Claude x Alois.
La noche buena ya se podía sentir en la casa de los primos, con adornos por toda la casa y el espíritu navideño por todas las personas que ahí habitaban, poco faltaba para la navidad y al ser japonés pues no eran de darse abrazos de navidad, pero dos muchachos se encontraban en la habitación, uno de ellos realmente emocionado por que en pocos minutos ya podía darle el regalo al amor de su vida.
-yyyy… ya es 25, ¡ya es navidad! ¡Feliz navidad, Claude! Te tengo un regalo- grito al lazarse al pelinegro y besarlo por todas partes de la cara, eso era demasiado cariño para Claude, que bajo de su cuerpo al rubio.
-que bien, estoy muy emocionado por ver tu regalo- dijo con ironía, se sentó en la cama viendo a Alois hacer un puchero.
-pues te encantara, ya veras, necesito que cierres los ojos y te acuestes en la cama- a Claude eso ya le parecía extraño, sabía que si se trataba de Alois nada bueno podía ser, pero como en cierta parte era curioso pues decidió hacer lo que le rubio pedía.
Minutos pasaron y sintió como Alois se subía a la cama, de hecho ya se estaba quedando dormido, por lo que tenía pereza abrir los ojos y saber lo que el rubio estaba haciendo con él, grabe error por supuesto, ya que al abrir los ojos, miro a ambos lados de la cama y se encontró con que estaba amarrado de las manos en el respaldo de la cama, giro su vista donde Alois, no sabía si llamarlo un estupendo regalo o tal vez algo peligroso, el rubio tal vez ya no podía más de lo sensual que era, pero en primer lugar ¿De dónde diablos saco eso y como sabe de esas cosas? El pelinegro pensaba que tal vez fue su culpa de dejarlo así, tan… pervertido. Aquel hermoso rubio estaba vestido de una manera muy sensual, claro con algo de mujer pero sensual a los ojos de Claude, y es que vestido de policía con esos short muy corto y apretado, combinado con un corset de látex y una medias caladas hasta el muslo, con una collar de cuero, obviamente agregando las tiernas orejas de gato y la sexy cola que se movía con elegancia y picardía, con solo verlo sintió como su pantalón ya comenzaba a apretarle.
Alois estaba fascinado viendo la cara que había puesto Claude cuando lo vio y es que eso quería, dejarlo boca abierta, se sentó encima de él y se acercó a su labios.
-Feliz navidad… Claude- susurro en sus labios para devorarlos, quería ser lento y tortuoso con lo que iba hacer, de toda manera tenían toda la mañana, comenzó con las caricias en los pezones del pelinegro y valla, descubrió algo nuevo y era que el mayor era sensible en esa zona.
-Alois…- jadeo, Alois era muy atrevido esa noche, tal vez tenía que aprender más modales, pero es que la lengua del rubio era una maravilla en su pezón, además de que su sexy trasero de Alois que masajeaba en su pelvis lo estaba volviendo loco- Cambie de opinión, después de esto te felicitare, por ahora puedes hacer todo lo que quiera… claro, menos ser seme, eso nunca, por esta vez seré el que obedezca, ahora que desea your Highness…- termino por decir Claude, el rubio lo miro con picardía y siguió con lo que estaba.
-Nyaan…
Yuuri x Wolfram
Obviamente Wolfram era otro emocionado por la navidad, había averiguado mucho de eso y ahora ya sentía lo que era vivir la vida en navidad, todo era tan hermoso y bello, la noche se veía diferente y por supuesto que también Yuuri, la cena había estado deliciosa y ahora tenía que poner en práctica lo que tenía planeado.
-Yuuri, ven un momento, por favor- así lo hizo el pelinegro y se acercó a Wolfram con una sonrisa.
-¿Qué quieres, Wolf?- dijo con cariño y amable, vio como Wolfram sacaba algo de su bolsillo y alzaba la mano hacia arriba, cerró los ojos y estiro su boca, a Yuuri esto le pareció extraño y miro a todos lados, además de eso vio como el rubio fruncía las cejas.
-¿Qué tienes?- pregunto sin saber nada de nada.
-que henachoko eres, ¿Qué no ves?- pregunto enojado, el pelinegro lo miro aun con una interrogación en él “…”- es un muérdago, ya sabes lo que significa- y luego volvió a estirar su boca y cerrar los ojos, esperando por el tan ansiado beso del pelinegro.
-estás loco, yo no creo en eso, solo es una simple hoja- dijo Yuuri alejándose algo nervioso del rubio, que ya tenía los ojos abierto y por supuesto que muy enojado.
-eres un debilucho, no entiendo cómo has tenido novias antes- comento contraatacando al pelinegro.
-es que ese es el problema, nunca he tenido una novia- dijo enojado y mirando a Wolfram y empezaba a reírse, como si él hubiera tenido novia antes.
-jajajajaa, con razón jajaja- y de momento a otro cambio su rostro a uno muy enojado- pero eso ya no importa, hay que cumplir con el muérdago, no seas falta de respeto, así que será mejor que vengas- claro que no iba a obedecer a las órdenes del rubio, grabe error por supuesto, su corazón latió rápido cuando vio a Wolfram correr hacía él.
-¿Qué vas a hacer?- y no iba a dejar que el rubio lo agarre, comenzó a correr seguido de Wolfram, ¿acaso era un niño? Corrían y corrían por toda la habitación hasta que el rubio se cansó y se apoyó en la puerta, observo a Wolfram que tenía la mirada baja y es que él también quería besar al menor, pero su miedo era fuerte-“Cuando aprenderás Yuuri, tú lo necesitas y el a ti”- se reprendió solo el pelinegro, con la mirada avergonzada y con las mejillas teñidas de rojo se acercó silencioso hacía el rubio- Wolf…- el rubio levanto la mirada encontrándose con Yuuri frente a él -Hazle caso al muérdago- sonrió ampliamente sosteniendo una muérdago en sus manos, Wolfram al igual que el sonrió con sinceridad y lentamente se besaron, con timidez el pelinegro fue pegando su cuerpo al de su compañero- Feliz navidad mi Wolf- dijo tímido.
-Feliz navidad… henachoko- respondió solo como Wolfram sabía, con eso Yuuri quedaba satisfecho, Wolfram podía ser el que cambie su vida al cien por ciento.
-no me digas henachoko- sonrió para después volver a besarlo.
Light x Ryuzaki
La noche era hermosa en navidad, había una tranquilidad y una paz asombrosa ese día, gran idea tuvo al salir al parque y observar la noche tal y como era en ese día, era la primera vez que podía festejar la navidad y le había encantado, pero tal vez lo más hermoso era que Light se encontraba con él en ese momento, ambos sentados en las bancas del parque, aunque en silencio pero no un silencio incomodo sino todo lo contrario, porque era acogedor y se sentía bien estando así.
-Se ve hermosa la noche hoy- rompió el silencio el castaño, si era sincero con el mismo tenía que decir que se sentía bien y como nunca antes en tranquilidad, estar con Ryuzaki le traía una paz que le gustaba, la luz de la luna pegaba perfectamente en el rostro de Ryuzaki y el brillo más los adornos que tenía como orejas de gato lo hacía verse realmente maravilloso. Y bueno no era el chico más lindo que haya visto, porque era pálido y tenía ojeras, a veces su rostro se veía sorprendentemente demacrado, pero a los ojos de Light se veía hermoso.
- sí, creo que la navidad se transformó en mi fecha favorita, la luna se ve linda, esta grande y brillante, si algo me gusta es la noche- Hermoso, en una palabra, Light describía a Ryuzaki como hermoso.
-Hermoso- dijo de pronto Light mirando fijamente a pelinegro, mientras este lo miro con una leve sonrisa.
-Así es… hermoso todo esto- completo Ryuzaki, Light solo se rio por lo bajo, agarro la mano del pelinegro y le sonrió.
-no, hermoso tú, realmente hermoso- dijo regalándole una sonrisa que Ryuzaki no tardo en devolver, por alguna razón sentí que Light era sincero con él, podía ver en su ojos el amor con que lo miraba y eso hacía que su corazón lata rápidamente, lo que sentía por él castaño le gustaba, se sentía bien, claro a veces le dolía sus rechazos o sus noviazgos, pero eso no quita lo maravilloso que ahora se sentía y además de eso algo le decía que esta era su oportunidad.
-Light… me gustas mucho, mucho, y lo sé porque es un cariño diferentes al que le tengo a todos los demás y aunque no se me nota, creo que incluso es algo más que solo querer, siento un gran amor por ti, pero a veces haces que mi corazón duela por todo lo que haces- Light quedo muy sorprendido por una nueva declaración, ese día había escuchado muchas declaraciones de diferentes chicas que andaban detrás de él, pero ninguna como la de Ryuzaki, estaba feliz de escuchar eso y obvio que igual se sentía un idiota por todo lo que hacía con Ryuzaki, pero si o si lo iba a recompensar y que mejor con corresponderle y ver por fin una hermosa sonrisa.
-Ryuzaki… te amo, jamás me sentí así con alguien en mi vida, contigo todo se me olvida, contigo no tengo necesidad de estar con nadie que no seas tú, amo como eres, amo tu inteligencia, jamás pensé decirle esto a nadie, me importaba solo tener los beneficios de los demás, perdón por todo lo que te hice Ryuzaki, llegaste a mi vida para hacerme feliz y yo a ti- con esto dicho y como lo había pensado antes, al fin pudo ver una gran sonrisa salir del rostro de Ryuzaki, tan brillante y hermosa, como él se la imaginaba, sus ojos brillaban y su tierna cola se movía por todos lados, pudo ver que estaba tan feliz como él, agarro por la cintura a Ryuzaki y lo beso tiernamente, ambos solos en la oscuridad de la noche y la luz de las estrellas y la luna, algo magnifico y romántico para todo el que lo viera, Light tenía pensado grandes cosas para Ryuzaki, él era la persona con la que tenía que estar. Como muchos habían sellado su amor con un beso en navidad y queriendo que sus deseos se cumplan al estar con la persona que aman.