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Amor Oscuro por yaoistamoon

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Notas del capitulo:

Holiiiiii :D sory la demora, he tenido unios problemas de internet horriblesque aun no se solucionaron xP se me quemo el wiffi en una tormenta eletrica pero bueno n3n

 

Grqcias por tooodos los mendajitooooos!!!!! los adoreeeee, y a las personas que leen xD jaja animense a escribirme quiero saber sus opinioneeeeees n3n

 

Dudas y Sujerencias a Reviews, no se las guarden xD

 

Espero que haya quedado bastante emocionante, lo intente!!

:3

     

-¿dicen que con esto encontraran a mi hijo?  –indagaba Fugaku bastante curioso ante aquellos objetos tecnológicos que habían sido instalados en su casa, ciertamente no se oponía, con tal de que encontraran a su hijo era capaz de soportar cualquier invasión.

-si es como Itachi-san ha dicho es probable que tarde más de lo pensado  –indico aquel chico que parecía un clásico nerd de películas norteamericanas si es que se emplean estereotipos, con sus gafas gigantescas de vidrio grueso, y su nariz congestionada.

No comprendía, la mitad de los sujetos que se encontraban allí se veían con ese mismo estilo, su adorado Sasuke era lo que muchos llaman un ratón de biblioteca, siempre tenía las mejores notas que jamás hubiera visto pero no por eso era como alguno de aquellos sujetos, parecían sacados de una película estadounidense.

-¿eso qué quiere decir?  –pregunto aproximándose al sujeto con ánimos de molestarlo un poco.

Quería hacer una maldad, de cualquier forma aquel chico no parecía estar haciendo nada importante, y comprobar si realmente eran como en las series y películas y aun conllevaban sus virginidades intactas, se aproximo peligrosamente al individuo e hizo un gesto inocente de incomprensión que el otro considero bastante provocativa por la postura que había adoptado. Aunque era bastante serio y reservado en el trabajo algunas veces adoraba hacer uso de sus atributos y parecer un chiquillo a pesar de ya ser todo un hombre y tentar a los varones para luego rehuir como la misma manzana prohibida.

-…s..señh… vera…  -tartamudeo el chico tragando pesado, y al borde de padecer un sangrado nasal, el moreno tenía los ojos entrecerrados coquetamente y se encontraba peligrosamente cerca de su cuerpo  -…esto…

Sin embargo el timbre sonó de inmediato, Fugaku ignoro la situación y que intentaba molestar al chico y fue a abrir la puerta, noto como del otro lado habían mas y mas personas que se encontraban a cargo de la investigación lo cual le hizo preocuparse enormemente, ya que aquello solo podía significar dos cosas, o Itachi había puesto su alma al fuego como apuesta por encontrar a Sasuke o aquello era peor de lo que imaginaba.

Se hizo a un lado y dejo a las personas pasar a comenzar a instalar todos aquellos extraños aparatos.

Habían ocupado absolutamente toda su sala y algunos corredores, vio a aquellas personas tan dedicadas poniendo empeño en su trabajo y se sintió bastante entusiasmado, algunos caminaban de un lado a otro con incontables papeles que no comprendía, otros tecleaban incansablemente en sus computadores, también habían varios en la habitación de Sasuke con materiales químicos bastante sofisticados recolectando posible evidencia y huellas dactilares con guantes de látex, sacando fotografías instantáneas, y si bien recordaba habían como cuatro instalando una antena satelital en su techo que esperaba no se rompiera por lo viejo y descuidado que era, si seguían así significaba que encontraría a su hijo mucho más rápido de lo que creía.

Pensó en dirigirse a la cocina a preparar café para aquellas personas cuando un par de aquellos sujetos de extraño aspecto se aproximaron a él con torpes sonrisas y mejillas sonrojadas, descubriendo de inmediato un ramo de hermosas flores azules.

-gracias chicos…  -dijo con una bellísima sonrisa en sus labios que casi provoca un infarto en aquellos enamorados devotos de su persona mientras tomaba el presente entre sus manos, no podía evitar sentirse alentado y guardado cuando anteriormente creyó sería su fin.

-encontraremos a su ototou Fugaku-san  –afirmo uno de aquellos sujetos con el puño cerrado sobre su pecho  -…daremos todo de nosotros.

De inmediato comenzó a percibirse el eco de una risa que llegaba hasta la sala, era Itachi que había vuelto de dar unas vueltas con respecto a la ruta que debió seguir Sasuke al salir del establecimiento cuando escucho aquello.

-debe sentirse privilegiado  –carcajeo Itachi con orientación al Uchiha mayor, liberando así el estrés que sentía por toda aquella situación  -… lamento informarles señores que la persona que tienen enfrente es el padre de mi novio  –hablo maliciosamente a aquellos individuos que lo oían  -no su hermano.

-eres muy amable Itachi-kun  -agrego el aludido sarcásticamente reconociendo que él también tenía los mismos métodos para liberar tensiones  -…aunque a veces es bueno que los mocosos engreídos cierren el hocico.

La mitad se vieron incrédulos, la otra mitad estaban tan ensimismados con su trabajo que ni prestaban atención, los jóvenes ante Fugaku lo miraron pasmados y mas avergonzados que hasta hace algunos momentos; se limito a sonreírles y se dirigió a la cocina a poner las flores en agua, su yerno se aproximaba a una de las computadoras donde una chica tecleaba incansablemente.

Una vez en la cocina, vio como algunos allí agachaban la mirada y se volvían a la sala con una postura encorvada, no les dio importancia, él ya tenía una persona a la que amaba con locura y le recordaba que lo amaba de la misma manera pero entonces… ¿Por qué? No comprendía la reacción que el otro había tenido, no debió de haberlo abandonado en aquellas circunstancias, tenía que estar ahí a su lado, dándole su apoyo incondicional como había prometido.

Aun así quería verlo, para abrazarlo y escuchar sus disculpas, él era demasiado orgulloso como para perdonar a alguien sin primero oír sus ruegos y suplicas, reconocía que era algo vanidoso pero así era, y sabía que su rubio lo amaba de esa manera.

Si lo volvía a ver estaba seguro que lo molería a golpes, deformaría su atractivo rostro de adonis omnipotente, y no dudaría de ello un solo segundo.

Volvió a oír el timbre y acabando de poner las flores en un vaso de vidrio fue esperando encontrar más personal contratado para la investigación pero no fue así, al abrir la puerta vio a alguien que no espero; allí una cabellera rubia resplandecía con los rayos del sol, y un par de ojos azules como el cielo lo miraban con una expresión de completo desasosiego.

Se arrojo a sus brazos de inmediato

¡Al diablo el orgullo!

Lo necesitaba de esa manera, le importaba un demonio si alguien los estaba viendo, si los veían los investigadores o el maldito de Itachi, las lagrimas retornaron a sus ojos y comenzó a gimotear en el reforzado hombro de su amado, lloro, por todas esas lagrimas que su rubio no pudo contener esa noche cuando lo abandono mientras él estaba destrozado; aspiro el penetrante aroma de su perfume y aquello le trajo un ingente amparo.

Sintió la vigorosa mano de su semental sobre su cabeza acariciando sus cabellos, dándole contención y fue entonces cuando lo reacciono… se separo de él un poco, y mirándolo fijamente con el ceño fruncido y los ojos inundados le estampo una merecida bofetada por todo el suplicio que debió soportar solo.

Sabía que había llamado la atención de las personas que estaban adentro de su casa pero ahora estaba mandando al diablo a todo el mundo, a la aglomeración, al hado, y a la desdichada existencia por la soledad que había sido sumergido tan injustamente durante toda su vida. Emprendió camino donde su habitación, no quería ver a nadie, solo quería olvidar a aquel imbécil que ahora tenía el rostro ladeado y permanecía con los ojos entrecerrados.

Solo quería pensar en todo lo que estaba sucediendo, aun no había tenido tiempo de hacerlo y solo recaía una y otra vez en que ahora estaba más solo que nuca.

Llego a su habitación y cuando iba a azotar la puerta alguien se lo impidió de inmediato, un costosísimo y lustrado calzado trancaba la puerta y el marco impidiendo que el moreno pudiera cerrarla, era su amado que asomaba una amplia mano por la puerta que abría paso a su enfática morfología señorial.

-¡vete de mi casa, no quiero saber de tus mentiras, ya me dejaste bastante en claro lo mucho que te importo!  –grito iracundo.

-Fugaku…  -musito con una expresión de completo dolor  -… yo…  -tanteaba las palabras.

-¡te dije que te fueras!  –volvió a reclamar con los ojos iracundos, limpiándose las humillantes lagrimas mientras le daba la espalda  -…sabes hacerlo, lo hiciste en la noche.

-..mi amor…  -pronunciaba nerviosamente, mirando por la ventana y notando un individuo que se asomaba en una clara advertencia y se volvía a ocultar para no ser visto  –…lo lamento mucho  –sabia que debían tener cámaras o micrófonos escondidos, y no harían nada de lo que pudieran arrepentirse si es que él no caía en un desliz.

-¡no volveré a repetirlo!  –exclamo con la voz quebrada cuando sintió que el rubio lo abrazaba por la espalda y hundía el rostro en la curvatura de su cuello  –lárgate de mi vista  –sollozo lo último.

-te lo suplico.

-¿M.Minato…?  –musito quedo cuando sintió algo húmedo sobre la piel desnuda de su cuello.

Lágrimas.

Su rubio estaba llorando.

Poso una mano sobre la de su rubio que rodeaba su estrecha cintura, no podía ver su rostro y sabía que el Namikaze no se lo permitiría hacerlo, tampoco emitía sonidos, sabía que los contenía por el ultimo gramo de presunción masculina que le restaba en aquellos momentos.

-…  -el rubio buscaba las palabras, sosteniéndolo firmemente para que no volteara a verlo  –eres lo único para mí en este mundo… si me apartas de tu lado… simplemente moriré.

Luego un beso tierno y delicado reposo sobre el pálido cuello Uchiha haciendo vibrar cada rincón de la dichosa piel para luego asistir unas manos cálidas a halagar aquellas caderas y plano abdomen, pasar por debajo de su prenda superior y comenzar a dirigirse con rumbo a la piel que vibraba ligeramente.

Fugaku jadeo suavemente cuando sintió un mordisco suave en su cuello, y al sentir las caricias más frenéticas y necesitadas, ahora su cuerpo estaba siendo pegado totalmente contra el más intenso detrás del suyo y su cuello ser devorado completamente mientras aquella ansiosa boca se dirigía hasta su espalda, las piernas del moreno flaquearon y fue sostenido por su potente blondo que lo sujetaba con aquellos macizos brazos para dirigirlo hasta la cama.

El Namikaze lo había volteado, fue entonces que al ver los azules irises rodeados de aquel rojo inverosímil condujo sus blancas manos al acanelado semblante, y así aproximar sus carnosos labios a los contrarios para dedicarse a besar con completo cariño mientras su amado buscaba por todos los medios deshacerse de la ropa que ahora le impedía ver aquella maravilla de su propiedad que el rubio sabía era suyo, su venerado erario, el que estaba a su lado por voluntad propia, entregando su cuerpo con completa dedicación.

Ensimismado en sus afectivos pensamientos, se desmoronó al suelo con todo el peso de la realidad encima cuando reparo en aquella marca de estirpe Uchiha.

No…

No podía hacerle una cosa como esa.

Detuvo sus acciones, de esa manera no conseguiría tocarlo jamás. Su moreno lo miro con extrañeza y se acomodo para conducir sus brazos alrededor de su cuello y juntar sus frentes.

La calma reinaba, mas no dudaría demasiado.

-¿Por qué lo hiciste?  –arrojo aquella pregunta que torturaba su mente.

-creía que no querías oír mis mentiras  –le recordó tratando de fingir calma cuando su mente era un torbellino dañino a su salud mental y emocional; no podía simplemente decirle que era amenazado por su padre desde hacía ya muchísimo tiempo, ni ahora por su hijo… no podía perder a su moreno, único ser en el mundo donde podía encontrar ese sentimiento tan puro y auténtico.

-también  te dije que te marcharas  –le recordó sujetando los rubios cabellos rudamente y aproximando sus bocas, induciendo aquel contacto  –pero aquí estas, llorando, intentando seducirme y no lograste siquiera una erección… lamentable Namikaze  –se burlo juguetonamente, quería fastidiarlo, solo así podía calmar esa horrorosa angustia que tenía en su pecho  -… por lo que me complace anunciarte que voy a tener que cambiarte.

-¿ya tienes alguna sugerencia?  -le siguió el juego sabiendo lo que quería su moreno.

-bueno… soy bastante popular con los chicos de allá abajo  –le hizo saber para tratar de provocar celos, aun sabiendo que aquel maldito rubio era demasiado seguro de sí mismo  –pero no desvíes el asunto  –hablo severamente el moreno  -¿tienes idea de la desesperación en la que me vi sofocado? Si no fuera por Deidara me habría vuelto loco... me dormí rendido por el cansancio ¿sabes lo que soñé?

-…  -sin pronunciar palabras, negó desviando la mirada.

-que volvías diferente… me secuestrabas, me golpeabas y me violabas una y otra vez  -emitió tranquilamente a pesar de lo improbable que aquello le sonaba  -luego me llevabas muy lejos de aquí, me maltratabas, y me amenazabas con la seguridad de mi familia… la familia que debería tener a mi lado.

-…  -enmudeció momentáneamente mirando aquellos pozos oscuros buscando las palabras, con sus manos sujeto los brazos ajenos y se aferro a ellos con la intención de no perder la noción de la realidad  –…lo lamento mucho…  -se disculpo, no podía decírselo, simplemente no podía.

La puerta fue golpeada de inmediato, rompiendo aquel acerbo momento de tensión que se había formado.

-señor Uchiha  –era la voz de una chica  –hemos dado con un testigo que afirma haber estado con su hijo la noche anterior.

 

 

………………******♥*******………………

 

 

No había podido conciliar el sueño durante toda la noche, la afirmación de los Namikaze de que él estaba comprometido con su propio hermano no paraba de dar vueltas en su cabeza, ni la penetrante voz de aquel hombre cuando pronuncio aquellas inconsecuentes palabras.

No comprendía aquello, él estaba comprometido con Itachi, así que solo debía ser una vil mentira que los Namikaze habían inventado para provocarlo…¿o sí? Itachi no podía ser su hermano, no, ellos iban a casarse y se amaban. Pero si alguien de eso sabría, sería el mismo Orochimaru, él no le mentiría, tenía que preguntarle.

Recordaba como luego de ello su abuelo había conquistado a Jiraiya para que lo llevara a la habitación y dieron por finalizada la conversación, pero al volver a la habitación con Naruto el mismo se la había portado extremadamente cariñoso con él y no paraba de mimar su cuerpo y susurrarle al oído cálidas palabras de amor que no le convencían.

Luego lo había despojado de sus prendas y lo obligo a dormir completamente desnudo muy pegado a su cuerpo.

Ahora aquel demonio rubio se encontraba completamente aferrado a su cuerpo y sabía que si se movía aunque fuese para tomar una posición más cómoda despertaría al rubio y las cosas se volverían complicadas.

Tenía la mirada dispuesta hacia la ventana, ¿si fuera más valiente correría hasta el balcón y se arrojaría para ponerle fin a todo aquello? No, quizá eso lo haría más cobarde, no significaba que por ello juzgara a los suicidas pero él no era uno, por lo cual pensaría la mejor manera de escapar de allí.

De repente sintió el cuerpo contrario moverse y enroscarse como una serpiente a su cuerpo para luego soltarlo y darse la vuelta perezosamente.

Ahora se veía libre, y si bien recordaba la puerta de la habitación estaba abierta.

Vio al monstruo dormido a su lado y corroboro que realmente lo estuviera, respiraba pausada y tranquilamente por lo que con el mayor de las precauciones y sigilo comenzó a desplazarse poco a poco hasta el borde de la cama, y así sin ser percibido por el otro se bajo cuidadosamente de tal forma que la ausencia de su cuerpo no despertara de golpe al mayor.

Se bajo tan silenciosa y discretamente que el rubio ni siquiera lo había percibido, aun permanecía dormido en la misma posición.

No disponía siquiera de ropa interior por lo que tomó el kimono que ahora consistía en su única prenda, el cual descansaba sobre un elegante sillón de tapiz de terciopelo, lo sujeto con el mayor cuidado y se lo puso para comenzar a caminar cual ninja hasta la puerta.

El corazón latía violentamente, pero él intentaba por todos los medios conservar el mayor equilibrio posible sobre las puntas de sus pies y mantener lo más calmada e inaudible su respiración hasta que llego a la puerta, coloco la mano en el pomo de la misma e intento que no hiciera el más mínimo ruido posible, giro lenta y tortuosamente rezando porque el pomo no fuera de esos que hacen “click” cuando se destraban.

Cuando se quiso dar cuenta, había abierto la cerradura y al mirar hacia atrás noto que el dobe aun seguía durmiendo profundamente, abrió con el mayor cuidado, apenas un poco y logro pasar su cuerpo hacia el otro lado, y volvió a cerrar de la misma forma cuidadosa.

Una vez afuera comenzó a llenar de aire sus pulmones, respirando libremente. Se encontraba en un largo pasillo, y al mirar a lo largo del mismo vio como un sujeto de aspecto humilde y la mirada gacha iba en dirección hacia las escaleras con una bandeja de desayuno en manos que se veía acabada, seguramente lo estaría levantando de alguna habitación.

Se aproximo a paso rápido donde se encontraba el sujeto y lo sujeto del brazo sin esperar ser grosero o poco amistoso, solo estaba asustado.

-¿sabes dónde puedo encontrar a Orochimaru Uchiha por aquí?  –pregunto con desesperación en su voz, tenía que preguntarle si aquello era cierto, Itachi no podía ser aquella persona a la que nunca quiso conocer.

Sin embargo el sujeto no lo miraba, continuaba caminando como si no hubiera nadie a su lado dirigiéndole la palabra, Sasuke estaba absorto, el sujeto se hacia el indiferente y lo había ignorado olímpicamente, volvió a tomarlo suavemente del brazo.

-se lo suplico, solo dígame dónde puedo encontrarlo  –volvió a pedir con la misma desesperación.

Pero el sujeto volvió a actuar de la misma forma, con la mirada al frente el hombre se zafo agresivamente del agarre del moreno y siguió su camino.

-señor…  –le llamo Sasuke insistentemente volviendo a posar su mano.

Esta vez el hombre en un brusco movimiento al intentar zafarse del agarre y perdió la correcta proporción causando que la bandeja se fuera al suelo, Sasuke vio con horror como el juego de té de porcelana se hacía añicos en el suelo, tetera, tazas, incluso platos con restos de bocadillos, también un delicado azucarero que ahora esparcía el azúcar en el suelo.

-…  -el hombre tenía los ojos apagados viendo el desastre en el suelo, Sasuke se sintió horriblemente mal por su insistencia, sabiendo que ahora podía costarle el sueldo a aquel hombre o repercutiría de alguna forma negativa sobre ambos.

-d.dis..cúlpeme …  -musito completamente apenado agachándose para comenzar a juntar las cosas.

-le suplico que se aleje  –pronuncio aquel hombre agachándose a un lado sin ver al moreno a los ojos.

-..fue mi culpa…  -menciono tomando las piezas en sus manos  –permítame…

-le suplico  –hablo fría y severamente el hombre sujetando seriamente la muñeca del Uchiha  -… aléjese.

Sasuke lo miro apenado y bajo la mirada, levantándose y comenzando a marchar en dirección a las escaleras, buscaría él mismo a su abuelo. Una vez en el vestíbulo de abajo, paso por la habitación donde habían tomado el té con su abuelo y los Namikaze la noche anterior.

Seguramente allí podía encontrarlo, se aproximo un poco al notar la puerta de doble hoja de vidrio grabado entreabierta y al poner una mano en el pomo para así abrirla comenzó a escuchar unos sonidos dentro.

Miro por el reducido espacio abierto que había y vio como sobre aquel sillón se encontraba Jiraiya Namikaze envistiendo a su abuelo que se encontraba en cuatro aferrándose del brazo del sillón mientras el albino sujetaba agresivamente los largos cabellos morenos y le hablaba furiosamente al oído, como si le recriminara algo; por su parte el moreno que era sometido no podía hacer más que jadear con los ojos fuertemente apretados, escuchando las agresiones verbales de parte de su amo que cada tanto le proporcionaba pendencieros jalones de cabello.

Sasuke retrocedió instintivamente al notar la peligrosa mirada del albino sobre él y sin querer se topo con alguien, al girar repentinamente vio de quien se trataba.

Era Naruto, tenía el ceño fruncido y estaba extremadamente molesto, lo sujeto del cuello y para su temor abrió las puertas para adentrarse en aquella habitación, llamando la atención de los mayores presentes y luego cerrar las mismas tras de sí, Sasuke solo luchaba porque lo soltara mientras desviaba la mirada tratando de evitar ver aquella escena.

-¿si querías ver Sasuke-kun, por qué no entraste simplemente?  -indago el Namikaze mayor sin detener las arremetidas en aquella mancillada entrada.

Por su parte Orochimaru se encontraba al igual que Sasuke, luchando por no verse entre ellos, aquello superaba los límites de la degradación.

-¡yo no quería…!  -exclamo el Uchiha menor intentando hacer que el rubio lo soltara  -¡no soy un maldito enfermo como ustedes!  -inquirió furiosamente a los Namikaze, con su sangre ardiendo en sus venas debido a la sensación de molestia que aquella escena producía en él.

Como respuesta Naruto lo soltó y timbro una sonora bofetada que dejo algo desorientado al morenito en el suelo.

-¡¡no lo lastimes Naruto, te lo suplico!!  -exclamo Orochimaru con lagrimas en los ojos mientras era zarandeado de los cabellos violentamente por su verdugo que sometía su cuerpo.

-¡¡tú no te metas!!  -dictamino Jiraiya para agresivamente sacar su miembro ensangrentado del interior de su propiedad, darlo vuelta para tenerlo de frente y cubrirle la boca con la pesada palma de la mano impidiéndole hablar o emitir sonido audible.

-supongo que con el collar aprenderás un poco de respeto  -siseo oscuramente Naruto.

Aunque no quiso Sasuke vio como ahora su abuelo comenzó a revolverse con mayor ímpetu oponiendo resistencia tratando de quitarse la mano del Namikaze de su boca sacudiendo la cabeza terriblemente, mientras el rubio caminaba hasta uno de los enseres y de un cajón sacaba un collar de cuero negro. Su abuelo seguía forcejeando derramando lagrimas desesperadas mientras el albino reía con crueldad sin detener las estocadas enardecidas, quería correr donde los adultos y detener a aquel hombre despiadado que ahora estaba lastimando a aquel moreno, pero entonces vio al rubio ante él, acercando sus manos a su cuello para colocar el collar.

Intento oponer resistencia, no obstante el zorro lo oprimió al suelo y presiono su miembro con la rodilla causándole una insoportable sensación de dolor, desvalido en el suelo Sasuke no presentaba el menor inconveniente.

Cuando se vio liberado dirigió sus manos en dirección a su cuello y se dispuso a quitarse aquel accesorio, no creyó jamás sentir aquella horrorosa sensación de una cantidad espantosa de descargas eléctricas a su cuerpo por medio de ese maldito collar recorrieran su cuerpo avasallándolo al delirio.

Se echo hacia atrás de inmediato causando que las mismas cesaran, más calmado al no sentirlas nuevamente volteo en dirección al rubio, percibiendo un pequeño control remoto en sus manos.

-¿…q.q.ue me pusiste…?  –indago horrorizado.

-un collar de adiestramiento  –hablo fríamente  -…te dije que debías aprender algo de respeto.

¿Dónde había quedado el Naruto de ayer en la noche… el que le susurraba cosas lindas y clamaba tiernas palabras de amor?

No estaba, aquella misma criatura volvía a encender el botón causando que el morenito se retorciera en el suelo precipitadamente. La imagen en el suelo complacía al rubio que creía hacia lo correcto para el bienestar de su amado, cuando un alarido fue proferido por Jiraiya cuya mano había sido mordida por su sometido, los mismos pensamientos eran interrumpidos ligeramente llamando ahora su atención.

-¡¡ya basta Naruto!!  –exclamaba el Uchiha mayor con un hilo de la ponzoñosa sangre ajena escurriendo por la comisura de su boca  -¡¡detenlo por favor!!  –el rubio lo veía rígidamente, sin poder empatizar con el dolor ajeno.

-¡¿te has vuelto loco?!  -prorrumpió el Namikaze mayor a su rebelde sometido sacando bruscamente su miembro de aquella ultrajada cavidad haciéndolo gritar a causa del daño, mientras rasgaba un pedazo del fino kimono y amordazaba la exquisita boca.

El albino se acomodo en el sillón quedando sentado y coloco al moreno de ojos dorados encima de su punzante erección dejándolo caer con todo el peso de su cuerpo, claramente de frente a aquel espectáculo; con sus manos se dedico a sujetar la estrecha cintura enterrando los dedos en la suave piel y comenzando a moverlo de arriba hacia abajo, llegando en esa postura mas y mas profundo. Con sus manos Orochimaru solo buscaba rasguñar los velludos brazos morenos de su violador, sintiendo como ahora el inmenso miembro golpeaba su próstata haciéndolo ahogar los gemidos en aquel trozo desgarrado de tela mientras cerraba los ojos fuertemente.

Por su parte las descargas del collar en el cuello de Sasuke no eran poderosas, ni potentes sin embargo causaban dolor volviendo loco al Uchiha menor que jamás se había topado con nada semejante; de un instante al otro Naruto presiono el botón apagando aquel desagradable castigo, viendo a Sasuke respirar agitadamente, la electricidad provoca que los músculos del cuerpo se contraigan y eso resulta atormentador para cualquiera, sabía que a su niño no le gustaba cuando era agresivo con él, pero no podía comprender que él era suyo, y debía ser obediente y sumiso. El cuerpo de su pequeña adoración temblaba, no le gustaba que temblara, él quería que se entregara con amor y ya no pensara en apartarse de su lado, lo único que quería era que le dedicara hermosas sonrisas y le dijera que su amor era suyo.

-…Sasuke, mírame  –susurro Naruto el bellísimo nombre con intensidad en su voz, el menor no lo miraba siquiera, Jiraiya sonreía  -…¡he dicho que me mires!  -exclamo iracundo volviendo a encender el collar con su control en mano.

El menor volvió a retorcerse desesperadamente como hacia unos instantes mientras vociferaba delirante, cuando rápidamente el rubio volvía a apagarlo y dejarlo descansar, su víctima lo miraba temblando completamente.

-…  -estaba asustado, veía esos orbes azules que habían perdido su brillo como se le había ordenado.

-sobre la mesa  –dictamino aquel zorro déspota señalando en dirección donde la pequeña y alargada mesa de té que se encontraba a un metro donde Jiraiya sodomizaba a Orochimaru que intentaba resistirse al placer y el dolor  -¡ahora!

Sasuke se mantuvo estático un momento, reconocía que su inteligencia era algo indiscutible pero en ese preciso momento el shock no le permitía asimilar las palabras que salían de la boca del otro; solo que había algo que él no sabía, y era que el rubio no era tan paciente como había presumido en el teléfono, y en un arranque de desasosiego volvió a presionar el botón logrando causar aquellos frenéticos movimientos involuntarios en el menor y los consecutivos gritos.

Cuando lo apago, vio al moreno llorar asustado, alterado y resignado.

-¡lo hare, lo hare!  -exclamo con terror, comprendiendo que aquel no sería indulgente y aquello no era ningún juego sádico.

Las piernas apenas le respondían, solo las podía sentir tiritar por lo cual comenzó a avanzar con la propia fuerza de sus brazos arrastrándose hasta la mesa, donde se subió y arrodillo, desviando la mirada para no ver aquello que tenía tan cerca de sus ojos y comenzaba a colorar fuertemente sus mejillas, olvidando su completa jactancia Uchiha y raciocinio que en ese lugar parecían no existir.

Sabía que al rubio le debía gustar verlo de esa forma tan dócil, temiendo inmensamente lo siguiente de lo que pudiera ser capaz.

Elevo la mirada sintiendo los hambrientos ojos de los Namikaze sobre su cuerpo, pero solo consiguió ver en dirección hacia aquellos zafiros agudos inyectados en deseo, cuyo dueño se aproximaban para rodearlo y colocarse detrás de su espalda, aumentando el nerviosismo en el mismo Sasuke.

Sintió la masculina mano del rubio posarse en el pliegue del mentón al cuello, con la intensión de sostener el rostro a aquella altura, elevo el pulgar y con él rozo los rozagantes y hechiceros labios Uchiha resabiando la aterciopelada textura sin poder contemplar el magnífico tono rojizo natural que lo fascinaba.

Sasuke permanecía expectante, el rubio solo acariciaba sus labios sin motivo aparente; su corazón palpitaba por el nerviosismo, oyendo la tortuosa y vulgar resonancia húmeda de la fricción incesante de las arremetidas en aquella empapada cavidad apenas a un metro suyo, de repente algo más capto su atención, el rubio le iba despojando lentamente del kimono dejándolo completamente desnudo.

-..N.Na.ruto…  -murmuro con el pudor a flor de piel, queriendo únicamente tomar la prenda y cubrir la desnudez que era contemplada por aquellos excitados varones desenfrenados.

-ve al hermoso Oro-chan Sasuke  -susurro al oído de su resignado morenito haciéndole recorrer un estimulo similar a un cosquilleo por el cuello, obligándolo a contemplar como el moreno ante él ponía los ojos en blanco por el placer que sentía mientras emitía vanos sonidos extremadamente impúdicos  -…como se retuerce de placer.

De repente se vio tentado a ver, el bellísimo y preservado cuerpo del moreno de largos cabellos estaba perlado de sudor, las gotas saladas resbalaban por cada grácil curva de su torso, tenía la cabeza echada hacia atrás mientras el albino le incrustaba los dedos en las caderas y lo hacía subir y bajar, llegando hacia lo más profundo, arremetiendo contra ese punto que hacía al otro olvidar el mundo que los rodeaba, lo había entrenado bien, haciendo adicto al cuerpo contrario.

Adicto a las caricias.

Sasuke tenía las mejillas fuertemente coloradas, aquel hombre nunca parecería su abuelo, se veía como un joven amante entregado al placer de un hombre maduro como lo era el Namikaze, que llenaba de besos la espalda del Uchiha mayor. De inmediato sintió como Naruto conducía una mano hasta su miembro, haciéndolo sobresaltarse y buscar detener aquel contacto; no quería volver a ser electrocutado por lo que su misma mano temblaba sobre la que comenzaba a acariciar su hombría lentamente, odiaba aquello, el rubio aun tenía su otra mano elevando su rostro en aquella dirección y haciendo estremecer su piel con la respiración sobre su cuello.

Sabía que la mirada pervertida del albino se encontraba sobre él, y eso lo hacía sentirse incomodo e indecente, cuando de pronto vio la mano del albino dirigirse a la erección del bellísimo Orochimaru que se auto penetraba insaciable y extático.

-¿lo sientes?  –pronuncio aquel cínico tirano rubio llamando su atención  -…Itachi no podrá hacerte sentir placer como yo lo haría.

De un instante al otro aquella acción comenzó a sentirse agradable, el rubio masturbaba su miembro con gran afán y práctica que logro hacerlo satisfactorio en todos los aspectos. No conformándose con aquello, Naruto comenzó a deslizar su astuta lengua por el cuello pálido estimulando sus máximos puntos débiles que se incrementaban a causa de sensibilidad a la que su cuerpo era sujeto, aquello hacía a Sasuke cerrar los ojos y soltar débiles jadeos que quería evitar mordiendo sus labios, ahora el rubio liberaba su cuello y conducía aquella mano a su boca para ensalivar los dedos y así dirigirlos a sus pequeños y rosados pezones estimulándolos delicadamente.

-..n.nooh… Nah.Nahh..ruto…  -gimió sintiéndose poco a poco más húmedo, quería resistirse, pero el zorro sabía muy bien lo que hacía y dónde tocaba.

No quería que esas caricias fueran de Naruto, quería que fueran de aquel moreno altanero y prepotente, engreído y bastardo que no abandonaba sus pensamientos, cerró los ojos imaginando que aquellas manos eran suyas, ahora no solo se sentía acalorado, sino excitado, respiraba tempestuosamente recordando todas las veces que Itachi y él se habían ido de los besos hasta el sillón de la oficina en la empresa o lo había empotrado sobre el escritorio y se habían acariciado de manera indecorosa. Recordaba el cuerpo de su amado entre sus piernas, tocándolo impúdicamente, dejándole marcas de propiedad que adoraba y acariciando entero su casto cuerpo.

Sintió una apasionada mordida en su hombro por la que jadeo roncamente y su espalda se tenso como un arco, los recuerdos de aquel momento en la bañera lo abordaron en el ardor de un volcán, ¡¡Itachi!!, ¡quería besarlo!, ¡tenía que besarlo! Moría por devorar sus labios, enterrar su lengua con impaciencia, degustando su saliva, y ser devorado por la boca deseosa de su glorioso semental de anatomía gloriosa como la de un gladiador de cabellos azabache.

Su miembro era estimulado por la fricción incesante de aquella enérgica destreza en la que se imponía gran afán, sus perceptibles botoncitos rosados estaban tiesos; ahora los movimientos eran más avivados y frenéticos, sentía que estaba cerca, su abdomen se contrajo involuntariamente y una sensación de completa satisfacción inundo su cuerpo completamente mientras derramaba toda su pasión en un agudo grito que hizo sonreír satisfecho al individuo a sus espaldas.

-…nunca te creí tan indecente.

Entonces aquella voz… esa que a Sasuke lo había arrojado de una nube en el cielo y lo había hecho estrellarse hasta la tierra maldita donde Caín asesino a Abel. Sus mejillas ardían poderosamente, su respiración era atropellada, al abrir los ojos vio como Jiraiya yacía degustando la semilla derramada en su mano con una sonrisa perversa en sus labios, con Orochimaru en las peores condiciones echado sobre el sofá como un despojo, sin la venda en su boca y el semblante batido, respiraba agitadamente, con su cabello revuelto y los dorados ojos fijos en su legado.

Luego la risa malsana de aquellos varones hizo inundar en angustia los corazones de ambos Uchiha que eran consientes de su situación, ambos Namikaze se levantaron satisfechos y se fueron dejando a ambos morenos sin importarles la condición en la que estaban.

Solos.

Devastados.

Sasuke tomo el kimono y cubrió su cuerpo tímidamente, temía ver al mayor a los ojos, temía que fuese a juzgarlo, pero sentía su mirada sobre él.

-¿pensabas en ese hombre Sasuke?  -pregunto Orochimaru sin moverse un solo centímetro siquiera.

El larguísimo y espeso cabello del mayor llegaba al suelo y caía por el brazo del sillón, enmarcaba así el inmaculado y cansado rostro pero Sasuke solo lo vio de reojo, él aun estaba desnudo y le daba un poco de vergüenza.

-…  -no sabía si decirle la verdad o no, seguramente ya lo hubiera percibido  -…dime que es mentira lo que dijeron ayer.

-… es mentira  -respondió escuetamente ganándose la atenta mirada del menor.

-¿lo es?  -clamo esperanzado.

-…no  -contesto ahora con franqueza, desviando la mirada y tomando su propio kimono rasgado y cubriendo así su cuerpo  -pero era lo que querías escuchar  -tras ello Sasuke se deshizo en lagrimas desesperadas.

-..n.no.. pu.ede..ser…  -sollozo dificultosamente.

De repente se sintió sucio, contrariado y abatido, el mundo se desmoronaba sobre sus hombros, y ahora nada mas tenía sentido.

Sintió una inesperada caricia sobre su cabeza, una mano cálida rozando sus morenos cabellos con ternura, al alzar la mirada vio como refulgentes ojos cual oro lo veía afligidamente y lo estrechaba en sus brazos para contenerlo y darle aunque fuera la última pizca que le restaba de fortaleza.

-cuando ellos me lo dijeron yo mismo no podía creerlo  -hablo el mayor con su pequeño niño en brazos, recordando como lo abrazo de la misma manera aquel trágico día que invadieron su casa para llevárselo  -Itachi Uchiha, es hijo de Mikoto y Madara Uchiha  -hablo para oír los sollozos del menor aun mas dolidos, pero debía decirle la verdad, él tenía que abrir los ojos a la verdad  -Sasuke… tú también eres hijo de Mikoto Uchiha, cuando tu madre abandono a tu padre ya estaba casada y tenía un hijo… se que lo sabes, ese es Itachi… lo siento mucho.

-¿..p.por..que…?  -sollozaba  -..yo… lo amo..  –confeso mas para sí que para aquel hombre que le daba su apoyo  -…lo amo… lo amo… -repetía con una sonrisa triste y nostálgica en sus labios.

-..Sasuke…  -musito quedo, con los ojos abiertos.

El mayor se separo un poco de su pequeño y lo enfrento, tomo el dulce rostro herido y lo miro con angustia.

-..lo amo abuelo…  -repitió ensimismado en sus pensamientos.

Lo sabía, le importaba un maldito carajo la sociedad, lo que estaba bien y lo que estaba mal, su vida entera había sido un martirio y constantes sacrificios uno atrás de otro como para renunciar a aquello que sentía tan pura y verdaderamente.

¿Cuánto había valido la sangre para esa familia que le dio la espalda?

Su sangre estaba maldita… todo su clan lo estaba.

La sangre ardía en pecados terrenales y les daban a sus hijos las morfologías de tentadores ángeles eternos de oscuras cabelleras, los Uchiha tenían un maleficio ancestral en los ojos y el sortilegio pagano de la lujuria condenaba a los hombres al fuego eterno, los empujaba a la demencia y los ceñía en un imperecedero limbo de devastación.

Orochimaru simplemente sonrió con tristeza, y resoplo nostálgicamente, aquella declaración tan segura y pródiga le habían hecho recordar a él mismo cuando descubrió hace tanto tiempo que amaba a Jiraiya, antes de que todo aquel infierno comenzara.

-…  -el mayor quería hablar, sin embargo las palabras rehuían cobardemente.

-¿y sabes que mas…?  -hablo metido en sus pensamientos  -Itachi podrá ser hijo de esa mujer… pero ella no es mi madre, jamás lo fue.

¿Cuánto había valido la sangre para aquella mujer?

-Mikoto es tu madre Sasuke  -se apresuro el mayor  -ella cargo contigo nueve meses en su vientre, y aunque se haya equivocado nada cambiara lo que es en realidad.

-no  -respondió escuetamente  -y lo que me hizo no tiene ningún perdón.

-con esa forma de pensar, ¿qué creías de mi antes de saber me encontraba aquí?  -indago tratando de disimular su tristeza.

-…  -desvió la mirada  -yo te odiaba por haber abandonado a mi padre y hacerlo sufrir tanto  -confeso apenadamente.

-oh, Sasuke…  -profeso el mayor abrazando a su niño que ocultaba su rostro apagado en el cuello de su abuelo, inundándose de ese calor paternal.

-pero ya no te odio abuelo  -hablo dejando resbalar las lágrimas por sus mejillas  -ahora solo odio a los Namikaze por todo lo que nos están haciendo.

¿Cuánto había valido la sangre para aquellos Namikaze cuando separaron aquella familia?

-mi niño  -se separo y limpio dulcemente las lágrimas del bellísimo rostro de su pequeño  -¿… eso quiere decir que estoy invitado a tu boda?

Sasuke le dedico a aquel hombre la más hermosa de sus sonrisas, y volvió a abrazarlo. Tenía razón, tenían que salir de ahí lo más rápido posible si es que quería lucir un muy hermoso kimono blanco de hombre y poder casarse con la persona que era blanco de sus constantes suspiros, que era fuente de sus fantasías e impaciencia, que no le permitía conciliar la calma y vivía rondando en sus pensamientos… Itachi, el hombre que amaba.

 

 

………………******♥*******………………

 

 

Cuando la pareja descendía de la segunda planta de la casa a la primera eran observados por los investigadores allí presentes, todos se veían con expresiones preocupadas, la pareja se percato de ello.

-¿Dónde está Itachi-kun?  -pregunto Fugaku algo extrañado de su ausencia.

-señor…  -hablo una chica aproximándose por delante de aquel grupo  -es imperativo que le notifiquemos que varios aparatos de grabación han sido encontrados en la habitación de su hijo  -Fugaku se exalto  -no hay huellas digitales sospechosas, solo hemos encontrado una que en este preciso momento está siendo investigada en un laboratorio.

El moreno abrió los ojos, ¿aparatos de grabación? es decir… ¡los estaban espiando! Sabía que algo extraño rondaba todo aquel asunto, ¿sería realmente un simple secuestro como Itachi había juzgado? Ahora no estaba tan seguro de aquello, ya no estaba seguro de nada. Quiso engañarse a si mismo creyendo en las palabras de Itachi pero debía ver la realidad, los sujetos que se habían llevado a su padre debían ser los mismos que se llevaron a Sasuke.

-¿Qué ha sucedido con el testigo…  -pregunto exasperado  -y porque no me han dicho donde esta Itachi-kun?

De repente el sonido de una ambulancia y varios patrulleros que se estacionaba velozmente afuera de su casa, e inesperadamente la puerta de la entrada era abierta por unos oficiales con armas en mano, Minato impulsivamente aparto al moreno y lo coloco detrás de él, al ver el resplandor del metal de aquellas armas se había visto fuertemente alarmado.

-sus placas…  -exigió el rubio viendo fijamente al oficial mientras servía de escudo.

-nos han informado que el disparo provino del techo de su casa  -exclamo el oficial enseñando su placa y ver la expresión del moreno que veía con terror aquellas armas de fuego desde su sitio detrás del rubio  -indíquenos el camino si no quiere ser esposado y acompañarnos a la seccional.

-¿..d.dis..paro…?  -balbuceo Fugaku espantado.

Minato se movió de donde estaba y tomando las manos de su moreno le hizo un gesto afirmativo para que hiciera lo que los oficiales habían pedido, con las manos temblorosas el Uchiha comenzó a subir las escaleras siendo seguido por los oficiales que lo custodiaban en esos momentos con sus armas en posición, él solo sentía el estomago revuelto, quería vomitar, pero tenía que resistir, odiaba las armas, siempre había odiado aquellos objetos que a los que no traían la mas mínima confianza y saber que un disparo había sido detonado desde el techo de su casa solo hacía que le crisparan los nervios.

Se detuvo a unos metros de la puerta que daba a las escaleras que conducían al techo de su casa y anexaban el ático, con el terror anudado en la garganta elevo el índice que apuntaba en dirección a la puerta cuando sintió que era abrazado por su rubio que lo conducía lejos de allí, con el temor presente de que alguna bala perdida pudiera ser proyectada en dirección de su único motivo de vida.

-¡sabemos que estas allí!  -advirtió el capitán e hizo un gesto a su grupo  -¡arroja el arma y entrégate!  -mas no oyeron respuesta.

Cuando los oficiales vieron a los civiles apartados abrieron la puerta de una patada y sus armas en enfoque para comenzar a avanzar, Minato tomo a su moreno y bajo con él las escaleras donde toda aquella gente se encontraba, así sabía que su amado se encontraba mas resguardado.

-¿Qué está sucediendo?  -pregunto el rubio a la chica que se veía expectante como todo el resto.

-asesinaron a la testigo cuando bajaba del auto que la trasladaba  -informo la chica.

-¡es imposible!  -exclamo Minato  -no se oyeron disparos.

-tenía un silenciador  -informo la chica con obviedad desviando la mirada.

Al instante se oyeron disparos provenientes de la azotea de la casa y a Fugaku estuvo a punto de darle una crisis nerviosa, los investigadores se veían estoicos y de alguna forma habituados mientras Minato apretaba fuertemente la mano de su moreno que respiraba agitado.

El estruendo de las detonaciones también había alarmado a los paramédicos que declaraban la muerte de la victima afuera de la casa y la cubrían con una manta para esperar a que llegaran los forenses, mientras se veía a uno de los oficiales aparecer corriendo y alarmado.

-¡¡necesitamos un medico!!  -exclamaba el uniformado cubierto de sangre mientras otros dos aparecían cargando entre dos a uno de ellos con un disparo en la pierna que escurría sangre.

-¡¿Qué está sucediendo?!  -exclamo Fugaku levantándose en dirección a los oficiales para ser detenido por Minato.

-¡espera Fugaku!  -le calmo prudentemente el rubio, sabía que aquella situación habría enloquecido a cualquiera y que el moreno aun tenía el shock de que se encontraban conviviendo con cámaras en su casa pero debían mantener la compostura.

-Uchiha-san  -le llamo el capitán de la guardia  -tengo que hablar con usted.

-…  -el nombrado miro al hombre unos instantes, Minato aun lo sostenía de la mano  -dame un segundo  -pidió al rubio que asintió inseguramente mientras lo soltaba.

Minato vio a su moreno hablar con el oficial en un sitio algo alejado donde nadie los oía, y sintió su cabeza reventar, la presión excedía la razón de un hombre lúcido y lo conducía a los límites de la desesperación; a su alrededor había cientos de agentes de la policía, cada vez podía ver mas y sabía que tenía la oportunidad perfecta para confesar y acabar con todo aquel infierno en un segundo.

De repente sintió una mano sobre su hombro, y volvió en si al instante al ver de quien se trataba.

-Minato-san  -escucho Minato aquella intensa voz.

Ver esos ojos oscuros lograban calmarlo, producían en él la misma anestesia que su antiguo amigo Madara, Minato no lo comprendía, era como un poder hipnótico en aquellos malditos ojos ébano; el rubio bajo la mirada, apenas se atrevía a ver a los ojos de aquel hombre al que su hijo criminalmente le había arrebatado a su prometido.

-Itachi  -musito, el moreno palmeo su espalda y en aquel contacto el rubio no se sintió digo de estar de pie junto él.

-está bien  -hablo al oficial para así poder alejarlo  -…vayamos afuera.

Salieron de la casa, el cuerpo de la testigo había sido trasladado en un vehículo hacia tan solo unos instantes, cuando vieron en frente notaron como Deidara se encontraba seriamente inmóvil a la puerta de su casa, tenía moretones en el rostro, una sombra de cansancio debajo de sus ojos y el cabello desarreglado, además traía ropa de ayer.

La mirada que el rubio peli largo le dedicaba a Minato era por demás indescifrable para todos, menos para él, claramente Itachi no lo paso desapercibido, Deidara parecía sacado de alguna película de terror con temática demoniaca y se veía como un clásico poseído, su hermoso cabello rubio estaba opaco, faltaba brillo en sus magníficos zafiros y su expresión era tan seria y carente de vida que daba algo de frio y terror.

Enseguida vieron como Sasori abría la puerta y lo tomaba del brazo cuidadosamente, con un semblante algo afligido y temeroso, Gaara se encontraba en la puerta con su cuerpo algo escondido viendo con temor en dirección a Minato; en un instante, Sasori parecía haber conquistado al Namikaze y al fin llevarlo adentro de la casa.

Por su parte Itachi y Minato permanecieron callados viendo como el conjunto se adentraba nuevamente a la casa de enfrente de la calle.

-¿has estado metido en alguna pelea?  -interrogo Minato al Uchiha tratando de maquillar su condición emocionalmente alterada tras aquella pregunta, la reciente escena lo había perturbado.

-¿se nota mucho?  -cuestiono hábilmente el moreno encendiendo un cigarrillo ante la mirada azulina mientras ojeaba la casa de enfrente con la duda a flor de piel  -en la noche su sobrino me hizo una visita.

-¿Dei?  -expreso viendo en dirección donde anteriormente había estado parado el rubio dedicándole una mirada detractora, el moreno asintió  -¿Dónde andabas hace un rato, Fugaku se veía algo preocupado?

-¿Fugaku-san preocupado por mi?  -carcajeo irónicamente, el rubio se mantenía inconmovible  -había llegado con la testigo en mi auto, antes de bajarme note un resplandor que me dio la ubicación de tirador…  -indico haciendo una expresión confusa  -me ha tomado desprevenido, el otro iba a dispararme cuando mis escoltas y yo los seguimos, se ocultaba en una esquina, al final lo perdimos en un callejón, ¿Qué puedo decir?... ya envié a un grupo a seguirle el rastro  -se maldijo mentalmente por no haber podido reaccionar como debía  -el que mato a la anciana estaba en la parte superior de la casa.

-dijeron que la casa estaba repleta de grabadoras  -comento dudosamente  -Fugaku apenas pudo con esa idea... creía que iba a darle una apoplejía.

-oh, si…  -tanteo haciéndose el desentendido, recordando cómo había tenido que  informar a los investigadores de las cámaras ocultas que él había colocado en esa casa  -ya están rastreando la procedencia del abastecedor del equipo que usaron para controlar a Sasuke y a su padre, fuera quien fuera lo venia planeando desde hacía un buen tiempo.

-¿eso crees?  -tanteo perdido en sus pensamientos sin notar la expresión severa y desconfiada del moreno sobre él.

-no es lo único que creo  -hablo Itachi dando una larga calada en su cigarrillo, llamando fuertemente la atención del Namikaze  -… Minato-san, nuestro principal punto de investigación es el nexo que la desaparición que Sasuke tiene en relación a la desaparición de Orochimaru Uchiha… si así lo fue, esto puede ser un asunto personal entre clanes.

-¿de qué diablos estás hablando?  -examino la expresión dudada del moreno temiendo estar en su foco de sospecha.

-no se exalte Minato-san, solo es una suposición mía  -respondió sonriendo de lado  -¿o es que… tiene alguna sospecha?

Minato vio el humo del cigarrillo ondear y contrastar con la mirada oscura, entonces creyó ver el mismísimo infierno en aquel reflejo en sus ojos negros, el alma de aquel Uchiha ardía como el fuego, Minato podía sentirlo a través de sus zafiros.

-no  -respondió sabiendo no tener más vuelta atrás, ya estaba enterrado hasta el cuello en aquel asunto  -… ninguna.

-¿y su hijo?  -pregunto haciendo tensar el cuerpo del rubio como la cuerda de un violín.

-¿N.Naruto…? 

De inmediato vieron a uno de los investigadores contratados por Itachi aproximarse a ellos, clavo la mirada en el Uchiha que lo veía maliciosamente.

-Namikaze-san, ¿cree que podamos hacerle unas preguntas al respecto?  -pregunto aquel sujeto de interesante aspecto.

-Itachi, ¿crees que mi hijo podría estar involucrado?  -pregunto simulando mostrarse ofendido  -… se conocen desde niños por amor a dios.

-es parte del procedimiento Minato-san, él podría decirnos algo sobre las amistades que rondaban a Sasuke-san  -aclaro el investigador con una libreta en manos.

-además, no puedo descartar a nadie  -agrego Itachi con una prepotente sonrisa y una mirada austera  -… usted sabe.

-¿y Naruto fue el primero en tu lista?  -espeto alteradamente el rubio  -tenias a Deidara enfrente, se que Sasuke se juntaba con Gaara, ¡hay miles de personas a las que les puedes preguntar!

-¿no haría usted lo mismo por Fugaku-san?  -pregunto fríamente haciendo al rubio retener la respiración, por supuesto que lo haría, daría su vida inclusive.

-… conoces la respuesta  -el moreno había tocado su punto débil, vio a un costado percibiendo como su amado iba saliendo y lo estaba buscando.

-entonces coopere Namikaze  -respondió severamente  -Sasuke lo es todo para mi, y aunque me cueste la vida lo encontrare sin importar a qué precio… y puede estar seguro, y el culpable agonizara… en mis manos.

 

 

Continuara…

 

     
Notas finales:

REVIEWWWWWSSS PLISSS XD

diganme que les pareciooo, comenten el capiiii, dudaaas n3n

espero que les haya gustadooo!!!

bechooo, que anden hermosoooo ♥o♥

     

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