Llegaron en limusina a un club de alta categoría en un gran salón vip, era como una reunión donde se podía ver lo mejor de lo mejor, unos tomaban, otros comían, pero lo que no podía dejar de verse era gente refinada y suntuosa conversando de asuntos de relevancia corporativa junto a colegas, socios, rivales y sus vistosas parejas. Sasuke vestía divinamente, se veía delicado, fino, elegante, su carácter e inteligencia eran de gran ayuda, no había mejor opción para el ostentoso empresario Uchiha.
El menor iba enganchado del brazo de su novio, verlos era un verdadero deleite. Los varones voltearon a ver Sasuke con deseo y las mujeres con envidia; se sentaron en una mesa adornada donde un mozo les tomo el pedido de la bebida encargada por el peli largo, los socios del Uchiha se miraron entre si y decidieron acercarse.
-Uchiha –le llamo uno de los varones con aspecto agresivo –creímos que no vendrías hoy –pronuncio con algo de sorna.
-que les hizo pensar eso Hoshigaki? –exclamo bebiendo el trago que el mozo le estaba sirviendo.
-déjalo Kisame –decía llegando otro de los socios del Uchiha, un peli rojo de nombre Juugo –es evidente el motivo por el cual ha tardado tanto en llegar –sonreía de manera picara, era uno de los pocos a los cuales Itachi podía confiarle su absoluta confianza.
-habrías tardado igual si hubieras estado con tu amada Karin –agregaba riendo Mangetsu Hozuki pensando en su amado Suigetsu que no había podido acompañarlo.
-jamás creí que llegaría el día que el frígido de Uchiha viniera del brazo de una belleza como esta –continuo Kisame.
-mi vida privada no es asunto tuyo, mejor preocúpate por conseguirte a alguien de verdad en lugar de andar tras el esposo de Momochi –espeto con rabia el Uchiha.
-Zabuza es mi medio hermano, no tienes por qué dejarme mal ante la belleza que tienes al lado pensara cualquier cosa de mi –se defendió fingiendo preocupación –además Haku está muerto por mí.
-que Haku qué? –pregunto el Momochi llegando con los demás varones.
-ah nada hermanito –le restó importancia el de rasgos fuertes –le estaba diciendo al Uchiha que su muñeco es igual de hermoso que el tuyo –ambos empresarios lo fulminaron con la mirada –sabes qué? Mejor olvídenlo, saldré a coquetear con tu chofer Itachi –dijo yéndose.
-pero… Ino no es casada con la señora Hyuga? –pregunto Sasuke a Itachi que lo miro con una sonrisa.
-descuida cariño, ella se lo hará saber –le restó importancia a las tonterías de su eterno amigo y socio vitalicio.
-no nos mal entiendas Uchiha –continuo Mangetsu –no esperábamos que sentaras cabeza aun estando de luto –el moreno menor se quedó estático –por lo que veo las amenazas de aquellos viejos te afectaron más de lo previsto.
-hmn –percibió el cambio de Sasuke y lo sujeto de la cintura para acercarlo más a su ser –la verdad es que Sasuke y yo estamos enamorados desde hace años –mintió viendo al menor a los ojos –la muerte de mis padres solo nos dio la libertad de hacerlo público y tener más libertad, no es así amor? –le dio un casto beso en los labios, el menor simplemente asintió.
De inmediato llego uno de los chicos, parte de los que iban como pareja de los magnates, su cabello era largo de un brillante color azabache. Fue donde el Momochi se encontraba con un vaso de vodka, con la otra mano la dirigió a rodear su delicada cintura.
-interrumpo? –pregunto mirando a su amado.
-para nada cariño –dijo cariñosamente.
-mi nombre es Haku –se presentó al azabache peli corto.
-Sasuke –dijo simplemente.
-Sasuke –las palabras se oían tan bien con su dulce tono de voz –los demás tienen curiosidad por conocerte –esta vez tenía una linda sonrisa.
El menor miro a su “novio” como buscando ayuda, en todo ese tiempo no había dicho nada, no quería estropearlo y que su nerviosismo fuera aún más notable. El Uchiha mayor le sonrió con confianza, podía leer las palabras destilar de los ojos azabaches.
-aún es muy repentino Haku –intento justificarlo –la perdida de mis padres le afecto demasiado a Sasuke, no es así amor?
-aja –afirmo con una mirada de tristeza pensando en la idea que había tenido luego de ver el cuadro de los padres de Itachi –no me sentiría…
-está bien, no vamos a atosigarte simplemente hablaremos de cosas triviales… como siempre –rio con lo último he hizo reír a los varones.
-está bien Sasuke –exclamo el Uchiha mayor –ve con ellos –le calmo con una linda sonrisa como la de esa misma mañana.
-anda –le animo Haku –ellos tienen cosas aburridas de las que hablar, tu sabes, ellos hacen el dinero y nosotros lo gastamos –volvió a hacer reír a los presentes.
Sin muchas ganas Sasuke se separó de Itachi y se fue con Haku.
-así que Sasuke eh? –dijo con simpatía –veras que te van a caer muy bien los otros tu tranquilo.
-eso espero –fingió una sonrisa amistosa recordando como en el instituto los chicos ricos suelen despreciarlo e insultarlo y ahora ese chico que olía a perfume francés lo estaba enganchando del brazo y lo llevaba con sus amigos.
Al llegar pudo divisar varios chicos de complexión delicada y otras chicas bastante bonitas, eran un grupo aparte de los otros que los miraban con frivolidad y algo de ¿desprecio? Casi como si los evitaran.
-chicos él es Sasuke –lo presento Haku, los demás hicieron un ademan con la mano, lo extraño, era ver en sus rostros aquella increíble falta de desprecio, se podía decir que lo veían como uno más, pero no parecían personas desagradables y crueles, sino amables y gentiles –Sasuke, ellos son Karin, la prometida del señor Juugo –señalo a la chica peli roja de ojos del mismo color –Neji, el esposo del Hiashi Hyuga –señalo al castaño de ojos perla –Sai, el compañero del señor Yamato –presento al peli negro de cabello corto y falsa sonrisa –Rin, la prometida del señor Obito, el primo de tu… -le indica a Sasuke.
-mi novio –aclaro.
-felicidades cariño –exclamo la peli roja –ojala pudieras conocer a Suigetsu, se llevarían de maravilla es otro de los que ha podido cazar a uno de los más galanes –decía fingiendo envidia.
-los mas galanes? –pregunto extrañado.
-tu sabes el Uchiha era el que faltaba, antes de él estaba Mangetsu y por supuesto que antes de él estaba mi amado Juugo –exclamaba ella con orgullo –pero claro, él me amaba a mí y por ello desprecio a el montón de zorras arrastradas que ves mirándonos feo.
-olvídalo Karin, esas zorras estaban detrás de mí Zabuza nos odian porque ustedes se juntan conmigo –espetaba Haku.
-ya quieren dejar de pelear por esas tonterías? –les regañaba Neji ya cansado de las mismas discusiones sin sentido de siempre.
-ay! no seas amargado Neji –sonreía Sai –no todos tenemos la suerte de que nos obliguen a casarnos con alguien de nuestra familia sin tener posibilidades de rehusarnos y nos falte sexo todas las noches.
-Sai! –le regaño Rin –eso en increíblemente desubicado.
-son así todos los días? –preguntaba Sasuke algo fastidiado pero por un lado aliviado de que no le hayan hecho ningún tipo de preguntas comprometedoras.
-más o menos –continuo el chico con exceso de sinceridad y poca vergüenza –se supone que Haku es el hueco, Rin es la infla pelotas, Neji es el frígido amargado, Karin es la prostituta y yo soy el chico normal –decía aun con esa tranquila sonrisa en su rostro.
-a quien llamas prostituta, perra?!, yo no fui la que se vendió al hombre rico quien iba a ver mis shows en el prostíbulo donde bailaba cada noche –ahora Sai estaba un poco más serio.
-oigan –les llamo Sasuke –no peleen si?
-debería darles vergüenza chicos –les regaño Rin –Sasuke acaba de llegar y ustedes solo saben pelear.
-no, está bien –le restó importancia Sasuke.
-dinos Sasuke –hablo Haku para romper el aura tensa que se había formado –a que te dedicas? –el moreno palideció, pero al menos eso no era algo tan comprometedor.
-la verdad… estudio, en el Instituto Privado de Konoha –dijo con una sonrisa, los otros parecían maravillados.
-vaya, eso es genial –dijo tranquilamente Neji –en que año estas?
-en ultimo grado, luego iré a la universidad –suspiro ahora relajado, su respuesta había satisfecho a sus interrogadores.
-dinos, te gustaría ir con nosotros al club Razengan uno de estos días? –pregunto alegremente Haku –tranquilos, como nuevos amigos, sin empresarios y sus cosas aburridas, ni estas personas que nos miran muertos de envidia –reía inocentemente.
-estas loco –reía esta vez Rin –muertos de envidia? Acaso ya olvidaste a Sabaku no? –el Uchiha menor quedo mudo.
-Sabaku no? –pregunto haciéndose el desentendido.
-si, es el supuesto novio del heredero Namikaze –continuo Neji.
-supuesto? –se extrañó.
-andaba por ahí ofreciéndose a nuestros hombres –recordaba Karin con asco –luego el Namikaze lo saco de aquí a rastras, los chicos y yo los vimos en los baños clausurados, ese tal de Naruto lo estaba golpeando por hacerlo quedar en ridículo y decía algo sobre un Sasuke –decía algo divertida –supongo que es un nombre bastante común.
-supongo –vacilo pensando en lo sucedido aquella vez en casa de Deidara.
-sí, si como sea –zanjaba el tema el peli largo –iras Sasu, dinos que si? –pedía entusiasmado.
-claro, iré –los demás se mostraron alegres.
-Sasuke –le llamo Itachi –es hora de irnos.
-pero bueno, no nos presentan? –le cortó el paso un peli blanco que venía junto con un moreno muy parecido a Sasuke.
-Tobyrama Senju –pronuncio el Uchiha –tío Izuna –saludo al moreno de pelo corto que se parecía a Sasuke –él es mi novio, Sasuke Uchiha.
Todos los presentes exclamaron un alarido de sorpresa, el total de personas del club los miraba interrogantes.
-disculpa? –expreso el albino incrédulo.
-como lo oíste cariño –pronuncio lo último con rabia en su voz, no por su sobrino, sino por su propia situación, cuyo matrimonio había sido arreglado por los ancianos del clan con aquel perverso e interesado hombre –felicidades sobrino.
-gracias tío Izuna –agradeció sinceramente al moreno mayor.
-pero no es posible –pronuncio el albino fastidiado –y la prensa?
-aun no deben saberlo –aclaro –mándale saludos a mi querido primo por cierto –dijo con una triunfal sonrisa y salir de ahí de la mano de su Sasuke, perdón… ¿su Sasuke?, era lo que quería aparentar acaso o… seguramente, lo que quería que fuera? Él sabía muy bien las respuestas, las tenía muy claro en su cabeza.
Salieron de ahí a gran velocidad, volvieron al auto donde Ino se encontraba estacionada fumando para calmar los nervios debidos a la paliza que se vio obligada a proporcionarle al socio de su jefe. No cruzaron palabra en todo el camino, Sasuke lo miraba de vez en vez, como si quisiera llamar su atención y no lo conseguía.
Llegaron donde una rosaleda, había lindos bancos de piedra, todo estaba en excelentes condiciones.
-que hacemos aquí?, creí que solo querías presentarme ante tus amigos en sociedad –se sentía confundido, el mayor fue directo a sentarse donde uno de los bancos y le ofrecía asiento a su lado.
-descuida, este lugar es mío –dijo altivo –puedo hacer lo que quiera, incluso traer a mi novio si quiero.
-bien –bufo harto de la actitud del mayor.
Se formó un profundo silencio el peli largo se sentía de cierta forma relajado, tenía la mirada perdida en las rosas intentando recordar algo, Sasuke estaba inquieto, quería irse cuanto antes.
-mi madre solía traerme aquí –comenzó –mi madre –suspiro con los ojos cerrados; el menor simplemente lo escuchaba, sabía que no hacían falta las palabras –como lo habrás visto en el club, muchas personas se casan por conveniencia, mi tío Izuna por ejemplo, mi madre también lo hizo –Sasuke seguía en silencio –mis padres se casaron solo para tenerme, mi madre amaba a otro hombre –el menor lo miro sorprendido –es fascinante no es así?, pero si, las personas acaudaladas y pedantes también se enamoran –el menor frunció el ceño por lo último dicho –y ese hombre también era un Uchiha, pero sabes… era pobre, no tenía donde caer muerto, aunque estaba lleno de sueños y esperanzas eso no le impidió a mi madre hacer lo que le hizo.
-lo que le hizo? –pregunto Sasuke con curiosidad, algo sorprendido por la triste historia de la madre de Itachi.
-eso es algo que quedo atrás –no quiso continuar con aquello –mi madre ya está muerta y ya no puede hacer nada por seguir lastimando a las personas.
-cómo puedes hablar así de tu madre?! –se molestó inmensamente –puedes quejarte de tu madre porque tuviste una, no tienes idea de lo desesperante que es saber que tu madre te abandono porque no te quería –le escupió las palabras con tristeza infinita –deberías atesorar cada momento en lugar de vivir su pasado… porque eso es algo que a ti no te corresponde.
-no conociste a mi madre Sasuke –su voz se oía neutra.
-exacto –le dio la razón –pero no hay pecado más grande que despreciar a su propio hijo y tu madre no lo hizo así que… no tienes motivos por los cuales juzgarla –continuo con rabia en su mirada.
-… -la mirada del mayor se veía vacía –supongo que tú sabes mejor que yo el valor de una familia –al menor se le escapaba una lagrima fugitiva que limpio rápidamente –diste tu libertad por tu padre, mi familia jamás habría hecho una cosa como esa –continuo –mi madre enamorada de aquel hombre y mi padre enamorado de mi tío Izuna, su propio hermano, vendieron su propia libertad por dinero y compromiso y yo… soy el símbolo de esa unión.
-dinero y compromiso? –pronuncio escéptico hacia la poca motivación –eso crees que eres?, ni un ser humano, ni de carne y hueso, ni Itachi Uchiha simplemente… dinero y compromiso –negaba ante la ficticia idea que el otro tenía sobre sí mismo –eres una persona que no sabe más que de valores burdos, no te enorgulleces más que de tus propias ganancias y no ves lo más efímero planificado en lo más insignificante Itachi, a ti SOLO te ilumina luz artificial –le espeto la misma idea que tenía sobre él.
-tú no sabes nada sobre mí –se defendió por las crueles acusaciones.
-que quieres que sepa sobre alguien cuyos principios pueden igualarse al precio de cotización del dólar?
-eso crees… dime Sasuke, que te motiva a ti? –inquirió severo, no quería perder el control.
-mi familia –aclaro sin duda alguna.
-querrás decir tu padre –le corrigió duramente.
-mi padre… es toda la familia que necesito –le enmarco ese punto de gran relevancia.
-lo amas? –pregunto curiosamente.
-él lo dio todo por mi bienestar, por mi salud, mi educación intelectual y espiritual, sacrifico tantas cosas por mí y en especial… siempre estuvo ahí para mí, aun así me preguntas si lo amo?
-enamórate de mí Sasuke… -pidió como un ruego -y enséñame sobre ese amor.
-estás loco? –creía que se estaba mofando y eso lo ponía histérico.
-enamórate de mí así como yo lo he hecho –lo miraba a los ojos fijamente de manera profunda.
-así que todo era por esto? –pregunto con un sonrojo de molestia –un hombre rico y pedante como tu debe recurrir a su dinero para cazar una conquista?
-mi verdadero motivo es completamente ajeno a todo esto –aclaro disgustado.
-jamás me enamoraría de alguien que está empeñado en comprar mi corazón –comenzaba a levantarse y darle la espalda.
-descuida –escucho Sasuke tras él –lo harás tarde o temprano –al verlo, el mayor tenía una altiva expresión en su rostro.
No evito acercarse al menor y robarle un apasionado beso cargado de sentimientos reprimidos, como una bomba haciendo reacciones en cadena provocando un cataclismo masivo; cerro los ojos y el cumulo de sensaciones se agruparon para hacer estremecer su cuerpo por completo, erizar sus vellos, hacer temblar sus piernas y causar que su corazón galopara al oriente hacia el sol a gran velocidad.
Al separarse, aún tenía los ojos abiertos, cuando los abrió, el mayor lo miraba con una altanera sonrisa, luego de acabado el contacto, fueron donde la limusina y volvieron a la mansión.
……………………………
Ahora el menor de los Uchihas sabía muy bien lo que le esperaba de ahora en adelante. Al llegar a casa, su padre no se encontraba, sin embargo diviso una pequeña notita que descansaba perezosa sobre la superficie de la mesa; era la letra de su padre, se había ido con el Namikaze y volvería tarde, sonrió con tristeza al notar lo feliz que se veía con el rubio pervertido, divertido y amable.
Luego de cambiarse de ropa, pensó en preparar la merienda pero justo tocaron la puerta de inmediato. Al ver por el ojo de la puerta advirtió que se trataba de Deidara y su primo, el dobe tarado; abrió sin nada de ganas, estaba cansado y no tenía ganas de peleas que él con su físico nada exaltado podría separar, tarea imposible ante los dos adonis.
-Sasuke –saludo Deidara.
-Dei –pronuncio con una linda sonrisa –dobe –exclamo con fastidio.
-teme –pronuncio devolviendo el gesto con el mismo todo de voz –vinimos hace horas y no estabas.
-lo que haga o deje de hacer con mi vida no es asunto tuyo –recalco con una pose desafiante.
-mi primo y yo queríamos invitarte a tomar unas cervezas y olvidar lo de la última vez –dijo rápidamente el peli largo en señal de disculpa.
-bueno Dei… -intento reusarse pero no encontraba las palabras.
-no aceptare un no por respuesta –indico seriamente.
-ya que –susurro derrotado, hacer enojar al rubio era sinónimo de días de tortuosa y gélida indiferencia, algo aterrador viniendo de parte del alegre peli largo.
-anda no creo que a tu padre le moleste, él sabe que conmigo estas completamente seguro y acompañado –continuo el peli largo sin notar que al otro rubio se le había formado una cínica y muy sugerente sonrisa.
-déjalo Dei, el teme seguramente tiene miedo de tomar y caer rendido, apuesto a que no aguanta una sola gota de alcohol –le reto el Namikaze menor.
-ya anda Sasuke, no dejaras a Naru con esas palabras en la boca –decía jalando al morenito fuera de su casa apenas dándole la posibilidad de cerrar con llave.
El otro rubio los seguía de atrás sin perder un solo segundo la vista de aquel majestuoso trasero que no podía evitar contonear de vez en vez, esa cintura estrecha y estilizada, esas caderas anchas y esas piernas, largas y torneadas, se veía como todo un manjar. Como siempre Deidara lo llevaba como si él mismo no tuviera receptores nerviosos en el brazo puesto que lo apresaba y tironeaba de una manera que podía jurar perder dicha extremidad.
-puedo caminar solo Deidara –pidió intentando zafarse.
Cuando el peli largo lo soltó el Uchiha no se lo esperaba y con la fuerza ejercida hacia el lado opuesto, trastabillo y fue sujetado por el Namikaze menor que iba demasiado junto; cayo en sus brazos, lo sujeto en el instante mismo donde dos bailarines de tango finalizan la danza, con la “chica” siendo retenida muy cerca del suelo, pendiendo de los brazos de su compañero y debajo del mismo. Con sus fuertes manos el rubio sostenía la delicada cintura y la espalda que hacía rato moría por tocar, el moreno no podía hacer más notorio su sonrojo y tal había sido su sorpresa por la velocidad de la reacción que aún se mantenía con los labios entre-abiertos.
-te encuentras bien Sasu? –le llamo preocupado el peli largo.
-eres un teme muy torpe –se burló Naruto luchando por no besarlo, al menos no en ese momento.
El Uchiha tenía su brillante mirada ónix clavada en ambos zafiros, pudo advertir en ellos una afilada pasión maligna, podía saborear el veneno pérfido que manaba de ellos, que querían corromper su alma, desvirgar sus emociones arrancando rugidos en lágrimas ahogadas en penas subyacentes y plagarlas de dolor.
-estoy bien Dei –intento deshacer el perturbador contacto visual.
-ven, vamos adentro –le indico ahora invitándolo cortésmente de a pasar primero.
En la casa se encontraban las personas de siempre.
-Dei –dijo Sasori colgándose con sus delicados brazos blanquecinos del tostado cuello fuerte de su amante rubio peli largo; el Namikaze pasó un brazo por la espalda de su peli rojo y lo estrecho en su cuerpo para besarlo, lo cual de alguna extraña forma logro poner un poco celoso al Uchiha.
-Deidara-semapaiii –le llamo latosamente Tobi con su típico tono aniñado.
El rubio mayor logro separarse del pelirrojo antes de que comenzara a formarse una típica discusión entre Tobi y Sasori por el dominio de su semental.
-mira lo que has hecho Tobi –decía molesto el pelirrojo con ánimos de comenzar su disputa con el moreno.
-Deidara-sempai se alejó de ti porque sabe lo que le conviene –dijo echándole la lengua y haciéndole burlas.
Todos estaban tan interesados en la ridícula pero divertida discusión que se había comenzado a formar que nadie noto cuando el menor de los Sabaku no caminaba hasta Sasuke con un vaso de jugo en sus manos y haciendo un falso trastabillé se lo derramo encima.
-oh cielos –dijo el pelirrojo fingiendo inocencia y preocupación –lo siento tanto, fue un accidente –se justificaba afligidamente, pero de sus ojos solo podía destilarse veneno de cobra.
No podía creerlo, apenas había llegado y ya comenzaban los problemas. A ese estúpido pelirrojo no le bastaba con ser el chico más popular del instituto y humillarlo dentro del mismo, sino que también fuera.
-estas bien Gaara? –dijo el menor de los Namikaze acercándose a su novio con cínica y simulada preocupación, el moreno los miraba como si quisiera asesinarlos, la humedad del jugo comenzaba a molestarle.
-no amor, me siento bastante mareado –dijo de manera dramática buscando caer en brazos de su rubio.
-y que conveniente no? –dijo molesto Deidara acercándose al Uchiha –ven conmigo Sasuke, te prestare algo que ponerte –dijo para tomarlo de la mano y llevárselo a su cuarto.
Todo eso siendo visto por un muy celoso rubio que traía en sus brazos a un “moribundo” pelirrojo.
-vamos Gaara, te llevare a mi cuarto –dijo con una coqueta sonrisa para cargarlo en brazos y subir tras el rubio y el moreno a la planta de arriba, una vez que los paso por un lado se adentró en su habitación siendo observado por su primo y el teme que bufaba con fastidio por la estupidez del pelirrojo.
-ese usuratonkachi –exclamo molesto –fue cuestión de llegar y…
-ignora a esos idiotas que nunca llegaran a su altura –dijo el rubio rebuscando entre su ropa una de sus camisetas que evidentemente a Sasuke le quedarían holgadas.
-así solo lograras elevar mi ego –dijo el moreno con una altiva sonrisa.
El rubio tomo entre sus manos la camiseta más pequeña que encontró, una que convenientemente era elástica color azul y se ajustaba al cuerpo. La usaba en sus entrenamientos, a Sasuke le quedaría perfecta.
–supongo que debes sentirte bastante incomodo –dijo con gracia.
-bastante –dijo con una mueca de incomodidad.
-puedes tomarte una ducha, te esperare para cortar el pastel que envié a Konan a comprar –dijo con una sonrisa –es de los que te gusta.
-eso sería genial –le sonrió amistosamente.
El rubio lo miro un rato contemplando esa sonrisa y quiso decirle cuanto quería quedarse con él, cuanto quería meterse a la ducha con él, besarlo, tocarlo, explotar en su interior, cuanto lo adoraba y simplemente le tendió la camiseta y se marchó.
Una vez solo, Sasuke procedió a quitarse la ropa y adentrarse en el baño a quitarse la sensación desagradable que el líquido dulce ahora producía en su cuerpo bajo una sensación pegajosa y melada. No se sentía para nada extraño, ya había estado muchas veces en la habitación de Deidara. El rubio era tan noble. Alguien con quien Sasuke se sentía completamente seguro y en confianza, ¿cuantas veces habían dormido juntos y el mayor jamás le había puesto un dedo encima? Sasuke lo sabía y eso era algo que él agradecía inmensamente.
Regulo el agua conforme se ajustara a su temperatura corporal y corrió la cortina, el vapor se sentía relajante, al jabón perfumado aminoro la sensación molesta en su cuerpo y la misma agua, en toda su pureza, limpio esas emociones negativas y nocivas que ahora sentía hacia aquellas dos personas que querían hacer de su vida un calvario. No tardo mucho, una ducha rápida era todo lo que necesitaba, ahora bajaría y se dispondría a pasarlo bien junto a su amigo Deidara que era casi como su hermano; necesitaba de ello.
Tomo la toalla y salió del baño. Su primer error, fue sentirse tan confiado. En la misma habitación, tendido en una postura sensual sobre la cama de su amigo se encontraba el mismo dobe sinvergüenza que hacia un rato había ido a revolcarse con el idiota pelirrojo.
No pudo evitar sonrojarse, el rubio lo miraba con una lujuriosa sonrisa, con unos ojos inquietantes, algo que hizo estremecerse a Sasuke con temor.
-dobe! –exclamo molesto, cubriéndose con la toalla sin poder disimular su nerviosismo.
Al ver ese cuerpo tan desprotegido y desvalido ante él, el rubio se relamió descaradamente. Esa piel blanca que era cubierta por esa toalla roja que le daba una visión bastante erótica de su cuerpo, esas largas piernas delgadas y torneadas sin un solo rastro de bello, esos brazos delicados que intentaban cubrir la parte superior de su anatomía de la cual resbalaban algunas gotas traviesas. Cuanta envidia sintió de ellas. Esas mejillas sonrosadas que le daban una pizca de fragilidad a su rostro aniñado eran demasiado para el prominente rubio. El chico más rico y popular de todo el instituto, moría por el chico marginado por la sociedad que no tenía ni donde caer muerto.
-eres una verdadera delicia ¿lo sabias? –dijo serio, moría por arrojársele encima y desvirgarlo, porque estaba seguro, que ese monumento jamás había sido probado.
-¿Cómo dices algo como eso como si nada? –dijo ardiendo en cólera, el rubio no dejaba de mirarlo.
-no tienes la menor idea Uchiha –decía adentrando la mano en su pantalón en el preciso lugar donde estaba su virilidad, acción que hizo sonrojarse aún más al moreno –lo que es… masturbarse tres veces al día con la imagen de una sola persona en la cabeza –dijo calmado con algo de ira en su voz, acariciando su miembro y soltando un jadeo.
-… no sé de qué hablas dobe… –dijo intentando guardar la compostura, por dentro estaba temblando, no sabía lo que ese rubio esperaba de él o que ganaría diciéndole eso.
El rubio apretó los ojos y echo la cabeza hacia atrás soltando otro jadeo, el corazón del moreno se agilizo y comenzó a ponerse cada vez más nervioso.
-dime, ¿Cómo puedes ser tan inocente teme? Se supone eres el chico más inteligente de todo el instituto –dijo de manera sarcástica –o es que… te haces el desentendido –dijo y acaricio de manera ruda su sexo sacando otro jadeo.
-no entiendo que ganas diciéndome que t… te… masturbas pensando en tu novio, tampoco entiendo que gana él arrojándome su bebida encima –dijo molestándose cada vez más.
-ay Sasuke –suspiro arrogantemente y rio sarcástico mientras de seguía tocando –¿quién te dijo que me vengo pensando en Gaara?
-¿entonces? –dijo de manera altiva mirando su ropa que se encontraba sobre la cama junto al maldito rubio desubicado.
El rubio sonrió de lado y tomando la ropa interior del moreno se la llevó al rostro, aspiro fuertemente y apreso su miembro con fuerza algo que dejo completamente descolocado a Sasuke. Al ver la expresión del Uchiha el rubio libero su erección de sus pantalones dejando a un moreno con los ojos abiertos a más no poder.
-es grande ¿no? –dijo sonriendo con arrogancia –apuesto a que la tuya es completamente adorable –dijo juguetonamente cosa que hizo enfadar al moreno quien se encamino a quitarle su ropa al rubio para vestirse e irse de ahí cuanto antes.
Pero en un rápido movimiento, el rubio esquivo la mano que quería quitarle su ropa interior y le quito la toalla dejando su anatomía completamente expuesta, la cual al lado de la de Naruto, podría verse completamente frágil y delicada en comparación con los pronunciados músculos del Namikaze.
Con agresividad lo sujeto del brazo y lo arrojo a la cama para apresarlo debajo de él. El moreno estaba petrificado, jamás se imaginó en una situación así y sintió pánico, su cuerpo comenzó a emitir débiles temblores, la idea de que ese hombre fuese a lastimarlo lo aterraba, no porque fuera cobarde, simplemente porque podía imaginar la magnitud de semejante dolor.
-déjame, por favor –pidió débilmente.
El rubio sonrió con lujuria, en sus fantasías e innumerables sueños húmedos donde violaba a Sasuke, el mismo le suplicaba de esa misma manera.
-shh… -lo calmaba con completo cinismo –descuida –acariciaba con delicadeza su semblante haciéndolo estremecer por el contacto.
-no… -pedía con sus ojitos azabaches completamente cerrados.
-jeje –rio sin poder evitar tocar un poquito el miembro del morenito –al parecer no me equivocaba.
-déjame –pidió intentando detenerlo.
-no voy a hacerte nada –decía divertido.
-le diré a Deidara que…
-¿y separar una linda relación como la que mi primo y yo tenemos? Dime, ¿tú no tienes primos no es así? Mejor dicho, tú no tienes familia –reía burlonamente.
-yo no quiero separara a nadie, así que suéltame –pidió exasperado.
-ya te dije que no voy a hacerte nada… por ahora –dictamino depositando un casto beso en la curvatura del cuello del Uchiha -¿mejor? –pregunto notando como los músculos de su cuerpo se relajaban desconfiadamente.
-¿ese es el motivo de tantas payasadas? –pregunto iracundo.
-¿Qué estoy loco por ti? –dijo con una sonrisa altiva –el macho más deseado del instituto quiere que seas suyo deberías sentirte alguien.
-lo que haces es vulgar, eres un imbécil –dijo con los ojos inyectados en cólera e intento zafarse del agarre en el cual aún era presa.
-quieto –ordeno tajante y firme -… escucha zorrita, esta actitud tuya comienza a hartarme, supongo que te hace falta una de estas para que aprendas cuál es tu lugar en este mundo –dijo conduciendo la mano del moreno donde su temible erección.
-dijiste que no me harías nada –dijo intentando soltar el fuerte agarre sobre su delicada mano, jamás había tocado el miembro de otro hombre y comenzaba a sentirse mal al ser forzado a tal acción –y no necesito nada para saber cuál es mi lugar en este mundo –espeto con ira.
-lo que necesitas es un hombre que te de eso que tanto necesitas –dijo el rubio burlón.
-una basura como tú no podría hacerse llamar hombre –dijo para ganarse una bofetada.
El rubio salió de encima del moreno que jamás se retractaría de sus palabras y se levantó la ropa, la calentura aún no se le había bajado y esa bofetada solo lo hizo que los deseos de sexo rudo lo abordaran.
-ya veremos qué tan hombre soy –dijo para luego abandonar la habitación.
Continuara…