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Vulnerable por Leana

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Notas del capitulo:

Aqui les traigo la Segunda Parte, se suponái que sería la final, peeeeero... se me alargó a una Tercera -.- Pero bueno. Dudo que eso les moleste xD

Espero les guste este Capitulo!

*Saludos a mi beta Akemi-chan!! ♥

*Gracias a  Vegeta II, Ana Arlelt, aachan, Ushio-Tsuki, TheSexiestDiva y a una Anonima ♥ Por sus bellos comentarios :3

*Disclaimer: Estos personajes no son de mi propiedad (lo sé, lo sé xd) Y mi fic es sin fines de lucro.-

 

 

Segunda Parte

 

 

 

Alza su mano derecha hacia la herida de su labio, siente los dedos húmedos notando la sangre que comienza a salir. Jean frunce el ceño mirando nuevamente a Eren mientras Armin observa al castaño con clara impresión en su rostro.

— ¡¿Qué demonios te pasa?! —Exclama Jean levantándose de golpe, se para frente al chico y lo encara con la furia bullendo por su cuerpo.

— ¡¿Cómo te atreves?! —Dice Eren avanzando un paso amenazante—. ¡Te estás aprovechando de Armin! ¿Crees que después de lo que paso con aquel hombre puedes venir y abusar de él?

— ¡Te equivocas pedazo de idiota! Yo jamás le haría algo así…

— Eres un maldito hijo de puta, no quiero que vuelvas a tocarlo —dice Eren alzando el dedo para ponerlo frente al rostro del castaño ceniza—. Te aprovecharás de él igual que ese viejete, pedazo de mierda.

— ¡Eren!

Pero la exclamación de Armin se ve interrumpida por otro golpe, esta vez de parte de Jean, que vuelve a golpear, esta vez dando en el ojo verdoso del chico. ¡¿Cómo se atreve a compararlo?!  Sus sentimientos son sinceros, no quiso besarlo por aprovecharse, fue un impulso proveniente de lo más hondo de su pecho. Pero ahora su furia se desata y no puede detenerse. Eren le patea el estómago, haciendo que se doble apretando la zona con sus brazos y la rodilla arremete contra la mejilla de Jean.

— ¡No! ¡Ya basta! —Exclama Armin tirando del brazo de Eren, que se sacude con frenesí, listo para volver a arremeter.

Jean se endereza dándole una tacleada al castaño, ambos caen sobre los troncos recién apilados, creando una sonajera que retumba contra la pared trasera donde estaban apoyados. Ambos ruedan y Jean queda a horcajadas sobre el chico titán, alza el puño y le da de lleno en la boca, la sangre mancha sus nudillos y el segundo puñetazo provoca que la sangre salpique hacia su pecho. Eren le sujeta la mano, que va directo a su rostro por tercera vez y golpea la mandíbula del Jean. Se giran en un nuevo forcejeo, Eren toma el rostro de Jean y golpea su cabeza contra el suelo, el dolor aturde al chico, haciendo que todo se vuelva más lento. Su visión se nubla levemente  e impulsado por el instinto alza sus manos al cuello de Eren.

Todo es rojo ante los ojos de ambos, la ira se apodera de sus cuerpos y los ciega. La rabia por parte de los dos intenta escapar de alguna manera. La situación se ha salido de control mientras Eren vuelve a golpear el pómulo de Jean.

Una mano se cierne entre los cabellos de la nuca de Eren, lanzándolo hacia atrás de un tirón. El chico alza la mirada, encontrándose con los ojos grises de Levi, que con el ceño fruncido observa a ambos chicos de un lado a otro.

— Escúchenme atentamente, cerdos —dice el moreno con el fastidio bañando su voz—. Estoy harto de sus niñerías.

— ¡Señor! Pero es que…

— Cállate, Eren.

El chico guarda silencio acariciando su cuello, donde antes estuvo apretando las manos de Jean, baja la mirada ve al chico frente a él acariciar su nuca con molestia.

— Me importa un carajo lo que haya pasado, solo les diré una cosa, si esto se vuelve a repetir les cortaré las bolas.

Ambos se estremecen, se miran con recelo para después comenzar a levantarse. Eren se sacude la ropa, aún se siente enojado, pero sabe que Levi habla enserio y no quiere fastidiar al Capitán.

— Ahora se irán a dormir —dice el mayor girándose para poner la mano en el hombro de Armin—. Tú dormirás en mi cuarto, en la cama de Eren. Él dormirá en tu cama junto a Jean.

— ¡¿Qué?! —Exclaman ambos al unísono.

— Una palabra pedazo de inútiles y dormirán aquí afuera desnudos, así tendrán que abrazarse para mantener el calor.

Jean da un respingo, mira a Eren y compone una mueca de fastidio. En silencio comienza a caminar de vuelta a la cabaña siguiendo a Armin y Levi. Al entrar notan a los demás con la cabeza asomada fuera de sus cuartos, al verlos se esconden y fingen que nada ha pasado. Levi se va directo a su cuarto, se nota que estaba acostado y listo para dormir. Eren también entra para buscar una muda y Armin hace lo mismo, entrando al cuarto donde duerme junto a Jean. No cierra la puerta mientras el castaño ceniza se sienta en la cama llevándose ambas manos a la cabeza para sacudir su cabello. No dicen nada, pero Jean observa a Armin tomar su muda sin siquiera mirarlo, para luego salir del cuarto.

Un suspiro se escapa de sus labios, comienza a quitarse el Equipo con pesadez cuando después de unos golpes la puerta se abre con timidez dejando ver a Christa.

— Ven a mi cuarto, Jean.

El chico asiente y dejando las cuerdas de cuero a los pies de la cama se dirige a la puerta siguiendo a la chica por el pasillo. Dentro, sobre la mesita de noche hay una fuente con agua, una botella de alcohol y unos paños limpios. Christa se sienta en la cama alzando la mano para invitar al castaño ceniza sentarse en el banco frente a ella. El chico obedece viendo como ella toma los utensilios con rapidez, mojando la tela para luego estrujarla.

— Ugh —se queja Jean cuando la rubia presiona el paño contra sus heridas para lavarlas.

— Realmente se ensañaron.

— Ese estúpido…

— Me enteré  de lo que pasó con Armin.

El silencio se instala entre ambos, la chica toma la botella de alcohol para aplicarle a las heridas y detener el sangrado, provocando un respingo por parte de Jean. El ambiente se vuelve extrañamente incómodo, pero el de mirada dorada no sabe con exactitud el porqué.

— Realmente lo siento. Yo debí estar en su lugar…

— No es tu culpa, Christa —la interrumpe Jean con la mirada seria, para luego tensar la mandíbula—. Yo debí haberme desatado y patear a ese bastardo.

— ¿Y crees que Armin te hubiera perdonado por eso?

Jean parpadea varias veces, la confusión nubla su mente en busca del sentido de aquellas palabras que hasta ahora no toman sentido. Frunce el ceño, odia los acertijos, él siempre dice las cosas tal cual se le vienen a la mente, claras y precisas. Vuelve a dar un respingo, mierda, esa cosa arde mucho.

— Dime, Jean —continúa la chica clavando sus ojos azules en él—, ¿Crees que Armin hubiera perdonado que arruinaras la misión? Él no se defendió, porque no quiere verse débil, porque tiene sus objetivos claros. Aunque aquello tenga consecuencias como éstas.

Entonces Jean lo comprende, él no se ha equivocado. A pesar de que quiso defenderlo él no es como Eren, también analiza la situación hasta cierto punto, y hacer pasar a Armin por aquello en vano hubiera sido peor. Su pecho se aprieta, de verdad le gustaría haber evitado aquello, pero lo hecho, hecho está. Sonríe haciendo que le duela el labio por la herida, haciendo ver a la rubia que ha comprendido sus palabras y que tiene razón.

 

 

 

 

 

Eren se coloca la playera del pijama, holgada y suave mientras abre la cama y se recuesta entre las sábanas. Se arropa, girándose hacia la derecha, pero la luz de la lámpara le molesta y decide girarse nuevamente clavando la vista en la muralla frente a él. El chico se siente inquieto, la rabia aún carcome su estómago, pero no es por Jean. No. Para ser sincero, es por lo que le contó Armin después del almuerzo, cuando se disponían a lavar los platos. Eren conoce muy bien al rubio y desde la llegada de aquella misión que su amigo está raro, por ello decidió preguntarle directamente qué es lo que le pasa. Pero cuando lo hizo, Armin abrió los ojos para luego negar, haciendo que su rubia melena se meciera con aquel movimiento brusco. Entonces Eren lo supo, algo no va bien.

 

Flash back…

 

Durante la hora de descanso, Eren decide ir a la habitación de su mejor amigo, aprovechando la ausencia de Jean, que está recolectando leña como castigo. Armin se encuentra sentado al borde de la cama, el castaño cierra la puerta tras de sí para unírsele. Se hace un tenso silencio. Eren no es bueno con las palabras, pero realmente está preocupado por su mejor amigo y necesita quitar este mal presentimiento que se aloja en su garganta.

— ¿Te golpearon durante la misión?

— No.

Es todo lo que responde y Eren frunce el ceño ante la hermeticidad del blondo. Siente la frustración, decide no darle más vueltas al asunto y soltando un suspiro, frunce el ceño dispuesto a encarar a su amigo.

— Escucha, Armin —el castaño suaviza su voz, no quiere sonar molesto e intimidar al chico, luego agrega—: sé que algo te pasó, quiero que me lo digas. ¿Soy tu mejor amigo, no?

— Es… demasiado humillante, Eren.

El castaño parpadea varias veces, aquellas palabras lo toman por sorpresa mientras relaja su posición, girándose hacia el blondo. Armin juguetea con sus dedos, frunce los labios intentando decidir si hablar o no. Es solo que ya no quiere ser una carga para Eren, pero como bien dijo él: es su mejor amigo.

— Un… un hombre me toqueteó…

Comienza a narrar lo sucedido, con la voz temblorosa y los ojos llorosos. Eren comprende que el tema realmente le afecta, los gestos del chico son de miedo puro. El asco, la impotencia, todo se trasluce a través de su suave voz, que a ratos alza el volumen ante el nerviosismo. Eren asiente, tragando con fuerza, deseando haber estado ahí para matar a ese bastardo. A la mierda la misión, nadie toca a su mejor amigo. De pronto ahí está, las palabras que repite Armin, lo que le dice el hombre cuando lo está amordazando. Entonces su amigo comienza a soltar las palabras con frenesí: desconcierto, asco, culpa, arrepentimiento. Se siente sucio. El castaño siente su corazón encogerse, su amigo no está sucio. No es su culpa que aquel aborrecible ser se le abalanzara creyendo que era una chica. Es entonces cuando Eren decide contarle el secreto que mejor ha guardado en su corta vida.

— Armin, que te guste un chico no tiene nada de malo, nada. Son solo hipocresías de la gente —dice haciendo que el chico lo mire, asombrado de aquellas palabras—. Esto es un secreto Armin, pero no porque me avergüence o porque tenga algo de malo, sino porque el mundo no está preparado para admitir el amor entre hombres tan abiertamente.

— Sabes que no le contaré a nadie, Eren.

— El Capitán Levi y yo estamos juntos, ya sabes, una pareja.

— Escucharlo de tu boca es muy distinto a sospecharlo —suelta Armin con una media sonrisa.

— Y no somos los únicos: El Comandante Irvin y Mike están juntos también, sin mencionar a esos traidores de Reiner y Bertholdt —agrega con molestia, desviando la mirada para luego soltar un suspiro—. No eres anormal Armin, punto. Todo está bien.

Pasa sus delgados brazos por el cuello moreno de Eren en un abrazo apretado, ansiado y agradecido. Siempre es Armin el que con sus palabras calma todo, pero le reconforta saber que Eren también está ahí para apoyarlo. Saber esas cosas realmente lo ayudan, siente su pecho aligerarse pensando que no hay nada de malo con él. Con sus sentimientos. Porque es entonces cuando deja de reprocharse el amor que siente por Jean. Después de estar unos momentos así, Armin le agradece a su mejor amigo y ambos salen hacia el comedor para almorzar.

 

Fin Flash back

 

Eren escucha la puerta abrirse, Jean camina directo a su cama y después de algunos movimientos que resuenan por el cuarto, el castaño ceniza se recuesta soltando un suspiro cansado.

— Lo que te dije sobre acercarte a Armin —comienza a hablar Eren, sin girarse, aun dándole la espalda a su compañero—, va enserio, Jean.

— Esto no es de tu incumbencia. Lo único que te diré es que jamás le haría daño.

El castaño suelta un bufido, rodando sus bellos ojos verdes, se acomoda mejor y los cierra para poder dormir.

Jean apaga la luz de la lámpara, pero su mirada se pierde en la oscuridad del techo, que se ve levemente iluminada por la luna. ¿Cómo es que no se dio cuenta antes? Está enamorado de Armin, desde hace ya tanto tiempo. Pero no se culpa, tienen el mínimo de tiempo para pensar en algo más que no sea sobrevivir a los titanes, además, después de perder a su mejor amigo, el miedo ha crecido dentro de él. Jean no quiere encariñarse con nadie más, no quiere volver a sentir esa impotencia, esa soledad. Marco era su apoyo, su todo. Y ahora está muerto.

¿Cómo permitirse amar libremente, cuando puedes perder todo?

Y él no quiere perder a Armin. Tiene que dejar sus miedos atrás, pelear por él. Cuidarlo. Mientras Jean esté a su lado, nada le ocurrirá al rubio, nada. Porque es capaz de arriesgar su vida por él, por el bálsamo que lo ha traído de vuelta a la realidad, por la persona que se ha preocupado por él a pesar de que todos dejaron que se hundiera en el fango después de la muerte de su pecoso amigo.

Por su amado.

 

 

 

 

 

La luz de sol se cuela resplandeciente por la ventana, Jean aprieta los ojos antes de abrirlos con dificultad. Se levanta haciendo una mueca, aún le duele el cuerpo por la caída durante la noche anterior, además que el labio le palmita con cada movimiento de su boca reseca. El chico se levanta viendo la cama al costado revuelta, con Eren atravesado, con la boca abierta y babeando sobre la almohada. Jean sonríe levemente, no lo soporta, para él Eren es un suicida impulsivo, que poco entiende de razones. Pero admira en cierta forma la resolución del castaño, la fuerza de lucha y los ideales que defiende con tanto fervor. Si tan solo no fuera un hijo de puta, se llevarían casi bien.

Jean sale hacia el pasillo con la chaqueta a medio poner, ve a unos hombres sentados a la mesa mientras Conny y Sasha les sirven café caliente. El chico observa con sus ojos color miel, reconociendo al hombre regordete sentado a un lado del Capitán Levi: es el presidente. El hombre que dirige el comercio dentro del Distrito de Trost. El menor se acerca a la mesa saludando con cortesía, se sienta a un lado cuando Conny le sirve un poco del café. Jean toma la humeante taza mientras oye la plática que mantienen los allí reunidos.

— Siempre supe que Irvin no es idiota —comenta el presidente con una risa escandalosa—. Y por ello me alegra que estemos del mismo lado.

Levi guarda silencio mientras se lleva la taza a la boca. Jean quiere soltar una risotada imaginando los pensamientos del Capitán, pero su mente se detiene, quedando en blanco. Una taza está frente a un puesto vacío en la mesa. Se nota que el líquido está frío, ante la ausencia de vapor. Una punzada se le atraviesa por el pecho y tragando con fuerza se levanta murmurando un disculpen, se acerca a Sasha para hablar más bajo.

— ¿Has visto a Armin?

— Hace un buen rato fue por agua. ¿Por q…?

Pero la pregunta se ve interrumpida por una maldición soltada por Jean, que sale corriendo hecho una furia. Azota la puerta, sus pies lo llevan a la entrada del bosque, respira agitado, sintiendo su corazón latir desbocado. Se supone que el pozo está cerca del pequeño prado en el centro de aquellos árboles y es ahí donde debe ir. Inicia nuevamente la carrera mientras el hielo se desliza por su garganta a causa del miedo.

 

 

 

 

 

Aquellas manos grandes y sucias lo aferran por los brazos tirándolo al suelo. Su cuerpo cae con un sonido seco, el dolor se extiende pero pronto se ve mitigado por el tirón de su camisa al ser rasgada. Los botones vuelan y sus ojos azules siguen tan abiertos como le es posible. Ese ser toca su pecho, bajando por sus pezones y es entonces cuando el chico reacciona, sacudiéndose con fuerza.

— ¡¡Suéltame!! ¡NO!

Armin patea el estómago del hombre, que soltando un gruñido arremete con el puño sobre su mejilla, otro sobre su boca y el líquido caliente comienza a escurrir por la comisura de sus labios y con el siguiente golpe, la sangre baña sus dientes. El blondo intenta respirar, tragando la sangre que se acumula en su boca, para luego sentir la lengua juguetear con su pezón, da un respingo, la acción le parece asquerosa, sintiendo la saliva escurrirse por su piel. Su mente no trabaja de manera rápida como siempre, todo es confuso, tan negro como la noche.

El hombre sujeta ambas manos a los costados de Armin con fuerza, este se remueve, pero aquel peso pronto lo inmoviliza.

Le encanta, su piel es tan suave como la de una chica. Esa cintura delgada y plana lo incitan a querer lamer cada parte. Nunca le habían atraído los hombres, pero que en este caso se trate de un chico le agrega un morbo, sobre todo cuando se resiste. Quiere someterlo, destrozarlo hasta hacerlo llorar. Respira su aroma sintiendo como Armin se agita con brusquedad, entonces su mano se desliza hasta el pantalón, donde masajea con fuerza. Un arañazo surca su pómulo, el hombre se lleva la mano hacia la herida llevando con sus dedos la sangre que por ahí comienza a escurrir hacia su boca y lame. Una sonrisa se forma en su torcida boca, al ver la resolución en esos bellos ojos azules. Toma la otra muñeca y sujeta ambas con fuerza, el rubio vuelve a sacudirse intentando liberar sus piernas que son aprisionadas por las rodillas de aquel ser.

Se relame los labios al ver ese delgado torso, los ojos lagrimosos del chico acompañado de la deliciosa resistencia. Pero Armin vuelve a sacudirse y el hombre vuelve a golpear contra su pómulo, su boca, su mejilla, su mentón. Una y otra vez. Ahora el rojo líquido es lo que baña el rostro del blondo. La imagen se le antoja aún más sensual, lo hará gritar y disfrutará destrozarlo lentamente. Sin piedad. Su palma viaja nuevamente hacia el borde del blanco pantalón, para abrir el botón y colarse bajo la tela.

¿Cómo es que llegó a esto?

Sólo fue por un poco de agua a pedido de Conny, y Armin aceptó gustoso, con tal de no estar en el mismo lugar que aquel hombre. Porque sí,  jamás olvidaría su rostro. Una mala decisión. No creyó que aquel ser se escabulliría en su búsqueda, y que lo abordaría en medio de su tarea. Si bien había alcanzado a correr varios metros, ese hombre le había lanzado el jarrón a las piernas, tirándolo al suelo y cuando se volvió a levantar, él ya estaba encima suyo.

Su mente está en blanco, el rostro le palpita por los golpes recibidos. Se siente aturdido mientras esas manos ensucian todo a su paso.

— Esto no se pone para nada duro, niño —dice el hombre con voz ronca, cerca del oído de Armin.

— Por favor… deténgase —es lo único capaz de pronunciar sintiendo la sangre pastosa sobre su lengua.

— Si me lo pides con esa dulce voz, simplemente se me hace imposible. Haré mía tu inocencia, pequeño.

El chico cierra los ojos con fuerza y vuelve a sacudirse con furia, sintiendo las ganas de luchar. De defenderse. Es un hombre al fin y al cabo. Pero con ello, el ser sobre él pierde el control, tomando su cabeza y azotándola contra el suelo varias veces. La punzada de dolor se expande por su cerebro, es increíblemente intenso. Las punzadas surcan hasta su nariz y apenas puede volver a abrir los ojos. Armin siente el mareo, todo se vuelve negro frente a él y pierde el sentido de varias partes. Un pitido no abandona sus oídos. Pero lo agradece, así no puede oír las sucias palabras que suelta aquel hombre. Sabe que ya no puede hacer nada, sus brazos no responden. Lo único que lo consuela es que apenas puede sentir. Se abandona a la inconciencia, cuando un pensamiento llega a él… Jean.

— Debes estar tan apretado —suelta el hombre quitando el pantalón del chico de un tirón, para luego abrir sus piernas sin pudor—. Haré que recuperes la conciencia de puro dolor…

Armin apenas puede comprender lo que sucede, todo se mezcla en su cabeza. Pero ruega para que no lo bese, sus labios pertenecen a Jean. Que es en lo púnico que puede pensar. Pero pronto su mente se desestabiliza.

Dolor.

Resignación.

Definitivamente todo termina allí…

Un palo golpea de lleno contra la cabeza de aquel ser, que cae varios metros rodando mientras se sostiene el lugar del golpe. Jean respira con fuerza, su garganta quema pero eso poco le importa, ver a Armin de esa manera lo ciega y toda la ira se libera en su interior. El chico se gira mirando al hombre que se sujeta la nuca gimiendo de dolor, camina hacia él y alza el palo de alto grosor para dejarlo caer en su estómago. El hombre se retuerce y Jean aprovecha para seguir golpeando. Se juró que nada le pasaría a Armin, que lo protegería. Las lágrimas escuecen sus ojos mientras aquel tozo de madera sigue cayendo sobre el cuerpo de se ser una y otra vez. Sin piedad. Al castaño ceniza poco le importan los sollozos de dolor, las peticiones de piedad. No debió tocar a Armin, no debió. Y si antes no lo pudo detener, ahora pagará por ambas.

El hombre logra alzar el rostro, rogándole que se detenga, que por favor lo perdone. Pero a Jean se le revuelve el estómago y por primera vez en su vida siente lo que es el odio. Tan caliente que le quema la piel. Arremete contra el mentón, desencajándole la mandíbula. El grito desgarra el aire, pero el castaño ceniza no se detiene. Ni lo hará. Sigue dando sus golpes, duros, rápidos, cargados de ira pura.

La sangre baña todo. El hombre tiene la ropa húmeda del color negruzco que salpica la tierra a su alrededor, además de las botas de Jean. Pronto siente la carne blanda bajo los golpes. Jadeante y en un momento de lucidez se detiene. El hombre ya no se mueve, ni siquiera para quejarse del dolor. Está muerto.

Jean suelta el palo, que cae salpicando gotas a los costados. Se gira y ve a Armin aún en el suelo, hecho un ovillo. Tiembla, abrazado a sus brazos, la tela de su camisa rasgada y el pantalón abajo. El castaño ceniza se quita la chaqueta con rapidez, se arrodilla a su lado y lo tapa con ella.

— Por favor Armin, dime que no llegué tarde —pide Jean con las lágrimas cayendo por su rostro.

Pero ninguna palabra sale de los labios de Armin, que mantiene la mirada perdida y apenas se mueve intentando respirar.

 

 

 

Notas finales:

Armin!! D:

Bueno, decirles que es la primera vez que escribo algo asi como una "violacion" -.- Asi que no se si haya quedado exagerado (sip, tiendo a exagerar con facilidad xD) Pero lo de la muerte de este hombre si fue premeditada. Porque YO queria que muriera, asi de simple xD Y bueno, lamento eso tambien xD

Espero les haya gustado esta segunda parte. Aunque me salio bastante tragica >< 

Sus bellos reviews seran leidos y esperados con ansias locas! Recuerden que son mi alimento xD

Se les adora!

Saludos y besos pegosos ♥


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