Ya habían pasado desde que Steve había desaparecido de su vida, cinco años en los que discutió con él y en los que no ha tenido ninguna noticia de él ni de su paradero.
Tony Stark estaba ahora en la torre Stark, en su habitación mientras pensaba en todo lo que había pasado cinco años atrás.
En su mente aun estaba fresca la primera vez que hizo suyo a Steve. Eso fue algo que nunca olvidaría, el cómo probo esos labios que lo volvían loco, el cómo probo esa piel que tanto le gritaba que la probara, el cómo él lo hizo suyo y le quito su virginidad convirtiéndose en el dueño de ese cuerpo que tanto deseaba y quería.
Cerró los ojos con dolor mientras lo recordaba y casi inmediatamente llegó a su mente la discusión que tuvieron la última vez que lo vio. Ese recuerdo lo tenía siempre que pensaba en su capitán, él que había desaparecido de su vida de la misma manera en la que entro a ella: de manera inesperada.
En esos cinco años había buscado a Steve por todos lados pero no lo encontraba por ninguna parte. En los archivos de S.H.I.L.D. no aparecía su ubicación y tampoco lo había podido encontrar por ninguna otra red, es como si se lo hubiera tragado la tierra.
- Tony…
Tony no se giro a ver quién era ya que esa había sido la única que podía entrar a su habitación para molestarlo sin más, bueno no era la única pero por la voz se notaba que era Pepper.
- ¿Qué pasa Pepper?- le pregunto sin girarse a verla.
- ¿Sigues pensando en Steve?
Esa era la única pregunta que no quería escuchar en ese momento. Volvió a cerrar los ojos con dolor mientras que sentía como Pepper se ponía a su lado y le apretaba un hombro como intentando darle ánimos.
- No te rindas, Tony. Seguro que pronto lo encontraremos.- Dijo Pepper intentando animarlo.
- Te agradezco que intentes animar Pepper pero los dos sabemos que si Steve no da la más mínima señal de vida y la captamos a tiempo nunca lo encontrare.- Dijo mientras bajaba la mirada.
- Tony….
Pepper subió su brazo y antes de que Tony pudiera darse cuenta Pepper le había pegado una cachetada. Tony tenía el rostro ladeado y la muestra colorada de la bofetada que le había dado. Se llevo una mano hasta la mejilla lastimada mientras veía a su mejor amiga.
- ¡YA BASTA! ¡TÚ ERES TONY STARK! ¡NO PUEDES DARTE POR VENCIDO ASÍ SIN MÁS!
-Pero…
- ¡NADA DE PEROS! ¡DENTRO DE POCO ENCONTRAREMOS A STEVE Y ENTONCES ACLARARAS LAS COSAS CON ÉL, ASÍ QUE MUEVE ESE TRASERO QUE TIENES Y EMPIEZA A SER EL DE SIEMPRE!
Esas palabras hicieron que Tony se diera cuenta de que no se estaba comportando como solía hacerlo, así que poniendo su sonrisa de playboy le dio una abrazo a su mejor amiga mientras le susurraba al oído.
- Gracias…
Después se separo de ella y antes de que pudiera decirle nada ya se encontraba Tnoy en la puerta.
Pepper sonrió y siguió a Tony mientras JARVIS seguía buscando en todas las redes del mundo al Capitán Steve Rogers.
En otra parte
Un hombre de cabellos rubios y ojos celestes miraba una carta que le había llegado hace poco. Suspiro notablemente cansado y con cuidado dejo la carta en la mesa antes de levantarse y dirigirse a una de las habitaciones del apartamento. Abrió la puerta de la habitación y vio a la niña que descansaba en la cama.
Era una niña de cinco años. Sus cabellos eran dorados como el mismo sol, su piel era canela y aunque en este momento tuviera los ojos cerrados, cuando los abre se puede ver un hermoso color chocolate en sus orbes.
- Es hermosa ¿verdad?
Steve no se giro para ver a su acompañante pero se dejo abrazar y se apoyo en él. El misterioso hombre rodeo con sus brazos a Steve mientras ambos veían como la niña dormía tranquila y ajena a todo lo que pasaba a su alrededor.
Steve le dio una afirmación con la cabeza antes de cerrar la puerta de la habitación de la niña y con delicadeza quitarse de encima de su compañero para dirigirse al salón.
Con un enorme suspiro se dejo caer en el asiento mientras que veía como el otro se sentaba en frente de él. Le dirigió una mirada y lo pudo ver perfectamente.
Su compañero tenía los cabellos azabaches como la misma noche, sus ojos eran de un hipnotizan te color azul cielo al igual que sus ojos. Su piel era un poco más tostado que la de Steve pero no tanto como la de Tony. Era musculoso y la ropa se le ajustaba estupendamente al cuerpo.
- ¿Qué ocurre Steve?- Pregunto preocupado después de unos minutos.
Steve no le contesto y en su lugar dirigió su mirada a la carta la cual cogió y se la entrego a su compañero para que la leyera y lo viera por sí mismo.
El desconocido cogió la carta y se puso a leerla tranquilamente bajo la atenta mirada de Steve que no se despegaba de él en ningún momento. Veía como a cada palabra que léia se ponía cada vez más serio hasta que termino de leerla y la dejo a un lado. Después de unos minutos el silencio fue roto.
- Yo también he recibido una carta parecida de S.H.I.L.D.
Esas palabras hicieron que Steve le viera mientras él desconocido le entregaba la carta para que la viera él mismo.
Steve la cogió y se puso a leerla temiendo lo que pudiera encontrar en ella. Al terminar de leerla la estrujo entre sus manos antes de soltarla mientras sentía que algo en su interior se retorcía por la situación.
- Steve ¿qué vamos hacer?
- No lo sé Andy.- Admitió Steve mientras bajaba la cabeza y apretaba con sus manos sus pantalones.
- Steve…
Andy se levanto de su asiento y se acerco a Steve. Se arrodillo enfrente de él y le cogió las manos mientras le obligaba a mirarle.
- Podemos quedarnos aquí si quieres, pero sabes que no podrás seguir huyendo de esto eternamente.
- Lo sé, pero no quiero que él la vea, y… yo tampoco quiero verlo.- Dijo mientras volvía a bajar la mirada.
- Steve, no estarás solo siempre podemos hacer que mantenga las distancias. Ella no puede seguir sin saber quién es su otro padre, y sabes que en cualquier momento te lo va a preguntar. Y a parte ahora S.H.I.L.D. necesita a todos los vengadores. Te han ayudado Steve con lo de tu embarazo, a que él no te encuentre y ahora ellos necesitan que regreses.
- Lo sé pero volver a Nueva York, y verlo no es lo que más quiero en este momento. Y no quiero que mi pequeña vea como es su otro padre solo para que acabe herida cuando se entere de que solo es un playboy y que realmente nosotros no somos importantes para él y más cuando después nos marchemos nuevamente.- Todo eso lo decía estando ya de pie y con Andy escuchando todo lo que decía.
- Steve.- Dijo mientras se levantaba y se acercaba a él.- Ella tiene derecho a saberlo y además no vaís a estar solos porque yo voy a estar con vosotros y me encargare de que no os pase nada.
- Andy…- Dijo mientras se giraba a verlo.
- Estaremos bien, te lo prometo.- Dijo mientras le sonreía.
Steve suspiro, pero después lo vio con una sonrisa en el rostro.
- Está bien. Vayamos a Nueva York.
Andy sonrió y cogió a Steve de la cintura para segundos después besarlo con todo el amor y pasión que sentía en ese momento, beso que fue correspondido.
En la base de S.H.I.L.D.
En la sala de juntas por así decirlo, se encontraban los vengadores esperando que llegara Furi mientras Tony estaba como ausente sin prestarles atención, como había estado años atrás, cuando se entero de que Steve se había marchado.
Todos los presentes estaban preocupados por Toni ya que este no cambiaba su actitud desde entonces y a lo que más tiempo le había dedicado era a encontrar a Steve pero no lo había conseguido y ese era uno de los motivos por lo que tan preocupados estaban sus amigos.
- Me alegro de verlos señores.
Furi llamo la atención de los vengadores que de muy mala gana dirigió su mirada hacía él.
- Les tengo una nueva misión a los vengadores.- Fue lo único ue dijo pero un bufido interrumpió el silencio que se había formado.
- No estamos todos los vengadores.- Dijo Tony con voz apagada.
-Lo sé. Pero dentro de poco sí estaréis todos.
- ¿Qué?- Fue la pregunta general.
Todos estaban atentos a su respuesta pero el que más ganas tenía de saberlo era Tony. Estaba impaciente y cuando Furi menciono que estarían todos prendió la llama de la esperanza de poder ver a su rubio capitán pronto.
- Lo que he dicho es que pronto el Capitán Steve Rogers regresara a Nueva York. Participara en esta misión al igual que el resto de los vengadores.
Esas palabras hicieron que los ojos de Tony se iluminaran y una gran sonrisa se instalara en su rostro. Esto alegro a sus amigos ya que con esto nuestro playboy parecía tener mejor aspecto de lo que había tenido antes.
- ¿Cuándo regresa?- Pregunto Natasha, feliz por su amigo, aunque no lo demostró.
- Regresara en una semana. Cuando vuelva es cuando os dire a todos vuestra misión. Por ahora solo quería que supierais la llegada de vuestro amigo y compañero.
Después de esas palabras Furi se fue y todos vieron la alegría que rodeaba Tony y antes de que cualquiera de ellos pudiera decir nada se fue la mar de feliz.
- Bueno, parece que todo va a salir bien.- dijo Bruce.
- Sí.
Esa fue la única respuesta de Clint antes de besar a su novio que lo recibió de muy buen grado.
Mientras en otra parte
Un hombre de cabellos dorados no hacía nada más que ir de un lado a otro histérico.
- Haber ya tenemos preparada la escuela para la pequeña, un departamento, este departamento ya hemos avisado que nos marchamos, también tenemos preparada la comida para el viaje, al igual que las pastillas de los mareos para la peque, luego también están listas las maletas y…
- Steve tranquilo, seguro que está todo bien.
Andy se acerco a Steve y le abrazo mientras veía la lista que tenía en la mano. En la lista estaba puesto todo lo que tenían que hacer y preparar antes de marcharse a Nueva York. La mayoría de la lista estaba tachada y apenas quedaba algo que terminar de preparar.
- No puedo estar tranquilo Andy. Vamos a Nueva York y allí nos encontraremos con “él” y además todo tiene que estar listo para cuando lleguemos.
- Lo sé pero no tienes porque ponerte así. Lo tenemos todo listo además es mejor irnos a dormir ya que mañana tenemos que madrugar.
- Llevas razón pero… ¿dónde están los pasaportes y los billetes del avión?- Dijo nervioso buscándolo por todos lados.
- Están dentro de la bolsa en la que tenemos las cosas que necesitaremos durante el viaje en el bolso para la peque.
Steve miró donde le había dicho Andy y vio que estaba ahí por lo que suspiro audiblemente más tranquilo.
- No tienes de qué preocuparte Steve, todo va a salir bien.- Dijo mientras lo abrazaba.
- Eso espero.- Suspiro mientras se dejaba abrazar para unos minutos después dirigirse los dos al cuarto a descansar antes del largo viaje que les esperaba.
Una semana después.
Los vengadores se encontraban con Furi esperando que llegara el último de ellos, es decir, Steve Rogers.
Tony estaba muy nervioso aunque intentaba disimularlo, pero todos sabían que se moría de ganas de ver a Steve ya que todos sabían que Tony estaba locamente enamorado de Steve, y por eso se alegraban de que pudiera solucionar los problemas que tuvo con el capitán aparte de que ellos volverían a ver a su amigo.
- Furi.- Dijo Coulson mientras entraba al lugar.
- ¿Qué ocurre Coulson?
- Ya llegó el Capitán Steve Rogers.
Todos se pusieron rápidamente de píe cuando vieron que alguien entraba al lugar. Era un hombre alto de cabellos azabaches como la misma noche, sus ojos eran de un hipnotizan te color azul cielo al igual que sus ojos. Su piel era un poco más tostado que la de Steve pero no tanto como la de Tony. Era musculoso y la ropa se le ajustaba estupendamente al cuerpo.
- ¿Quién ere tú?- pregunto Pepper.
- Mi nombre es Andrew Black. Soy uno de los nuevos ingenieros del lugar. ¿Y usted quién es?- Le pregunto con una sonrisa.
- Me llamo Victoria, pero todos me dicen Pepper.
- Pues es un gusto conocerte Pepper.- le dijo con una sonrisa.
- ¿Dónde está el amigo Steve?- Pregunto desconcertado Thor.
- El Capitán Rogers ya ha llegado pero tardara un poquito más en venir.- Dijo un poco incomodo Coulson por la mirada que le dirigía Tony.
- Bien mientras les presentare al señor Andrew y os diré un poco que hará aquí.
Todos se sentaron bajo la orden de Furi aunque estaban más que impacientes por que llegara Steve y poder verlo después de tantos años.
- Si me permites Furi. Yo mismo me presentare y explicare.
Furi lo miro durante unos segundos y luego asintió para que comenzara a hablar.
- Como he dicho antes me llamó Andrew, pero podéis llamarme Andy. Soy ingeniero y trabajare para S.H.I.L.D. a partir de ahora. Estaré ayudándoles durante su nueva misión así que espero que nos llevemos bien.- Les dijo con una sonrisa.
- Seguro que te llevaras bien con ellos Andy.
Esa voz era irreconocible para todos ellos por ello tan rápidos como el rayó se giraron para ver a Steve. Steve estaba tan alto como cuando se fue. Sus cabellos dorados estaban ligeramente más largos que antes y sus ojos azules parecía que brillaban más que antes. Llevaba puesta una camisa de cuadros con unos pantalones vaqueros rotos y unas deportivas. Estaba increíblemente sexy, o al menos, eso era lo que pensaba Tony.
- ¿Seguro? Bueno si tú lo crees es lo más probable ¿no Stevei? – le pregunto con una sonrisa.
“¿Stevei?” Esa era la pregunta general que rondaba por las cabezas de los presentes.
- No sé si llevare razón pero creo que te llevaras bien con ellos.
- Entonces es muy probable.
- ¡Ahhhhhh, que grande!
Esa era una voz que nunca antes nadie había oído, o al menos no de los vengadores. Todos miraron para ver de donde `provenía hasta que vieron un pequeño vulto escondido detrás de Steve.
El pequeño bulto salió de detrás de Steve para mirar a su alrededor.
Era una niña de cabellos dorados y largos. Su piel era tostada y sus ojos eran de color chocolate. Llevaba puesto un vestidito azul que le llegaba hasta las rodillas y unos zapatitos blancos.
- ¡Qué grande!- Volvió a exclamar la pequeña.
- ¿Verdad que sí?- Le dijo Steve mientras se acercaba a la pequeña. – Te dije que era un lugar muy grande.- Dijo mientras sonreía a la pequeña.
- ¡Sí!- Exclamó mientras abrazaba a Steve siendo su abrazo correspondido por Steve.
Todos se quedaron mirando a la pequeña. No sabían quién era pero a más de uno se le ocurrió una idea que era imposible ¿verdad? Esa niña se parecía mucho a Tony, pero no podía ser su hija ¿no? Si fuera así eso significaría que Steve estuvo embarazado porque era lógico que era la hija de Steve, cuando se le parecía y lo trataba como a su padre.
- ¿Quién es la pequeña?- Preguntó Bruce, desconcertado.
- Es mi hija. Su nombre es Ángela.- Dijo Steve mientras los veía.
Todos se quedaron de piedra tras esa revelación, sobre todo Tony, que no se lo podía creer. Esa niña era muy parecida aél pero Steve no pudo estar embarazado de ´´el por ello, ¿de quién era la pequeña? La sola idea de que su capi se hubiera acostada con una mujer o mejor dicho con cualquiera que no fuera él, hacía que su pecho le doliera y que unos celos enormes le invadieran por completo.
- ¿No se suponía que tú ibas a estar con aquella chica tan amable?- le pregunto Andy mientras se acercaba a Steve y a Ángela.
Los demás los vieron sorprendidos porque eso no se lo esperaban. ¿Andy conocía a Steve y a la pequeña? ¿Cuándo los había conocido? ¿Cómo podía hablar como si se conocieran de toda la vida? ¿Qué relación tenían ellos?
- Es que no quería estar con ella. Yo quiero estar con vosotros.- Dijo mientras ponía un puchero y cara de perrito abandonado.
- Pero no puedes estar aquí. Ahora tenemos que hablar de cosas de adultos.- Dijo Steve mientras le acariciaba el cabello a su pequeña.
- pero no me gusta aquella chica. Por fa….
Los dos se vieron entre ellos y al ver que la pequeña no estaba dispuesta a ir con aquella mujer y que se sentía muy insegura si no estaban con ella suspiraron en resignación.
- Esta bien puedes quedarte pero solo si te portas bien. ¿De acuerdo?- Le pregunto Steve mientras le veía.
- ¡Sí, gracias mami!- La pequeña le abrazo con fuerza después de decir aquello.
Los demás estaban desconcertados. Aquella chica era la hija de Steve pero él era su padre ¿No? Entonces ¿por qué le había dicho mami?