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Pasión por Lizie CoBlack

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Notas del capitulo:

¡Hola de nuevo!

Nos vemos en las notas finales *u*

Escrito para el Mini reto: "Graser!lock mormor" del foro I am SHER locked

Disclaimer: estos personajes no son míos, si lo fueran John sería exclusivamente de Sherlock, y quizá de Hamish en algún futuro. El universo de Sherlock Holmes le pertenece Sir Arthur Conan Doyle, y la serie "Sherlock" a la BBC. Yo solo me divierto creando fics.

Advertencias: Posible OoC. No beteado. 

A Mashimaro, muchas gracias. 

Carreras clandestinas

*

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Sentía el viento recorrer por su rostro con total libertad, su nariz se taponeaba por la velocidad con la que entraba el aire en cada respiro, podía percibir la adrenalina viajar por todo su cuerpo, la sangre bombeando más rápido de lo común, la sensación de vértigo y vacío en su pecho. Rió con emoción, todo lo sentía tan vivo, él mismo, disfrutando del ínfimo momento en el que todo se sentía correcto, como si por fin todas las piezas en el rompecabezas de su vida se acomodaran. Con la sensación de sentirse satisfecho contigo mismo y con los demás, con la persona más importante para ti. Mientras la velocidad se mantenía, aumentaba y disminuía, todo la emoción su cuerpo, su mente recogía, le sonrió a Sebastian. De alguna manera, no se arrepentía de haberlo conocido, ni de haber librado batallas consigo y con Sebas, de presentarse ante él como en verdad era, de liberar sus demonios ante él.  Porque eso le había llevado a ser lo que hoy eran, aunque eso sonara pueril y colegial, pero vamos, hoy  sentía la libertad de expresar la edad que tenía, de actuar como un joven lo haría. Podría darse un momento de libertad, uno donde podía ser débil sin que eso le arruinara o cobrara factura después, porque estaba con Sebastian, el que podía ser su escudo humano o su sostén. Un paracaídas siempre dispuesto activarse mientras disfrutaba del vértigo y la emoción de ir en caída libre.

Gritó de emoción, al tiempo que estiraba los brazos hacia el cielo, jugando con el aire escurrirse entre sus dedos. Una euforia total experimentaba, solo comparada con los orgasmos causados por Sebastian o la de presenciar un castigo a una persona, en especial a Johnny-boy. En ese momento, en un fragmento de tiempo, se encontraba liberando sus sentimientos y emociones, permitiendo sentirlas, en lugar de suprimir toda esa aborigen. Con total picardía se acomodó en su lugar y plantó un beso tronado en la mejilla de su acompañante, y una mordida en su cicatriz favorita. Sebastian le sonrió en respuesta, con una mirada y un brillo ya acostumbrados. Presentes cuando él se permitía disfrutar de las cosas, de los momentos compartidos. Solo unos segundos se concedió, para darle tal muestra de afecto, antes de dirigir su vista de nuevo a la carretera que se extendía al frente de ellos.

Su día auguraba ser genial, especial, vería a Sherly y compañía participar en una carrera clandestina contra Trevor, Morstan y demás pandilla; quizá con suerte el choque de algunos. Sí, definitivamente se divertiría, aún más de lo que ella estaba haciéndolo. Con Sebastian manejando su impala tragando kilómetros sin preocupación, en la carretera para llegar a su destino.

**

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El dominio del tal Lestrade era de admirar. La pista, parecía extenderse para él, sin ningún reparo, como si fuera una alfombra dispuesta sus pies. Maniobraba de manera correcta, y corría a la velocidad adecuada, aumentando y disminuyendo las velocidades con estrategia para evadir a su contrincante, las curvas eran una ventaja, las tomaba con precisión y estrategia. Corredor nato, pero su técnica indicaba su experiencia en el tema, no era la primera vez que competía, la videncia era clara. Sherlock también debía saberlo, por ese motivo debía estar compitiendo contra Trevor, quien siendo muy superior a Morstan oponía mayor peligro a la causa, presentando también un acuerdo con su voluntad, la de competir contra todo con Mark. Para librar a John de su molesta fijación y como un símbolo de celos, de alguna manera quería dejarle en claro su lugar, uno al lado de su novio, porque no era un acto de posesión, Watson sería libre de él el día que eligiera. Holmes lo dejaría sin mucha resistencia.

La recta final estaba cerca, corrían ya los últimos kilómetros, aventajado Lestrade, por unos metros más; La desesperación, impaciencia y enojo de Victor, se reflejaba en su manejo, y malas decisiones con el juego de las velocidades, le cobraron factura, su émulo aprovechó esa oportunidad, el tonto de Victor había acelerado antes de tiempo, a una distancia lejana de la meta, una que no libraría si Lestrade pisaba a fondo el acelerador. Así pasó, llegando primero, ganando el equipo de Holmes la primera carrera. Gregory Lestrade era un rival fuerte. Con furia Trevor arremetió contra el auto estático del ganador, con este adentro, claramente un desfogue al de su ira, con la consecuencia de dos preciosos autos abollados y la risueña risa de Jim. Con algunos rasguños para los conductores, nada de importancia.

Los amigos de los implicados se dedicaron a ayudarlos, más a Lestrade, a Trevor solo lo ayudaron a salir, nada más, cada uno podía con sus acciones, como siempre.

Los autos de Morstan y Sherlock se alinearon en la línea de meta, jugando a rugir sus motores, presumiendo en el calibre de los mismos en el sonido. Un alarde, típico de Mark, aunque precipitado de su parte, por lo menos con lo que le había dicho Jim de las habilidades del pequeño Holmes, ya la había dado mucha información sobre el auto que manejaba, su potencia y quizá la manera en la que conducía. Con serias posibilidades de perder, por su propia ineptitud, además no se sabía el tipo de conductor que era su retador, mal, muy mal, las cosas pintaban negras para él.

Al sonido de la chicharra ambos arrancaron. Un delis al inicio, provocó que Sherlock se quedara rezagado, al instante buscando el dominio del auto, en la primera recta Mark todavía llevaba ventaja, aunque sino se ponía atento rápidamente sería desplazado, la técnica de Holmes era casi perfecta, el casi siendo la palabra clave, esta le decía lo poco que participaba en ese tipo de competencias, pero lo bueno que era aprendiendo y especializándose en el tema. Pronto aprovechó la curva antes de entrar a la última recta, una técnica que debió aprender de Lestrade, y algo le decía que la había conocido en la carrera anterior y solo con la vista la debió calcar. Los juegos con la velocidad hablaban de vanagloriarse, no estaba dando el cien, mientras que Mark sí, era, claramente, superior a él, y se encontraba jugando, porque para cuando éste se diera cuenta, la presión, el coraje, y su orgullo le harían cometer los errores necesarios para asegurar su victoria, porque estaba seguro de sus capacidades pero también que no conocía completamente las de su compañero, eso era un sesgo y una desventaja para él, así que moviéndose en terreno conocido jugaba con su temperamento, un buena estrategia, si seguía como iba posiblemente le funcionaría, puesto que conociendo a Morstan, por muy rápido de mente, no recogería la información para conocer la jugada contraria, no con la forma tan concentrada que estaba en ganar, sin analizar su entorno, otro error, Mark conocía sus propias limitaciones, en contraposición desarrollado otras que parecía haber olvidado, corriendo como un novato lo haría, ni Sherlock cometía esos errores. Para cuando pasaron la curva ambos estaban lado a lado, mismas velocidades, entonces empezó el verdadero juego. La meta cercana, la recta final terminando y las verdaderas caras mostrando. Sherlock aumentó gradualmente su velocidad superando lentamente a Mark, éste en respuesta comenzó a actuar como lo previsto, golpeaba los costados del auto de Holmes tratando de sacarlo del camino, cosa que no lograría, Sherlock respondió sin previo aviso y con fuerza desestabilizando al otro auto en consecuencia, tomando esa oportunidad para acelerar más, poniendo metros de distancia de por medio, aprovechando muy bien la situación en su beneficio.

El silbido de Jim, en apreciación, lo distrajo, regresando su vista hacia él. Lo que vio no le gusto, para nada. Los ojos de Jim seguían insistente la carrera, observando especialmente al auto de Sherlock, estaba seguro, analizando cada paso en su estrategia, el avance, mismo de su técnica, en la carrera, con una mirada casi obsesiva, seguro comparando sus propias habilidades, iniciando a cuestionarse, el disgusto presente en sus facciones; el fruncido de sus labios, ligeramente, casi imperceptible, el pequeño ceño de su frente y un pequeño tic en el ojo, le susurraban de ello. No podía sentirse inferior a Holmes, no podía, era una patada en culo, un golpe grave a su orgullo, debía ser siempre superior a él, no podía ser dejado atrás, claro que no. La rivalidad y competencia que había establecido en secreto Jim hacia Sherlock estaba aumentando ahora a niveles insospechado, incontenibles. Siempre que le produjera diversión podría aguantar estar a su par, pero de ninguna manera ser superado. Su mirada se perdió por unos segundo, preciados, casi escuchaba los engranes de su cerebro trabajar más rápido de lo común, buscando una respuesta, planeando la siguiente jugada. Cuando Jim regresó a la realidad un plan ya estaba marcado, una sonrisa perversa se posó en sus labios, enseñando todos los dientes, caninos incluidos, aumentando un poco más, si es que se podía, cuando vio a Sherlock ganar, Sebastian lo supo al escuchar los sonidos de victoria por parte de Watson y compañía. Siendo eso ahora lo que menos le importaba.

—Vamos a competir contra ellos, y vamos a ganar —. Tragó duro, no era una pregunta si no una sentencia. Lo harían.

***

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Una extraña muestra placer recorría por completo su cuerpo, sus latidos eran rápidos, con la respiración pesada, ansiosa, marcando su excitación. Jim se sentía emocionado. Se encontraba compitiendo contra Sherlock. Cómo lo logró, fue más sencillo de lo esperado, alguna información suelta por aquí, otra más por allá con respecto a Johnny y la respuesta de Mr. Sexy fue inmediata, pobre idiota, su debilidad estaba marcando, su mascotita era su preciso talón de Aquiles. Predecible. Y allí se encontraba, satisfecho por conseguirlo, siempre lo hacía, conseguir lo que quería. Escuchando algunos comentarios de Sebastian nivelando su temperamento y manejaba de manera correcta las velocidades, éste le explicaba más de la técnica de Sherly, desde su punto de vista, siendo correcta, cada cosa que decía o resaltaba él ya la había visto, eso en sí le aclaraba puntos observados en Sebastian, su atención, visión y concentración para analizar los escenarios que se le presentaban, con conocimiento del tema o sin el. Siendo capaz de observar un amplio panorama y destacar otros puntos de vista, con validez. No lograba aburrirlo. Pero no solo quería ganar si no también destrozarlo. Fundirlo en fuego y hacerlo cenizas. A él y su maldita debilidad. Por volverse aburrido. De un rápido acceso se metió en su camino, logrando que retrocediera, perdiendo un poco el control para no impactar con su auto. Rió, todo era tan entretenido. Enseguida se vio empujado también, su risa aumentó. La pelea por el dominio era muy interesante, él golpeó su costado con renovada fuerza, abollando propiamente el suyo, lastima estaba bonito el carro.

En la siguiente arremetida, ambos lo hicieron al mismo tiempo. Como si hubiese sido sincronizado. Por la posición en la que se encontraban, con Sherlock apenas consiguiendo controlar el automóvil de la anterior, impactó su volumen delantero, contra su volumen central, llevándose exactamente en el espacio del pasajero, de Sebastian, él fue quien recibió lo peor del choque, tal fue la potencia que mientras el golpeaba su cabeza con el volante, la de Sebas lo hacía con el tablero, de manera dura, y poco segura, trató maniobrar para estabilizarse pero de nuevo golpeó con el otro carro esta vez en la parte trasera, consiguiendo un nuevo golpe contra el frente, uno doble, puesto que al hacerlo su pecho se estampó contra el volante, esta vez, sacando el aire de sus pulmones, mientras su cabeza lo hacía contra la transversal del parabrisas, sintiendo su frente abrirse, volteando lo más rápido que pudo al asiento de Sebastian, observando como éste volvía a su lugar mientras tomaba el control, con movimientos veloces del volante y la palanca de velocidades, su cuerpo ya inconsciente con un hilo de sangre saliendo de su sien. Cuando por fin pudo frenar, derrapando en el proceso, todo el torrente de emociones, el dolor del cuerpo, y la disminución de adrenalina fue registrada por su cerebro, todo al mismo tiempo. Mientras escuchaba los sonidos de histeria con los nombres de Sherlock, John y Sebastian, volteó a ver a su acompañante con los ojos nublados, apenas consiente. Solo cerró los ojos un momento, solo necesitando un respiro para acomodar las ideas y poder reaccionar, solo uno para activar su mente, pero sus parpados se estaban haciendo demasiado pesados, apenas y pudo abrirlos unos milímetros, recibiendo la imagen deplorable de Sebastian, lentamente la inconciencia infiltrándose en él, cerró sus ojos de nuevo.

Se suponía que este día iba a resultar placentero.

Sin soportar más la pesadez se abandonó a la oscuridad. 

Notas finales:

Gracias por leer.

Me encantaría que si lo leyeron me dejaran un comentario, de que estuvo mal o que necesito mejorar o quizá de lo que les gusto, sean respetuosos eso sí.

El prompt del día de hoy fue: Carreras clandestinas.

Ahora sí, con este cap empieza lo bueno, ya veremos que les depara el futuro a los chicos, no creo que sea nada bonito xD. Nop, que empiece el drama se ha dicho, espero les gustara porque me sacó cada frustración poder terminarlo, y aun así no me siento muy segura, pero bueno tengo la esperanza que no sea desastroso.

Sin beteo, una disculpa por los errores, que lo más seguro es que por allí anden.

El siguiente prompt es: Cigarrillos.

Nos vemos ;D

Lizie.


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