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Un-mei por Pandora-Soryu

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Notas del capitulo:

Isayama te odio.

Levi tenía apenas 15 años cuando empezó a vender su cuerpo ¿o era catorce?, no llevaba la cuenta de los días ni de los meses cuando no se trataba de algo importante, tampoco celebraba su cumpleaños.

Le impresionó la facilidad con que un hombre pudo entrar en su cuerpo, hasta ese momento virgen, tratándolo como si fuese una mujer, y acabando dentro sin que él pudiese evitarlo. ‘’El cliente siempre tiene la razón’’ le había dicho el dueño en ese entonces, y él había sido demasiado pequeño e ignorante como para darle la contra. Nadie le había explicado los peligros de tener sexo sin protección.

Su trabajo no era definitivamente el de mujer bonita.

Ser prostituto no es un trabajo de ensueño, menos aún una historia salida de toneladas de basura rosa hechas únicamente para el consumo de las  adolescentes.

No eres la mujer más bella, ni la estrella del lugar. Un lugar con el techo lo suficientemente oscuro y pesado para mantenerte esclavizado bajo  cientos de cuerpos,  no puede tener estrellas.  Tener un mísero plato de comida, y ropa para cubrirte el cuerpo, es requisito suficiente como para creer en Dios.

No posees joyas preciosas, ni ropas de diseñador, menos aún un cuarto propio y cientos de sirvientes.

 Nadie se preocupa por ti, por si vives, por si mueres, y definitivamente no eres el objeto del matrimonio de algún galán rico y desconocido que cae por ti a primera vista. Menos aún si eres un hombre.

Nadie te paga por hablar, por contar tus sueños, por conocerte. Los hombres sólo te quieren con la boca cerrada y con las piernas lo suficiente abiertas como para aliviar un poco el ‘’asunto’’. Todos los hombres son iguales, se repite. Así era su padre, y así son todos.

Cerdos asquerosos con familias que les esperan con la cena caliente en la mesa de alguna acogedora casa, mientras pagan las frustraciones con prostitutos que podrían ser sus propios hijos.

Todos eran iguales, y todos le asqueaban.

Pero también estaba él.

Levi no pudo creerlo la primera vez que él le eligió.

Sus ojos se distrajeron en el reloj de oro y en la barba recién crecida, en las uñas perfectas y en el traje ceñido y elegante. En las cejas gruesas y el impecable cabello rubio.

Él olía a lirios y a verano.  A soledad.

Y Levi tuvo el extraño presentimiento de que se conocían, se conocieron…juntaron alguna vez ambas manos e hicieron un juramento eterno.

Él era amable y profundo, generoso con sus gestos. Aunque no hablara ni una sola palabra, y se limitara a abrazarle después del sexo.

 Levi sentía que se entendían implícitamente, sin necesidad de palabras, por eso tampoco habría la boca, aún si eso fuera necesario.

Venía sólo en los días impares, y Levi se encontró a sí mismo escudriñando cuidadosamente el calendario, mordiéndose las uñas con el pasar de los días. La ansiedad golpeando cada uno de los rincones de ese cuerpo pequeño y taciturno.

Siempre pedía whisky americano, y nunca buscaba a nadie más que él.

Sus ojos eran celestes, tan celestes como el cielo que veía en contadas ocasiones, tan celestes que podían tragarse todos los colores de su mundo.

Cuando Levi era tomado, era casi como si hicieran el amor. Suave, profundo, húmedo, rudo, dulce, abrasivo, tierno, dominante. Tómame más, repetía una voz dentro de su cabeza, arranca toda la piel de mi cuerpo y aliméntate de ella, convirtámonos en uno, volvamos a ser lo que éramos antes, estoy seguro de que te conozco, nos conocemos…¿nunca vas a decirme tu nombre?

El extraño se viste  en silencio, asegurándose de dejar siempre un sobre blanco lleno de billetes.

Si hubiese querido saber su nombre, podría haberlo averiguado, pero Levi no era de los que se ilusionan con facilidad, y había vivido lo suficiente como para saber que un gusto era simplemente eso.

Probablemente el niño rico tuviese una esposa igual de hermosa y perfecta esperándole en casa,  un par de hijos, un perro enorme, sopa caliente y trozos de pan ¿quién iba a dejar toda una buena vida por un prostituto? El simple hecho  era para considerarse una broma de mal gusto.

 

Aún así, cuando estaban juntos en la cama, era casi como si hicieran el amor.

Casi.

Era simplemente su trabajo, de todas formas.

Notas finales:

Este fic fue inspirado por el fanart de una autora que fantaseó con una realidad alternativa en la que Levi es un prostituto, y Erwin un cliente.

Creo que aunque las realidades alternas sucedan en diferentes universos, el destino suele ser bastante similar. Levi siempre será un hombre de los bajos mundos, y Erwin el encargado de salvarle. Mi visión de ésta pareja cambió completamente después del último capítuo de A choice with no regrets, pienso que podrían llegar a ser canon.


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