—Solo tienes que recordar.
— ¿Recordar que?
—El día de tu muerte.
— ¿El die de mi muerte? —Pregunte con ironía— No intentes jugar conmigo.
—olvídalo, no lo entenderás.
—……No me trates como un tonto.
—Es lo que eres.
—Maldito teme.
—Si quieres entender, entonces recuerda.
—No entiendo a lo que te refieres, solo quiero que me dejes tranquilo.
—Eso jamás sucederá.
Me levante de la cama y me coloque frente a Sasuke.
—Te daré mi cuerpo cuantas veces quieras si ayudas a mis hermanos.
— ¿Acaso buscas manipularme? Lo que está hecho, ya está. Lo que le paso a tus hermanos no tiene marcha atrás.
—Solo quiero ayudar a mis hermanos.
—No eres capaz de alejarlos de Itachi y Sai. No posees la fuerza que solías tener.
— ¿Así se llaman esos bastardos? Aunque… ¿Qué quieres decir con la fuerza que solía poseer?
El azabache tomo de la mano al rubio y lo obligo a salir con el de la habitación y del apartamento. El mayor detuvo un taxi y me empujo al auto ya que me negaba a seguirlo.
— ¿A dónde vamos? —pregunte al saber que Sasuke no me dejaría tranquilo.
—no seas ansioso.
Lo mire detalladamente ya que era la primera vez que me hablaba sin mirarme a los ojos. Su expresión era tranquila y algo triste… parecía recordar algo de su vida, algo que parecía lo había lastimado.
¿En que estarás pensando? —pensé mientras lo miraba.
Sasuke le ordeno al taxista detenerse junto a un viejo parque. Al pagarle al taxista sujeto nuevamente mi mano y me dirigió hacia un viejo puente. Recordaba que cuando era pequeño venía con mis padres, y que aquel puente me ponía a llorar. Nunca tuve una razón para llorar, pero me hacía sentir triste cada vez que lo veía, y desde la muerte de mis padres no había vuelto a ese lugar. Y a pesar de que había trascurrido ya mucho tiempo, aun podía sentir una profunda tristeza en mi interior.
Me dirigí al centro del puente para luego apoyar mis brazos en la baranda para ver la profundidad del agua. Sasuke se encontraba detrás de mí, sabía que me miraba con atención, como si esperara que hiciera algo.
En el agua había algunos peces que saltaban, lo que me emocionaba, ya que traían varios recuerdos de mi niñez. Había uno de un color naranja con un tono amarillento a la vez. Saltaba del agua y se hundía por varios minutos. Lo busque con la mirada hasta que volvió a saltar y entrar al agua.
Mire con atención y como si se me saliera el alma las ondas que provocaba aquel pez, al caer al agua.
Entonces sentí un fuerte dolor atravesar mi pecho, lo que provoco escupiera sangre. Poco a poco mi camisa se humedeció de un rojo carmesí. Lleve mis manos al pecho y al verlas mi cuerpo se llenó de miedo.
— ¿Sangre…?
Me gire para ver el rostro aterrado de Sasuke, él se encontraba en una esquina del puente y corría hacia mí al ver que perdía el equilibrio y caía al agua. La vista se me nublaba pero el frio del agua me mantenía consiente. Abrió con dificultad mis ojos, realmente me pesaban. Sasuke había saltado al agua mientras la corriente me llevaba montaña abajo. Estaba a punto de cerrar los ojos, pero el grito adolorido de Sasuke al decir mi nombre me obligo a mantenerlos abiertos y aunque veía borroso, pude ver la silueta de una persona en el puente, exactamente en el mismo lugar del que había caído, apuntando con una pistola.
Finalmente cerré los ojos, pero siendo consiente que Sasuke me llamaba con desesperación.
Cuando desperté Sasuke me sacaba el agua con un cuidado que se me hacía familiar. Me abrazo mientras susurraba mi nombre. Era la primera vez que veía el rostro de Sasuke cubierto de lágrimas, incluso se veía más humano.
—Naruto…
—No llores Sasuke —dije sin siquiera ser consciente de las palabras que pronunciaba— todo estará bien…
El Uchiha se acercó a mis labios para besarme por última vez. Aprecié como el vacío que alguna vez sentí en mi pecho se llenaba de un agradable calor.
Lo último que escuche fue el alarido de Sasuke pronunciando mi nombre.
Retrocedí al sentir como mi vida era arrancada. Tenía la viva imagen de Sasuke abrazándome en la parte baja del parque. Estábamos rodeados de una gran cantidad de árboles, y como yo me desangraba en sus manos. Como la tierra y el agua se mezclaban con mi sangre.
— ¿Una ilusión? —susurre con la respiración agitada. Mi cuerpo sudaba, es como acabara de ver mi muerte.
Me encontraba en el puente del que creía había caído, estaba exactamente parado en el lugar que había caído en la ilusión que acaba de tener.
Mi pecho estaba completamente limpio, no había rastro de sangre, pero aun sentía un terrible miedo y una tristeza que presionaba mi pecho.
Como un impulso me dirigí a la orilla del puente y corrí montaña abajo, las imágenes de la ilusión aparecían una y otra vez en mi cabeza, indicándome el camino que debía seguir. Podía ver mi cuerpo siendo arrastrado por el agua del rio.
No me detuve sino hasta llegar al lugar en el que la muerte me arrastro al otro mundo. Había un girasol exactamente en donde Sasuke me había acomodado y abrazado con delicadeza.
Me gire para ver el rostro de Sasuke al saber que me había seguido sin reprochar o preguntar. …l no me miraba a mi si no al girasol. Se acercó a él y se agacho para tocar sus pétalos con suavidad y nostalgia en sus ojos.
— ¿No fue un sueño. Verdad? —pregunte.
— ¿Por qué me trajiste a este lugar? —pregunto el azabache levantándose y mirándome a los ojos.
— ¿yo morí en este lugar?
—…… —Sasuke no contesto. Solo me miraba en silencio.
—No fue una ilusión… fueron mis recuerdos… ¿así fue como morí? —dije con tristeza en mis palabras.
—He esperado mucho tiempo a que volvieras, Naruto.
—Eso quiere decir que renací…
—Así es…
— ¿Por qué entonces tu si recuerdas?
—Porque yo no morí. —contesto Sasuke.
— ¿Siempre has sido un vampiro?
—No… un año después de que moriste hice un trato con un demonio.
— ¿Si…si mueres renacerás?
—No. —contesto.
— ¿Por qué? —pregunte.
—Porque ya estoy muerto Naruto.
— ¿Al ser vampiro?
—Así es… el líder de los vampiros me propuso este tipo de vida. Hace más de cien años estaba a punto de saltar del puente. Creí que podía morir en aquel lugar.
— ¿Querías suicidarte
—Quería estar contigo.
—Sasuke… —susurre.
—…l me dijo que me daría un gran poder, pero a cambio debía vivir. Debía trabajar para él, pero de esa forma podría volver a rencontrarme contigo, solo debía esperar tu regreso.
Me sentía completamente confundido. Aquel recuerdo me habla sobre mi muerte, sobre el amor que lograba sentir por él. Pero… ¿Cómo podía estar con un hombre? No era algo normal. Nunca me ha gustado un hombre, pero desde aquel recuerdo es como si parte del sentimiento que había sentido en mi vida pasada, empezara a despertar. Las palabras que le susurre a Sasuke en mis recuerdos me entristecían, aquel recuerdo me angustiaba, no tanto el morir… si no el dejarlo… en ese entonces Sasuke era humano y ahora era un demonio, solo por mi… por mi culpa… por mi desagradable muerte.
Sin decir nada más, caminamos de vuelta. Pasamos por el bosque que se encontraba en medio del parque, sería una ruta más rápida para llegar a la fuente del porque y de ella a las calles. En nuestro camino pude ver que en el árbol más grande del parque, estaban tallados nuestros nombres. Y de inmediato pude ver las imágenes de Sasuke y yo riendo y jugando en el árbol con un aspecto infantil y como a poco la imagen de nosotros se hacía más adulta. Como tallábamos el árbol haciendo un juramento que no logre escuchar.
Al salir del bosque, logramos ver el pozo, al cual que me acerque con una sonrisa. Sabía que no existían los pozos o fuentes mágicas, pero me gustaba creer en aquella fantasía. Así que saque una moneda de mi bolsillo, cerré los ojos y pensé en lo que realmente quería.
— ¿No vas a pedir un deseo? —le pregunte a Sasuke al abrir los ojos.
—No.
— ¿Por qué?
—Porque mi deseo ya se cumplió.
— ¿Y qué pediste?
—Tenerte a mi lado.
Me sentí realmente incomodo al comprender un poco más a Sasuke, pero… yo no lo amaba, en esta vida no podía quererlo como él deseaba o como llegue a quererlo antes.
—Sasuke…yo no…
—Lose… pero are que me ames de nuevo. —afirmo.
— ¿Cómo fue que nos conocimos, Sasuke—pregunte.
—en la playa. Nuestros padres se conocían de hace mucho tiempo, pero ambos Vivian en ciudades diferentes. Tu padre y mi padre pensaron en reencontrarse. En vacaciones, nuestras familias pensaron pasar las vacaciones juntas así que se reunieron en la playa. Todos nos hospedábamos en un hotel junto a la playa, así que salíamos salir todos los días, para jugar en la orilla del agua o armar castillos de arena y cosas como esas. Pero eres el único idiota que se le ocurre entrar al agua sin saber nadar. Pero en ese instante no te conocía, al parecer habías entrado al agua en busca de algún collar, decías que te lo había dado tu abuela… esa misma tarde nuestros padres nos presentaron, entonces supe quien eras. El idiota al que salve de morir ahogado.
—No tenías que decir lo idiota, —me queje.
Sasuke compro un algodón de azúcar el cual me ofreció mientras caminábamos sin rumbo alguno por el parque.
—El ultimo día tu padre y mi padre decidieron venir a vivir en la misma ciudad…porque…no me quería separar de ti… —comente.
—Así es. —Dijo Sasuke— has recordado demasiado, suficiente por hoy, Naruto.
—una última preguntar por hoy… —pedí.
— ¿Cuál?
— ¿Por qué me asesinaron? —pregunte al haber visto a alguien en el puente apuntando con una pistola.
—alguien estaba obsesionado con tu poder.
Caminamos hasta el edificio en el que vivía. Ahí me despedí de Sasuke. El tomo otro rumbo y yo entre al edificio. Quería estar solo, quería pensar… quería recordar más… quería saber más sobre él porque había muerto… aunque me atemorizaba un poco el recordar… habíamos estado toda la tarde juntos y finalmente podía estar a solas con mis hermanos, pero al entrar al departamento no había Nadie, estaba completamente solo en la casa. Cansado me dirigí al baño para lavar mi cara.
Ahora lograba entender más por qué Sasuke me había elegido, no había sido una mera confidencia, él me había estado buscando…
mire mi reflejo en el espejo mientras pensaba en mi pasado yo…
—él no te ama a ti.
Mire mí alrededor al escuchar a alguien hablar.
—él no te ama a ti. —repitió con ira.
Retrocedí chocando con la puerta del baño al ver que mi reflejo no se movía al igual que yo. Poco a poco el cabello de mi reflejo empezaba a oscurecerse hasta parecerse al de Sasuke.
—él no te ama a ti. —Dijo mi reflejo— el ama al recuerdo de mí que está en tu cuerpo.
— ¿Quién eres tú´—pregunte.
—Soy a quien ama Sasuke. Soy el verdadero tú. —Rio a carcajadas— y pronto saldré a reclamar tu cuerpo.