¿Que había hecho? Meses, meses enteros preparando su venganza. Meses alimentando su coraje, su furia, sus celos, meses de planeación, meses de encuentros con su cómplice, meses de sufrimiento al tener las pruebas de su infidelidad en sus manos.
¿Y todo para qué? Todo ese dolor y sufrimiento ¿para qué?
Si su recompensa seria el sufrimiento multiplicado por diez de aquellos que la lastimaron.
Quería verlos derrotados y heridos el doble de lo que ella se llegó a sentir.
Su padre los correría de su casa, sus hermanas los verían con asco y la consolarían preguntándole porque se había guardado todo eso para ella sola, el señor Saotome lo desconocería, quizá lo hiciera recapacitar y si Ranma estaba arrepentido y le pedía perdón derrotado y humillado ella reconsideraría ser su prometida de nuevo, con tal de que les dejara en claro a sus rivales, sobre todo a Ryoga que se iba a quedar con ella por y para siempre.
Esos últimos pensamientos trajeron una nueva ola de lágrimas, después de todos esos meses, después de tener las pruebas en sus manos, después de haberlos visto con sus propios ojos cuando los espiaba detrás de la puerta, después de haber escuchado los jadeos en los que predominaban los nombres de los dos implicados, después de verlos llegar al éxtasis gritando el nombre contrario seguido de un “Te Amo”, después de verlos regalarse mimos aun con los rastros dejados por el orgasmo compartido, después de verlos encerrarse en esa calidad atmosfera en la que se envolvían, compartiendo miradas, sonrisas, gestos, palabras, carisias y besos. Momentos mágicos apartados del mundo, y que ella presencio al llegar a ser su sombra con la única razón de hundirlos y que Ranma no tuviera más opción que volver arrastrándose suplicando su perdón.
¡Qué tonta había sido! ¡Una completa estúpida! Por aun guardar esperanzas en su destrozado corazón. Por aun anhelar la sonrisa de la que solo Ryoga era dueño, solo él podía provocar tan hermosa expresión en el ojiazul.
¡Por aun amarlo!
No solo la familia lo acepto, su padre no los corrió, sus hermanas no los veían con asco y tampoco trataban de consolarla, Kasumi no paraba de aquí para allá arreglando la casa y Nabiki se la pasaba cámara en mano capturando cada momento de la “feliz pareja”, el señor Saotome pasaba sus días convertido en Panda y aunque no se la pasara pegado a su hijo no le mandaba miradas de desprecio ni le reclamaba o restregaba su actuar. Ella sabía que sus hermanas tenían mucho que ver al respecto, también tenían mucho que ver en lo de las visitas indeseadas, nadie ajeno a la familia se había acercado o si lo hicieron los implicados no se enteraron porque eran rápidamente despachados por sus hermanas.
No entendía tanto apoyo hacia alguien que no era su sangre como ella misma lo era, no comprendía su enojo y decepción para con ella, no aceptaba su falta de interés en sus sentimientos, que estaba destrozada y ellas se ponían de parte de su prometido infiel.
No le quedaba nada ni nadie, estaba sola.
Sola y vulnerable.
Había pasado una semana desde el descubrimiento del embarazo de Ranma, esa semana no habían asistido a clases, Ranma aún no se sentía preparado para enfrentar que todos en la escuela supieran de su relación, por algún motivo ya sea peleas o por los constantes acosos que recibía siempre había sido centro de atención. Y por cómo iba su vida nunca dejaría de serlo.
-¿Chicos aún no saben qué hacer? No creo que sea bueno faltar tanto días a la escuela.-Kasumi hablo tranquila como siempre mientras les servía la cena a todos salvo a Akane que llego y se encerró en su cuarto.
-Le he dicho a Ryoga que vaya pero no me quiere hacer caso.
-¿Y porque solo Ryoga debe ir Ranma? .-el ojiazul agacho la mirada no quería un regaño de Kasumi.- Tú no eres ningún cobarde y no les he dicho nada esta semana porque necesitabas tiempo para asimilar su nueva situación. Pero como que no los veo muy en la labor. ¿No estas contento Ranma?-pregunto colocando una mano en su pequeña pancita.
-Mucho.-y los presentes sonrieron acompañando la brillante expresión del trenzado.
-Lo que nos preocupa son los chicos, no quiero que humillen o traten mal a Ranma, tampoco quiero que alguna de sus “prometidas” se le vayan a ir encima y pase algo que suponga riesgo para ellos.
-Eso es preocupante Ryoga. No lo había pensado.
-Lo bueno es que el Doctor Tofu no le prohibió las actividades físicas.
-¡Cierto Nabiki! solo dijo que con moderación. Así que si algo ocurriera podría defenderme.
-Solo que esos locos sacan cualquier truco.-suspiro el ojiverde.
-Por la escuela no se preocupen, tienen muchos simpatizantes.-dijo Nabiki recordando a sus fieles clientas.- y los demás no se atreverían a hacerles nada, es mayor el miedo que les tienen que el desagrado que les pudiera causar.
-Eso es cierto no se atreverán a hacer nada.
-Mmm tampoco creo que Mouse intente algo, de Kuno no lo sé supongo que siempre y cuando no te conviertas en “su pelirroja de Fuego” y algún que otro comentario que suelte pero no creo que se te vaya encima.
-Solo quedarían Ukyo, Shampoo y Kodachi.- a todos se les paso el nombre de Akane pero ninguno quiso mencionarlo aún era triste para el ojiazul.
-Ukyo fue tu amiga antes Ranma talvez solo necesite tiempo para aceptar tu decisión.
-Eso sería bueno Kasumi. Después de todo fuimos buenos amigos hasta que llego diciendo que era su prometido.-dijo mirando de soslayo a su padre que se atraganto al sentirse aludido.
-Por lo pronto en la escuela solo tendrías que preocuparte por Kuno y Kodashi. No creo que ninguno haya revelado tu estado, el alumnado y maestros solo saben su relación, opino que es lo mejor, no porque debas avergonzarte solo que es lo mejor evitarte malestares porque te vayan a ofender o algo. Podría funcionar hasta salir de vacaciones.
-Tienes razón y no es por avergonzarme de…-coloco su mano en su vientre y todos comprendieron a que se refería sin necesidad de palabras.- pero es mejor que se mantenga en secreto.
-Decidido entonces, mañana los quiero temprano listos para regresar a la escuela.
-Está bien chicas mañana regresaremos. Tienes más Kasumi.-estiro su tazón vacío sabiendo que sería rellenado enseguida.
-Por su puesto Ranma.-y sonriendo sirvió más al embarazado. Y la cena siguió en medio de una charla amena.
-¡Ah Ryoga!
-Espera Ranma.-agarro la cintura ajena al verlo dar un traspié.- Con cuidado casi caes.
-Como si no hubiéramos caído antes.-aferro el grueso cuello con sus brazos, a la vez que repartía besos por toda su cara.- No porque ahora sabemos que estoy embarazado me trates diferente, si en los primeros meses lo hacíamos duro.-movió la cadera simulando una fuerte embestida.
-¡Ah! –ambos gimieron al rosarse sus miembros ya despiertos.
-Aparte el Doctor Tofu dijo que mmnn los meses peligrosos o de…ah de riesgo ya habían pasadooo..mmnn. ¡Ryoga! –una vez renovada su confianza el ojiverde no se contuvo más mordiendo el cuello del ojiazul, justo donde veía su manzana de Adán moverse al hablar.-Eres un animal mmmnnn.
-Te encanta.-dijo y succiono el lugar mordido sacando un jadeo del más alto.
-¡Ah sí, si me encanta no pares! –las manos del Hibiki no se estuvieron quietas hasta dejar desnudo a su pareja y a el mismo.
Después de la cena la Tendo mayor les dijo que el baño estaba listo. Y como no son tontos y tenían una semana seca de intimida. Pues les cayó como agua en pleno desierto.
Presurosos salieron con dirección al baño, teniendo que regresar el trenzado por su amigo que había girado en dirección opuesta. Solo oyeron la risa que la castaña soltó viéndolos pasar esta vez tomados de la mano.
Pero eso era lo de menos, Ahora no tenía importancia como llegaron a esa situación, lo que ahora le importaba era que Ryoga no dejara de succionar su pezón izquierdo.- ¡AH! Mnnmm.-que lo mordiera solo mejoraba las cosas.
-Estas muy sensible de Aquí.-y para confirmar chupo dicho pezón soltándolo al instante provocando un “ploop” que solo calentó aún más la situación.
-Si mm siiii ah ah.-era todo lo que soltaba.
-¿Sera por la abstinencia o por el embarazo? -siguió bajando para dedicarle atención a la pequeña pancita que apenas daba señales de existencia.
-Mmmmnn No seee…No lo sé pero no pares ah,
-Nunca, si por mi fuera lo haríamos siempre y en todas partes.- beso sobre su ombligo para seguidamente sentarse en el banquito* y jalar al ojiazul para que se sentara sobre el.- en la cocina.- beso su mejilla.- Sobre la mesa con tu desayuno encima.- beso su otra mejilla.- En el Dojo.-beso con hambre su boca.- En las escaleras.- bajo a su barbilla succionando.- Te lo haría hasta en el estanque si no fuera una molestia calentar toda esa agua. Porque no creo que te vaya la Zoofilia.-escondió su cara en el cuello besándolo suavemente.
-Ryoga.-se apartó echándose hacia atrás para después tomar la redonda cara del otro.-Me gusta todo de ti, Te Amo tal como eres. Y P-chan es parte de ti. Lo Amo también.
-Yo también te amo Ranma, todo, todo Tu. Eres lo mejor que me ha pasado en la vida.-y volvieron a besarse primero suavemente para ir retomando la pasión pausada.
De sujetar la espalda del ojiazul el Hibiki fue bajando las manos hacia ese trasero que era su perdición.
-Ah.-decir que no se lo esperaba era mentira, pero las sensaciones que le causaban esas grandes manos en sus nalgas lo sobresaltaban siempre. Y más cuando esos largos dedos se internaban a la línea que las dividía.-mmmnn.
¡Oh Dios, las manos de Ryoga eran el cielo!
Finalmente uno de los dígitos se abrió paso a su interior moviéndose en círculo para dejar entrar un segundo y un tercero.
-¡Ah Ryoga ya! Entra, entraaaahhh.
-Todavía no Amor.-beso su boca distrayéndolo de lo que haría a continuación. La mano libre que también se encontraba en sus glúteos fue acercando los dedos a sus compañeros introduciendo uno que fue seguido de otro y minutos después otros.
-¡Ay! ¡Ryoga!
-¿Cuantos más puedes aguantar? –pregunto acariciando el borde con los pulgares.
-¡Hijo de ….Ahhh no juegues y métemelo de una vez! –harto de los juegos del otro empujo su cadera rozando el miembro ajeno con el suyo.
-¡mmm! Ah tu sí que sabes cómo pedir las cosas.-saco sus dedos de un jalón haciendo jadear fuertemente al otro.-Date la vuelta para darte lo que quieres.
Haciendo caso el ojiazul se levantó y giro para comenzar a sentarse lentamente sobre el pene del Hibiki.
-¡Aaahh!
-¿Mejor que dedos?
-Mucho mejor ah.-giro el cuello para encontrarse con los belfos** ajenos.
-Si mucho mejor.-azoto la nalga ajena indicándole que se moviera y el mismo yendo a su encuentro.-mmm que rico aprietas.-nuevamente nalgueo al otro.
-Ah Ryoga aaahhh no pue..mmm puedo ah.
-Deja te ayudo.-Paso sus brazos bajo sus piernas y sin salir de él se levantó obligando a los reflejos del trenzado a actuar apoyando las manos en el marco de la bañera antes de impactar contra él suelo.
-¡Mierda Ryogaaahh! .- todo animo de reclamar se fue al sentir como el otro comenzaba a embestir en esa nueva posición donde su trasero quedaba por arriba de su cabeza, con la espalda en diagonal y las piernas aun sostenidas por los brazos ajenos. Lo único que impedía que su cabeza impactara con la barra de la tina eran sus fuertes brazos, aunque con los bestiales embates del otro y todo el placer que estaba sintiendo era una difícil, MUY difícil tarea el sostenerse con sus brazos.
No pudiendo aguantar más doblo los brazos recargando su pecho en la orilla de la bañera, haciendo que las embestidas lo empujaran aún más hacia abajo pues Ryoga no cedía el agarre en sus piernas. El azulejo contrastaba con su actual temperatura provocándole jadeos más sonoros.
-Ah ah ¡AH! Ryoooonnmmm Ryoga ya…ya casi llegooouuummm ah.
Ni bien lo dijo el otro acelero aún más sus embates tocando su próstata un sin número de veces ocasionando una convulsión de placer en el ojiazul que le hizo lanzar su esperma contra el suelo en varia ráfagas y apretar su ano llegando a estrangular al invasor e impidiéndole la movilidad.
El ojiverde solo pudo quedarse enterrado como estaba expulsando su cimiente en aquel canal que le albergaba y parecía no querer dejarlo marchar. Lentamente fue soltando las piernas ajenas y aferrando la cadera para evitar cualquier accidente se agacho hasta alcanzar un brazo del trenzado para enderezarse y jalarlo junto con él.
-¿Ranma estas bien? –Preguntó pasando un brazo por su cintura y el otro usándolo para girar la cara del ojiazul hacia el.- Mmm Ranma si no dejas de apretar no saldremos de aquí nunca.
-Por mi está bien.-Respondió volviendo a contraer su ano apretando el pene en su interior.
-Me encantas ya te lo dije.
Y fue lo último coherente que se escuchó.
Todo lo demás fueron gemidos, palabras cortadas, jadeos y promesas de amor eterno……
-Buenos Días.
-Buenos Días Muchachos. Aquí tienen coman bien para que aguanten las clases.
-Gracias Kasumi.
-De nada. Ah les prepare su almuerzo y me tome la libertad de poner alguna fruta en sus portafolios por si te da hambre Ranma.
-Kasumi eres la mejor. ¿Me pones más?
-Jajaja Claro Ranma. Saben esta semana me desacostumbro los extrañare.
-Nosotros también Kasumi.
-Regresando teníamos pensado hablar con su padre. Queríamos ver si podíamos restaurar el Dojo para poder dar clases y traer algo de dinero a la casa.
-¿Crees que el señor Tendo quiera Kasumi?
-No lo sé Ranma. El Dojo no hubiera sido un problema si te casabas con Akane, porque ella era la única que lo quería de nosotras, pero como están cosas con ella sería un impedimento. De todos modos yo hablare con mi padre.
-Si esto supone un problema olvídalo Kasumi, lo que menos queremos es crear más problemas en su familia.
-Nuestra Ryoga, ya eres parte de ella, y no te preocupes Akane lo tiene que entender no estamos también económicamente para rechazar una propuesta así. Además con su fama este lugar estaría lleno.
-Si lo pones así. Gracias por todo Kasumi.
-De nada. ¿Que no les dije que ustedes ya eran como mis hermanitos? .-dijo para acercarse a ellos y abrazarlos como solo una madre podría.
-Muy bien chicas, ¿Todas entendieron lo que deben hacer?
-¡SI!
-Perfecto. El plan comienza justo…
DING DONG
-¡Ahora!
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Continuara…
*El banquito en el cual se sientan para tallarse antes de pasar a la tina.
**Belfo: Cada uno de los labios del hombre, especialmente el inferior cuando son muy abultados. (Lo había visto pero hasta ahora sé que significa XD)