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Hoy por Miss DFertaine

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Notas del fanfic:

Hola!

Sí, estoy viva y como no he podido concluir con ninguno de mis proyectos y he decidido no publicar nada hasta que todo esté terminado pues, he decidido distraerme un poco con el eterno bromance que existe entre los equipos profesionales de League of Legends, yo sé que nadie tiene idea de esto y que nunca iba a pasar de sus bromas en twitter pero por desgracia, una fujoshi sin control que ama jugar al LoL los descubrió y llevó a documentos de word sus extrañas fantasías.

No tengo mucho que explicar, sólo que esto trata del bromance entre los jugadores y aunque entre Dyrus y Sneaky no se ha visto nada, dije: "¿Por qué no?" Y boom, se dio esto. Yo no tengo idea realmente de las personalidades de ambos hombres pero trate de acercarme mucho a como se muestran cuando juegan en los torneos.

Sin más, para que aquel que lea esto y sepa de que va, bienvenido a mi mundo donde el bromance es nuestro redentor.

Enjoy!

Hoy era un día especial. Se levantó como todas las mañanas y se metió a la ducha primero, gracias a la ventaja de dormir en el closet del baño, se vistió con unos jeans negros, unos tenis verde olivo, su playera del equipo y por último la sudadera blanca con el logotipo de Cloud 9. Se peinó y se colocó los lentes antes de bajar directo a la cocina a preparar el desayuno para las bestias que tenía como compañeros de equipo.

Un perfecto desayuno americano acompañado de jugo de naranja, café y agua era lo que les esperaba a los demás miembros del equipo cuando bajaron, extrañamente, su tirador estrella había desayunado rápido y se encontraba ya frente al computador que apenas estaba encendiendo, mientras esperaba, tenía el móvil en la mano y a ratos sonreía tontamente a la pantalla.

Hoy era un día extraño para Cloud 9, Sneaky, su tirador, era de un buen humor, amigable y nunca se dejaba bullear por las bestias, como él hacía llamar al resto del equipo pero a pesar de eso, siempre se mostraba serio y hasta a veces frío, pero hoy estaba diferente, tenía esa extraña atmosfera a su alrededor, una muy cálida y la gentil sonrisa en su rostro... Bien, Cloud 9 comenzaba a preocuparse por el chico frente a ellos.

— ¿Sneaky? —Will, aka Meteos, llamó al menor pero Sneaky estaba tan concentrado en su teléfono que no le escuchó—. Hey, Sneaky. —Insistió hasta que el rubio volteo a mirarlo dejándole ver esa sonrisa que le causaba escalofríos. Esta persona no era su Sneaky.

— ¿Qué pasa? —Fue la respuesta del menor que miraba como sus compañeros sonreían incómodamente.

— ¿Te pasa algo, Sneaky? — Hai, como el líder del equipo fue el primero en acercarse y preguntar por el estado del menor.

— ¿Por qué lo dices?

— Bueno, es que, hoy... la atmósfera que te rodea está muy cálida. —Siempre al punto, el querido Hai merecía tener el título de líder—. ¿Pasó algo agradable?

— Sí, bueno, aún no pero, pronto. —Y volvió a sus asuntos con el móvil ignorando a los demás.

— Qué extraño...—Dijo Hai, antes de irse a su propio ordenador y encenderlo.

Así, el resto del equipo, dejo de lado el hecho de que el tirador estuviera tan contento y se dedicó a sus propias actividades las cuales no iban más allá de jugar League of Legends y llenar sus organismos de café.

En la tarde, Meteos y Sneaky fueron llamados para el próximo episodio de “Chasing the Cup”, el programa que Machinima estaba creando para que los profesionales del video juego respondieran las dudas de los invocadores no veteranos de la comunidad de LoL. Llegaron al estudio a la hora que se les había indicado y en lo que preparaban el set, los micrófonos, cámaras y demás, los chicos decidieron esperar en una pequeña sala que se les había asignado. Tiempo después, a la sala entró Bjergsen, el líder del equipo Solomid, sus eternos enemigos pero a la vez, sus amigos más cercanos.

— ¡Hey! ¿Qué tal? —Saludo con ánimo y se sentó a lado de Meteos que enseguida comenzó a platicarle algo que había visto la noche pasada en el televisor. Sneaky lo saludo ido mientras veía la pantalla del móvil, como lo había hecho todo el santo día y en unos segundos se puso de pie y salió de la sala. Meteos se preguntó si realmente Sneaky se encontraba bien, no es que se viera mal o algo por el estilo pero el chico, no estaba actuando como siempre lo hacía y eso lo preocupaba.

—... Y entonces Dyrus, que por cierto ha estado raro todo el día, dijo que era una porquería y casi me hace llorar. —Meteos regresó a la realidad y miró fijamente a Bjerg que extrañado parpadeo varias veces—. ¿Pasa algo?

— ¿Dyrus ha estado raro?

— Oh, que si no, todo el día ha estado pegado en el móvil riendo como tonto enamorado, sabes, desde que lo dejó su novia, o más bien, desde que la dejó, ha estado mucho tiempo en el celular, no sé qué es pero seguro es algo que lo hace feliz y lo hace olvidar un poco la tristeza que le ocasionó la ruptura.

Y entonces, Meteos se quedó pensando mientras la voz de Bjergsen se escuchaba cada vez más lejos.

Hoy era un día sorprendente para Meteos.

 

. . .

 

En el pasillo se escuchaba el eco de la gente trabajando en el set de grabación. Sneaky caminaba tranquilo en dirección al baño aún con la mirada en el móvil y es que no podía dejar de leer la frase que se encontraba en la pantalla, la repasaba una y otra vez y una vez más esa sonrisa gentil aparecía en su rostro.

“Eres bonito y a mí me gustan las cosas bonitas”

Eso se podía leer en la pantalla y el corazón de Sneaky no podía evitar dar un ligero brinco cada vez que lo leía. Hace mucho tiempo que anhelaba la atención de una sola persona pero esa persona tenía ojos sólo para su pareja y eso, lo hacía un poco más infeliz cada vez que se encontraban y hablaban de sus vidas privadas. Hasta que un día, un mensaje a las 3 de la mañana lo sacó de sus sueños y entonces pensó, esta es mi oportunidad. La persona a la que quería, a la que creía solo un amor platónico le llamó para decirle que había terminado con su pareja, que la distancia era demasiada y el tiempo juntos era tan poco que ninguno podía estar a gusto. Esa noche, salieron a un pequeño café de servicio a toda hora y platicaron hasta que dieron las 5 de la mañana, rieron y bromearon y cuando fue el momento de pagar, le tomó la mano con los dólares y lo jaló hasta él para después, dejar él el dinero correspondiente en la mesa y decirle: “Yo invito”.

Se despidieron en la entrada de la casa de Cloud 9 y una vez dentro, sonrió tanto que le dolieron las mejillas, pero eso no importaba, él era feliz. Al otro día salieron, y al otro y así, sucesivamente por una semana, hubo días en los que no podían verse pero lo recompensaban con pasar más tiempo juntos en un día cuando no estuvieran tan ocupados. Se volvieron muy cercanos pero nadie lo sabía más que ellos.

Habían pasado ya unos cuantos meses de eso y podría decir que las palabras en el teléfono ya no eran por despecho, eran palabras sinceras y eso, lo hacía el hombre más feliz del mundo porque, la persona que más quería, podría corresponderle como se debe.

Entró al baño y camino directo al lavabo y se recargo en él aun leyendo la conversación entera que había tenido con aquella persona, sonriendo como lo había hecho ya todo el día.

— Parece que eres muy feliz. —La profunda voz hizo que dejara de lado el móvil y su mirada se dirigiera directamente al hombre parado en el marco de la puerta.

— Hola... —Dijo en un hilo de voz, atontado por ese hombre alto frente a él.

— Jajá, ¿qué te pasa, Sneaky? Estás raro.

— Yo... —No pudo seguir hablando, su corazón latía demasiado rápido y comenzaba a fallarle la respiración. El hombre parado en la puerta se acercó hasta el menor que sólo le seguía con la mirada y cuando estaba frente a él, recargó sus manos a los costados del rubio y se acercó a su rostro hasta que sus respiraciones se encontraron.

— Eres bonito y a mí me gustan las cosas bonitas. —Fue lo que dijo, citando el mensaje de texto y enseguida, aprisionó sus labios en un suave pero intenso beso, Sneaky dejó caer el móvil y se aferró al cuello del mayor que correspondió la acción rodeando su cintura mientras profundizaba el beso. El aire hizo su trabajo de arruina-bellos momentos y tuvieron que separarse, se miraron a los ojos y Sneaky sonrió cálidamente, una vez más—. Amo esa sonrisa, muéstramela sólo a mí.

Sneaky, se sonrojó ante las palabras y desvió la mirada al pecho del otro donde el logotipo de Solomid estaba impreso en la delgada playera.

— Mírame... —Lo tomó de la barbilla e hizo que le mirara directamente a los ojos—. Me gustas mucho, se mi novio.

— Dyrus... —Sneaky dejó de respirar después de decir su apodo y afirmó con la cabeza lentamente mientras que el rojo se apoderaba de su rostro. El top-laner de Solomid sólo sonrió antes de volver a besar esos labios que a decir verdad, siempre le habían llamado la atención y que ahora, eran sólo para él.

Hoy era un día especial para Dyrus también.

 

. . .

 

Cuando iba a comenzar el programa, Dyrus se sentó en uno de los dos sillones a la derecha del presentador y en seguida, Sneaky se sentó en el otro haciendo que Meteos y Bjergsen se sentaran en los dos sillones a la izquierda del presentador. Durante el resto del programa, Sneaky no dejaba de jugar con sus dedos mientras sonreía con la mirada fija en sus manos, Dyrus no dejaba de sonreír de lado y mirar de reojo a su nuevo novio, Meteos no dejaba de ver a ambos hombres con asombro y Bjergsen, bueno, él, sólo jugaba con su pie.

Hoy era un día normal para el líder de Solomid.

 

Fin'

Notas finales:

Para quienes no sepan quienes son estos jóvenes, sólo busquenlos así en google, como "Dyrus TSM", "Sneaky C9" y sabrán quienes son, no tienen que saber toooodo acerca de ellos para disfrutar de este escrito, sólo para que se hagan una idea de quienes fueron victimas de mis sentimientos fujoshis c:

Sin más, espero que les haya gustado, probablemente regrese con un Dyrus/Bjergsen porque esa es mi OTP de TSM :'D

Dale, hasta el siguiente fic ;D


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