Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Sentimientos de un ángel por LittleHope

[Reviews - 1]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Bueno, realmente éste fic se me ocurrió un día que tenía muchos problemas, y me sentía muy mal, y eso(?) Es triste pero tiene final feliz c: Enserio c: 

Notas del capitulo:

Bueno... Holi(?) Soy nueva aquí .w. Soy JongKey shipper x3 Los amo x3 Y bueno, aquí creé un lin

Era un día gris. Las nubes tapaban el brillante sol, y el viento recorría cada calle, acariciando los árboles, moviéndolos al ritmo de la naturaleza, dejando oír un leve sonido, el sonido que avisaba que en cualquier momento llovería. Las hojas se movían libremente por el piso, arrastrándose.

-Lo siento... – susurró – Siento no poder ser fuerte... Siento tener que dejar de pelear por ti, pero no puedo... Me duelen tus maltratos... Creo que te dejaré ahora, ¿eso quieres? – apretó el teléfono en su oído – No contestas mis llamadas... Pero sé que escuchas mis mensajes... Así que solo quiero decirte qué... – las lágrimas empañaban su rostro – Te amo... Lamento tener que dejar de pelear por ti pero... Tú ya no me amas... Ya no tengo nada... No tengo nada en está vida porqué pelear... Ya no tengo sentido... Supongo que aquí terminó mi camino... Cuídate y... Sé feliz con mi hermana... Ella puede darte una mejor vida, ¿no?... Adiós – y colgó.

Se abrazó a sus piernas, sacando todo el dolor que tenía en su interior, comenzando con la fuerte lluvia que empezó a caer sobre la ciudad.

Era un ángel.

Con tan solo mirarlo, iluminaba tu vida. Lleno de luz, de esperanza, de ilución, de sueños...

Cosas que en este momento no tenía.

Cuando el lloraba, el cielo lloraba con él. Cuando estaba feliz, el cielo sonreía con él. Sus emociones controlaban el clima.

Llegó a la vida porqué quería dar alegría a la gente, hacerla feliz, pero no tuvo en cuenta una cosa... El amor. El amor hacía esa persona especial. Esa que te enseña el verdadero significado de la felicidad, de vivir.

El cielo se volvió negro, mientras una lluvia torrencial caía sobre la ciudad, y relampagos comenzaban a verse, haciéndose cada vez más presente.

Todo el dolor que tenía en su alma... ¿Cómo podía curarlo? ¿Cómo podía olvidar aquel dolor? Sabía la respuesta... Pero... Eso lo mataba. Él no lo miraba. Lo ignoraba. Todos los años de relación, de amor, de peleas, de entregarse todo lo que tenían... Se fue. Solo eso.

Sabía pelear por lo que quería. Siempre peleó por todo. Pero él... Jonghyun... El hombre que robaba sus suspiros... Su sueño, su corazón, su vida... Su razón de vivir... Terminó con él. Su excusa fue un pobre y simple “No sé lo que me pasa, pero no quiero verte más”. Y por esa razón siguió peleando, recibiendo maltratos, gritos, maldiciones. Creyó sentirse enormemente feliz, hasta la oscuridad de la noche sonreía con él. Y es que... Jonghyun lo amó otra vez.

Habían estado discutiendo de nuevo... Y Kibum comenzó a gritarle todo lo que sentía, preguntándole por qué lo trataba así, y creyó escuchar un “Te amo” de sus labios, para luego ser besado con pasión, y un sentimiento extraño. Pero no era un sentimiento extraño... Porqué no había ningun sentimiento. No de parte de Jonghyun; cuando terminaron Kibum lo quiso besar dulcemente, pero...

-Tomalo cómo una despedida... Lo nuestro no sirve, entiéndelo de una vez, no te amo más –.

Eso fue el colmo...

Kibum tomó sus cosas, y se fue, aún más destrozado de lo que ya estaba, soltando lágrimas y maldiciones al aire, llegando a su casa y tirando todo lo que podía, destrozando por completo su departamento de un ambiente. Escuchando el cielo tronar, y llover cómo si fueran los últimos días del mundo.

Desde ese momento no hacía más que llorar... Lloraba y lloraba sin consolación. Y es que estaba muerto... Muerto por dentro. ¿Cómo podía seguir viviendo si ya murió su destino? Sus sentimientos estaban muertos dentro de su corazón roto. Sus amigos no pudieron calmarlo, lloró en hombros hasta de su hermana, la persona que años le hizo la vida imposible, pero con el tiempo todo estaba bien. Incluso cuando ella comenzó a salir con Jonghyun, días después de que habían terminado. ¿Por qué todos la amaban a ella? Aunque no la culpaba... Ella era bonita... Cabellos tan negros cómo la oscuridad, ojos oscuros cómo la noche misma, labios finos, cuerpo bonito, curvas formadas, piernas delicadas. Perfecta para cualquier hombre, pero... ¿Por qué con él? ¿Por qué con la persona que más amaba en el mundo? ¿Por qué con la única persona que se sintió segura después de tantos años?

Sus manos temblaban, intentando agarrarse de algo para levantarse, siendo empapado por la lluvia que caía sobre él. Se agarró de un caño que había en esa plaza, levantándose. El frío recorría su cuerpo, todo el temblaba, pero, ¿por el miedo, la desesperanza, la desilución? ¿O por el frío? ¿Qué era lo que le pasaba?

Caminaba cómo alguien loco por las calles, mirando a la nada, llorando en silencio, abrazándose a sí mismo. Parecía alguien zombie. Un muerto viviente. Su celular sonaba en su bolsillo, pero él no atendía. Sabía dónde ir. El único lugar que lo calmaba, que se sentía seguro. ¿Podrá hacerlo está vez?


*~*~*~*~*~*~*~*~*~*


-¿¡Dónde está!? – entró una persona de cabello rubio, mirando por todos lados, desordenando algunas cosas – ¿¡Dónde está Key!? – preguntó desesperado, sus ojos mostraban preocupación y angustia.

-Taemin, ¿qué sucede? – preguntó ella – Key no está aquí... Sabes que nunca ha sido capaz de venir aquí... – dijo sin energía.

-¡Necesito saber dónde está! – lo miró – ¡Tú! ¡Key tiene que haberte llamado! ¡Él no puedo desaparecer así cómo así! –.

-Ya va a volver... Siempre lo hace... – Taemin negó, a punto de destrozar todo.

-¡Está mal! ¡Él está mal! ¡Tú estás mal! ¡Reacciona de una vez y date cuenta que lo qué le haces lo está matando más! –.

-Haber, Taemin, cálmate... – ella lo llevó a sentar al sillón – Respira... – Taemin intentó hacer caso, teniéndose la cabeza – ¿Por qué estás así? – él comenzó a sollozar.

-Key no está... – sollozó, secándose las pocas lágrimas – No atiende el celular, no contesta mis mensajes, no llega a casa desde hace dos días, su departamento está completamente destrozado, lo busqué por todos lados, y... ¡Y nada! ¡No está! – ella y Jonghyun se miraron.

-¿Cómo que no está? – preguntó sin ganas, Jonghyun, recordando que su celular sonó dos veces hoy, con Kibum cómo el dueño de la llamada.

-¡Si! Desapareció... No está... No tengo rastro de él, no sé dónde puede estar – sollozó.

-¿Estás seguro que buscaste por todos lados? – preguntó ella, entrando en desesperación también – Dame el teléfono, intentaré llamarlo – Jonghyun se lo pasó, y ella marcó.

Una... Dos... Tres... Cuatro... Cinco llamadas no fueron atendidas por Kibum. El teléfono sonaba, pero Kibum no atendía.

-¿Y si le pasó algo? ¿Y si está mal? ¿Y si lo secuestraron? – preguntó Taemin, angustiado.

-Haber... Tranquilo... Key tiene que aparecer, él siempre lo hace, ¿no? – preguntó ella.

-Si... Él aparecerá en una horas... Lo presiento, siempre lo hace... Les gusta hacerlos preocupar... – dijo sin ganas el otro, yendo a su habitación, cerrando la puerta atrás de él.

-¿Por qué no le dice lo que siente? – preguntó mirando la puerta – Se hacen más daño estando separados... – ella suspiró.

-Él sigue diciendo que lo lastimará más si siguen juntos... Está peor o igual que Key... No tiene hambre, no quiere hacer nada, no hace más que quedarse encerrado en estás cuatro paredes –.

-Sekyung... Prométeme que lo seguirás llamando, tiene que atenderte a ti, eres su hermana – ella asintió y tomó sus manos.

-Key está bien... Él no puede irse... Y lo sabes... – le dijo dándole fuerza, aunque ella misma dudaba de esas palabras.


*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

Miró el camino frente a él, y a la vez no lo miraba, sus pasos caminaban inconcientes, aunque sabía a dónde lo llevaban. La poca gente que caminaba por ahí, ya no estaba, la lluvia y el frío los habían espantado.

Comenzó a toser, sintiendo su garganta arder, la temperatura de su cuerpo era baja, la sentía... Supongo que ya era el final, ¿no?

Abrió la puerta de aquel depósito cómo pudo, tosiendo a la vez, sintiéndose más débil por la fuerza que había utilizado. Caminó cómo pudo hacía unos muebles, viendo cómo todo estaba lleno de polvo, sucio, viejo.

-Los extrañé... – les habló a sus cosas, se sentó en el piso y abrió un cajón, sacando de ahí su objeto – Sufrir no era parte del trato... –.

Lágrimas caían de su rostro pálido, no emitía sonido alguno, solo caían en silencio.

-¿Creen que puedo volver a casa? Ya no quiero seguir viviendo aquí... – sorbió sus mocos, y agarró una pequeña cajita, abriéndola, viendo una bailarina oxidada, comenzando a girar cómo podía, escuchando aquella melodía – Nana tenía razón... Esté mundo es horrible... – acarició la bailarina, para luego cerrar la cajita.

Un gato negro apareció por arriba del mueble, caminando agraciadamente, mirándolo atento, analizando la imagen. Este lo miró, y el gato se bajó, sentándose al lado de él, convirtiéndose en una pequeña joven, con ojos negros hipnotizadores, y una piel tan blanca, cómo pálida, sus labios rojos.

Kibum pudo presentir esa mirada escalofriante, y aterradora, una joven que no poseía buenas intenciones.

-¿Quieres venir conmigo? – preguntó con su voz de niña, y su mirada inocente – Estás sufriendo mucho aquí... Yo podría apagar ese sufrimiento... – dijo acercándose, acariciando su mejilla.

-¿Ah si? ¿Cómo? – preguntó sin siquiera saber lo que hacía. Sentía que su alma no era buena, pero no tenía ganas de nada, solo quería desaparecer.

-Si me sigues te puedo enseñar... – él negó.

-Ya no tengo fuerzas... Estoy perdido... Ni siquiera sé si puedo caminar... – ella le sonrió con algo de brillo en sus ojos.

-¿Quieres que te ayude? –.

-Solo quiero que Jonghyun me ame... ¿Por qué no puede hacerlo? ¿Por qué el amor es así? – sintió sus brazos rodearlo.

-No puedo creer que aquel hombre te haya hecho sufrir tanto... Puedo ver tus pensamientos... Veo lo que sufriste... Ese hombre solo te ha hecho daño... –.

-Lo sé... Pero aún así lo amo... Y me duele... –.

-Mira esto... Te ha dejado completamente destruido... Aquella vez que te amó, y te dijo que fue una despedida, o cómo aquella vez que gritó que ya no te amaba... Cuando lo encontraste besándose con tu hermana... Cuando ellos oficializaron su relación... – negó con su cabeza – Eso no te lo merecías... Eres demasiado puro para estar en ese mundo... – él la miró.

-Y demasiado puro para estar en tu mundo también – sus ojos se mostraban decididos – Nunca tendrás mi alma... Así que puedes irte – le dijo mirándola a los ojos. Ella mostró sus colmillos de gato, y se volvió a transformar, saliendo rápidamente de ahí.

Kibum quedó solo de nuevo, su corazón doliendo cada vez más. Alas comenzaron a aparecer en su espalda, abrazando a Kibum, quién comenzó a acariciarlas, sintiendo sus suaves plumas, mojándolas con sus lágrimas, sollozando.


*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

-¡No lo encuentro! – dijo desesperado Taemin.

-Llamemos a la policía, Key ya nos estuvo preocupando demasiado – dijo Sekyung, agarrando el teléfono de nuevo.

-Ya dije que va a aparecer en cualquier momento... Key es así – afirmó Jonghyun.

-¡No! ¡Key nunca ha desaparecido sin contestar el teléfono! – dijo histérico.

-Taemin... Tranquilo... Seguro está bien – dijo su novio, a su lado, abrazándolo – Intenta llamarlo de nuevo... – sugirió, y Taemin asintió, sacando su celular y comenzar a marcar de nuevo.

-Yo me iré... Tengo que comprar algunas cosas... – dijo agarrando su chaqueta y saliendo de allí, dejando escuchar un portazo bastante fuerte.

Se fue directamente al parque, intentando no llorar, y no pensar en Kibum... Su Kibum... Su ángel... Estaba lloviendo... Él todavía sigue llorando... Se sentó en una banca, mirando el cielo, leves gotas de agua caían, mojando todo lo que podía, ¿Kibum estará a salvo? ¿Y si Taemin tiene razón? ¿Lo habrán secuestrado? ¿Por qué no aparecía? Sus lágrimas igual comenzaron a caer, sollozando por los recuerdos revividos, y la preocupación por su ex – amante.

-Si tan solo supieras las ganas que tengo de abrazarte, mi amor... – dijo al viento.

Secó sus lágrimas, para luego sacar su celular del bolsillo. Oh. Genial. Un mensaje de voz de parte de Kibum... Escuchar su voz de nuevo le provocaba escalofríos, quería tenerlo de vuelta, abrazarlo, besarlo, cuidarlo, pero sabía muy bien que eso solo lo iba a terminar lastimando más. Y se odiaría si pasara eso. Comenzó a escuchar el mensaje. Y solo bastó la primera palabra para que el corazón de Jonghyun se oprimiera. Ni bien terminó el mensaje comenzó a marcar su número...

Él no podía estar hablando de eso, ¿o si? Él NO estaba hablando de lo que él estaba pensando... No podía ser... A medida que llamadas no fueron contestadas, su nerviosismo aumentó. Comenzó a desesperarse.

-¿Hola? – se escuchó una suave voz, y Jonghyun sintió a su alma volver al cuerpo.

-Kibum... ¿Dónde estás? Tus amigos te están buscando hace rato, están preocupados, por favor, diles dónde estás – la lluvia cayó más fuerte.

-Diles que ya no los molestaré... Que pueden dejar de preocuparse por mi... –.

-Hablo en enserio, ¿dónde estás? Si quieres voy a buscarte yo, pero dime –.

-¿Es enserio? – bufó – ¿Sabes qué? ¡No me llamen más! ¡Tú mucho menos! ¿¡Qué parte no entiendes que no quiero seguir en este mundo!? ¡Ya terminé! ¡Me rendí! ¡Me di cuenta de la clase de cruel mundo es este! A partir de ahora... Estoy muerto para todos ustedes... No me llamen, no me busquen, porqué les aseguró que no me encontrarán – iba a cortar pero algo lo detuvo...

-Kibum... – se escuchó un sollozo – Perdóname, ¿ok? Pero no me preocupes así, necesito saber dónde estás... Necesito que me digas dónde estás... – Kibum se mordió el labio, no pudiéndolo creer.

-Después de qué sufrí por ti, después de que lloré por ti, después de todo lo que me hiciste pasar... ¿Ahora te preocupas por mi? –.

-No, Kibum, entiende, yo... – Kibum lo cortó.

-¿Entender? ¿Entender qué? – bufó – Claro, preocúpense cuando lo pierden, mientras sigue con ustedes no pasa nada, ¿verdad? – dijo con sarcasmo en su voz – Deberían aprender a valorar las cosas cuando la tienen, no cuando la pierden. No me convencerá tu llanto, Jonghyun, ya no. Ya decidí mi camino, ahora sigue el tuyo cómo estabas, que lo estabas haciendo bastante bien – colgó, escupiendo la última frase con sarcasmo y furia.

El pecho de Jonghyun estaba oprimido, sus lágrimas caían, mojando completamente su rostro. No quería perderlo... No así... Las cosas no deberían ser así... Él... Tenía que ser feliz, buscarse a alguien que lo haga feliz... Podía perderlo de esa manera, pero nunca... Nunca se imaginó aquella situación...

Comenzó a marcar de nuevo, una y otra vez, una y otra vez, pero nada. Kibum apagó el teléfono. Un viento fuerte se levantó, haciendo que los árboles hicieron más ruido al moverse, y las hojas que iban por el piso se arrastraran rápidamente a dónde se dirigía el viento. Para luego comenzar a lloviznar de nuevo, y en pocos segundos convertirse en lluvia. Miró a la dirección del viento, desesperado, no sabiendo que hacer.

El norte. Ahí estaba.


*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

Se abrazó a sus piernas, mientras que sus alas lo abrazaban a él, quién lloraba sin control, con furia y dolor dentro de él. Se levantó y comenzó a tirar todo. Necesitaba distraerse con algo, necesitaba sacar todo su dolor con algo. Destrozó todo lo que había en ese depósito, su depósito, ese dónde iba cuando era pequeño y estaba triste, el depósito en dónde había tenido su primera vez con Jonghyun, el depósito dueño de muchas cosas de su vida.

Cayó de rodillas al piso, llorando a más no poder... Preguntándose si en algún momento se quedaría seco, sin lágrimas para llorar, sus ojos ya ardían, y dolían demasiado, imaginándose que estaban rojos e hinchados.

-¿¡Por qué no me llevas ya!? ¿¡He!? ¿¡Por qué dejas que siga aquí sufriendo!? ¡¡Ya me di cuenta que este mundo es crul y horrible!! – gritó a la nada – ¿¡Qué tengo que hacer para que me lleves de vuelta!? ¡¡Dime!! ¿¡Acaso no quieres que vuelva!? –.

Secó sus lágrimas con su ante brazo, sorbiendo sus mocos, viendo el lugar, había quedado desordenado, mucho más sucio de lo que estaba, pero... ¿Qué más da? Él estaba peor.

-Te dije que podría ayudarte... ¿Seguro que no quieres mi ayuda? – dirigió su vista hacía aquella voz.

El dolor de Kibum era inmenso... Si no podía volver... Iba a morir.

-¿Qué debo hacer? – preguntó mirándola, sin ganas. Ella le dedicó una sonrisa malefica, y señaló un lugar cerca de él.

-Úsala... – un pequeño pedazo de espejo roto fue lo que vio Kibum.

-¿Estaré mejor luego de esto? –.

-Cómo no tienes idea – él agarró fuertemente el pequeño pedazo de espejo, comenzando a lastimar su mano por la fuerza aplicada, manchándola de sangre – Prometo que el dolor desaparecerá de tu vida... Solo tienes que hacerlo – lo alentó.

-Solo quiero dejar de sufrir... – vio su muñeca izquierda. Su piel pálida, sin ninguna marca... ¿Podría tal vez hacerlo?

Apoyó aquella punta en su muñeca, haciendo presión, dejando un corte superficial. Apretó los ojos, mientras más lágrimas caían y caían por su rostro. Recordando cada cosa que vivió con Jonghyun.

-Porqué te amo... Porqué eres todo para mi... Porqué la vida no tiene sentido si no estoy contigo... Y porqué te extraño... – cada frase pronunciada, era un corte más en el mismo lugar.

Una lágrima cayó sobre la herida hecha recientemente. Y ardió, ardió demasiado que notó que su piel comenzó a curarse.

-Hazlo rápido... Tus lágrimas son curativas también, así el dolor no se terminará más – dijo ella con una sonrisa macabra en su rostro, con sus ojos llenos de maldad y deseo.

-Está bien... – apretó de nuevo el pequeño pedazo de espejo, cortándose la mano, haciendo que sangre caiga hacía el piso, tiñéndolo de rojo.

Un segundo.

En un segundo ella podía tener su alma, en un segundo él podía acabar con su vida, en un segundo Jonghyun podía ser su salvación.

-Kibum... – escuchó su nombre en el viento.

Apretó más los ojos, derramando más lágrimas. ¡Odiaba su voz! ¡Que deje de torturarlo!

-¡Hazlo ahora! – gritó ella.

-¡Kibum, por favor, no! – él abrió los ojos, y lo miró, empapado, con su respiración agitada.

Jonghyun lo vio. Deplorable. Sus ojos rojos, hinchados, sus cabellos mojados, su ropa igual, sus alas blancas y hermosas cayendo a los costados, sangre en su mano, junto con un pedazo de espejo, viendo un corte en su muñeca, sangre cayendo de esta. Mientras que el rostro de Kibum lucía perdido, cómo si estuviera viendo a la nada, a su última visión de la vida, pocas lágrimas caían por su rostro.

-No lo hagas... – se acercó – No hagas eso, mi amor... – la fuerza de Kibum se dirigió a su mano, cortándose la palma de está por el vidrio – Mi amor, no... –.

Apretó los ojos, y dirigió su mano derecha de nuevo a su muñeca izquierda, decidido para hacerlo.

-¡Eso es! ¡Hazlo! – los ojos de la chica mostraban deseo y ansiedad. Pero Kibum desistió, quebrándose por completo, llorando sin control, soltando el pedazo de espejo.

-No puedo... No puedo... – lloró.

Truenos comenzaron a caer de vuelta sobre la ciudad.

La sonrisa de la chica se torció, y en un movimiento rápido, agarró a Kibum por el cuello, junto con el pequeño pedazo de vidrio, posándolo sobre aquella piel pálida y sensible.

-Entonces lo haré por ti – sonrió malvadamente sobre su oído, sus ojos brillantes a la maldad, mientras que Jonghyun sintió a sus piernas abandonarlo.

Entonces desapareció, dejando a Kibum caer sobre el piso, su respiración había sido cortada, y sus alas lo cubrían.

Jonghyun se levantó rápidamente y lo agarró, temblando por el miedo de perderlo, acariciando su mejilla, llorando él, corriendo el flequillo de su rostro, secándolo, intentando tener una señal de vida.

-Mi amor, despierta... Mi amor, por favor... Pegame, insúltame, matame, pero despierta, ¿ok? No soy nada si te vas, amor... Te juro que si te pierdo me muero atrás de ti, bebé, te seguiré a dónde vayas... No puedo dejarte... No puedo ni quiero dejarte... – lo abrazó a su cuerpo, llorando arriba de él, dejando sus lágrimas caer sobre el cabello rubio del otro – Despierta, mi amor... Te amo... Te amo mucho – murmuró, roto.

El amor sobre todas las cosas, ¿no?

Kibum comenzó a toser, ahogándose, recuperando su respiración, haciendo sonreír a Jonghyun, quién lo abrazó más hacía su cuerpo, agarrando su cabeza, acercándolo a él, aferrándose desesperadamente.

-Mi amor... Mi amor, lo siento... Soy un idiota... No, más que eso... Soy un estúpido... Perdóname por todo, perdóname, mi amor, por favor te lo pido, juro no volver a lastimarte, juro que seremos felices los dos, te juro que nunca más te dejaré, pero por Dios, perdóname – Kibum abrió sus ojos, fatigados, mirando sus lágrimas caer por su rostro.

-Me lastimaste... – dijo en un hilo de voz.

-Lo sé... Lo sé pero perdóname, por favor, te juro nunca más volver a hacerlo – dijo acariciando su rostro con su mano temblorosa.

-Me sigue doliendo, Jonghyun... Yo... Te odio, y te amo al mismo tiempo... Esto... Es lo que he querido desde que terminamos, pero ahora... Siento que soy yo el que necesita tiempo... – confesó, sintiéndose confundido.

-Perdóname... Juro que no te volveré a lastimar, nunca más... Pero perdóname... –.

-Estos sentimientos humanos son un asco... ¿No pueden conformarse solo con el amor? El mundo sería mejor si todos se amaran, en ves de hacerse sufrir, y odiarse – Jonghyun rió un poco, secándose sus lágrimas, para luego apretar más a Kibum hacía su pecho – Los ángeles solo damos amor... ¿Sabes? – Jonghyun asintió.

-Lo sé, los ángeles son las mas hermosas criaturas en el mundo – vio una vaga sonrisa aparecer en el rostro del chico que le robó su vida.

-Los ángeles queremos repartir felicidad... –.

-Seamos felices juntos, mi amor... – Kibum lo miró a los ojos, tosiendo un poco.

-¿Lo dices de verdad? – Jonghyun asintió.

-No quiero estar lejos de ti un maldito segundo más, no quiero seguir fingiendo que no te amo, que no eres en lo que pienso todo el día, en que mis lágrimas no son derramadas por ti, ya no quiero seguir mintiéndote... Yo te amo, mucho más de lo que imaginas, mi amor... Quiero estar junto a ti, quiero abrazarte, amarte, besarte, ser lo primero que veas cuando despiertes, y lo último que veas cuando duermes. Quiero estar en tus sueños, quiero cuidarte, quiero que estemos juntos, y quiero que te cases conmigo – Kibum abrió los ojos sorprendido.

-¿Tú dices de... ? –.

-Ahora, mi amor – acarició su mejilla y se acercó a su rostro, apoyando sus frentes – ¿Te casarías conmigo, mi Kibummie?... – murmuró sobre sus labios, mientras que una sonrisa se cruzó por sus labios, y sus ojos volvían a derramar algunas lágrimas.

-Si... Si quiero, mi amor... Quiero casarme contigo – Jonghyun sonrió, y terminó aquella romántica escena con un beso.

Besándolo cómo solo él podía, recorriendo su boca, acariciando su lengua, haciendo el amor con estás, bailando sensualmente.

-Te amo – chocó el aliento en su boca.

-Yo también – ambos se miraron a los ojos, y sonrieron – Somos un par idiotas... – afirmó Kibum.

-Y hasta que se dieron cuenta – una joven muy distinta a la otra estaba sentada en frente de ellos, con su cabeza apoyada en su mano, también tenía dos hermosas alas blancas en su espalda, mirándolos sonriente.

-Nana... – ella sonrió.

-Hola, Bummie – saludó cortezmente.

-¿Qué haces aquí? – ella suspiró, haciendo que su flequillo vuele un poco.

-Cuídandote la espalda, por supuesto – les sonrió cálidamente – No quiero que vuelvas a caer así, ¿me escuchaste? Debes cuidarte, sangre de ángel derramada, enemigos con más poder, ¿entendiste? – él asintió, y se sentó, viendo su mano derecha.

-Lo siento... – Jonghyun agarró su mano y se preocupó, mientras que Nana solo sonrió.

-Ven... Yo curo eso – se acercó a Kibum y tomó su mano, cubriéndola con las suyas, cerrando sus ojos y comenzando a meditar algo, para ver que una luz se desprendía de ella, y las heridas de su amigo desaparecieron.

-Gracias – se acercó y la abrazó, mientras que ella le correspondió el abrazo.

-En la próxima que tengas problemas, recuerda que siempre estoy junto a ti, solo llámame, si hace falta sufriré contigo, ¿si? – él le sonrió, y ella también para luego desaparecer.

-Ella es Nana... – habló Kibum, girándose – Es mi amiga – le sonrió a Jonghyun, para luego acercarse – Cómo has visto, puede curar personas, ángeles, todo lo que tenga vida – Jonghyun agarró su mejilla.

-Y mi ángelito puede cambiar el clima, ¿no es así? – vio una sonrisa aparecerse en el rostro de su amante.

-¿Quieres saber que más pueden hacer los ángeles? – Jonghyun asintió, y Kibum acarició sus mejillas, dejando un casto beso sobre sus labios, para luego sonreír, y chasquear sus dedos, haciendo aparecer una hermosa rosa roja – Para ti – sonrió, al igual que Jonghyun.

-La más hermosa flor... Dada por el más hermoso ángel... – agarró la rosa, y la olió, sonriendo, para luego ver el lugar – ¿Te acuerdas que pasó aquí? – Kibum se sonrojó – Es aquí en dónde yo descubrí el más hermoso ángel... En dónde le pregunté porqué lloraba, y me contestó qué se sentía solo, que nadie lo entendía... En dónde lo amé cómo nunca antes había amado a nadie... Dónde lo vi en su máximo resplendor, brillando cómo nunca... –.

Kibum estaba arrodillado, con la cabeza agachada, y sus mejillas sonrojadas, su cabello cubría su frente y parte de sus ojos, mientras que sus manos caían arriba de sus piernas, jugando con sus dedos, y sus alas permanecían a su lado, cayendo a los costados.

-Eres hermoso... – se acercó a él, y tomó su barbilla, alzándola para dejar a sus ojos encontrarse con los de él – Te amo –.

-Yo también te amo – dijo sonrojado, y Jonghyun sonrió para luego acercarlo y comenzar a besarlo tiernamente, moviendo sus labios, llevando sus manos hacía la cintura de Kibum, para sentir que este posaba las suyas sobre sus hombros.

-Mi amor... – dijo entre el beso, en un suspiro.

-¿Mm? –.

-Perdóname... Pero te amo, y no quería lastimarte... Por eso hice lo que hice... – se separó, y lo miró.

-Ya te perdoné, mi amor... – sonrió y se abrazó más a su cuello – Solo quiero estar junto a ti... Todo lo que me queda de vida... – murmuró, acariciando su cabello, bajando a su mejilla.

-Juro que así será... – abrazó su cintura, haciendo que Kibum se sentara en sus piernas, dejando nada de espacio entre sus cuerpos, y poco espacio entre sus rostros.

-Los dos seremos felices, ¿verdad? –.

-Mucho más que eso, mi amor – Kibum sonrió, cortando la distancia entre sus labios, comenzando a besarlo dulcemente, acariciando sus cabellos, moviendo sus labios rápidamente, dejando que sus lenguas se acaricien cómo debe ser.

Kibum fue subiendo sus alas, estirándolas, mostrando su belleza, para luego cerrarlas sobre ellos, cubriéndolos.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).