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Porque todavía te quiero. por Delphy

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Notas del capitulo:

¡Mochii mochii a tod@s mis queridos lectores! Después de leer vuestras propuestas de que queríais que continuara y de que mis "adorables amigos" me amenazaran con ponerme serpientes debajo de mi cama... Continué escribiendo la historia tan romanticona de estos dos.

Espero que sea de vuesto agrado (y de que me quiten las serpientes de mi cama n.nU)

Nos leemos más abajo

Tardaron un rato en llegar a su casa, ya que el parque de donde habían salido estaba algo lejos.

Cuando llegaron y entraron en la estancia, el moreno cogió por la cintura al peli celeste y lo atrajo hacia sí besándole los labios y parte del cuello mientas Kuroko se quejaba un poco.

-          Aomine-kun, no creo que este sea el sitio indicado- le dijo entre besos, estaban en el recibidor y el mayor le acorralaba contra la pared cada vez más.

-          ¿Ah, no? Entonces, ¿dónde quieres hacerlo?- le arrinconó más contra la pared-  ¿En el salón?- beso en el cuello- ¿En la cocina?- le besó en la boca introduciendo su lengua. Se separaron por falta de aire, momento en el que el peli celeste se intentó separar del moreno sin éxito alguno.

-          Aomine-kun, de verdad, este no es un buen lugar… Ah, subamos o algo…

-          Vamos Tetsu, aquí ¿quién nos puede interrumpir? Estamos solos- siguió con su faena en el cuello ajeno mientras notaba como el cuerpo del pequeño temblaba y gemía ante sus caricias.

-          Pero… Ao-aomine-kun…es-es que no esta-mos…ah… solos- cuando dijo eso notó como el moreno se paraba en seco y se separaba un poco de él mientras le miraba con cara de desconcierto.

-          ¿Cómo que no estamos solos?

-          Como que no lo estáis- Aomine se tensó al escuchar esa voz. Miró a Tetsu que tenía su mirada fija en la persona que tenía a su espalda. Suspiro  y se giró encontrándose con la hermana melliza de éste sentada en el mueble del recibidor mirándolos fijamente con un paquete de palomitas.

-          ¿Cuánto tiempo hace que estás aquí, Mizuki?- le miró con cara de pocos amigos mientras se separaba un poco de Kuroko- ¿Cuándo dejaras de aparecer así de la nada? Ya tengo bastante con él.

-          Nunca, es divertido asustarte- le dijo sonriendo divertida, cosa que molestó aun más al moreno- Y contestando a tu pregunta de antes, llevo aquí desde poco después de que llegaseis, lo que pasa es que no me notaste, como siempre.

-          ¡Podrías haber avisado de que estabas ahí sentada por lo menos!

-          Eso no hubiera sido divertido. Sabes que me gusta mirar como dos chicos se besan- le salían brillos de los ojos- Además, niisan tenía una cara tan mona cuando le estabas metiendo mano…- Aomine se sonrojó violentamente y dirigió su mirada a Kuroko que permanecía con su inexpresiva cara de siempre, él ya estaba acostumbrado a los comentarios yaoi de su hermana.

-          Mizu, te agradecería que no dijeras ese tipo de cosas tan ligeramente, cualquiera te podría malinterpretar- le dijo algo molesto, por lo que ella bajó del mueble y se acercó a él.

-          Niisan, no te molestes. Estaba bastante preocupada porque te fuiste tan rápido después del partido- hizo un puchero- Si me hubieras dicho que ibas con Daiki me hubiera quedado con Taiga para hacerle cosas malas e indecentes- Kuroko suspiró para luego mirarle sonriendo. Su hermana solo se parecía a él físicamente porque el carácter era totalmente diferente.

-          Te agradecería que fueses a su casa a pasar la noche- le miró todavía sin convencerse demasiado- No te preocupes, no le diré  nada a nuestros padres- Mizuki le miró durante un rato hasta que, finalmente, suspiro. Comprendía a su hermano mejor que nadie, quería “reconciliarse” con Daiki después de todo lo que paso y era mejor si estaban ellos dos solos.

-          Eres un suertudo Ahomine, que sepas que si hubiera sido yo no te hubiera perdonado tan fácilmente- el mencionado la miró algo sorprendido- Más te vale aprovechar la oportunidad que te está dando y no la vuelvas a cagar- y dicho eso cogió su abrigo y su mochila marchándose a casa del pelirrojo bajo la atenta mirada de los ahí presentes.

Se quedaron un rato en silencio mirando la puerta por donde momentos antes había salido Mizuki. Kuroko dirigió su mirada al moreno, que tenía una expresión muy seria en el rostro. Infló los mofletes y, poniéndose de puntillas, le mordió el cuello algo molesto lo que hizo que Aomine le mirase entre sorprendido y enfadado, provocando que se cayera al suelo con el más pequeño encima de él.

-          ¡Tetsu, maldito! ¿¡Qué te crees que haces!? Eso ha dolido- se sobó la parte cabeza donde se había golpeado para después fijar su mirada en el pequeño. Se sorprendió al verlo acurrucado en su pecho todavía con los mofletes inflados. Suspiró y le acarició sus cabellos tiernamente- ¿Qué pasa Tetsu? Normalmente no haces estas cosas…

-          Aomine-kun es idiota- puñalada para el moreno- Aomine-kun me hace cosas pervertidas cuando hay gente pero cuando no se está quieto y me ignora, Aomine idiota- ocultó su cara el pecho del mayor medio abrazándole mientras él le seguía acariciando sus cabellos.

-          Perdón Tetsu, no lo volveré a hacer- cogió su cara entre sus manos y le besó la frente-  Y que te quede claro que no te ignoraba, es solo que estaba pensando en lo que ha dicho tu hermana- Kuroko le miró sin entender- Que quieras volver conmigo después de todo lo que te hice… Ni siquiera yo mismo me he perdonado aún.

-          Por eso eres idiota Aomine-kun- el mencionado le miró molesto- Ya te he dicho antes que todavía estoy enamorado de ti, ¿no? Es cierto que me hiciste daño pero eso quedó en el pasado, ahora quiero intentarlo contigo otra vez, que volvamos a darnos mutuamente otra oportunidad, sin mirar atrás- cogió el rostro del moreno y le besó, al principió con un roce para después dejarlos posados en los ajenos durante unos segundos.

Aomine se quedó alucinado, ¿de verdad le estaba dando otra oportunidad? ¿Así sin más? Debía de admitir que cuando el peli celeste se le “confesó” en el parque pensó que estaba probándole pero después de que le dijera eso sintió como si una gran carga desapareciera de su pecho.

Se separaron para poder mirarse mejor a la cara, Kuroko tenía un tenue sonrojo mientras que el moreno no podía parar de sonreír. Volvieron a besarse pero esta vez más apasionadamente, momento que el moreno aprovechó para acariciarle por encima de la ropa, desde el pecho hasta el ombligo y por toda la espalda y parte de las piernas.

El peli celeste comenzó a sentir pequeños escalofríos recorriéndole todo el cuerpo. Hacía mucho tiempo que el moreno no le tocaba pero su cuerpo si le recordaba porque respondía a cada caricia que le hacía.

Se separaron por falta de aire y lo único que les unía era un hilillo de saliva. Aomine aprovechó eso para acomodar mejor al pequeño entre sus piernas que, rojo como un tomate, solo se dejaba hacer. Comenzó a besarle las mejillas y parte de la barbilla para luego bajar, poco a poco, a su cuello que lo lamió y succionó como si de una golosina se tratase. Después de marcarlo bien comenzó a desabrocharle y a quitarle la chaqueta mientras su mano se colaba por debajo de su camiseta, tocando y acariciando todo su pecho a su paso.

Kuroko, por su parte, solo se podía retorcer de placer por toda la atención que le daba el moreno. Ya poco le importaba si estaban en la entrada de su casa o si alguien les podía descubrir, solo quería sentirle. Se estremeció cuando sintió las manos del mayor jugando con sus pezones. Se los pellizcaba y amasaba a su gusto hasta que se hartó y le quitó la molesta camiseta, lamiéndolos y mordiéndolos como si de gominolas se tratasen. El peli celeste gemía con un tono de voz no muy alto mientras acariciaba la cabellera del más alto.

-          Ao-mine kun… Yo tam-bién quiero… aah, tocarte- Daiki paró, le miró y sonrió subiendo hasta sus labios.

-          Claro, toca lo que quieras- dicho eso se separó un poco de él para poder quitarse mejor su abrigo y camiseta, dejando su pecho al descubierto.

Kuroko, al ver sus marcados y bien formados pectorales, se sonrojó levemente para después acariciarlos tiernamente. Debía admitir que tenía un cuerpo increíble, siempre se sonrojaba cuando lo veía. Se acomodó como pudo y comenzó a besarle el cuello y la clavícula dejando alguna que otra marca por el camino igual que él hizo antes. Siguió bajando hasta que notó que el moreno necesitaba atención en otro sitio, se bajó de encima de él y se puso de rodillas desabrochando el pantalón y quitándole los boxes dejando libre su necesitado miembro.  Se sonrojó levemente y comenzó a masturbarlo primero con la mano para después metérselo en la boca, lamiéndolo y chupándolo desde la punta hasta el tronco. En ese momento notó como el mayor suspiraba y soltaba algún que otro gemido.

Aomine por su parte, acariciaba los cabellos celestes del pequeño mientras le marcaba el ritmo que tenía que seguir, debía de admitir que sabía cómo hacer que se corriera y más con la cara que tenía en ese momento, con las mejillas sonrosadas, los ojos cerrados y su boca subiendo y bajando por su miembro.

Bajó la mano que tenía en sus cabellos por su espalda hasta llegar a su trasero, que lo masajeó por encima de la ropa notando como se estremecía a cada toque. Sonrío satisfecho y metió su mano por debajo del pantalón y los boxes acariciando su entrada con el dedo índice haciendo círculos. En ese momento Kuroko se separó del miembro del mayor para poder mirarle.

-          Aomine-kun… aah… por… por favor…aahh- le decía entre gemidos el más bajo notando como el moreno comenzaba a meter su dedo haciendo pequeños círculos.

-          ¿Qué pasa Tetsu? Dime lo que quieres- metió el segundo dedo abriéndolos y cerrándolos como si fueran tijeras  mientras miraba como el peli celeste intentaba articular palabra, sonrojado, con la boca abierta y mirándole suplicante.

-          Ao…mine-kun… aahh… por-por favor… hmm… te quiero… a ti- el mencionado sonrió y retiró sus dedos estremeciéndolo.

Cuando lo hizo, Kuroko se acomodó encima de él, posando sus manos en los hombros ajenos, y dirigió su miembro a su entrada metiéndolo lentamente para no hacerse demasiado daño. Se le escapó alguna que otra lágrima notando como el moreno se las limpiaba. Una vez que ya estaba todo dentro se detuvo durante unos minutos para poder recuperar el aliento.

Cuando Aomine notó que ya estaba dentro del pequeño, le abrazó acariciándole parte de la espalda hasta llegar a su cadera, que la sujetó con ambas manos, mientras comenzaba con pequeñas embestidas. Kuroko se agarró a su cuello dejando que el mayor le manejase a su antojo mientras gemía cerca del oído del moreno.

La habitación se fue caldeando poco a poco, y en ella solo se podía escuchar los gemidos de ambos y la madera del suelo y parte de la pared siendo golpeado.

Aomine, cuando notó que ya estaba cerca del clímax, comenzó a masturbar al peli celeste mientras le besaba apasionadamente. Se separaron en busca de aire, momento que el moreno aprovechó para llenar de besos su cuello y mentón hasta que le mordió con algo de brusquedad el hombro provocando que el peli celeste se corriera entre sus vientres mientras soltaba un gemido desde los más profundo de su garganta. Las envestidas aumentaron de velocidad e intensidad y, momentos después de que Kuroko se corriera, Aomine le siguió haciéndolo dentro de él.

Daiki se recostó contra la pared para poder recuperar mejor el aliento atrayendo al pequeño hacía su pecho, que no se hizo de rogar, y se acomodó en él recuperando el aire que le faltaba. Se abrazaron durante unos minutos, hasta que Aomine cogió la cara de Tetsuya entre sus manos y le besó tiernamente.

-          Tetsu, te amo- y dicho eso le volvió a besar. Kuroko sonrió, siempre le había dicho que le amaba pero esa vez sonó de tan de corazón que no pudo evitar que alguna que otra lágrima se le escapara provocando que el moreno se sorprendiera- ¡Tetsu! ¿Por qué lloras?

-          Es tu culpa Aomine-kun- le miró sin comprender- Me has dicho, de corazón, que me amas y eso me ha hecho muy feliz- Aomine se quedó prendado de la sonrisa que puso Tetsuya en ese momento, una sonrisa tan llena de felicidad que parecía que brillaba.

-          No-no digas tonterías Tetsu- giró el rostro para ocultar su sonrojo- Además, yo siempre te he dicho que te amaba de corazón, nunca ha sido mentira- le miró- Lo que sentía antes y lo que aún siento es amor hacía ti- esta vez fue Kuroko quien se sonrojo y se ocultó en el pecho del mayor. Este solo sonrió ante el gesto tan adorable y le abrazó.

Se abrazaron un largo rato en silencio hasta que Kuroko lo rompió.

-          Aomine-kun, creo que deberíamos de irnos a darnos un baño, nos lo merecemos- el moreno le miró, sonriendo divertido.

-          Como quieras, pero dudo que puedas caminar- Kuroko le miró molesto e hizo un puchero cuando vio que él tenía razón. Aomine estalló en carcajadas para luego cogerle como a una princesa.

-          Aomine-kun, bájame, no soy ningún niño pequeño.

-          Como si pudiera hacerlo, es culpa mía que no puedas caminar así que me sacrificare y te llevare a donde tú quieras- le dio un beso en la frente y otro en los labios.

-          No hace falta que hagas eso, no es tu culpa del todo.

-          Sip, sí que lo es.

-          Pues vamos a bañarnos entonces- desvió su mirada por la vergüenza.

-          Como quieras, pero una vez ahí volveremos a jugar ¿sabes?- Kuroko se sonrojó aún mas (si eso es posible), y dicho eso los dos subieron a la habitación del más pequeño para asearse y seguir donde lo habían dejado, dándose amor durante toda la noche…

 

Mientras tanto, en casa de Kagami Taiga…

-          Joo, venga Taiga, vamos a jugar nosotros también- decía Mizuki mientras se agarraba a la pierna del peli rojo.

-          ¡Te he dicho ya que no! ¡Deja de insistir!- se sacudía la pierna para intentar quitarse al “parásito” que tenía enganchado.

-          Pero yo quiero hacer cosas malas e indecentes contigooo, veeengaa…No seas aguafiestas.

-          ¡He dio que no!

-          Alex-san está conmigo, ¿verdad que si?- miró a la rubia que estaba sentada en el sofá observándoles divertida.

-          ¿What? Ah, cierto Taiga, estoy con ella. Deberíamos de hacer cosas malas e indecentes juntos como jugar a las “damas” o al “parchís” - le giñó un ojo.

-          ¡Dejarme las dos tranquilo! ¡No pienso hacer nada con unas locas como vosotras!

-          No digas eso, seguro que te lo pasas genial con nosotras- le rodeó el brazo por el cuello para luego besarle- al fin y al cabo yo tengo experiencia.

-          ¡Jooooo! ¡Alex! Eso no vale, yo también quiero besar a Taiga- dicho eso se soltó del agarre de la pierna para poder ponerse de pie y enredar sus brazos alrededor del cuello del pelirrojo plantándole un beso pasional- Ah, los labios de Taiga son tan ricos- estrellitas en los ojos.

-          ¿Verdad que sí? Por eso siempre le beso

Mientras las dos chicas discutían y comparaban opiniones acerca del pelirrojo, este estaba en una esquina.

-          ¿Qué he hecho yo para merecer esto?- decía medio llorando y pegándose pequeños cabezazos contra la pared- Soy un buen ciudadano y también un buen amigo.

Y así fue como acabo aquel día para el pelirrojo, con dos chicas “peleándose” por él.

Notas finales:

¿Qué os ha parecido? ¿Os ha gustado? Espero que si o>3<o

Me imagino que más de un@ se estará preguntando quien diantres es Mizuki, mi os lo explica. Resulta que hace un tiempo que unos colegas y yo decidimos inventarnos las versiones femeninas de la serie y a mi me toco a Kuroko, así que me inventé a Mizuki, la hermana melliza yaoista de Kuroko.

¿Y por qué está en el fic? Muy simple, queria ponerla para saber si os gusta y así poder ponerla en futuras historias ^^U

En fin, no os entretengo más.

Espero vuestros reviews (tomatazos, lechugazos, critigas to chungas, Aomines sin camisetas, y largos etcéteras)

Nos vemos en Wonderland!


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