Una noche más sin dormir, cuantas han pasado he perdido la cuenta, solo sé que desde que te fuiste de mi lado nada está bien, tu recuerdo sigue presente las estrellas me recuerdan tus bellos ojos y no puedo evitar llorar, una noche mas con lagrimas en mis ojos, dime cuánto tiempo más debo estar así, no puedo mas tan solo regresa…
Toda su tristeza se debía a aquel que había jurado amarlo y se había ido dejándolo, todo por que alguien mas había aparecido en su camino, tan solo mando un mensaje la tarde que se fue.
Lo siento pero no te amo mas alguien mas apareció en mi vida,
tan solo trata de ser feliz por que yo seré feliz,
solo el amor se termino, promete que no lloraras
Desde aquel día todas la noches leía el mensaje una y otra vez
Camus te encuentras bien – Preguntaba su compañero de habitación
Si… si no te preocupes Milo es, solo ….. – no pudo continuar ya que lagrimas rodaban sin control por sus mejillas-
Camus no.. no llores todo estará bien –Se acerco a su cama y encendió la pequeña lámpara que se encontraba en una pequeña mesita junto a su cama, lo abrazo con un nudo en la garganta, no soportaba el verlo así su corazón dolía- si tan solo pudieras verme Camus aquí estoy para ti, olvídalo déjame ser yo el que sane tu corazón- Pensó para sí Milo.
Camus solo se dejo abrazar por Milo, el cual se recostó junto a él, sin dejar de abrazarlo, acomodo su cabeza en su pecho y lo dejo llorar hasta quedarse dormido.
Su corazón latía con fuerza no lo podía creer estaba ahí dormido en su pecho aquel al que amaba, estaba ahí el dulce olor de su cabello fuego, la suave piel de sus mejillas en su pecho, que ya encontraba húmedo debido a las lagrimas, se quedo así brindándole consuelo rodeándolo en sus fuertes brazos, cuando la respiración de Camus fue profunda indicándole que se había quedado dormido, deposito un tierno beso en su cabeza.
- Camus No hay nada que yo no te diera, si tú me quisieras, si yo.. si yo fuera el- se lo dijo en un susurro, una lagrima rodaba por su mejilla, no soportaba verlo así pues lo amaba desde el primer momento en que lo vio.
Abrió los ojos y noto que aun era de noche, giro su cabeza y ahí estaba abrazándolo, estaba ahí junto a él rodeándolo con sus fuertes brazos, su cabello ondulado caía por sus hombros, y su cara estiro su mano y tras quitar un mechón de cabello de su rostro acaricio su mejilla con sumo cuidado y ternura, al sentir la mano de Camus Milo abrió sus ojos lentamente y al sentir en sus brazos a Camus sonrió.
Camus estas des…. -No pudo continuar ya que sus labios fueron callados con los suaves labios de Camus-
Milo abrió sus ojos por aquel beso que Camus le había robado, su corazón latía como loco, sus manos temblaban, Camus lo estaba besando, solo pudo mas que cerrar sus ojos y tímidamente corresponder ese tierno y suave beso.
Aquel beso tímido, se convirtió en uno más demandante y apasionado, lentamente Milo fue recostando a Camus quedando sobre él, sus hermosas turquesas brillaban más que las estrellas, no podían más que perderse en aquellos hermosos ojos que reflejaban el mar, los cuales lo invitaban a continuar, volvió a besar sus labios mientras despojaba a Camus de su ropa de dormir, al hacerlo sus suaves manos repartían caricias alrededor de todo su cuerpo, haciendo que Camus suspirara, dejo sus labios y se dirigió a su cuello, dando pequeñas lamidas y besos tiernos haciendo a Camus excitarse, Se incorporo un poco e hizo lo mismo con sus ropas.
Volvió a colocarse sobre Camus mientras volvía a atrapar sus labios en los suyos, Camus no pudo evitar soltar un gemido al sentir la mano de Milo acariciar su entrepierna, estaba ya bastante excitado, su miembro se encontraba bastante hinchado debido a la excitación y Milo al sentirlo junto su miembro igual de excitado que el de Camus y comenzó a frotarlos con su mano mientras besaba su cuello, Camus se arqueo por el placer que le daba el sentir a Milo, su piel era tibia y suave, lentamente se convirtió en una llama que lentamente calmaba el frio que sentía debido a el dolor..
Tomo su miembro y lo introdujo lentamente en la pequeña y estrecha entrada de Camus, y poco a poco fue penetrándolo, no podía dejar de besar sus labios eran como una droga para él, Camus al sentirlo totalmente dentro soltó un gemido de placer, lo rodeo con sus piernas y brazos como si no quisiera dejarlo ir, una vez que se sintió listo comenzó a dar estocadas lentas pero profundas
Suspiros y gemidos inundaban la habitación, sus mejillas mostraban un hermoso tono carmesí debido al esfuerzo y excitación, sus cuerpos se encontraban perlados debido a el sudor que corría por sus cuerpos, su cabello se pegaba a sus cuerpos, en la habitación solo podían escucharse los gemidos de 2 amantes que se entregaban con la luna bajo ellos.
Milo tomo a Camus por el cuello al sentir como se arqueaba de placer al sentir como masturbaba con su otra mano su miembro, las estocadas cada vez eran más profundas llegando justo a el lugar indicado.
Volvió a besar su cuello esta vez dejando una pequeña mordida en el, el sentirlo Camus no pudo evitar dar n fuerte gemido, sus brazos se aferraban con mas fuerza a la espalda de Milo el placer lo estaba volviendo loco, nunca antes se había sentido así, Milo no solo tenia sexo con el en verdad le hacia el amor y se lo demostraba con cada beso y caricia que brindaba a su piel.
Dio un par de estocadas mas y Camus terminó entre ambos vientres, tras soltar un gemido que hizo a Milo estremecer, al sentir como Camus apretaba su entrada debido a el orgasmo de hace un momento sintió un fuerte escalofrió y termino por concretar dentro de Camus.
Sus respiraciones aun eran agitadas Milo sin fuerza se dejo caer sobre el pecho de Camus, no sin antes darle un beso en la frente, Camus acariciaba su suave cabellera dejando de vez en vez cortos besos.
Te amo- susurro en su oído y cayó vencido por el sueño….