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Amor Oscuro por yaoistamoon

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Notas del capitulo:

Gracias por lo mensajes xD

Ahora ando apurada, asi que espero que les guste y disculpen si hay alguna falta

Comenteeeeeeen el Capiiiiiii luego de Leerr n3n

 

Se oían los dulces sollozos de un moreno que sentaba tendido sobre una pila de almohadones en la sala de la enorme mansión Namikaze, habían sido arrastrados hasta allí, él junto con su abuelo sin la menor de las delicadezas, mas cuando intento replicar algo, la bestia enardecida del dobe llego y lo azoto con una fusta de cuero, mientras los empleados de la mansión retenían al moreno mayor contra el suelo para luego llevárselo a rastras a otra parte.

Ahora el rubio se encontraba allí, sentado en un sillón como hacia un buen rato deleitándose con sus sollozos, le había dejado las piernas marcadas cruelmente y ahora lo contemplaba mientras disfrutaba de un buen cigarrillo.

-¿Cuánto tiempo pretendes seguir llorando? –interrogo sin una pizca de compasión.

-¿Por qué lo hiciste? –gimoteo sin comprender el verdadero motivo, tenía los ojos hinchados y sus piernas laceraban.

-porque te creíste con el derecho a reclamar –justifico duramente con aquellos ojos impíos –tienes que aprender que ahora, yo soy tu amo… y tu cuerpo es mi fortuna, nada de ti te volverá a pertenecer jamás.

-¿A dónde se llevaron a mi abuelo? –exigió saber con preocupación, recordando los gritos del mayor suplicando a Naruto para que suspendiera el irracional castigo.

-mi abuelo ha regresado –expreso con obviedad –y como es debido exigió la atención de su concubina.

-¿…q.que? –no creía lo que oía, no podía estar hablando enserio o empleando aquel lenguaje tan ignominioso si tenía en cuenta que el mismo no ajustaba a su género.

-eso es lo que sucederá con nosotros también, a menos que decidas cooperar –anuncio calando de su cigarrillo con elegancia mientras se solazaba vislumbrando la visión del moreno –o… prefieras permanecer como el bellísimo Orochimaru, y entierres tus propias cadenas en el suelo y las ates a tu cuerpo.

-mi abuelo no pidió esto –refuto secándose las lagrimas de su rostro con indignación, aquella situación lo estaba exasperando -… ustedes lo trajeron por la fuerza.

-¿por la fuerza? –carcajeo –tu abuelo sabía que su lugar era al lado de mi abuelo.

-¿para vivir prisionero… -indago fulminándolo con la mirada –para ser maltratado, violado y humillado…?

-… -el rubio reía por las palabras del otro –no existe la violación cuando el acto es consumado por dos personas que se aman, no digas tonterías teme… se ve que no sabes nada.

-¡eres tu el que no sabe nada! –exclamo colérico –es una violación si la otra persona es forzada a mantener relaciones sexuales, no importa la forma en la que lo sea y consta de un acto criminal.

-¿criminal? –carcajeo el Namikaze -… como eres exagerado teme, no servirá de nada que hagas esos teatritos, además… piensa que todo esto es necesario si queremos tener un buen futuro.

-¡¿Qué clase de buen futuro podría surgir de todo esto?! –escupió fuera de sí, el rubio iba a volverlo loco.

-imagínalo… -relataba mirando al techo buscando inspiración –una gigantesca mansión… yo, volviendo de un cansado día de trabajo como presidente de las industrias Namikaze, siendo recibido por mis maravillosos hijos y mi bellísimo esposo… cenar todos juntos, y luego hacer el amor como posesos durante toda la noche –se relamió los labios pensando en esas dichosas noches –… ese futuro.

-… -lo desafío con la mirada un largo rato –no voy a doblegarme ante ti Naruto… no hay futuro a tu lado -respondió reuniendo todo el valor que podía, su cuerpo dolía pero prefería morir de pie que de rodillas, aquel idiota no sometería su espíritu -¡y no quiero usar esta estúpida ropa, la ODIO! –escupió buscando rasgar aquellas prendas, aunque anduviera desnudo, no le importaba en lo mas mínimo.

-yo me retractaría si fuera tú –se oía amenazante, con sus ojos emanando seguridad y salvajismo –dudo que quieras seguir provocándome.

-¡vete al demonio! –escupió, ahora su sangre ardía.

El rubio solo sonrió de lado, se levanto tranquilamente y camino a paso lento donde el Uchiha intentaba levantarse, mas había caído sobre los almohadones nuevamente, las piernas le temblaban y no lo sostenían; sujeto los cabellos azabaches con agresividad y apago el cigarrillo sobre su inmaculado rostro, haciendo que el menor soltara un alarido colmado de dolor.

Lo soltó, y se puso a su altura para susurrar a su oído con la más cínica sonrisa.

-no quiero lastimarte… –mascullo para lamer el lóbulo del mismo.

-¡¡¡Naruto!!! –escucharon ambos aquel bramido como el de una fiera iracunda, ese citado que provenía de la sala contigua, donde se encontraba el recibidor.

Ambos lo habían reconocido, sabían de quien se trataba; unos sirvientes llegaron corriendo hasta ellos, sabían cómo debían proceder.

-Namikaze-sama… -hablo agitadamente una chica –su padre ha irrumpido en la mansión.

-¿mi padre? –repitió con soberanía aquella dicción tan mundana.

-¡¡Naruto!! –ahora estaba allí, bajo el mismo techo, ante su presencia pendenciera.

-¡¡Minato-san!! –clamo esperanzadamente Sasuke cuando vio aquella iracunda figura en el marco de la puerta.

-Sasuke… -susurro el hombre ahora cambiando su expresión de completa ira a una de completa desilusión -¿…que clase de pesadilla es esta? –interrogo acercándose a paso lento, sin poder digerir la imagen que tenía en frente, creyéndolo todo perdido.

-Minato-san –sollozo el moreno sintiendo que la salvación había llegado, que todo acabaría allí -… yo sabía que usted no le haría algo así a mi padre…

-Sasuke… -exclamo para correr e hincarse a su lado haciendo que su hijo se moviera unos pasos, sonriendo con burla -¿Qué te ha hecho este animal pequeño?

-n.no me ha hecho nada Minato-san, solo quiero volver a casa –suplico aferrándose al cuerpo del rubio mayor que lo abrazaba protectoramente –lléveme a casa por favor.

-esto supera cualquier estupidez que hayas hecho en tu vida Naruto –exclamo el rubio decepcionado mirándolo con completa fiereza –nunca te creí capaz de una cosa como esta, creía que te había criado bien...

-que ingenuo eres padre –carcajeo haciendo una seña a los guardias que se encontraban allí –ahora suelta a Sasuke y nadie tendrá la necesidad de salir herido.

Aquellas palabras, ni Sasuke ni Minato las creyeron predecible, al alzar la mirada notaron que estaba rodeados de guardias vestidos de negro, los mismos les apuntaban con rifles en mano, en especial a la cabeza del rubio mayor.

Sasuke estaba mudo, ¿sería capaz Naruto de matar a su propio padre? Al ver la expresión de ambos Namikaze, supo que no había dudas allí, por su parte Minato lo veía severo, aun con el moreno en brazos.

-¿y si decido no hacerlo? –indago fríamente el rubio mayor.

-suelta a Sasuke –ordeno celosamente -… no voy a repetirlo.

-¿eres tan cobarde… -indago Minato aferrándose más al cuerpo del moreno, tratando de transmitirle seguridad –que me quitarías del camino de esta forma?, ¿Qué harás después, arrojaras mi cadáver a algún descampado como cualquier vulgar criminal?

-… -sin responder, sonrió de lado con prepotencia –sabía que desconfiarías de mi cuando mi precioso gatito faltara de su hogar –entonces hizo una expresión de lastima fingida –sabía también que el primer lugar al que vendrías a buscarlo seria aquí… ¿quieres saber lo que hice luego de suponer todo eso, o supones que me quedaría de brazos cruzados para ver cómo me lo quitabas?

-… -Minato lo escucho con atención, su hijo ya tenía todo planeado cuidadosamente.

-puse un guardia a resguardar la casa donde tu querido Fugaku Uchiha duerme plácidamente sin sospechar que en este preciso momento, la mira de un rifle apunta directo a su cabeza, esperando la orden exacta para ser disparado.

Minato se separo de aquel frágil cuerpo con las palabras atoradas en la garganta, de aquello no le cavia la menor duda; por su parte Sasuke estaba pasmado, la sola idea que su padre estaba siendo apuntado por un arma lo destrozaba, ahora no tenia salida, Minato no permitiría jamás que asesinaran a su amado moreno, y eso era algo que Sasuke agradecía desde lo más profundo de su corazón, lo prefería a su propia vida.

-juegas tan sucio como tu abuelo, él ya me había amenazado con la misma tontería - mascullo absorto en la irracionalidad, su propio hijo era eso, algo tan diferente a él y más parecido a un demonio de cabellos rubios y ojos arteros

-antes era una tontería… –aclaro con altanería –solo que yo soy más astuto, en lugar de enviar a alguien para asesinar a tu querido Fugaku, ese alguien ya está aguardando una orden si intentas quitarme a Sasuke.

-…maldito -mascullo resignado, no le daría motivos  a Naruto para demostrarle de lo que era capaz.

-¿lo ves Sasuke? –tanteo mordaz aquel carcelero -…ahora no hay nada que pueda alejarte de mí.

-esto no va a quedarse así –juro duramente el mayor de los rubios.

-claro  –respondió con saña -…así que hasta luego.

-Sasuke… -le llamo Minato con dolor al moreno que le veía con desesperanza –voy a volver por ti.

-no prometas cosas que no cumplirás jamás –sugirió con maldad aquel zorro desalmado –ahora Sasuke es mío, y si te atreves a desafiarme, te arrebatare lo que más amas en este mundo.

-… -no creyó jamás que podría dejarse amenazar por alguien, en especial si ese alguien era su hijo, pero en momentos como esos, no dudaba que estuviera diciendo la verdad, en especial si él había descuidado tanto a Fugaku –te arrepentirás Naruto, de eso puedes estar seguro.

Dicho aquello se aparto de la mirada azulada que había heredado de sus genes, no obstante en aquella mirada tan cruel y despiadada, nada de él estaba reflejado, ni lo bueno, ni lo malo… su hijo era aquella bestia sin moral que él no creo.

Tampoco volteo tras su marcha para así no contemplar la mirada amedrentada de aquel niño de su ser más amado, lo único que ahora tenía en el mundo, su Fugaku… ya no tenía a su padre, ya no tenía a su hijo y su precioso moreno, se veía en la misma situación ¿Por qué? A causa de su trastornada familia, pero todo aquello resultaba de un hecho bastante curioso, los Uchiha siempre habían sabido llamar mucho la atención de los Namikaze, para conducirlos al borde del delirio y empujarlos directo al infierno con su tentadora bondad y belleza que conducían al mal.

 

 

………………******©*******………………

 

 

El aire no solo era agitado, o el ambiente espeso… bajo aquel mismo recinto se encontraban dos varones que no podían sufrirse siquiera en la mirada.

-¡¿Qué diablos están queriendo decir?! –exclamo un moreno pelilargo ante aquellas inesperadas visitas, su expresión era la de una fiera enardecida, casi expulsaba fuego por la boca –vienen el medio de la noche y me dicen que mi prometido desaparece, ¡¿acaso intentan tomarme por un idiota?!

-¡¿crees que seriamos tan cínicos, o que estaríamos tan locos?! -hablo Deidara contendiendo la mirada déspota de aquel Uchiha –¡si lo preguntas no fue mi idea venir aquí en primer lugar!

-oh no, seguramente querrías buscarlo debajo de tus sabanas ¿no estaba allí Namikaze? –había bajado la guardia enormemente, y no se daba cuenta de lo obvio.

-¿celoso Uchiha? –espeto burlón, aquel moreno le estaba exponiendo los celos acopiados con desprecio y eso solo lo hacía incrementar su seguridad en sí mismo.

-¡¿olvidas que me casare con él?! –le recordó en un tono cáustico, casi echándoselo en cara –…no tendría por qué estarlo… –“no, él dijo que me quería, las cosas estaban muy bien entre nosotros”, pensaba desequilibradamente, aun sin poder digerir aquello.

-¿si no está aquí, al menos te dijo a donde iría? –pregunto tratando de controlar sus impulsos tras la afirmación del imperioso moreno, si no estuvieran en dominios Uchiha lo afrontaría a golpes.

-durante la ceremonia… -se froto la frente con la palma de la mano –dijo que quería arreglar las cosas con su padre –relato con la voz prepotente, ese rubio quería competir con él aun sabiendo que no se encontraba a su altura, estaba seguro que si agarraba a golpes a aquel miserable Namikaze lo destrozaría en un instante –quedamos para vernos en la mañana –disimulaba un poco el temor, encubriéndolo bajo una cúspide de superioridad.

-¡eso no puede ser posible, nunca llego a su casa! –refuto el Namikaze exasperadamente, estaba a punto de morder la yugular contraria cuando noto un pequeño detalle.

Fugaku, quien se encontraba mirando al suelo, era lo único que había hecho desde que ingreso a aquel establecimiento, no se atrevía a alzar la vista y contemplar aquello por lo que quizá Sasuke habría sentido fascinación, podía comprenderlo, era un niño que había sido criado sin absolutamente nada, ya que cuando Sasuke nació y su padre desapareció, él se había quedado sin nada, sin dinero, sin apoyo, sin esperanza solo con un bebe abandonado a su fatalidad.

Ahora ese hombre le prometía el universo a su niño, y él no podía oponerse.

-Fugaku-san… –le llamo Deidara al notarlo en aquel estado.

-tampoco supuso que Sasuke estaría conmigo como tantas otras veces, lo deja a Sasuke andar sin correa por ahí, y ahora simplemente se preocupa por su ausencia –analizo Itachi -¿cómo puedo confiar en que no sabe donde esta?

-… -el mayor frunció el ceño –no necesito que un arrogante niño mimado como tú me diga cómo debo criar a mi hijo, Sasuke siempre ha tenido la libertad que quiso porque sé que puedo confiar en él –hablo seriamente tampoco podía tolerar a aquel hombre que quería quitarle a su hijo, aquel hombre que ya había incluso pedido su mano en santo matrimonio –sé que esta vez es diferente, soy su padre… y puedo sentir en mi piel su angustia…

-le advertí que sería mala idea Fugaku-san –hablo Deidara furiosamente, viendo el infierno en los ojos de aquel empresario, quien rio irónicamente al escucharlo.

-¿y tú quién crees que eres? –tanteo Itachi aproximándose al rubio, no podía evitar odiarlo –te crees con mucha ventaja, ¿no es así?

Ahora se encontraban cara a cara, a escasos centímetros, sus narices casi podían tocarse, respiraban el mismo aire turbio que despedía con grandezas belicosas al verse dos rivales de sangre enardecida bajo un mismo entorno.

-puedo asegurarte Uchiha, que la tengo –respondió con las fauces comprimidas, mascullando las palabras irascibles que despedían su alma, ya que su cuerpo era aplacado por la olímpica Atenea que le impedía proyectar su cólera sobre aquel moreno que era blanco de su desprecio y recelo.

-¿y cómo –pronuncio de la misma manera, acercando su boca a apenas dos centímetros de la contraria despidiendo antipatía pura -… aproximándote a papi para tener más ventaja sobre el chico que te ignora? Puedo ver que tan hombre eres.

Entonces todo el rencor acumulado salió a flote por parte de ambos sementales enardecidos y ansiosos, descargando la ira que fluía en sus venas de un segundo a otro.

El primer puñetazo había sido propinado por Deidara cuya sangre quemaba como lava, el cual le dio claros motivos a Itachi para arrojar el siguiente.

-¡¿Qué diablos están haciendo?! –grito Fugaku de inmediato, aquellos hombre se estaba peleando por su hijo en momentos como ese.

Los rivales habían comenzado a echar todo el tormento que guardaban en el instante que se prendieron el uno del otro y comenzaron a llover los puños, ignorando los bramidos encolerizados del Uchiha que no creía lo que estaba sucediendo.

Itachi había logrado derribar a aquel rubio que le fue al suelo y con el moreno encima de él los golpes comenzaron a abatir su rostro haciéndolo escupir sangre en el rostro de su contrincante, lo cual le dio la ventaja de derribarlo de una patada y comenzar a devolverle las arremetidas impuestas con la misma fuerza y ansiedad acumulada, además del arrebato y la impotencia de su espíritu que hacían más enardecidos aquellos puñetazos sobre el otro.

De un instante a otro rodaron en el suelo, con Itachi recobrando la delantera asestando sus propios certeros asaltos sobre la fisiología del Namikaze cuando unos guardias de seguridad llegaron a separarlos.

-¡¿acaso están locos?! –exclamo furiosamente Fugaku cuando los vio luchar contra los guaridas para volver a prenderse el uno del otro -¡¡compórtense como adultos en un momento como este!!

El rubio y el moreno aun seguían aniquilándose con la mirada inyectada en odio, pero en alguien debían desquitar la frustración que profesaban.

-… -de inmediato ambos se dieron cuenta de aquello, había sido una reacción ridícula de un par de bestias que combatían por el dominio de una sola hembra, pero resultaba que esa hembra ahora mismo se encontraba en gran peligro, bajo el dominio de un sujeto o un grupo fortuito.

-este comportamiento fue inaceptable –hablo Itachi aun sabiendo que había sido él quien le dio motivos al rubio para arrojar el primer golpe –indigno de un líder del clan…

-lo más importante ahora es encontrar a Sasuke –musito su contrincante sin bajar la mirada.

-¿no tenia Sasuke un celular? –intento hacer Fugaku el ambiente más calmo entre aquellos hombres.

-no lo tiene con él, Sasuke estaba conmigo en la fiesta –recordó al final mientras era soltado por los guardias, viendo como soltaban al rubio también –sé que lo dejo en su habitación, aunque es probable que lo localicemos mediante su chip de implantación –recordó aquel hecho, los miembros de clanes poderosos no solo estaban tatuados para hacer distinción de su estirpe, sino que llevaban un chip rastreador instaurado debajo de la piel.

-si le sucedió lo mismo que a mi padre… -advirtió Fugaku con amargura en su voz –es probable que no encuentren su ubicación –ahora hablaba con pesimismo, su hijo había desaparecido como su padre, tenía ese desagradable presentimiento -… mi hijo –susurro con aflicción –no lo entiendo…

-encontraremos a Sasuke  -afirmo Itachi apretando los puños -aunque eso me cueste la vida –se veía seguro de sí mismo.

El mayor asintió con algo de esperanza, sin embargo no evito enfocar su mirada donde un gigantesco cuadro familiar que se encontraba a un costado, eso lo había dado a confirmar aquella desconfianza que tenia…

Deidara no lo había notado, su celular sonó repentinamente con una llamada de Sasori en su casa y se aparto para poder atender, mientras era seguido por la visión de los guardias, uno de ellos le tendía un pañuelo para que se secara la sangre.

-tú… -titubeo cuando se vieron solos con la mirada en la imagen de aquella mujer y la mente plagada de ayer –lo sabia… tu eres hijo de ella… –afirmo con severidad volviendo a clavar la mirada en aquel joven que lo veía serenamente –y es probable que Sasuke no lo sepa, él jamás ha visto una imagen de su madre.

-¿otro de sus vaticinios, o premoniciones? –inquirió burlonamente mientras se limpiaba la sangre de la misma forma que el Namikaze, recordando las anteriores palabras del mayor.

-sabía que no debía confiar en ti –reafirmo aquellas palabras con asco atorado en su garganta.

-y aun así lo sigo viendo ante mis ojos –refuto seriamente.

-eso es porque sé que contigo tengo más posibilidad de encontrar a mi hijo –contradijo con un tono airado, el empresario solo alzo una sonrisa ladina.

-¿se sintió solo de repente? –indago burlonamente con una risita que fastidio e hizo hervir la sangre del mayor -si quiere saberlo, él cree que ella es muy linda –menciono con malicia –me lo ha dicho.

-Mikoto era hermosa –recalco con intensidad en su voz –y Sasuke es igual a ella.

-puede ser –siseo altivo con una expresión seria y a la vez divertida –supongo que yo tengo más parecido con mi padre, soy más… masculino.

-mocoso insolente –musito el mayor con los dientes apretados, mientras el otro volvía a sonreír con prepotencia.

-¿Cuánto tiempo creyó que iba a mantener a Sasuke apartado Fugaku-san…–indago con burla -… suegrito?

-idiota, te lo preguntare una vez más… -tomo una pausa respirando muy hondo para no arrojarse sobre aquel hombre -¿Qué pretendes con todo esto?

-supongo que ya es hora de que nos vayamos –volvió Deidara a la sala -¿nos vamos Fugaku-san, iré con usted a reportar la desaparición de Sasuke?

-llamare a un investigador –indico rápidamente el señor de la casa –es el prometido de Itachi Uchiha… –reafirmo ante la mirada de odio de aquellos individuos –si lo secuestraron, aparecerá pronto.

-¡¿y lo dices tan tranquilamente?! –exclamo el rubio colérico.

-nadie se atrevería a hacerle algún daño –menciono convencido –se están metiendo conmigo, y eso no es ningún juego, cualquier imbécil lo sabe ¿o tiene alguna sospecha?

Ninguno hablo, solo suspiraron resignados.

-haremos la denuncia a la policía –hablo el rubio, Fugaku se veía demasiado irritado como para poder hablarle a aquel que era el prometido de su niño.

-nos veremos mañana por la mañana, querrán sus declaraciones –dijo para darse media vuelta y comenzar a marcharse a su oficina en la mansión, tenía muchos llamados que hacer.

A pesar de que se había podido mantener en ese estado tan tranquilo, por dentro se estaba muriendo, desde el preciso instante en el cual oyó las palabras “Sasuke” y “desaparecido” la desesperación lo abordo, su preciado tesoro no podía abandonarlo, le había dicho que lo quería, le había dicho que si y se casarían, las cosas no podían estar sucediendo de esa manera ahora, cuando estaba tan cerca de tenerlo para siempre.

Ya había imaginado su vida juntos, tenía demasiados planes para su morenito como para que algún inepto se lo arrebatara de las manos.

El culpable pagaría caro.

Alguien le había declarado la guerra.

Se encerró en la oficina que antiguamente pertenecía a su padre y comenzó a teclear en su computador, antes de realizar cualquier acción buscaría cualquier pista, y antes que nada, quería confirmar que realmente Sasuke no había llegado a su casa.

Comenzó a reproducir la grabación de manera apresurada, adelantando las escenas pero nada, solo vio el momento preciso cuando su suegro corrió al cuarto de su amado e hizo aquel aquelarre irracional que no comprendió un solo ápice, también vio el momento en el que el Namikaze se marchaba dejando completamente solo al otro; le resto importancia, le daría las imágenes a un investigador cuando lo tuviera a disposición.

De inmediato se metió en el sistema de la policía, no le resulto el más mínimo inconveniente, solía hacerlo cuando necesitaba sacar ventajas de algo, su padre le había enseñado.

Al instante ingreso el código del circuito integrado de Sasuke, y el rastreador comenzó a marchar enseñando en su monitor la imagen del planeta tierra girando a gran velocidad mientras una especie de luz le daba la vuelta aun mas rápido.

La localización de Sasuke estaba intentado ser rastreada, así permaneció un buen rato… un buen, y largo buen rato en el que perdía la paciencia cada vez mas.

No lo estaba consiguiendo, no se enfrentaba a cualquier loco suicida, sino a un individuo completamente perspicaz, lo suficiente como para poner sensores que bloquearan la difusión de información de la ubicación geográfica del morenito directo al satélite que las recepta, como si el mismo no existiera físicamente dentro del planeta tierra ya que los chips de semejante categoría, no pueden ser simplemente bloqueados o destruidos, ni siquiera dados de baja, no, era algo aun más complicado.

Se dejo caer en la silla frotándose el rostro con la mano, suspiro pesadamente, si algo le sucedía a su tesoro, se volvería una fiera implacable y el mundo lo lamentaría.

De repente el teléfono comenzó a sonar, un número desconocido, atendió en el apuro y se escucho un extraño silencio de fondo, como si el remitente respirara muy agitadamente.

-¿Quién habla? –indago con un tono escueto el moreno.

-…ahora es mío… –hablo aquel individuo tras un modulador de voz, pero se oía agitado de alguna forma.

Enseguida el moreno comenzó a gravar la conversación presionando un botón en su teléfono, ese sujeto era patético.

-no sabes la estupidez que acabas de cometer, así que mejor dime cuánto quieres, y acabemos ya esta payasada antes de que lo lamentes aun más –sentencio metódico.

-no… -respondió en una carcajada –el que no tiene idea de con quien se metió eres tu Itachi Uchiha… -pronuncio con algo de intensidad en su voz mientras respiraba agitadamente, eso comenzaba a causar algo de inquietud en el moreno.

-soy un hombre de poca paciencia así que hagamos esto breve –se estaba exasperando, pero debía mantenerse calculador, sabía que ese tipo era muy diferente en todos los aspectos -¿Cuánto quieres por el rescate?

-¿enserio? –inquirió con gran cinismo –entonces yo debo considerarme el hombre más paciente del mundo para no romperle el culo en este mismo momento, chupa tan rico.

-¡¡tócale un solo cabello y cuando te encuentre me encargare de beber tu asquerosa sangre –sentencio hostil, afirmando más que advirtiendo –ni el polvo de tus restos regresaran al suelo!!

-… -el otro reía a carcajadas, había cumplido su objetivo -…solo llamaba para decirte que puedes ir perdiendo las esperanzas, Sasuke esta donde siempre debió estar… a mi lado… ¿nos es verdad amorcito? –sabia que se dirigía a otra persona y no a él –díselo al idiota para que pueda entenderlo al fin…

Itachi no podía abrir más los ojos, ese sujeto estaba con su Sasuke y no parecía pedir rescate, la situación era otra… y lo estaba desesperando.

-..¡¡Sasuke!!.. –exclamo con el corazón en el puño ensangrentado de la sangre del Namikaze que había golpeado recientemente.

-…I.I..taa..chi… -era la voz debilitada de su niño, cuando oyó de trasfondo un sonido tan característico como una bofetada -..AAAH… -y el grito consecutivo de su morenito.

-¡¡no te atrevas a ponerle un dedo encima, enfermo!! –dictamino iracundo ahogado en la impotencia, oía el llanto alejado del menor del otro lado -¡¡voy a acabar con tu patética existencia de eso puedes estar seguro!!

-ya es muy tarde Uchiha… -emitió tranquilamente el sujeto del otro lado –y pronto, será mío para siempre… -finalizo cortando la llamada.

Itachi azoto colérico aquel objeto inanimado que nada tenía que ver, miro el registrador de llamadas y corroboro lo evidente, el número era ininteligible, simplemente estaba agitado y la llamada de aquel imbécil solo lo había dejado frenético, no podía darse el lujo de tomarse tanto tiempo.

Tomo su celular y comenzó a llamar a alguien.

-¡Neruko! –exclamo cuando se vio contestado.

-¿Itachi-san… -respondió exaltada la rubia del otro lado –que sucede?

-Sasuke ha sido secuestrado –comento haciendo preocupar al máximo a la chica del otro lado haciéndola soltar un quejido lastimero.

-¡¿está completamente seguro?! –indago la chica alarmada.

-su secuestrador acaba de comunicarse conmigo –advirtió con los ojos apretados fuertemente mientras se sobaba el puente de la nariz, aquel sujeto quería probarlo, lo estaba buscando y lo encontraría.

-¿Cuánto ha pedido por el rescate? –indago arrebatadoramente, mientras Itachi oía murmullo de fondo, era evidente que la rubia no se encontraba sola.

-no pedirá un rescate, eso me dio a entender –advirtió irritado, las cosas no serian tan simples –tampoco hay localización del chip de Sasuke, y el numero del cual me llamo no tiene origen aparente, no se trata de cualquier criminal... he grabado la conversación.

-las chicas y yo iremos inmediatamente a la mansión Uchiha

-movilicen todos los medios por el cual puedan rastrear su paradero, no puede simplemente desactivar su chip de localización o comunicarse desde un lugar cuya ubicación no pueda ser rastrada, y pónganse el contacto con el mejor equipo de investigación para delegar del asunto… nadie se lleva a mi prometido y sale impune.

encontraremos a Sasuke-kun... y no descansaremos hasta que vuelva a su lado.

 

 

……………………………………..

 

 

-le estoy diciendo que mi hijo no regreso jamás a la casa –espetaba Fugaku al oficial que le dirigía las preguntas, mientras aquel empresario que pretendía a su hijo se encontraba en la sala de brazos cruzados mirando con desprecio cada detalle de la casa, lo veía en las mismas condiciones que él, ojeroso y demacrado.

Se había hecho de día, y ciertamente no había conseguido el sueño durante toda la noche, tenía bolsas debajo de los ojos que se veían claramente hinchados.

-¿es la primera vez que falta de su hogar? –prosiguió el segundo oficial que trataba de apuntar todo en una libreta.

-…s.si –respondió algo nervioso, recordando lo que Itachi le había dicho en la noche, y reconoció que quizá tenía bastante razón, su niño tenia demasiada libertad, si él fuera un mejor padre quizá aquello no hubiera sucedido, o eso creyó –Sasuke es un chico sano, responsable, honesto, el mejor hijo del mundo, nunca hubiera escapado de casa.

-¿dígame… -intentaba buscar las palabras el oficial de apariencia más agradable –como es la relación con su hijo?

Itachi rodo los ojos, era evidente que aquellos oficiales no ayudarían en lo más mínimo pero la denuncia estaba hecha y debían proceder, además él no podía meterse e ir en contra de la ley, era uno de sus mayores principios; por su parte esperaban la llegada de los investigadores que él había contratado y el demás equipo de investigación que sus empleadas habían contactado.

-¿y dígame -ahora hablaba el otro oficial, uno de expresión severa y osca –…Itachi-san, como es la relación con su novio?

Hubiera reído si la situación no fuera aquella, pero simplemente parecía una cruel broma del destino.

-¿Qué acaso tiene la cabeza enterrada en la arena? –hablo bruscamente ganándose una mirada fulminante de parte del oficial –nosotros íbamos a casarnos, nuestro compromiso fue celebrado ayer en la noche, luego de ello desapareció.

-esto es protocolo señor Uchiha –explico el segundo oficial, el que se veía más paciente y amable –es necesario para la investigación que se llevara a cabo.

-como sea –respondió hastiadamente, apartando la mirada.

-nos pondremos en contacto Uchiha-san –hablo el primer oficial para levantarse junto con su compañero y dirigirse a la puerta.

-les agradezco –menciono Fugaku para verlos marchar.

-esto es inútil –comento Itachi de brazos cruzados en su típica porte de conquistador del mundo.

-lo lamento, ¿dirigirás tu mismo la investigación? –hablo sarcásticamente el mayor.

-tengo más ventaja en esto que esos oficiales –afirmo para ver la expresión irónica de su suegro –y como sospechaba, el chip de Sasuke no puede ser rastreado.

Aquello había causado que la mirada de Fugaku se apagara aun más, haciéndolo sentir un fuerte dolor en el pecho y un nudo atorado en su garganta, se levanto de golpe de su asiento y camino hasta las fotografías en la chimenea.

-…m.mi…Sasuke… -susurro con angustia tomando una fotografía de su niño en manos -¿Quién haría algo así?

-¿dice que es como cuando su padre desapareció? –interrogo Itachi compadeciéndose del dolor de aquel hombre, pudiendo imaginar la gravedad del asunto para el mismo, después de todo, era el padre de su morenito y aquello lo estaba sensibilizando un poco.

-… al menos la sensación es la misma –menciono.

 

Flash Back

-¡padre! –llegaba a su casa un moreno de dieciocho años ataviado en abrigos invernales.

Afuera nevaba, y él había ido a hacer las compras pero se había tardado más tiempo del habitual teniendo en cuenta la cantidad de gente que había debido a la época, era semana de cobros y muchos realizaban sus compras para todo el mes.

Como era de costumbre, su padre se había quedado cuidando a su bebe, entro cuidadosamente escuchando el llanto insistente de su pequeño que seguramente tendría hambre, cerró la puerta y cuando adentro unos simples pasos noto algo que lo dejo mudo.

En la sala había un completo desorden, habían cosas rotas por doquier, varias lámparas, varias vasijas, cuadros, relojes, las cortinas estaban rasgadas y además varias ventanas. Los sillones estaban caídos, se le cayeron las bolsas al suelo, ¿alguien había entrado a robar?, ¿Quién podría entrar a robar a la casa de un padre soltero cuyo sueldo apenas le daba para pagar las cuentas y el alimento? Las personas en el vecindario sabían que el dinero ni siquiera les alcanzaba para darse un pequeño lujo.

Corrió sin pensar un solo segundo a la planta alta, su niño estaba llorando desconsoladamente, ¿y si le habían hecho daño? Daría la vida por su pequeño sin dudarlo un solo segundo.

Al llegar vio su habitación completamente revuelta, todo estaba desperdigado y roto, también su cama había sido revuelta, el colchón estaba en el suelo con las sabanas desperdigadas y debajo de las sabanas se agitaba un pequeño bultito. Podía distinguir las pequeñas manitos de su bebe debajo de aquella tela, corrió donde el mismo se encontraba y las retiro aturradamente para ver que el infante estaba intacto.

Lo tomo en brazos y lo acuno abrazándolo devotamente, tampoco era algo simple, él no era un madre para hacer calmar a su pequeño con solo acercarlo a su pecho y apaciguarlo con el dulce latido de su corazón o su simple aroma maternal, no, él era un padre de dieciocho años sin experiencia y momentáneamente liado con aquella situación.

-Sasu… bebe… -susurraba intentando acunarlo inútilmente, su niño no paraba de llorar -… ya, ya bebe… -lo abrazaba protectoramente tratando de transmitirle seguridad y cariño.

Comenzó a caminar con Sasuke en brazos aun llorando, en busca de su padre temiendo lo peor. Él no era estúpido, si alguien había intentado entrar a robar, podían haber hecho cualquier cosa, aunque solo rezaba porque no hubieran hecho nada más que robar y romper cosas.

Fue a la habitación de su padre y nada, la cama también estaba deshecha solo que a diferencia de la suya la misma estaba rota, con las patas quebradas y las sabanas en el suelo, cuando vio sobre el colchón no evito notar que el mismo estaba mojado, y el cobertor del colchón parecía manchado, ¿era aquello sangre?

Fin del Flash Back

 

La puerta sonó de repente, Fugaku se apresuro a abrir y fue entonces cuando vio un grupo de hombres con diversos equipos tecnológicos ante él.

-buenos días, somos el equipo solicito para dirigir el caso Sasuke Uchiha.

 

 

………………******©*******………………

 

 

 

Los castigos y adiestramiento ya habían dado indicios de haber comenzado, el cuerpo del moreno estaba cubierto de moretones, y su espalda de marcas de azotes provocados por aquella fusta de cuero que ahora conocía muy bien, apenas traía prendas y las mismas estaban desgarradas y su cabello revuelto.

Sin embargo, aun mostraba clara resistencia.

No se entregaría en bandeja de plata.

El rubio también se había encargado de presentarle su masculinidad y había procurado concebirlos íntimos, pero además de ello, se había encargado de forzarlo a atenderla, rotundamente, bajo su inútil tenacidad.

-creí haberte explicado cómo se hacía –menciono furiosamente el rubio Namikaze arrojando el teléfono bastante lejos mientras que el menor se alejaba un poco al ser su cabeza liberada.

-no quiero hacerlo –contrarresto reducido en su lugar, casi suplicando mientras de su boca escurrían restos de una sustancia blanquecina que buscaba limpiar con el dorso de su mano.

-¿Qué se sintió oír la voz del querido Itachi mientras tu lengua degustaba mi enorme pedazo de carne? –pregunto vulgarmente comenzando a avanzar sobre el cuerpo debilitado y agredido de su bellísima tentación –eres una puta Sasuke, dime cuanto te gusto...

Se fue sobre el cuerpo del moreno que forcejeaba en vano, restregando su recia existencia contra la contraria, debilitada y mancillada; se había ocupado de enseñarle a Sasuke como debía dirigirse a él, que de lo contrario no se mostraría indulgente.

-n.n.noo… -intentaba detenerlo y empujarlo cuanto podía, poco le importaba volver a ser castigado.

De pronto, la puerta fue golpeada cuidadosamente.

-Namikaze-sama –era uno de los empleados.

-adelante –indico sin abandonar su posición sobre el morenito debajo de su cuerpo.

Sasuke podía esperar algo como eso, su abuelo le había advertido que allí no habría nadie que pudiera salvarlo, las personas que trabajaban allí no parecían inmutarse, y ese mismo hombre de pie en el marco de la puerta hacia como si su existencia fuese intangible.

-Jiraiya-sama los ha invitado a tomar el té para conmemorar la llegada de su concubina –aviso el hombre allí en un tono imparcial y escueto, con los ojos carentes de substancia.

-avisa que iremos enseguida, solo debemos prepararnos –anuncio mirando ahora a quien se dirigía y separándose un poco del cuerpo más débil.

-enseguida –respondió el sirviente haciendo una reverencia para retirarse y cerrar la puerta tras de sí.

Miro a Sasuke con adoración y sonrió cálidamente, ahora había brillo en aquellos ojos azules.

-ya oíste, nuestra primera reunión familiar –menciono impetuoso, se veía feliz con aquella radiante sonrisa, comportándose como si fueran una pareja de recién casados y como si no hubiera violentado a su prisionero recientemente –hay que vernos presentables.

El rubio lo tomo en brazos mientras él se dejaba conducir, sabía que su fuerza no estimaba allí, debía usar la cabeza y pensar de forma muy ordenada.

Sintió de repente como habían entrado al baño y su captor lo sumergía dentro de una bañera repleta de agua que ya había comenzado a perder su temperatura, si bien recordaba el rubio la había llenado hacia ya un buen rato; en seguida el mismo procedió a meterse y comenzar a bañar a ambos con gran esmero, empleando los productos de higiene con gran cuidado sobre la nevada piel de su producto de devoción.

-¡arde!  -exclamo el Uchiha cuando el rubio paso el jabón por su espalda pero no parecía inmutarse, no le importaba que le doliera o que las lagrimas cayeran hasta el agua para mezclarse en ella -¡arde Naruto, por favor!

-no ardería si me obedecieras amor –afirmo depositando un dulce beso en la boquita contraria, gustoso de sentir aquellas uñas enterrándose en su piel –tu me obligaste…

-me arde mucho… -volvió a inquirir sintiendo como el rubio enjuagaba bien sus heridas.

Cuando acabaron el baño el rubio lo seco moderadamente y comenzó a seleccionar un bellísimo kimono que le coloco con muchísimo cuidado, el mismo era blanco con bordados de flores en un azules muy brillantes e intensas, calzo unas delicadas zapatillas y peino sus cabellos con un cepillo.

-eres mi hermosa concubina Sasuke –hablo para besarlo con cuidado.

-… -no quería hacerlo enojar, solo quería ver a su abuelo que sabia estaría esperando abajo con el dueño de aquella prisión... o mejor dicho, infierno.

El rubio solo se vistió con la ropa que traía anteriormente y se peino los dorados y rebeldes cabellos con las manos, dándole un aire salvaje y dichoso que dominaba, tomo a su Uchiha del brazo y bajaron juntos.

Al llegar a la sala los jóvenes vieron como los empleados se movían de un lado a otro acomodando todos los implementos, bocadillos, juego de té y demás, mientras que el un sofá muy amplio una pareja esperaba armoniosamente.

En ella, un hombre de larguísima cabellera albina, de piel bronceada y porte poderoso permanecía muy cómodamente relajado mientras un hermosísimo moreno vestido en un ligero kimono lívido reposaba con la cabeza en el glorioso pecho de su amante, parecía calmado, mientras el albino acariciaba parsimoniosamente la sedosa piel de su azabache.

Al ver a los jóvenes llegar, el moreno mayor no evito dar un respingo y acomodarse apropiadamente en su asiento mientras el Namikaze mayor se levantaba para extender sus brazos.

-Sasuke… -emitió vehemente el mismo albino para estrechar al morenito en brazos –como has crecido.

-… –no sabía quién demonios era ese hombre, solo podía concluir, y si era quien pensaba, entonces era un bastardo hipócrita para abrazarlo de esa manera.

Sasuke veía como su abuelo lo miraba preocupadamente, con un rostro sereno desde su puesto en aquel sillón con las piernas flexionadas modelando su fresca anatomía en la que parecía no pasar el tiempo, ya que el mismo carecía asombrosamente de marcas de edad.

-supongo que no hemos sido presentados antes –rio amistosamente aquel hombre con rasgos oscos y varoniles, se veía bastante maduro pero no como un anciano –soy Jiraiya Namikaze.

-oh, he oído hablar de usted –hablo fríamente el morenito viendo a su abuelo con tristeza e impotencia, podían comunicar cualquier cosa en aquellas mirada –y ahora sé que fue usted quien alejo a mi abuelo de nosotros –lo desafío con aquellas palabras causando una increíble tensión en el ambiente.

El albino se aparto y lo miro con una expresión de sorpresa para lego reía a carcajada limpia, mientras por su parte Naruto se veía bastante complacido y altivo, su tesoro era valiente, y muy pronto, quebraría ese distinguido valor.

-eres un poco osado, ¿no es así? –analizo como si se tratara de un chiste –recuerdo que mi precioso Orochimaru también era así, de hecho… siempre lo ha sido –comento con orgullo dándose media vuelta y retomando su lugar junto a aquel moreno de largos cabellos.

-Sasuke –le llamo el rubio como una advertencia, tomando asiento y extendiendo la mano en su dirección.

Sasuke solo vio a su abuelo que asentía con completa cautela, buscando disimular al máximo; tomo la mano de Naruto y se sentó dejándose abrazar, el clima era incomodo para todos menos los Namikaze.

-te dije que serian la pareja perfecta, ¿o no cariño? –comento el albino a su moreno que forzaba una sonrisita –como tú y yo cuando teníamos su edad, bueno… aun lo seguimos siendo.

-tienes razón amor… -mintió para complacer a su carcelero –siempre la tienes –y vio a Sasuke para hacerle un gesto con los ojos, buscando transmitirle un mensaje bastante claro.

-el té ya está listo mi señor –hablo una de las sirvientas con la tetera en manos.

-sirve –decreto el albino mirando con infinito amor a su bellísimo moreno para proceder a besar sus labios con devoción –Sasuke-kun debe estar hambriento –indico cuando se separo de aquella majestuosa boca –así que dime pequeño, ¿es verdad lo que dicen por ahí?... la noticia del periódico, porque como abras notado, aquí no disponemos de televisores o radios.

-… -el morenito no respondió, solo desafiaba con la mirada al mayor mientras era abrazado posesivamente.

-es… una tontería, que dudo sea cierto –tanteo viendo con complicidad a su nieto, y con algo de veneno a su amado moreno a su lado –algo sobre una boda, con un tal… ¿Itachi Uchiha?

Sasuke vio a su abuelo bajar la mirada al suelo, nada de eso podría salir bien, sintió el agarre de Naruto hacerse más fuerte como si le indicara que cualquier cosa que respondiera, terminaría de mala forma.

-¿Qué es lo que quiere saber sobre eso? –indago con todos sus sensores alerta, aquellos Namikaze tenían algo planeado.

-…amor –interrumpió Orochimaru preocupadamente -¿Por qué mejor no dejamos a los chicos solos? Seguramente quieran espacio para ellos.

-¿Qué será que te incomoda Oro-chan… –rebusco Naruto con una sonrisa zorruna -no recuerdas cuando ero-senin y tu hacían el amor estando yo frente a ustedes y todo el resto de los empleados de la mansión, o una vez en aquella fiesta ante todos los invitados? Alguien como tú no debería profesar decoro ante una insulsa charla familiar.

Sasuke quedo sin aliento de repente, abriendo los ojos con un inmenso desengaño, aquel hecho de solo imaginarlo le producía un inmenso asco, ¿era por eso que Naruto era así?, ¿estaban aquellas personas tan mal de la cabeza para humillar públicamente a su abuelo de esa forma?

¿Cuál era la necesidad imperecedera?

Orochimaru se tapo el rostro sintiendo muchísima más vergüenza de la que sintió en aquellos momentos convocados a las memorias por el rubio, al saber que aquel hecho llegaba a oídos de Sasuke, ahora sí, se estaba sintiendo rebajado.

-ya basta Naruto –pidió en un sollozo ocultando su rostro en el pecho de su cruel amante, no por buscar consuelo, sino por puro hábito.

-¿sabes lo que incomoda a mi Oro-chan, Sasuke-kun? –pregunto malsanamente con una sonrisa desagraviada y un brazo protector sobre la fisiología humillada de su Uchiha.

-…n.no –respondió incomodo ante aquella escena.

-saber que estabas tan enfermo como para casarte con tu propio hermano.

 

 

Continuara…

 

Notas finales:

No se olviden de dejar Reviewwwwwssssssss

Plissssss ♥

COMENTEEENNNNN :D

REVIEWSSS X3


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