He sido engañado otra vez.
Dijo que hoy definitivamente iba a venir. Prometió, por toda su familia, que hoy iba a pasar la noche conmigo, pero eran las 1am y había una tormenta afuera. Creo que no debería enfadarme con él, quiero decir, que no era su culpa que el clima se puso tan mal tan rápidamente, pero fue su culpa que él decidió ir a esa estúpida reunión porque "su jefe le dijo que sí. '
Bueno, yo soy Cho puto Kyuhyun y no me importa. Además, su jefe debería besarle el culo en lugar de al revés. Fue a causa de mi novio que su compañía llego tan lejos.
De todas formas, yo le había creído y otra vez tengo el corazón roto. Esto ha estado sucediendo durante los últimos 6 meses. Nos mandamos mensajes de texto, hablamos por teléfono o vídeo chat, pero cada vez que habíamos intentado programar una fecha para reunirnos nuestros horarios no nos dejan o cuando por fin tenemos una fecha él nunca aparece.
Con enojo devoraba mis palomitas, como si tratara de hacer mi punto sobre lo mucho que odiaba esta situación. Esta noche otra cena estaría perdida y estas ropas nuevas que compré tendrían que ser utilizadas en otra ocasión porque me había cambiado en mi pijama. Todo envuelto en mi manta más grande, un regalo de él, empecé a ver alguna película extraña de pingüinos bailando, cuando la electricidad se fue.
"¿Estás bromeando?!” Así que estaba solo, a oscuras, en medio de una tormenta y me había olvidado si había velas en mi apartamento.
Tomé mi celular y lo encendí, sólo para darme cuenta de que había recibido un mensaje de texto de dicha persona.
"Ven afuera. – Siwon."
No podía esperar que me saliera cuando estaba lloviendo gatos y perros! Miré por la ventana, para asegurarme de que él no estaba allí, pero allí estaba él, empapado de los pies a la cabeza y levantando los ojos hacia mí. Cuando me vio asomar sonrió ampliamente y gritó:
"CHO KYUHYUN! TE AMO!"
Salí corriendo del apartamento lo más rápido que pude. Esto no estaba sucediendo, él no me podía humillarme así.
"Choi Siwon, ¿qué demonios estás haciendo?!!" Le grité desde la puerta del vestíbulo, sin atreverme a entrar en la lluvia.
"Lo siento mucho, amor. Lamento que estoy tan tarde, pero... Te traje flores. Flores amarillas, yo sé que te gustan más las rosas, pero no tenían y... "
Besé a ese estúpido con tanta fuerza que golpeó el aire fuera de él, y cuando finalmente me devolvió el beso arrancó el mío. Dos grandes idiotas, eso es lo que somos, que se besan bajo la lluvia, en frente del vestíbulo de un complejo de apartamentos con las familias que pasaban mirándonos con desaprobación, pero esas son las cosas que se hacen cuando uno está enamorado.
Nos despertamos a la mañana siguiente enfermo como perros, pero abrigados debajo de la manta que me dio como un regalo, y no lo quisiera de ninguna otra manera.