Te extrañé gege, es bueno verte…-dijo Yixing en un susurro. Kris dedicó unos instantes a observar la figura del menor. Definitivamente había cambiado en los últimos meses que habían pasado separados. ¿Cuándo había sido la última vez que había visto a Lay? Recordaba que el chico lo había acompañado al aeropuerto cuando se había marchado a Corea, pero hacía ya tanto de ello que no le era posible recordar la fecha exacta. En cuanto a su apariencia física, el chico no había cambiado tanto en realidad, sin embargo… Tomó su mentón para alzar el rostro del chico y examinarlo detenidamente. Estaba increíblemente guapo. De pronto, Luhan, Sehun, Tao, Kai… todo aquello desapareció de su mente, dejando paso a la imagen del hermoso chico que tenía en frente. Cerró los ojos y, ladeando el rostro ligeramente, besó los labios del chico con aquella voracidad propia de ambos cuando estaban juntos. Sus intensiones eran más que palpables y sintió como los labios de su amigo se curvaron en una pequeña sonrisa antes de que comenzara a corresponderle. No necesitaba más. Cortando el beso de un momento a otro, colocó sus manos en la cintura de Yixing y lo volteó bruscamente, sentándolo entre sus piernas pero por encima de la cama. No perdió tiempo en simples juegos de provocaciones, ambos sabían lo que el otro deseaba y, por ello, la mano de YiFan viajó directamente hacia la entrepierna del menor.
-Estás tan duro…-le susurró YiFan al oído, al tiempo que apretaba aquella, efectivamente dura, zona, obteniendo un placentero gemido a modo de respuesta. Los dedos de Lay se cerraban en torno a las sábanas de la cama y su cuerpo se fue encorvando hasta que acabó por apoyar la cabeza en el hombro del chico, en una visión sumamente tentadora. Kris no se hizo negar y, sin perder un segundo, introdujo la mano bajo la ropa interior del chico, encontrando su gran miembro, el cual luchaba vanamente contra la tela en busca de ser liberado. Un nuevo y alto gemido se dejó escuchar en la habitación.
-Gege… por favor…-suplicó el castaño, cosa que, desde luego, fue en vano, conociendo sus fetiches, el mayor no iba a ser tan amable con él. Con aquella socarrona sonrisa en sus labios, el aludido cerró su mano en torno a la erección del chico, comenzando a moverla a lo largo de ésta, hacia arriba y hacia abajo. Sus labios se posaron en el cuello del chico, el cual no dudaron en atacar, primero con succiones y luego con fuertes mordidas, que hicieron que el contrario se estremeciera por completo. La temperatura de la habitación no tardó en aumentar debido al calor que ambos cuerpos despedían, y cualquier persona que los hubiese visto en aquella situación, se habría quedado atrapado por sus actos.
-Ayúdame…-a pesar de sus palabras, Yixing sabía que aquello no era un pedido sino, indudablemente, una orden. Su mano libre avanzó por la cintura de éste, siguiendo un trayecto ascendente hasta posarse en su pecho, en donde se cerró en torno a la tela con firmeza; la mano del menor ya estaba allí para ayudarle. Juntos, jalaron la prenda con fuerza, rasgándola hasta que el pecho del curandero hubo quedado expuesto por completo. Rápido como acostumbraba, los dedos del chico se elevaron un poco más, hasta alcanzar la gimiente boca del castaño-. Eres tan perfecto…-susurró, introduciendo dos de sus dedos en la cavidad de Yixing, sintiendo como el húmedo sinhueso del chico comenzaba a deslizarse por éstos. Una vez húmedos, utilizó aquellos dígitos para atrapar una de las tetillas del chico, apretándola y jalando de ella sin desatender su parte baja-. No te conformas con ello, ¿verdad? Quieres algo más grande que chupar…-las palabras sucias siempre funcionaban con Lay, desde que en una ocasión había admitido que le encantaba que le hablaran así, no dudaba en hacerlo, y aquella vez no fue la excepción; al escuchar las palabras pronunciadas por el mayor, el chico decidió ignorar momentáneamente las oleadas de placer. Kris finalmente decidió tener algo de contemplación con él y le quitó el pantalón, dejándolo únicamente con aquella fina y transparente ropa interior que usaba, regalo que él mismo le había hecho años atrás. Las cosas se dieron vuelta para Lay cuando, a pesar de disponerse a meterse bajo las sábanas, YiFan lo tomó con fuerza, empujándolo contra el colchón. Sorprendido, vio como el mayor era quien desaparecía bajo éstas, cubriendo su parte baja. Una oleada de placer recorrió su cuerpo por completo al sentir como la húmeda lengua de Kris se deslizaba por sobre la tela. El chico nunca había hecho aquello antes y nunca habría creído que fuera lo suficientemente atrevido como para hacerlo.
-YiFan…-gimoteó Lay, cerrando sus ojos en una mueca de placer. Sus manos buscaron con desesperación algo a lo que aferrarse, hasta que finalmente éstas se cerraron fuertemente sobre la almohada. Los labios expertos del chico no dejaban de recorrer aquella zona de manera experta. ¿Cuándo había desarrollado Kris una habilidad semejante? Según sabía era Tao quien normalmente le daba sexo oral al mayor. Pero allí estaba él, excitándolo de sobremanera. Las carnosidades del chico se deslizaron a lo largo de todo su tronco hasta alcanzar sus testículos, apretados bajo la tela de la única prenda que llevaba-. Por favor…-volvió a pedir, sintiendo como, a modo de respuesta, el chico rodeaba una de las pequeñas bolsas, jalando suavemente de ella, para luego volver a subir hasta la parte superior de su miembro, la cual succionó. Las oleadas de placer eran cada vez más fuerte y Lay, completamente excitado, no dejaba de retorcerse ante las expertas atenciones. Un cosquilleo comenzó a hacerse presente en la parte baja de su abdomen. ¿Hace cuánto que no sentía aquello? Sabía que pronto se correría. A medida que los segundos pasaban, sentía cada vez más presión allí abajo, hasta que ya no lo resistió y, encorvando su espalda al máximo, se corrió con los ojos fuertemente cerrados y la boca abierta en una incontenible mueca de placer-. Dios…-fue todo lo que fue capaz de articular. Fue entonces que YiFan se asomó fuera de las sábanas, aún permaneciendo sobre él. Una pícara sonrisa se había dibujado en sus labios.
-Sí que eres sucio Yixing, te has corrido con tu ropa interior puesta-comentó, deleitándose con la visión del chico, que ahora mantenía los ojos entrecerrados y cuyo pecho subía y bajaba a un ritmo acelerado en lo que intentaba recuperarse de las sensaciones de los últimos instantes.
-N-no es que me dejaras mucha opción-respondió el menor, clavando sus ojos en los ajenos. Tan solo fue necesario aquello para que el más alto se percatara de una realidad, el chico aún deseaba más. Sonriendo nuevamente, se inclinó hacia delante, atrapando sus labios en un demandante beso. Yixing, completamente sumiso, abrió los suyos y dejó que su amigo lo invadiera. La mano de YiFan volvió a atender nuevamente la sensible entrepierna del castaño, solo que, en esta ocasión, su mano fue por debajo de la ropa interior. La piel del pequeño reaccionaba maravillosamente ante cada mínimo roce y de sus labios no tardaron en salir nuevos gemidos, ahogados por completo gracias a la lengua de Kris, la cual recorría libremente aquella cavidad. Gracias a ello, el miembro de Yixing no tardó en estar nuevamente erecto. Kris se acomodó de rodillas y, mirando al chico a los ojos, jaló de la ropa interior hacia ambos lados, rompiéndola también. Ahora ambos estaban desnudos y, cuando el mayor volvió a inclinarse, buscando ahora atacar el cuello del castaño, el menor sintió como sus miembros se rozaban placenteramente, uno contra el otro-. K-Kris… por favor ya no me tortures…-suplicó. Aquello fue todo lo que Kris necesitó. Depositó un último beso en aquellos hinchados labios antes de incorporarse y se posicionó luego con la punta de su miembro contra la entrada de su amigo. Yixing asintió, se había acostumbrado ya a las penetraciones sin preparación por parte de Kris y éstas lo volvían loco. Sintió como, poco a poco, el mayor comenzaba a abrirse paso en su interior, abriéndolo y desgarrándolo en un delicioso dolor. La espalda de Lay se encorvó nuevamente y soltó un nuevo gemido que llenó toda la habitación. No pasó mucho tiempo antes de que el rubio comenzara a moverse en su interior, con las piernas del contrario sobre sus hombros para, así, moverse con mayor libertad. Kris era tan bueno en la cama, realmente había extrañado aquel sexo salvaje que solo parecía disfrutar si era su amigo quien se lo hacía. Esta vez fueron los gemidos de ambos los que llenaron la habitación hasta que, al final, ambos acabaron en un glorioso orgasmo.
-De verdad te extrañé…-susurró Kris, en un tono un tanto adormilado, recostado boca abajo en uno de los lados de la cama con el rostro ladeado hacia su acompañante. Éste estaba acomodado de costado, sintiendo aún el punzante dolor en su trasero, el cual, probablemente, lo acompañaría por uno o dos días más. El castaño estiró una de sus manos hasta alcanzar el rostro del mayor, una linda sonrisa estaba dibujada en sus facciones.
-También yo… es bueno verte al fin. Me hacías falta, desde que te fuiste a Corea que no he sabido más de ti. ¿Cuándo llegaste? Me sorprende que vinieras sin avisar-el tono de voz de Yixing era ya más relajado; era bueno poder, después de tanto tiempo, hablar con alguien en su idioma natal, al fin y al cabo, por más que Tao y Luhan también provenían de ese lugar, su esclavo siempre permanecía callado debido a sus propias órdenes y con el segundo se había acostumbrado a hablar en coreano, al fin y al cabo también necesitaba practicar aquel idioma.
-Llegué esta tarde pero pasé a ver a mi padre primero-explicó-. A decir verdad también fue una sorpresa para mí, no tenía pensado venir por aquí hasta fin de año pero… bueno… sucedieron cosas de las que prefiero no hablar-al ver el asentimiento de su amigo, sonrió. Lay no había cambiado en absoluto, desde chicos las cosas habían sido así entre ambos, el menor siempre escuchaba sus problemas aunque, cuando no quería hablar de ello, respetaba su silencio y no intentaba indagar en donde no debía, en parte era esa la razón por la cual le caía tan bien-. ¿Qué hay de ti? ¿Cómo has estado?
-Yo…-Yixing meditó correctamente sus palabras antes de hablar aunque, finalmente, acabó por encogerse de hombros-. No ha habido nada en particular, he estado bien, igual que siempre. Me he estado esforzando mucho para dar lo mejor de mí por la familia-respondió, aunque aquello no era del todo cierto. La verdad era que algo había cambiado desde la última vez que ellos dos habían estado juntos. Mejor dicho, alguien había llegado a su vida, alguien que, por primera vez, era ajeno a la familia Wu. Notaba la mirada de Kris clavada sobre él por lo que no podía evitar ponerse nervioso. Aquella no era la primera vez que se acostaba con su amigo, desde que se habían conocido lo habían hecho en tantas ocasiones que no alcanzaba a contarlas con la mano, sin embargo, su relación jamás había estado del todo clara para él. ¿Acaso eran más que amigos? Lo que llamaban “amigos con derecho” quizás, pero, ¿había algo más allá de ello? Lo dudaba, él nunca había sentido nada particularmente fuerte por el mayor, más allá de la atracción física que sentía por éste. El problema era que no conocía los sentimientos de YiFan, estos siempre habían sido un misterio para él, y el chico no era precisamente conocido por su amabilidad, si había algo que él quería, no paraba hasta conseguirlo. Aquellas inquietudes parecieron dibujarse en el rostro del castaño pues, en ese momento, la pregunta de Kris lo dejó conmocionado durante unos instantes.
-¿Seguro que nada ha pasado? ¿Ningún chico ha llamado su atención?-al ver la manera en la que su amigo lo miraba, no pudo soltar una risa. Estiró su mano hasta golpear ligeramente su mejilla-. Tonto, ¿para qué te esfuerzas en esconderlo si se te nota en la cara? Bien, me alegra no ser el único.
-¿El único?-ahora, el tono de voz de Yixing demostraba lo confundido que se sentía.
-Pues… supongo que muchas cosas han pasado desde que dejé China. Conocí a alguien muy interesante allá, ¿sabes? Su nombre es Luhan. Sus amigos me estaban dando algo de problemas porque no confían en mí, pero supongo que ahora ya no se meterán más en donde no los llaman-el modo en el que dijo aquello le sirvió para darse cuenta de que no debía hacer más preguntas al respecto. ¿Qué les habría hecho Kris a esos pobres chicos? Desechó la idea de su mente y centró nuevamente su atención en el mayor.
-En ese caso… ¿por qué estás aquí? ¿Y Tao?-la curiosidad de Lay era comprensible, desde que el pequeño esclavo había llegado a la vida del contrario, éste no se despegaba de él a menos que YiFan simplemente deseara algo de privacidad. Suponía que las cosas debían ser diferentes en Corea pero se le hacía extraño no ver al morocho por allí.
-Oh… pues… tuve ciertos problemas y mi padre no es tan influyente allí como aquí, por lo que me dieron un tiempo de suspensión, nada grave. Estaba un poco molesto al principio así que decidí dejar a Tao en casa, pero, ¿sabes? Considerándolo bien… supongo que un descanso no está mal de vez en cuando…-tras decir aquello, se acercó al menor para besar sus labios una vez más y el chico, a modo de respuesta, se acurrucó contra su pecho, aferrándose suavemente a él. Sonrió; Yixing siempre había sido cariñoso con él, era divertido como su personalidad cambiaba después del sexo y buscaba la calidez de su amigo, algo que las personas con las que se acostaba no solían reclamar por su parte. Una de sus manos se deslizó hasta los suaves cabellos, los cuales empezó a acariciar-. Cuéntame más acerca de tu chico-pidió. Tras unos instantes de silencio, Lay evocó la imagen de Suho a su cabeza y, cerrando los ojos, comenzó a hablar lentamente.
-No es mi chico-comenzó por decir-. Tan solo es un conocido, un compañero de clases, de buena familia. No suelo hablar con otros y no tengo amigos en la escuela, pero con él las cosas son diferentes, es muy cálido y siempre se preocupa por saber cómo estoy y ese tipo de cosas. A veces nos juntamos a estudiar por lo que he ido a su casa un par de veces… no está mal-una tímida sonrisa se había ido curvando en los labios del adolescente mientras hablaba, a pesar de la oscuridad del lugar, los ojos del menor de los Wu se habían acostumbrado ya a ésta y podía apreciar la expresión de su acompañante, era la misma que Luhan tenía cuando hablaban de Sehun, cosa que lo irritó un poco.
-Suena a alguien maravilloso-acabó por decir, aunque en su cabeza se estaban manifestando otro tipo de pensamientos. En cierta forma estaba feliz por su amigo, pero no podía evitar que le desagradara la idea de que, mientras él luchaba por ganarse el amor de Luhan, éste fuera feliz-. De seguro debe tener algún defecto, además, ese suele ser el tipo de chicos que se buscan una linda novia americana con la que salir, al fin y al cabo, no hay nada que el dinero no pueda costear, ¿cierto?-observó atentamente el cambio de expresión de Yixing en aquel momento, de pronto su rostro se había vuelto algo tenso.
-A decir verdad…-tras las palabras que su amigo le había dicho, el castaño dudó si contarle aquello. Conocía muy bien a YiFan como para no saber lo que estaba sucediendo, se notaba que el chico estaba celoso. Pero… ¿celoso de qué? ¿No había dicho acaso, momentos antes, que él también tenía a alguien en mente? Al levantar la mirada se encontró nuevamente con los ojos ajenos clavados en los propios, esperando a que continuara-. Pues… me invitó a salir. Todavía no hemos arreglado una fecha en particular pero se supone que será en alguno de estos días…-un silencio incómodo se formó entre ambos en lo que el mayor meditaba correctamente esas palabras. Sabía que no pasaría mucho tiempo en China pero si la cita se desarrollaba en aquel período de tiempo, podría conocer qué tipo de persona era ese tal Suho. Al parecer las cosas iban bien para su amigo de momento y, siendo esa la situación, quería asegurarse de que el chico quedaba en buenas manos; cuando eran más jóvenes había considerado en más de una ocasión el salir seriamente con él, pero las cosas se habían dado de otra manera. Ahora, a él le gustaba Luhan y a su amigo parecía gustarle ese otro chico, sabiendo que no podía quedarse para protegerlo, se aseguraría por lo menos de que aquel chico valiera la pena, no iba a dejar a su Yixing en manos de alguien quien no lo mereciera. Tenía que pensar en un plan.
-Tengo sueño, durmamos-fue toda la excusa que dio. Diciendo aquello, se volteó de espaldas al menor, sin molestarse en ahogar el bostezo que escapó de sus labios. Al día siguiente tenía cosas que hacer, sería un día divertido.

 

A veces le resultaba increíble lo fácil que conseguía las cosas que quería. Ni siquiera había tenido que hablar con su padre para conseguir que un hombre siguiera a Lay durante todo el día, informándole acerca de sus actividades. Por su parte, se había levantado un rato antes de que amaneciera y se había marchado del piso de su amigo. A decir verdad no tenía muchas cosas que hacer de momento, por lo que se había dedicado a visitar lugares a los que solía ir cuando estaba en China. Había desayunado en la mejor cafetería de la zona y luego había caminado un rato, visitando diferentes tiendas de su agrado, aunque sin comprar nada en particular. En más de una ocasión barajó la posibilidad de comprar un obsequio para Luhan, aunque luego hizo la idea a un lado, no quería que el chico creyera que pensaba en él excesivamente, además, después de lo sucedido con su mejor amigo, debía abordar la situación con cuidado. En resumen, su día había sido largo y aburrido, con la pequeña  atenuación de una visita a la peluquería para pasar el tiempo. Los informes tampoco contaban gran cosa: Lay se había despertado temprano y, como todo estudiante, había asistido a la escuela. Al parecer aquel día no había tenido ninguna demanda por parte de la familia, por lo que había podido seguir con sus clases regulares. No fue hasta la media tarde que recibió la primera noticia que llamó su atención. Al parecer, su amigo había dejado la escuela acompañado de un chico de baja estatura y apariencia pulcra. Aquella descripción bastó para que se diera cuenta de que el chico no era, efectivamente, otro que Suho. Satisfecho, le pidió que no se perdiera detalle de su conversación, ya se reunirían aquella noche para hablar acerca de los detalles.

 

El restaurante no estaba precisamente vacío cuando ingresó a la estancia, sin embargo era justo lo que necesitaba. La gente cuchicheando haría más sencillo las cosas, además, tenía una reserva a su nombre por lo que aquello tampoco lo preocupaba. Dejó que lo guiaran hasta una mesa al fondo del lugar, el hombre con quien se tenía que encontrar ya estaba allí. Ambos intercambiaron una reverencia a modo de saludo y ordenaron la comida. No fue hasta que el mesero se hubo ido tras servir el vino que el tema que los concernía salió a colación. YiFan fue puesto al corriente de lo que había sucedido aquella tarde entre su amigo Yixing y aquel tal Suho, cuyo nombre real resultó ser Kim JoonMyun. Cualquier persona habría ignorado aquel asunto en particular, pero ese nombre le dio mala espina a Kris. ¿Con todas las personas que rodeaban al castaño, se le ocurría salir precisamente con alguien de origen coreano? Aquella información fue lo que bastó para que el rubio decidiera seguir con su plan.

-¿Cómo desea proseguir a continuación, señor Wu?-inquirió el hombre frente a él. Al ver que el mesero se acercaba con su comida, no respondió enseguida, sino que dejó que el desconocido se tomase su tiempo para servirlos. Una vez que se hubo marchado, observó el plato de carne con salsa agridulce que había frente a él, para finalmente clavar sus ojos en los ajenos.
-Dijiste algo de una cita, ¿verdad?-aquella era la información clave. Mientras aguardaba la respuesta del contrario, cortó un pedazo de carne y se lo llevó a la boca, degustándolo; siempre había estado satisfecho con la comida de aquel lugar y, al parecer, aquella noche no sería la excepción.
-Así es, señor Wu, ambos jóvenes han pactado una cita que tendrá lugar mañana mismo. Como no tienen clases, planean reunirse a eso de las doce del mediodía en la puerta de su escuela e irán juntos a almorzar. No hablaron más que eso, por lo que asumo que en el mismo almuerzo hablarán acerca de qué hacer después-el informe de aquel hombre fue claro y conciso. YiFan conocía muy bien a los hombres que trabajaban para su padre y en ningún momento se vio arrepentido de haber elegido precisamente a ese para el trabajo. Tragó la carne en su boca para, finalmente, volver a hablar.
-Ha llovido mucho estos días, ¿verdad?-inquirió, descolocando ciertamente al hombre. Al ver que asentía, comenzó a meditar acerca de sus posibilidades. Sabía que lo que planeaba era algo cruel y que su amigo sufriría, sin embargo, tenía que tener la certeza de que estaba en buenas manos. Su padre le había encargado un par de asuntos por lo que sabía que no contaba con mucho tiempo, y la cita sería al día siguiente, no podía desperdiciar esa oportunidad. Tras cavilar durante unos instantes, clavó su fría mirada en su empleado-. No habrá cita mañana-contrariamente a la anterior, aquella respuesta no sorprendió en absoluto al mayor, quien, asintiendo dejó su comida de lado por unos instantes para reclinarse hacia delante, interesado por la propuesta del chico.
-¿Tiene alguna idea en particular, joven Wu?-preguntó, aunque aquello no era necesario, pues solo bastaba con ver la petulante sonrisa del rubio para saber que no solo tenía un plan, sino que contaba con que éste funcionaría.
-Desde luego-y, sin perder más tiempo, Kris procedió a contarle hasta los más mínimos detalles de lo que planeaba hacer con el menor. Quizás fuera un plan un tanto extraño, y cualquier desconocido que lo hubiese escuchado habría pensado que no hacía eso por su amigo, sino que más bien por el simple gusto de lastimarlo, pero las personas a YiFan sabían la forma en la que este pensaba, además, el hecho de conocer su amistad con Lay también ayudaba a la compresión, sabían que, al fin y al cabo, gracias a aquel pequeño sufrimiento, se obtendría un bien mayor… y Yixing nunca sabría qué era lo que realmente había pasado.

 

Era temprano aún pero allí estaba. Sabía que Suho tardaría un par de minutos más en llegar, su casa estaba un poco más lejos que su departamento y, por más que le gustaba ser puntual, era extraño que se adelantase. Había despertado hecho un manojo de nervios, sobresaltándose al encontrar a YiFan dormido a su lado, con un brazo por encima de su cuerpo. Había discutido con su amigo aquella mañana, argumentando que no podía meterse en su cama sin su consentimiento, además del un tanto perturbador hecho de que tuviese una copia de las llaves de su departamento. Kris había reaccionado con sorpresa ante sus duras palabras pero, una vez más calmado, le había explicado que estaba un tanto nervioso pues aquel día tenía una cita con Suho. El rubio se había mostrado interesado en ello, sin embargo, había lamentado el tener que perderse los detalles, aquel día tenía un par de reuniones importantes con gente influyente que su padre había insistido en que conociese. Habiéndose quedado solo tan temprano, se había dado una ducha rápida y luego había salido a pesar de la hora. Estaba nervioso, nunca había tenido una cita antes y no sabía qué esperar. JoonMyun era un gran chico, estaba seguro de que la pasarían en grande, pero no podía evitar sentir como sus manos se humedecían por los nervios.

Tal y como esperaba, estuvo varios minutos esperando a que el contrario se presentara. El día estaba despejado y el frío era, dentro de todo, soportable. En momentos como aquellos agradecía la suerte de no ser un huérfano más, tenía un hogar al que volver, ropa cálida y buena comida, muchas personas no tenían tanta fortuna como él y no podía evitar lamentarse por ellos. Poca gente pasaba por la zona aquel día, por más que en un día ordinario hubiese estado lleno de transeúntes, lo que menos querían hacer los chicos de su edad en un fin de semana era visitar el lugar en donde pasaban la mayor parte del tiempo el resto de los días. Todo estaba tranquilo, demasiado para su gusto. Cuando empezaba a exasperarse, escuchó unos tranquilos pasos que se acercaban hacia él por detrás. Los nervios volvieron a asaltarlo y una tímida sonrisa se dibujó en su rostro. Lo próximo que Yixing supo era que, al tiempo que una mano lo sujetaba con firmeza, otra deslizaba un húmedo paño por delante, cubriendo su nariz y su boca. Un aroma dulzón lo llenó todo y su mirada se torno nublosa. Intentó soltarse pero no tenía fuerzas. Todo comenzó a volverse oscuro. Lo último que vio antes de caer desmayado fue a un chico de baja estatura dando la vuelta por una esquina lejana, encaminándose hacia allí. Suho.

 

¿Cómo describir lo feliz que se sentía en aquel momento? Después de mucho tiempo de darle vueltas al tema, finalmente se había atrevido a pedirle a su compañero Yixing que tuviera una cita con él. La alegría que había llenado su corazón al escucharlo aceptar no había hecho más que crecer a medida que se acercaba la hora de la cita. Quizás estaba haciendo suposiciones erróneas que tan solo lo lastimarían, pero no podía evitar ilusionarse. ¿Tendría alguna oportunidad con Yixing en un futuro? El chico era miembro de una familia influyente en la escuela, pero, al escuchar que se estaba relacionando con un integrante de la familia Wu, más que alegrarse, sus padres habían perdido los estribos. Nunca había escuchado a su padre gritarle de aquel modo a nadie. Sus palabras aún resonaban en su mente, habían insistido en que se alejase del castaño, en que no querían problemas con la familia Wu. Cuando había preguntado por qué, se habían negado a darle mayor información, argumentando que era por su propio bien. Pero Yixing era tan buen chico, no entendía cómo los demás podían rehuir de él tan fácilmente, todo lo que él quería era conocerlo más y, quizás, desentrañar el misterio de todo aquello. Por eso era que estaba allí ahora mismo, sabiendo que sus padres volverían a gritarle si se enteraban de ello, había decidido ignorar su petición. ¿Qué clase de argumento lógico podía competir contra un corazón enamorado? Suho era joven y estaba en su derecho de salir con quien quisiera, además, sabía que el contrario jamás habría aceptado de saber que aquello le daría problemas a Suho.

Se había encargado de que todo fuera perfecto: la idea era encontrarse en la entrada de la escuela; llegaría caminando, no quería que su cita pensara que estaba haciendo gala de su dinero ni nada por el estilo, dos cuadras precisamente, no quería llegar de improvisto, quería que Yixing supiera que se estaba acercando, no quería tomarlo por sorpresa. De allí, caminarían un poco e irían a almorzar a un restaurante en las cercanías, un lugar un tanto lujoso pero no en exceso en donde había hecho la reserva con anticipación. Allí degustarían de unos manjares que Yixing, probablemente, nunca probaría en otro lugar, no en vano ese era el lugar favorito de JoonMyun a la hora de degustar un buen almuerzo. Tenían después dos opciones, una igual de divertida que la otra: podían ir a un zoológico cercano o al cina, ambos eran buenos lugares para tener una cita, según había visto en más de una película, aunque, si Yixing tenía una propuesta mejor, estaría abierto a ella, su principal misión aquel día era, en resumen, lograr que el chino se sintiera especial. Quizás el ramo de flores que llevaba ahora en la mano era un detalle un poco excesivo, sin embargo había querido tener el gesto. Los lugares en los que solía encontrarse con Lay solían ser espacios verdes, llenos de plantas, vivos, por lo que esas flores le recordaban al joven en cierta forma.

Lo rápido que todo perdió el sentido lo golpeó como una ola de agua fría. Había calculado todo perfectamente: su llegada, el regalo, el plan. Todo se desbarató en unos instantes cuando, al girar en la esquina, vio que un hombre, completamente vestido de una tonalidad gris oscura, sujetaba a un Yixing que no tardó en desfallecer. Su cuerpo se paralizó ante semejante escena y su corazón comenzó a latir con rapidez. Quería correr tras él pero todo lo que pudo hacer en ese momento fue escuchar como el ramo que segundos antes llevaba en mano golpeaba el suelo. Sin perder segundo alguno, consciente de que tenía compañía, el hombre cargó al desmayado chico y se echó a correr, alejándose de allí. El cerebro de Lay pareció tomar el control sobre su cuerpo una vez más; eso era lo que tenía que hacer, correr.

-¡Yixing!-gritó, con la voz más fuerte que pudo, al tiempo que comenzaba a avanzar con rápidos pasos a través de la vacía calle. Sin embargo, el desconocido le llevaba una ventaja de dos cuadras de distancia y, cuando finalmente alcanzó la esquina en la que éste había doblado, lo único que pudo ver era como una furgoneta negra como cualquier otra se alejaba de allí. Completamente agotado, sin que sus piernas pudiesen sostenerlo ya, se dejó caer. Todo lo que puso hacer en ese momento fue memorizar la patente del vehículo antes de que éste desapareciera de vista. Fue entonces que escuchó pasos aproximándose detrás de él. Ignorándolos completamente, golpeó el suelo con fuerza-. ¡Maldición!-exclamó con una gran mezcla de rabia e impotencia.
-¿Estás bien?-una voz un tanto perturbada se escuchó detrás de él. Una persona se acuclilló a su lado, cuando volteó a verlo se percató de que era un desconocido, aún así, su mirada denotaba únicamente preocupación-. Soy un amigo de Yixing, me dijeron que lo encontraría aquí, aquel a quien se llevaron era él, ¿verdad? ¿Tú estás bien?-repitió, percatándose de que, poco a poco, algo de reconocimiento se hacía presente en los ojos ajenos-. ¿No te hicieron daño? ¿Hubo forcejeo?
-N-no…-finalmente Suho encontró las palabras necesarias. Miró fijamente al chico a su lado, no parecía mucho mayor que él. ¿Sería ese Kris? Yixing nunca le había hablado de algún otro amigo, además de que sabía que el chico estaba de vuelta en el país porque así se lo había contado… pero ese no era el momento de pensar en ello. Negó con la cabeza, despejándose un poco, y volvió a mirar al chico frente a él-. Se supone que debíamos encontrarnos para tener una cita pero cuando llegué ese hombre ya lo tenía sujeto. Creo que lo drogaron-para ese punto, se puso de pie de un brinco, sintiendo como, nuevamente, la adrenalina recorría su cuerpo-. ¡Tenemos que ir tras ellos!-se echó entonces a correr pero una mano no tardó en apresar su muñeca, deteniéndolo. Irritado, se volteó a ver al chico-. ¡No tenemos un segundo que perder! ¡No sabemos quiénes son esos sujetos ni a dónde lo llevaron! ¿Y si le hacen daño?
-¿Y qué piensas hacer? ¿Seguir a pie una camioneta que, probablemente, esté ya lejos de aquí?-inquirió YiFan, arqueando sus cejas sin poder creer en la inocencia del contrario. Al percatarse de su razonamiento, el rostro del coreano no tardó en adquirir un tono rojizo debido a la vergüenza, al fin y al cabo, el más alto estaba en lo cierto. Suspirando, clavó su mirada en el suelo, sin saber qué decir-. Bien… así está mejor. ¿Alcanzaste a ver la patente del auto? Así será más fácil rastrearlo.
-¡Oh!-al escuchar aquella pregunta, no dudó en asentir. Vio que el rubio le tendía un pedazo de papel en el que, sin demora, apuntó el dato que le había pedido. Segundos después, el chico estaba manteniendo una conversación en un perfecto y rebuscado chino el cual no alcanzaba a entender. Sorprendido por la velocidad de reacción del joven, aprovechó aquella oportunidad para examinarlo. En más de una ocasión, Yixing le había hablado de él, pero ahora que lo tenía frente a sí, se dio cuenta de que no se asemejaba en nada a la imagen que se había hecho; Kris era alto, joven y guapo, era más serio de lo que se esperaba, además, su persona causaba cierta fascinación, como si fuese imposible fijarse en él. La manera en la que había mantenido la mente fría a pesar de ver cómo secuestraban a su amigo no dejaba de sorprenderle, aunque, siendo el hijo de una familia involucrada en algo tan terrible como la mafia china, supuso que aquel tipo de cosas eran tan extrañas para él. Nunca había pensado en qué haría él si se viese involucrado en una situación así y, sin embargo, allí estaba; a veces el destino era un tanto particular. Tan perdido en sus pensamientos estaba que no fue hasta que el chico sacudió su mano frente a sus ojos que reaccionó, sobresaltado.
-¿Me escuchas ahora?-inquirió, en tono un tanto impaciente. Había terminado la llamada hace unos momentos y se había encontrado con la analítica mirada del muchacho. En un principio aquello lo había complacido, aunque, con el correr de unos incómodos segundos, el contrario no parecía haberse dado cuenta de que había terminado la llamada-. Vamos, hay un auto esperando por nosotros, se encargarán de rastrear a Yixing. Al parecer, esos hombres eran de la familia Xi, son algo así como los rivales más reconocidos de la familia Wu-comenzó a explicar mientras avanzaba a grandes zancadas sin siquiera molestarse en ver si JoonMyun lo seguía; quizás si lo hubiese hecho, habría tenido algo de consideración por las cortas piernas del más bajo. No dijo ninguna palabra, tan solo continuó avanzando por un par de cuadras con las manos en los bolsillos, hasta que un auto negro bastante lujoso apareció en su campo de visión. Suho, acostumbrado a ese tipo de cosas por provenir de una familia rica, ni siquiera se inmutó cuando Kris abrió la puerta, indicándole que pasara. Subió al auto sin dudar y su acompañante subió para sentarse junto a él. No dio orden alguna a su chofer, sin embargo, éste parecía saber exactamente a dónde iban. Suho observó por la ventana cómo dejaron atrás el lugar en el que se había encontrado con Kris, comenzando a avanzar por la autopista a gran velocidad.
-¿Cómo sabes a dónde vamos?-se atrevió a preguntar JoonMyun después de un largo e incómodo silencio. Ninguno de los tres había dicho nada en absoluto desde que habían subido al auto, y el hecho de que el hombre que manejaba no recibiera instrucciones en absoluto se le hacía ciertamente sospechoso.
-Es sencillo saberlo-explicó-. Nosotros tenemos acceso a tecnologías que permiten localizar a otros autos con facilidad, tan solo necesitaba la patente para hacerlo funcionar y es lo que tú me has dado. Es difícil de explicar y también poco interesante. Rivalz, el chofer, está en comunicación mediante auricular con uno de los empleados de mi familia, es él quien le facilita los datos que necesitamos-tras decir aquello, volvió a guardar silencio. Su mirada estaba perdida en el exterior, su mente vacía, quería que aquello terminara de una vez pues, al fin y al cabo, no dejaba de ser una molestia-. Lo que encontremos cuando lleguemos… quizás no sea la visión más alentadora, ¿lo sabes? No es la primera vez que esto pasa, lo más probable es que abusen de Lay, quizás lo torturen o lo humillen-a pesar de sus frías palabras, la expresión del rubio se mantenía impasible. ¿Cómo podía ser tan frívolo en una situación como aquella? Preguntas como aquella no dejaban de rondar por la mente del castaño, quien no dejaba de verlo. De pronto, la mirada del chico se clavó en sus ojos con igual intensidad-. ¿Hasta dónde estás dispuesto a llegar por Lay?-su tono era completamente desprovisto del desinteresado con el que había hablado momentos atrás. Aquella pregunta tomó por sorpresa a JoonMyun, quien no pudo hacer más que tragar. Cerró sus ojos, inspirando profundamente, buscando relajarse. Cuando volvió a fijar su mirada en el contrario, su expresión ya no era asustada, sino seria como la del rubio.
-Todo, daría todo por él…-fue su resolución-. Estaría más que dispuesto a cambiar de lugar con él si fuera necesario para que lo dejen ir. Yixing es un buen chico y ya ha sufrido demasiado, es hora de que sea feliz, es lo que se merece-su mirada era implacable, YiFan sabía que no estaba mintiendo. Quizás el chico no era tan malo como parecía… o quizás simplemente se hubiese dejado llevar por su imponente presencia. En todo caso, la prueba no hacía más que comenzar. Al mirar por la ventana nuevamente, se percató de que el auto comenzaba a detenerse. Sonrió levemente.
-Escúchame bien…-comenzó a decir-. Ésta es tu prueba, una prueba para saber si podrás permanecer junto a Lay y protegerlo. Dependiendo de esto, recibirás mi aprobación o no para ser su novio. Tengo una reunión importante ahora, ellos sabrían que ando detrás de ellos si no hago presencia… intentaré hacer lo posible desde allí pero a partir de ahora estarás solo-al voltear a verlo nuevamente, notó que su expresión se había vuelto tensa-. Por supuesto, tendrás los respaldos necesarios para dar con el paradero de Yixing… pero el cómo se desarrolle la situación a partir de ahora dependerá de ti. ¿Crees poder hacerlo?
-Lo haré, lo rescataré-la inmediata respuesta de su acompañante tomó por sorpresa al mafioso, quien luego asintió. El automóvil se detuvo frente a un enorme edificio perteneciente a su familia. Suho miró el lugar sin muestras de impresión, acostumbrado a ese tipo de cosas.
-Bien, es aquí en donde yo me bajo-indicó-. Buena suerte-fue lo último que dijo antes de bajar del vehículo. Permaneció de pie en la acerca, observando cómo el lujoso auto se alejaba. Cuando éste estuvo fuera de vista, ya no pudo contenerse, una sonora carcajada escapó de sus labios, aquello sería realmente divertido.

 

Al escuchar el pequeño timbre que indicaba que había llegado al piso indicado, YiFan esperó a que las puertas del ascensor se abrieran para salir de él. Caminó por un corto pasillo hasta una habitación en particular, correspondiendo al saludo de una mujer sentada detrás de un mostrador. Dejó atrás todo rastro de luz natural al ingresar a su destino. Una divertida sonrisa se formó en sus labios. Todo había sido preparado como había indicado, era una de las ventajas de ser el hijo del dueño de la empresa, eso y la cantidad de dinero que podía utilizar para sus propósitos. Delante de él había una pared cubierta por un enorme monitor de seguridad, solo que, en ese caso, lejos de que las cámaras estuvieran centradas en el edificio, estaban acomodadas en distintas partes de la ciudad y sus alrededores. Vagó con la mirada por las distintas pantallas hasta finalmente dar con la que buscaba. En ella había enfocado un enorme barrial en los exteriores de la ciudad. Observó otras pantallas que captaban el mismo lugar desde diferentes ángulos. Su sonrisa se amplió al ver en una de ellas a un pequeño grupo de hombres que luchaban por desvestir a su amigo Lay.

-Así que ya están allí… fue bueno que diéramos un par de vueltas por aquí antes de que me dejaran, logré ganarles algo de tiempo-no era que le gustara ver a su amigo. Probablemente debía estar más que asustado. Yixing luchaba vanamente contra aquellos que buscaban quitarle la ropa, pataleando y moviéndose lo más posible-. ¿Puedes hacerle un pequeño acercamiento a la cámara siete?-preguntó, hablándole por primera vez al hombre encargado del panel de control. Como pedía, la pantalla se vio agrandada y centrada en aquel chico de oscuros cabellos que se removía inútilmente. Lágrimas. A pesar de la desesperación con la que Yixing luchaba, pudo ver claramente las lágrimas que rodaban por sus mejillas. Tal como lo pensaba, estaba asustado. Bien, jamás sospecharía que había sido él el encargado de planear todo. Yixing gritó cuando tanto su pantalón como su ropa interior le fueron arrancados, entonces un musculoso hombre le dio un fuerte golpe en el estómago, quitándole todo el aire. Sí, a veces los planes de Kris podían ser un tanto retorcidos, pero era algo que debía hacerse.

 

¿Cómo había podido terminar así? Se suponía que aquel sería un hermoso día en el que, finalmente, tendría su primera cita. Pero el mundo había dado una vuelta de ciento ochenta grados y todo lo que había podido ver de JoonMyun era su expresión al ver lo que lo estaban secuestrando. Y allí estaba ahora, de rodillas en el suelo, completamente desnudo, con los tobillos y las manos detrás de la espalda, apresados por dos pares de esposas. Cerró los ojos con fuerza, aquello tenía que ser un mal sueño, eso no podía estar pasándole a él. A pesar de ser parte de una familia mafiosa, él nunca había hecho nada para sobresalir, tan solo era un simple médico… y lo peor de todo es que recordaría aquel momento cada maldito día de su vida, las imágenes en su cabeza se encargarían de eso. Una pelota de tamaño mediano fue forzada al interior de su boca y sintió como, momentos después, ajustaban unas correas detrás de su cabeza; una mordaza.

-Ya no estás tan bravo como hace unos momentos, ¿verdad perrita?-se burló uno de los hombre y, cuando Yixing se volteó a verlo, dispuesto a dedicarle una mirada de odio, un escupitajo en el rostro fue todo lo que recibió-. Mejor así-continuó diciendo el desconocido, quien se acuclilló, atrapando el miembro del maniatado, comenzando a masturbarlo a buen ritmo. Las mejillas del joven se tiñeron de un rojizo color, revelando así la vergüenza que sentía. Cerró los ojos con fuerza y se removió, intentando alejarse de él sin éxito alguno. Su cuerpo poco a poco comenzaba a responder, tiritando, su miembro comenzaba a erguirse ya, y, sin poder contenerse ya, se vio soltando gemidos, afortunadamente ahogados por la mordaza-. Vaya… así que a la perra le gusta que la toquen-comentó, de manera triunfante, quien lo atendía, para luego darle un fuerte golpe en el miembro-. Al parecer no lamentas mucho el estar aquí, ¿eh, perrita?
-No perdamos tiempo-la voz proveniente de su espalda hablaba en un chino un tanto cortante, denotando que no era el tipo de persona a la que le gustaba perder el tiempo-. Dejamos a un par atrás para que los entretuviesen un poco, sin embargo dudo que tarden mucho en llegar hasta aquí-tras decir aquellas palabras, el sujeto se acercó a Yixing y amarró un collar de perro alrededor de su cuello, al cual enganchó una cadena-. Bien perra, es hora de divertirnos…-le susurró al oído, para luego morder con fuerza su oreja, arrancando un grito ahogado de la garganta de Lay. Fue el más brusco el que tomó la cadena y comenzó a jalar de ella, y, por más que el menor se negó a avanzar en un primer momento, no tuvo más opción que seguir los pasos de quien jalaba de él.

 

El sentimiento de inquietud era cada vez mayor. Habían dejado atrás la seguridad de la ciudad y se habían abierto paso por carreteras abandonadas las cual, de estar solo, jamás habría optado por tomar. La vegetación era abundante en aquella zona, mas fueron muchos los minutos durante los que no se encontraron con ninguna otra persona. Su pie golpeaba el piso una y otra vez, demostrando lo nervioso que se sentía. ¿A dónde habrían llevado a Yixing? ¿Qué le estarían haciendo en aquel momento? ¿Lo habrían matado? No, dudaba mucho que sus agresores fueran a llegar a tal punto, de ser así, Kris habría ido con él para no correr riesgos. De vez en cuando, el conductor decía alguna que otra cosa, informando acerca de su actual paradero, pero en ningún momento le dirigió una palabra a él, era como si no existiera. Yixing… no podía dejar de pensar en él, tenía que darse prisa. Repentinamente, el auto se detuvo por completo. Sobresaltado, JoonMyun intentó percibir lo que impedía su avance.

-Tenemos compañía…-por primera vez, aquel hombre tan callado con el que había estado viajando, le habló. Al mirar el espejo del auto, notó que su mirada estaba clavada en él. Tragando saliva, se sacó el cinturón, acomodándose mejor en el asiento para poder ver. Delante de ellos había tres hombres vestidos no con traje sino que con ropa cómoda. Ninguno de ellos era el que se había llevado a su amigo. ¿Acaso estaban cerca? Lentamente, dos de los hombres comenzaron a rodear el auto-. De prisa… antes de que sea tarde-sin decir más, su acompañante se quitó el cinturón y salió apresuradamente del auto, golpeando con la puerta a uno de los desconocidos. Al ver que se precipitaban, el segundo hombre se apresuró a abrir la puerta trasera, intentando sujetar a Suho. Alarmado, el castaño le pegó una patada en la cara para alejarlo al tiempo que abría la puerta, cayendo fuera del auto. No entendía qué era lo que estaba sucediendo pero, una vez fuera, pudo ver como el chofer se estaba enfrentando a dos de los jóvenes. De reojo vio como aquel que lo había intentado atacar con anterioridad daba ahora la vuelta, dispuesto a volver a intentarlo. Alerta en esta ocasión, el coreano le propulsó un doloroso codazo en el estómago. Nunca había sido bueno peleando, tampoco era la típica persona débil, hacía ejercicio y su cuerpo estaba bien cuidado, además, sabía perfectamente cómo convertir su escases de estatura en una ventaja. Fue una suerte que su adversario cayera al piso producto del golpe pues fue su compañero el que lo distrajo en ese momento-. ¡Vete de aquí! Si ellos están aquí para distraernos, no deben estar muy lejos-su postura se mantenía a la defensiva y, a pesar de estarle hablando, en ningún momento perdió su concentración-. Ve hacia el norte, no estábamos muy lejos. ¡Apúrate!

Tras escuchar la orden dada por el chofer, asintió, sin perder tiempo, demorándose. Comenzó a correr en la dirección indicada, dejándolos atrás fácilmente. Quizás, si se hubiese demorado un poco más, habría visto como los hombres dejaban de pelear para dedicarse miradas cómplices.

 

Los sollozos de Lay fueron todo lo que necesito para que una oleada de energía invadiera su cuerpo. Había corrido durante un largo trecho, internándose en una zona en la que cada vez había menos árboles. Nunca había ido por allí, y el desnivelado terreno no hacía más que jugarle en contra. A pesar del miedo de caer de un momento a otro, continuó avanzando hasta que, finalmente, alcanzó el límite de los árboles. Tardó unos pocos segundos en entender lo que allí sucedía. Había cinco personas en aquel lugar. La primera permanecía cerca de donde él se encontraba en aquel momento, la segunda tiraba de una cadena al tiempo que mantenía el equilibro con uno de sus pies sobre una extraña superficie, la expresión y los deleitables jadeos de la tercera contrastaban enormemente con los dolorosos sollozos de a quien penetraba salvajemente en aquel momento, siendo el cuarto el encargado de filmar todo aquello. Y allí, completamente cubierto de barro, con el rostro enterrado en el suelo, siendo mantenido en aquel lugar por la fuerte presión ejercida por el segundo hombre. Suho se quedó paralizado, Kris tenía razón, aquella visión no era para nada placentera; estaban abusando de Yixing.

El hombre más cercano a él fue el primero en reaccionar. Un grito por parte de éste alertó a sus compañeros de la presencia del recién llegado y luego, sin más, se abalanzó sobre él con el puño en alto. Sorpresivamente, la reacción de JoonMyun fue bastante buena, a pesar de lo fuerte que pudiera ser aquel hombre, era lento, y el chico utilizó eso en su favor. Sabiendo que no debía dudar en una situación como aquella, una vez que hubo esquivado el golpe y que el desconocido hubiese acabado en el piso, le dio un fuerte puñetazo en el estómago, acabando con todo el aire que éste contenía, para luego golpear su cabeza contra el suelo, utilizando la suficiente fuerza como para desmayarlo. Cuando se incorporó vio que los otros tres, seguros de que su amigo se encargaría de él, se habían quedado boquiabiertos. Tenía que aprovechar la oportunidad, tenía que hacer algo rápido. Entonces, las palabras que YiFan le había mencionado anteriormente, resonaron en su cabeza. ¿Hasta dónde estaría dispuesto a llegar? Fue su propia boca quien reveló aquel misterio pues, segundos después, se encontró pronunciando palabras que jamás habría creído que diría en una situación como aquella.

-Se equivocaron de hombre… a quien buscan es a mí, no a él. El miembro de la familia Wu soy yo. Él… tan solo es mi novio-los tres hombres se miraron a sí mismos, desorientados por las palabras ajenas pero luego, encogiéndose de hombros, echaron a Yixing a un lado, caminando en su dirección. Detrás de ellos, JoonMyun pudo ver como el pobre chico se incorporaba lentamente y, a pesar de la cantidad de lodo que cubría sus rasgos en aquel momento, creyó verlo llorar. Supo que había hecho lo correcto.

Una cálida sonrisa se dibujó en los labios de JoonMyun mientras recibía el primer golpe, el primero de muchos que vendrían detrás. Fue en aquella situación tan horrible que Suho perdió la virginidad, sus gritos llenaron el claro ante las violentas intromisiones y los tres desconocidos se corrieron en él más de una vez, quizás en parte buscando venganza por su compañero caído. Nadie vino a ayudarlos. La mirada de Yixing estaba clavada en su persona, lo sabía y, en el único momento en el que sus ojos se centraron en los ajenos, le sonrió con ternura, porque sí, a pesar de todo, no estaba arrepentido, él protegería a Yixing, sin importar las consecuencias.

 

Sentado en un cómodo sillón, Wu YiFan no podía creer lo que veía, en la pantalla se podía ver a aquel chico a quien había conocido hace poco más de una hora siendo violentamente abusado por otros tres hombres, pero eso no era  todo sino que había algo que era aún más sorprendente, el chico no solo estaba siendo abusado, sino que se había ofrecido a ello para aliviar el dolor de su amigo. Amor, aquello era verdadero amor, su corazón se aceleraba de tan solo pensar en ello. ¿Habría hecho él lo mismo por Luhan de haber estado en la misma situación? No, ni siquiera lo dudaba, él no entregaría su trasero tan fácilmente por otra persona, sin importar la situación. Sin poder creer aún lo que veía, le hizo una seña al hombre que había entrado minutos atrás para preguntarle de qué manera proceder con aquellos hombres a los que el coreano había dejado atrás.

-Que entre Héctor…-así era como él llamaba a su conductor cuando hablaba con otros trabajadores, no era su nombre real sino que uno que YiFan le había puesto a su gusto, sabiendo que aquello lo molestaba en cierta manera-. Denle un arma, que los demás salgan de allí y finjan huir. Es hora de ir a rescatar a esos dos…

 

Un ruido entre los matorrales detrás de ellos puso a los hombres en estado de alerta. Suho no podía ver lo que sucedía, pero un sonoro estallido lo tensó por completo, cosa que provocó que doliera más cuando salieron de él de manera tan brusca. Se encontraba echado en el suelo por lo que, con un lastimero gemido, levantó la mirada y observó como aquellos hombres que tantos incordios les habían dado, huían aterrorizados. Asustado, se incorporó a la defensiva solo para observar que aquel hombre se había abierto paso hasta allí portando un arma no era otro que aquel hombre quien lo había llevado hasta allí.

-¿Estás bien? ¿Está bien Lay? Esos malditos escaparon, iré tras ellos-sin perder más tiempo, se echó a correr en la misma dirección que los otros hombres. Recién entonces, Suho centró su mirada en Yixing. El chico aún permanecía en aquel lago de lodo; había intentado por todos los medios el ir hacia donde él estaba sin éxito alguno, aunque, ¿hasta dónde pensaba llegar atado de manos y pies como estaba? Su entrada ardía horrorosamente, nunca había soportado un dolor semejante. Oleadas de sufrimiento lo recorrían, buscando hundirlo, partiéndolo en dos… pero nada de eso importaba en aquel momento, la lastimera imagen del chico frente a él, aquel quien había sido violado en contra de su voluntad, era todo lo que llenaba su mente en aquel momento. Ignorando el temblor de sus piernas, se adentró lentamente en aquel asqueroso barrial, avanzando hasta quedar justo delante del contrario. Sin perder tiempo, quitó el barro de su rostro para luego quitarle la mordaza. Inmediatamente, Lay deslizó sus manos de tal forma que éstas quedaran atadas detrás de la nuca de Suho y, abrazándolo, se echó a llorar.
-¿¡Por qué lo hiciste!? ¡No tenías que hacerlo JoonMyun! ¡No tenías que venir por mí! ¡No tenías que entregarte en mi lugar!-los gritos resonaron en aquel vacío lugar de la misma forma que lo había hecho el disparo con anterioridad. El aludido envolvió el tembloroso cuerpo del contrario con sus brazos y lo atrajo hacia sí. Poco le importaba lo sucio que estuviese. Se dejó caer de rodillas, llevando al mínimo la distancia entre ambos cuerpos. Una de sus manos viajó hasta los sucios cabellos del chino, los cuales acarició con suma ternura.
-Lo hice porque te amo Yixing… y yo nunca voy a dejarte, así que será mejor que te vayas acostumbrando…-y, tras decir eso, se separó lo suficiente para verlo a los ojos e, ignorando el color marrón del lodo presente en los labios y la lengua ajena, lo besó como nunca antes había besado a nadie. Lay se mostró un poco cauto en un principio mas luego, sin poder contenerse ya, se entregó completamente a aquel beso que tanto había deseado. Por primera vez no era solo un simple amante, alguien de cama, por primera vez era realmente amado y, a pesar de la dura situación por la que ambos habían pasado, no pudo evitar sentirse feliz. Todo estaría bien, estaban juntos.

 

A pesar de que sabía que probablemente sería así, Kris se sorprendió cuando su amigo se negó rotundamente a tener sexo con él, mucho menos a compartir la cama. Habían sido mejores amigos durante mucho tiempo y esperaba que siguieran así durante un buen tiempo, por lo que, en lugar de quejarse de ello, accedió a dormir en un colchón en el suelo. Su plan había salido a la perfección, Yixing ni siquiera sospechaba de que él estuviese detrás de todo aquello, al parecer JoonMyun no había abierto la boca acerca de que él le había ayudado por lo que su reacción al aparecer frente a su herido amigo había sido mucho más creíble. Aún no estaba completamente convencido acerca de la relación del coreano con el chico, pero aquellas eran preocupaciones típicas, Lay era un miembro más de su familia para él y daría lo mejor de sí para cuidarlo, por ello no era de extrañar que se preocupara así por él. Aún así, de momento, aprobaba la relación, cosa que le hizo saber aquella noche mientras su mirada estaba clavada en el techo de la habitación.

-¿De verdad lo aceptas?-Yixing, sin acabar de creer aquellas palabras que escuchaba, se asomó por el borde de la cama, clavando sus ojos en los ajenos, sin embargo YiFan no lo miró.
-Bueno… sí. Sé que quizás los coreanos son una molestia, es algo que bien he aprendido allí-musitó, recordando inevitablemente al moreno con el que se había peleado días antes-. Pero estará en ti lidiar con ello, si es que quieres hacerlo. Por demás, no parece mal chico, de hecho, parece bastante centrado para el tipo de gente que hay por ahí. Te mantendré vigilado, no te quepa ninguna duda de ello, y si te hace daño vendré directo de Corea y lo dejaré peor de lo que está…-pudo ver de reojo la cara que puso el chico al escuchar aquello. JoonMyun apenas y podía moverse de cama aquellos días, los golpes que había recibido por parte de sus abusadores le habían dado como resultado un par de parches y vendas, además de que solo le bastaba ponerse de pie para sentir un intenso dolor recorrerlo a partir de su parte baja, había tenido que mentirle a sus padres acerca de lo sucedido para que no hicieran preguntas-. Por lo menos sé que te dejo en buenas manos.
-Tu vuelo sale mañana, ¿verdad?-inquirió Yixing, centrando nuevamente su mirada en el techo de la habitación. A él también le dolía pero al no ser la primera vez que tenía sexo, podía con eso-. Me dijeron que sale temprano. Te acompañaré antes de ir a la escuela.
-Aww… ¿irás a despedirte de mí?-preguntó en tono de burla-. Vaya, y yo que pensaba que ahora que Suho entró en tu vida te habías olvidado de mi existencia. Me quedo un poco más tranquilo.
-No lo arruines, que bien puedo cambiar de opinión-respondió el menor. Ambos permanecieron en silencio durante unos instantes pero luego ya no pudieron contenerse y, sin tener por qué, se echaron a reír. Kris sabía que extrañaría aquellos momentos cuando estuviera nuevamente en Corea, allí tenía una vida completamente diferente con la que lidiar, pero, definitivamente, el ver a su amigo le había dado fuerzas.

Al día siguiente, cuando YiFan embarcó en el avión que lo llevaría de nuevo hacia su actual hogar estaba lleno de decisión. Si Lay había podido, ¿por qué no él? Definitivamente conquistaría a Luhan, no importaba de quién tuviese que deshacerse para ello.

Notas finales:

Bueno, eso es todo, espero que lean mi otro fanfic y dejen reviews~ ¡eso siempre ayuda!

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