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Mi drama, Mi felicidad por pri_sasukelove20

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Notas del fanfic:

 

¡HOLA LECTORES! Cuando tiempo sin pasar por aquí, es un milagro, pero pude terminar este simple OneShot que circulaba en mi cabeza. El trabajo me tiene sin descanso y la verdad no creo aguantar mucho allí, es demasiado tiempo encerrada u.u. Pronto lo dejaré y buscaré algo mejor, espero poder volver aquí cuanto antes. Extraño escribir. La inspiración es escasa.

Espero les guste, llevo mucho sin escribir. Solo espero que no esté tan mal XD Pásenla lindo.

(Personajes de Masashi)

 

Notas del capitulo:

 

 

 

 

—Naruto.

—¡Sasuke!-corrió a sus brazos dándole un fuerte abrazo-¡Él dijo que si! ¡Saldrá conmigo!-gritó emocionado su mejor amigo, al salir de clases juntos como todos los días.

—Oh. Me alegro por ti-sonrió dulcemente acariciándole su cabello rubio.

—Tú también tendrás que buscar pareja pronto, no querrás estar solo siempre ¿verdad?

—Es pronto, el único apurado eres tú, bobo-rió.-Solo cuídate, ¿sí? Eres muy importante pare mí.

—Lo sé…-volvió a aferrarse a él con fuerza.

Sasuke Uchiha era un estudiante normal con buenas calificaciones que lograba a base de esfuerzo. Tenía a su madre y hermano a su lado, su padre había fallecido hace dos años atrás cuando tenía trece años de edad. Se destacaba en cada materia y era reconocido en todo el colegio como mejor deportista y alumno. Era el hombre perfecto y soñado por miles de chicas como donceles. Sin embargo, el joven azabache de ojos ónix y piel nívea, solamente tenía ojos para una sola persona.

—¡Mañana saldremos en una cita! ¿Puedes creerlo, Sasuke?

Naruto, no tenía familia y vivía con sus padres adoptivos. Su misma edad, un gran carisma y bondad en su persona. Lo que más enamoraba a Sasuke, era su radiante sonrisa. Una persona positiva con muchos proyectos por delante. El bello blondo de ojos azules y piel tostada, era un doncel y obviamente no pasaba desapercibido por los otros varones. Sabía que llegaría el momento, pero francamente no estaba preparado para dejarlo ir tan fácilmente de su lado. ¿Pero qué hacer? Su rubio estaba enamorado de otro chico, no de él, a los ojos de Naru, era su mejor amigo. No importa cuánto doliera, si él era feliz, entonces él también lo seria. La felicidad de Naruto era su felicidad absoluta.

Fue así que los días transcurrieron rápidamente para dar comienzo a una nueva relación. Como era de esperarse, Naruto se la pasaba más tiempo con su novio que con él, apenas se veían. Si no fuera porque iban al mismo salón sería imposible encontrarse en los pasillos o patios del instituto. Sus celos eran inmensos, insoportables, pero ver su cara llena de alegría era un precio muy razonable. Pronto las charlas, la poca comunicación que tenía con el oji-azul fueron perdiéndose y su actitud fue tornándose sombría. La frialdad que desprendía su persona era sorprendente. Sus compañeros ya no intentaban halar más con él, era en vano, su mirada vacía se perdía contantemente más allá de lo que uno pudiera imaginar. Y las cosas fueron complicándose más y más. Los deberes en el colegio era solo uno de sus problemas. La vida en si era complicada, su madre había conocido a alguien y estaban frecuentándose seguido. Su primera impresión fue muy mala, no le agradaba en lo absoluto y su hermano compartía su misma opinión.

¿En qué momento dejó de ver a Naru? Meses… él tampoco intentó acercarse a él. Se los veía muy enamorados. Era todo lo que decía saber y así seguir con su vida, pero entonces algo realmente horrible ocurrió. Era vienes, pronto entraría en vacaciones de invierno se daban los exámenes finales. Sasuke intentaba levantar sus materias quedándose horas encerrado en su habitación, su madre había salido con su nuevo novio y su hermano con amigos. Estaba solo con sus pensamientos concentrados en su futuro, pero él…

—¡Sasuke! ¡Sasuke!

Nuevamente entró a su vida de golpe.

Cuando abrió la puerta todo lo que pudo observar, fue a un indefenso Naruto entre sus brazos intentando tranquilizar su llanto. Él medito la situación. Supo que algo grave había pasado, miró fijamente su rostro y sus ojos se agrandaron más de la cuenta.

Ese amor que sentía por el blondo seguía intacto en los más profundo de su ser y estaba volviendo a resurgir de entre las sombras. Naruto tenía el labio partido y la mejilla comenzaba no solo a adquirir un rojo fuerte sino a hincharse.

—¡¿Quién te golpeo?!-su respiración no era normal. Estaba perdiendo la paciencia. Ver a Naruto así, era… simplemente no había palabras.

Que alguien le levantara la mano era imperdonable. La ira comenzaba a dominarlo.

—Mis padres…

¿Eh? Su mente quedó en blanco.

—Yo… yo tuve relaciones con él… Sasuke-entre sollozos el moreno se enteró de algo que no hubiera querido escuchar jamás en su vida-Ayer me entere que se mudaba con su familia al extranjero, ¡No me dijo nada! ¡Me lo ocultó! Ahora yo… yo… tengo esta vida dentro de mí.

Oh. No. No. No podía ser… verdad. Algo como eso era…

—Perdóname… perdóname, Sasuke… tú me lo dijiste y yo…

Podría haber hecho tantas cosas en esos momentos, dejarlo a su suerte, golpearlo por estúpido, gritarle  y mandarlo lejos, pero solo se limitó a abrazarlo con todas sus fuerzas mientras sus ojos se nublaban y empapaba sus propias mejillas. Porque lo amaba tanto que no podría abandonarlo.

Tuvieron una larga charla. Le habían echado de su hogar, a Sasuke le costaba asumirlo. Parecían padres tan comprensibles, pero en cuanto supieron de su embarazo le dieron la espalda.  Naruto estaba muy sensible y todo lo que podía hacer, era consolarlo contra su pecho.

—Dijeron que si tenía edad para abrirme de piernas… podría hacerme cargo del bebé… Sasuke, yo… no lo hice porque sí. Yo solamente quería demostrarle que le amaba… él quería una prueba de amor y yo se la di, es todo-lloró.

—Lo sé… lo sé.

Por más dificultosa que resultara todo ahora, el azabache halló calmadamente una solución. Con permiso de su madre y hermano, Naruto puso quedarse a vivir con ellos, en un comienzo Mikoto no estaba muy decidida pero terminó siendo convencida por su pareja. Fue la primera vez que Sasuke sintió un pequeño aprecio por ese hombre.

El bello rubio con el pasar del tiempo mostraba una abultado vientre y a pesar de las quejas y depresiones  que sufría, Sasuke siempre se mostraba dispuesto a ayudarlo.

—Me veo feo…

—Te ves hermoso.

—No es verdad…-sollozó-Soy un gordo… nadie se fijara en mí… amo a mi pequeño, pero… me siento tan…

—Eres el hombre más hermoso para mí-le tomó de las mejillas-Y lo seguirás siendo por años. Sonríe que tu bebé lo estará más. Quiero verte sonreír.

Su relación fue cada vez más estrecha, más cariñosa. Ese afecto causó en Naruto miles de sensaciones y sentimientos que no supo describir en ese momento, pero que intentaba averiguar.

Las dulces palabras de Sasuke y su infinita compresión, fueron sus más grandes armas para seguir con vida. Por agradecer estar vivo. Porque con quince años uno podía cometer una locura irreparable en su situación. y a finales de enero, su bebé ya quería explorar el exterior. Nueve meses pasaron volando y la familia Uchiha salió corriendo de la casa en cuento el blondo sufrió dolorosas contracciones. Cuando se llegó al hospital, Sasuke e Itachi, su querido hermano mayor, buscaron ayuda de las enfermeras para que lo llevaran rápidamente a una sala de urgencias. Mikoto también estaba nerviosa y temía por la vida de ambos.

Cuando se encontraba retorciéndose en la camilla con la frente perlada solo gritó un nombre entre lágrimas.

—¡Sasuke! ¡Tengo miedo, Sasuke!-apretó su mano ante la vista de enfermeras y el doctor encargado de hacer la cesárea.

—Ssshh, todo estará bien. No te preocupes, yo estaré aquí esperándote. Solo será un tiempo que estemos separados, ¿sí? tranquilízate, Naru, hazlo por tu pequeño. Te necesitara ahora más que nunca-le acarició la frente-No temas. Yo estaré ahí contigo…

—Sasuke…

—Y cuando ese pequeño venga al mundo, estaría muy feliz si tú, no ahora, pero en unos años, te conviertas en mi esposo.

La expresión entre lágrimas y una media sonrisa por parte del oji-azul era más que suficiente para él. Se acercó a sus labios otorgándole unos de sus primeros besos, esa felicidad impregnada en su rostro nadie podría sacársela.

—Te amo, Naru.

Y él entró feliz y tranquilo para recibir a su hijo.

—Padre, mañana ya saldré de vacaciones y me gustaría que fuéramos de viaje a algún lado. Los cuatro juntos-sonrió.

—Ya veo-sonrió-Podría hacer unos cambios durante la tarde. Si tu tío me cubre tal vez podríamos ir.

—¡¿De verdad?! ¡Seria genial! Hace tanto que no salimos. Tú y papá, están tan ocupados trabajando.

—Taiga, lo hago por tu futuro. Quiero lo mejor para ti y tu hermano.

—Lo sé-sonrió comprensivo.

Sasuke ahora podía decir que tenía una vida perfecta. Una familia y era tan feliz. Dos hijos y un dulce esposo. Un trabajo en una compañía de renombre con buena paga y su madre y hermano a su lado. Era muy afortunado. Un hijo de diecisiete y el otro de quince años, los años pasaban y hacía todo lo posible por disfrutar junto a su familia. Entonces mientras esperaba a su esposo y el menor de sus pequeños sentados en una plaza, le vio. Venía hacia su misma dirección y en compañía de su esposa e hijos. Sintió esa ira que hace años llevaba enterrada en su corazón, todo el dolor se destapó y los recuerdos volvieron a presionar su cabeza.

Se levantó del asiento y fue encaminándose hacia él con los puños apretados.

—¿Padre? ¿Dónde vas…?

—¿Sasuke? ¡Oh, no puedo creerlo! ¡De verdad eres tú! No has cambiado casi nada, amigo.

—¿Quién es, amor?-preguntó su mujer sosteniendo a uno de los pequeños en sus brazos.

—Un amigo de hace muchos años. Compañeros del colegio.

—¿Amigo, dices? ¡Maldito canalla! ¡Maldito infeliz! ¡Tú lastimaste el corazón de…!

—¡Padre!-gritó sosteniendo su muñeca hecho un puño de furia-Vámonos, por favor…

—¿Dijiste… padre?-él miró a Taiga, y Taiga a él fijamente.

Sus miradas lo decían todo. Taiga rechazaba cualquier parecido a ese sujeto, en su corazón solo había especio para su familia y no un extraño que nunca estuvo presente en su niñez. El joven pelinegro sabía, que Sasuke no era su padre biológico. Tarde o tempano lo descubriría. Cuando se hallaron lo suficientemente lejos de esa odiosa pareja, el mayor habló un tanto perplejo dándole la espalda.

Estaba asustado.

—¿Desde cuándo…?

—Hace… unos años.

—¿Cómo?-preguntó en un hilo de voz.

—Tenía ese presentimiento desde hace mucho, papá…

—En efecto, si te has fijado bien en él, notaras que tienen un parecido similar. Él es tu…

—Un extraño.

 

—¿Ah?-Sasuke se volteó.

—Es un extraño. Yo me llamo Uchiha Taiga y soy tu hijo-sollozó-Y te quiero, papá por aceptarme…

—Idiota…-lo tomó entre sus brazos fuertemente-Desde que naciste yo y Naruto te hemos amado con todo nuestra alma. Tal vez no nos parezcamos tanto, pero… yo de verdad quiero ser tu verdadero padre.

—¡Lo eres! ¡Lo eres!

—¡Sasuke! ¡Taiga!

—Ah, rayos… nos verán en estas condiciones…-se aparataron rápidamente limpiándose los ojos con la manga de la camisa y compusieron su rostro con la mejor sonrisa posible para recibir al resto de su familia.

—¡Chicos, lamento la demora!-venía cargado de bolsas del supermercado junto con el menor de los Uchiha-Sasuke, ¿esperaste mucho?

—No tanto-sonrió de medio lado-Dame que te ayudo-tomó tres de las seis que cargaba.

—Kagami, dame a mi también unas bolsas, te harás daño-extendió la mano hacia su hermano menor.

—¡No! Puedo solo-sonrió arrogante pasando de él.-¡Ya quiero llegar a casa y mostrarle los videojuegos nuevos al tío Itachi!-comenzó a correr.

—Ese maldito enano-frunció el seño-¡Hermano, ven aquí!-salió a perseguirlo.

Su hogar no estaba lejos de esa calle. Había sido un día intenso. Pero ya había pasado, dejaría el pasado en el pasado y viviría el presente sin más daño alguno. Naruto era feliz a su lado y era todo lo que importaba.

—Naruto-se detuvo abruptamente.

—¿Sí?

Sasuke le miró con una brillante sonrisa.

—Gracias por elegirme, gracias por darme esta hermosa familia. Te amo demasiado.

—Sasuke…-susurró sonrojado-Él que debería agradecer aquí, soy yo… tonto-sollozó lazándose a sus labios. Las bolsas de compras cayeron al suelo y se besaron con esa pasión desenfrenada que se encontraba en el fondo de sus corazones. Ese amor joven todavía prevalecía en ellos y no acabaría jamás. Ninguna tenía esa intención.

Naruto era feliz porque Sasuke estaba allí para él.

—Quédate conmigo siempre… siempre, Sasuke.

—Sí, mi amor.

 

Fin :D


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