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Pasión por Lizie CoBlack

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Notas del capitulo:

¡Hola de nuevo!

Nos vemos en las notas finales *u*

Escrito para el Mini reto: "Graser!lock mormor" del foro I am SHER locked

Disclaimer: estos personajes no son míos, si lo fueran John sería exclusivamente de Sherlock, y quizá de Hamish en algún futuro. El universo de Sherlock Holmes le pertenece Sir Arthur Conan Doyle, y la serie "Sherlock" a la BBC. Yo solo me divierto creando fics.

Advertencias: Posible OoC. No beteado. Violencia moderada. Un poco de agresión sexual (leve pero está).

A Mashimaro, gracias. 

Pandillas

*

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Jim no había encontrado otra forma de diversión, más productiva, que Sebastian, era por ese motivo que lo estaba buscando. Mientras caminaba a su encuentro observaba la compañía del mismo. Bufó. De no ser por lo útil que eran, su bola de compañeros pseudoamigos se podría decir, hacía mucho que hubiera dejado de frecuentarlo, cuando estaba acompañado de ellos. Estaban los principales, dícese, el idiota, más de lo común y pasable, de Anderson, tratando de meter mano, con lo que creía discreción, a su intento de novia, la zorra de… bueno la china esa de quien tan importante era que había olvidado su nombre, ya era decir mucho que recordara el del idiota de su noviecito. Era una pareja en realidad muy repulsiva, el solo verlos le daba escalofríos, su estupidez se llamaba mutuamente. Por otro lado, se encontraba Trevor, él sí era un caso al cual prestarle atención, tenía un genio agudo, de rápida inteligencia y facilidad de palabra; antiguo amigo de Sherly, pero separados por las ideologías distintas de cada uno, marcadas con especialidad a la llegada del buen Johnny, era evidente lo furiosos que se encontraba por tal hecho, resaltaba a la vista su atracción por Sherlock. Aunque debía darle un poco de razón, él era un tipo atractivo, más nunca de manera de Sebastian. Conocido de Sebastian por algunos años, podría decir que era el tipo más confiable de todos. Dispuesto siempre a jugar con Johnny-boy, y eso era lo mejor y más beneficioso para él. A su lado platicando estaba Mark Morstan, hermano gemelo de la insulsa Mary; era divertido saber lo enojado que se puso por el ataque a su hermana, no pudiendo vengarse de él porque ella no le dijo su nombre, y cómo hacerlo después de la amenaza realizada por Sebas en su defensa. Ese tipo con rasgos similares, en cuanto a los atributos intelectuales, de Trevor tenía un pequeño inconveniente: gustaba de John. En verdad no sabía que le veían a ese puritano niño, podría pasar como una adorable mascota y un cuerpo caliente para utilizar, pero de ahí no tenía más que ofrecer, en realidad ellos debían tener algo muy mal, que no les funcionaba muy bien que digamos. Aunque, restándole eso, era salvable. Por la modalidad en la que se encontraban esos dos, debían estar planeando una táctica de conquista. Mark tenía posibilidades más fuertes de triunfar, claro está, siempre y cuando eliminara a Sherlock, teniendo pocas posibilidades de lograrlo, sobre todo si no lo eliminaba permanentemente, aunque entre sus cualidades estaban los rasgos de un asesino, también tenía una doble moral que lo perseguía y fuertes sentimentalismos, que no siempre le ayudaban. Enamorarse para gente como ellos era algo tonto y contraproducente, lastima, mientras le fueran funcionales podría tolerarlo. Trevor, al contrario, era un causa perdida si luchaba contra el afecto de John, él que lograba producir sentimientos en el pequeño Holmes, ya era decir mucho, el sociópata altamente funcional, poco logró sentir hacia Trevor, y si bien fue su primer amigo, no fue el mejor, ese papel desde siempre lo había representado John. 

La presencia de Sebastian irrumpió sus pensamientos, el solo hecho de estar cerca producía alteraciones en sus procesos mentales, sin embrago, eso le agradaba, perenemente presentando cierta calma a su mente bulliciosa, además le distraía de perderse en pensamientos poco productivos, como los de un momento antes, demasiado banales y llenos de basura para su selectivo cerebro. Pronto sintió los posesivos brazos en su cintura, con las manos bien prensadas, como fuertes garras. Una caliente lengua recorría el camino detrás de su oreja hasta el lado lateral de su cuello, dispuesto a ello, comenzó a restregar su cadera, exactamente sus nalgas contra el pelvis de su compañero, obteniendo una mordida, especialmente, salvaje en su cuello, justo debajo de la oreja, en su punto clave, gimió quedito para Sebastian, restregándose con más energía contra el ya excitado miembro de su amante. Soltó un gemido acallado, esta vez más largo, solo para Sebastian, cuando le siguió el movimientos de caderas, con trazos circulares, sintiendo su miembro ligeramente duro por el contorno de sus nalgas.

Un ligero sonido de disconformidad escuchó. Bien. Aquella persona podía pudrirse en el infierno. No iba a parar, lo que se encontraba haciendo era demasiado placentero para interrumpirse por alguien muy moralista, claro que no, si no quería ver que volteara la cara, o se fuera a otro lugar, además no es como si fuera a terminar de culminar el acto sexual allí, primero muertos todos antes de permitirles ver a Sebastian en todo su esplendor, solo él podía verlo así, esa parte también era suya.

—Error humano, y uno asqueroso, cabe resaltar —. La irritante voz de Sherlock Holmes habló. Sebastian soltó su cuello, él no dudo en soltar un sonido de desacuerdo. Sebas solo le depositó un mordisco en la unión de su hombro con el cuello, para después sentirlo voltearse en pos el idiota ese. Respirando lentamente, recomponiéndose ante tal escena, sin arrepentirse de ella, volteó a ver al metiche.

No era nada nueva la escena, Sherlock y pandilla, Johnny-boy incluido, cómo no. Y una patética, en su opinión, en sí no eran una pandilla, pero se mantenían unidos solo por una cosa en común: la amistad, que cosa tan sosa. Lestrade, alguien que salía de los estándares comunes, sobresalía un poco de la media, en cuanto a agilidad mental se refería, pero seguía siendo estúpido, él tenía el lazo afectivo con John y también lo compartía con el intento de detective, sabía que a eso quería dedicarse en un futuro, Dimmock. Y John arrastraba al mediocre de Mike, sí, toda una bola de inadaptados. Sus propias carencias les llamaban a juntarse. 

Sin que Sebastian pudiera decir algo, un meloso Morstan ya estaba a la caza de la mascotita y Sherlock, obviamente, se veía celoso. Oh, pobrecillo, soltó una risilla de burla y diversión, porque era entretenido. Johnny solo lo miraba todo abochornado. «No soy gay» decía. «Solo me gusta Sherlock» continuó. Causando que el aludido sonriera triunfante, por el demonio que vomitaría azúcar en cualquier momento.

Sintiendo la mano callosa de Sebastian explorar su culo, la que se había colado entre su pantalón de vestir. Cómo lo había hecho sin que se diera cuenta era algo admirable. Pronto su costado se vio pegado a él y su oreja siendo lamida. Agregando un dedo curioso en su entrada, escuchó la voz de Sebas decir:

—Tú y yo, alejados de estos idiotas, terminando lo que dejamos pendiente, y tomando venganza después por tal interrupción —. Un gritito ahogado es lo único que obtuvo de él, pues el precipitado dedo ya se encontraba en su interior. Se empujó más a la mano, mordiendo su boca.

En segundos después se vio montado en la moto de Sebas, fuertemente agarrado a su cintura, camino al departamento.

**

*•~-.¸¸,.-~*'¨¯*•~-.¸¸,.-~*'

Era sorprendente verlo, siempre lo había sido y de igual manera lo disfrutaba en cualquier situación, más aun con la vista que le regala, sorprendiéndose, de nuevo, por no asustarse, por no temerle. Jim estaba ahí, a su lado, observando a la distancia la manera en que intimidaban a Watson, disfrutando de la venganza, oh dulce venganza. Manipulador como era, logró que al mismo tiempo Trevor y Morstan hicieran lo que desearan al muchachito ese; Sus ojos brillaban con plena satisfacción del acto, sonreía con sadismo ante cada golpe a Watson, le emocionaba ver su resistencia, la manera en la que luchaba, el cómo se defendía, a duras penas. Reía ante la mirada de terror que le seguía al paro de Trevor, aplaudía ante cada retroceso del niño, porque era entonces cuando Mark entraba en acción y se acercaba para acorralarlo, dándole sutiles caricias, inocentes de su parte pero una gran ofensa para la integridad de su objeto de deseo, la manera en la que el niño de Jimmy saltaba, figurada y en presencia, de ansiedad y diversión cuando Morstan trataba de robar un beso, o daba ligeros de mariposa en las mejillas y frente de John; era entonces la señal para Trevor, este podía comenzar su ataque de nuevo. La combinación era letal para el menudo novio de Holmes, jugaban con su cuerpo y emociones, una especie de tortura, seguro, no podía reaccionar a los dos estímulos, debía defenderse de los golpes de Victor, unos que eran dados con furia y saña, hechos para lastimar, como forma de desfogue hacia él y Sherlock, siendo superado en fuerza por Trevor, a penas y podía responder ante ellos, aunque ágil desviaba algunos. Cuando apenas podía ya defenderse físicamente era dejado por Victor, quien también se daba un respiro, y era entonces, que su integridad emocional se veía afectada, puesto que ya mermado en sus energías, débil, se veía invadido por los intentos de Morstan, tratando de impedir que invadiera su espacio personal con las pocas fuerzas que tenía. Agregando como plus el terror que debía sentir, la repulsión, el desagrado por las caricias dadas, su cuerpo ya temblando por el agotamiento. Era cansado. Demasiado para él, y Jim lo disfrutaba, su risa maniaca lo demostraba. Sus gestos, su porte, hablaban de lo mucho que lo disfrutaba, de que a él no le importaba si era correcto o no, si era diversión él la tendría a cualquier medio, además era como una advertencia, nadie se metía con él y salía impune, todo el que se la hacía la pagaba.

Jim era letal, mortal, alguien a quien temer, pobre de aquel que se metiera con él, aun si no era de manera directa, si él lo tomaba como afrenta nada te libraría de su castigo.

Jim le tomó del brazo, pidiendo su atención de regreso, volteándolo a ver, observó la sonrisa de niño inocente que portaba, como si le hubiesen dado un gran regalo, posiblemente así era, para él todo era diversión pura. Aunque detrás de esa sonrisa blanca se escondían los peores demonios de él, una pesadilla para cualquiera, sus ojos mismos representaban la demencia de su mente, el desequilibro de sus emociones, con una ancla hacia sí mismo, Sebastian, era él que le daba un poco de cordura, un lugar en este plano terrenal, y por eso se sentía agradecido y afortunado. Pronto se vio impulsado a un beso llenó de pasión, seguro de lo encendido por la escena, el dolor ajeno lo prendía. Un beso llenó de brío, dientes de por medio, fuertes lenguas batallando por el control, el dominio, mordiendo labios, robando el sabor del otro, más un grito los interrumpió. El grito de John. Ambos dirigieron su mirada a él.

John estaba en medio de Trevor y Morstan, este último lo detenía entre sus brazos, con unas manos inquietas, llenas de calma, de disfrute sin trasgredir mucho a Watson pero nada agradable para él, al parecer le susurraba cosas al oído, seguro tratando de darle un poco de tranquilidad, no creía que lo estuviera logrando. Por otro lado, bien podía estar empleando la boca para otra cosa más que hablar. Victor golpeaba una y otra vez al cuerpo contrario, después de todo Mark le hacia el favor, de alguna manera, de detenerlo. Otro grito de impotencia salió de la boca del atacado. Muy valiente de su parte no pedir ayuda.

—¡John! ¿Dónde estás? ¡John! —El llamado de Sherlock llegó, irrumpiendo el ambiente en el callejón donde Victor y Mark disfrutaban de su acto. Los dos tan absortos en lo suyo que no vieron la llegada de Holmes y compañía, el tal Lestrade.

Jim hizo un ruido descontento, casi de frustración, para él lo bueno apenas estaba comenzando. Más cuando vio la pelea que se estaba desarrollando su sonrisa regresó.

Sherlock era un hábil luchador, tenía práctica y preparación. En este momento se encontraba golpeando a Mark, con fuerza e ira, en claro signo de posesión hacia John, nadie tocaba lo que era suyo, también tenía el patrón de disgusto, no solo era por ese motivo sino por hacer con John algo fuera de su voluntad, signo de amor hacia el pequeño agredido. Él canalizaba su enojo en los golpes dados, lo que los hacia más potentes. Trevor no podía ayudarlo, no que lo fuera hacer si pudiera, él estaba ocupado tratando de salir bien librado de Lestrade, quien le estaba dando pelea, los golpes de éste eran más rudos, con fuerza pero sin llegar a ser muy erráticos, acertaba a dos de tres. Era chistoso lo que la gente llegaba a hacer por sus seres queridos, y si estaba interpretando bien las cosas John Watson era alguien muy amado. Él en ese momento se encontraba tratando de procesar todo, solo que sin estar en shock como la vez anterior que necesitó la ayuda de su novio, mientras era observador de la pelea que en su defensa realizaban. Con una sola mirada de coordinación Holmes y Lestrade cambiaron de contrincante, ninguno se iría sin la satisfacción de haber liberado el enojo por la afrenta al pequeño erizo. Ambos hicieron tan buen trabajo que pronto Trevor y Morstan quedaron reducidos. Según el protocolo, Sherlock los retaba a una carrera de autos, en la que si gana dejarían en paz a John y si perdía el infierno de Watson apenas comenzaría. Con una última patada para Mark y Trevor se dirigió a Watson quien era sostenido por su amigo, con un abrazo de su parte salieron los tres del callejón.

Miró a Jim, viendo en su mirada algo que ya esperaba, irían a la carrera, esa diversión por  nada se la perdería, y él lo acompañaría, por nada lo dejaría solo. Jamás. 

 

Notas finales:

Gracias por leer.

Me encantaría que si lo leyeron me dejaran un comentario, de que estuvo mal o que necesito mejorar o quizá de lo que les gusto, sean respetuosos eso sí.

El prompt del día de hoy fue: Pandilla o grupo de amigos.

Esto que leyeron fue algo así como un capitulo relleno o de introducción, es necesario para el siguiente, es como un preámbulo. El que sigue, como ya había dicho es donde viene el meollo del asunto y de la historia. Empieza el drama. Espero les guste.

Una disculpa por la tardanza, la Uni anda pesada.

Sin beteo, disculpen los horrores ortográficos, que lo más seguro es que por allí anden.

El siguiente prompt es: Carreras clandestinas.

Nos vemos ;)

Lizie.


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