Eran casi las 9, la hora ideal para tomar el último tren a casa. Hoy día fue un día terrible en la oficina. Todo lo que quiero es volver a casa y acurrucarme en el sofá viendo estupidos programas en la televisión.
La fila para esperar el tren parecer mas larga cada día. El lugar estaba lleno de gente que miraban hacia delante o hacia sus celulares. Y mientras tanto yo los miro a ellos, subiendo y bajando las escaleras, chocando unos con otros.
Cuidadosamente camine para alcanzar el tren de las 9:15. Casi de inmediato el tren de las 9:10 llego a la estación y abrió sus puertas. Todos seguían haciendo lo mismo. Mirando hacia delante o hacia abajo, hablando por teléfono o a alguna otra persona.
Había algo en una pareja que me llamo la atención. Un chico muy alto y delgado de la mano con otro chico. No me sorprendió, era un cosa muy común en New York, pero por alguna razón tenia especial curiosidad por el chico más bajo. Se me hacia familiar. La forma en que hablaba con su compañero me recordaba a alguien más. Aunque no tenia el mismo color de pelo, y su nariz tampoco era similar. Pero sus ojos y sus labios…
No, no puede ser. El esta en Corea…
Sacudí mi cabeza y seguí esperando a que llegara el tren. Era sofocante la gran cantidad de personas que había, pero aun así seguí moviéndome entre ellos, tratando de dar una ultima mirada a la pareja.
Y cuando él sonrió, supe que no estaba imaginando cosas.
Camine rápidamente entre las personas, intentando llegar a ellos, pero estaban mas adelante de mi, demasiados sumergidos en su conversación. No los iba a alcanzar. Había tanta gente.
“Kyuhyun! Kyuhyun!” Grite con toda la fuerza de mis pulmones, me gane varias miradas de la gente que me rodeaba pero no del chico que yo quería que me mirara.
Ellos iban cada vez más y más lejos.
“KYUHYUN!!” Grite una vez más con mi último aliento. Y esta vez él me miro.
El se dio la vuelta, sus hermosos ojos me miraron, con una expresión de shock en su cara. Su compañero le pregunto sobre mi, pero Kyuhyun no le contesto, estaba tan perdido como yo en nuestra mirada.
Estaban parados ahí. Hubiese sido fácil para mi ir y abrazarlo, decirle tantas cosas. Que ya nada importaba, que era libre, que podíamos estar juntos y también…
También podría decirle cuanto falta me había hecho en esos últimos 7 solitarios años.
Pero Kyuhyun finalmente le contesto al chico y se dio la vuelta hacia mí. El sonrió, tan hermosamente como lo recordaba, y lentamente se despidió de mí con la mano.
Fue entonces que me di cuenta de que realmente lo había perdido.
Sonriendo se dio la vuelta y siguió caminado hasta que me fue imposible verlo. El tren de las 9:15 finalmente llego y todo el mundo lo abordo como si nada hubiese pasado. Como si nadie hubiese notado que lo que quedaba de mi corazón se rompía en mil pedazos. Seguramente nadie lo noto, y si lo hicieron no les importo.
Perdí el tren y camine hasta mi casa por que también tenía que aprender a no preocuparme por algo como eso.