“Un magi es la única persona que puede lograr que ocurran milagros"
Aladdin no estaba seguro de cuantas veces había escuchado esas palabras a lo largo de todas las aventuras que había vivido, todos los sufrimientos, todas las alegrías. Muchas personas habían admirado enormemente su talento, su magia, su bondad con sus prójimos. Y aunque él no podía negar que estaba muy orgulloso de poder salvar a las personas con su poder nunca se había sentido capaz de realizar eso que muchos llamaban “milagro”, ya que para empezar muchas personas ya consideraban la magia misma un “milagro” así que él no sabía exactamente cuál era el significado de esa palabra.
Pero ahora estaba seguro de que lo sabía.
Un milagro era un evento que iba en contra de las leyes de la naturaleza, del sentido común, de la lógica… pero que sin duda alguna generaba mucha felicidad a quienes eran testigos de tal hecho.
Aladdin no sabía quién había hecho semejante milagro para él y para sus amigos, pero estaba indudablemente agradecido de que hubiera pasado.
-Aladdin, hemos llegado
La suave voz de una chica pelirroja lo saco de sus ensoñaciones y vio que el avión había aterrizado en su destino.
-¡Asi es señorita Mor! ¡Se llevara una gran sorpresa!
Su vida había sido la de un niño normal, tenía unos amorosos padres que lo adoraban, iba a la escuela, tenía muchos amigos y sus calificaciones eran excelentes en la escuela. Era feliz. Sin embargo, cuando comenzó a ser un poco más consciente de su realidad se dio cuenta que le faltaba algo, no sabía con exactitud que era, pero a veces se encontraba buscando algo que desconocía
-No sé lo que es, pero lo sabré en cuanto lo vea
Eso les dijo una vez a sus padres quienes se preocupaban por su pequeño hijo.
Su comportamiento continuo por un tiempo, hasta que un día su Papá le regalo de cumpleaños una flauta, aun recordaba como su Mamá regaño a su padre por haberle comprado algo muy poco práctico para un niño, pero a él no le molestaba si no al contrario le encantaba jugar con la flauta siempre que podía, no conocía las notas y no sabía ninguna melodía pero igual se le podía ver soplando su flauta casi todo el día
Sus padres se habían sentido tranquilos de ver que ya no buscaba “algo” que no sabía que era.
Con el tiempo Aladdin se llegó a hacer tan cercano al pequeño instrumentos que hasta dormía con el… y una noche (casi un año después de haber recibido la flauta) tuvo un sueño de lo más extraño, en donde veía lugares y personas que no conocía, poderes y seres extraños… y finalmente veía a un sujeto enorme de color azul, que siempre tenía una sonrisa en su rostro que parecía era dedicada a él.
Aunque sus sueños parecían como si los viera en una gran pantalla, por alguna razón siempre que aparecía ese gigante sentía que podía hablar con él. Tres días seguidos había soñado con lo mismo, y en una ocasión se atrevió a preguntar
-¿Cómo te llamas?
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Esa mañana Aladdin había despertado llorando y abrazando fuertemente su flauta, sus padres fueron a su habitación abrazándolo y diciéndole que solo había tenido una pesadilla, pero él sabía que no era así, al contrario, había sido el mejor sueño que había tenido en toda su vida ya que había podido volver a verlo a él.
A Ugo
Desde ese día Aladdin comenzó a recordar cosas de lo que él llamaba “su vida pasada”, empezó a recordar a Ugo, a los Magi, Salomon, El ruhk, el magoi, todo.
Ya no podía usarlo, sin embargo le hacía feliz recordarlo, porque con esos recuerdos comenzaron a llegar también los recuerdos de sus amigos: Alibaba, Morgiana, Titus, Sinbad, su maestra Yamu, todos, absolutamente todos comenzaba a recordarlos lentamente.
Como si eso no fuera ya bastante increíble, un día sus padres le presentaron a un primo que vivía muy lejos, pero que por cuestiones de estudio iba a pasar una temporada con ellos. Cuando su primo cruzo la puerta, Aladdin no pudo hacer más que sorprenderse.
Era Judal
Y para su sorpresa, este también parecía recordarlo, ya que en cuando lo vio su expresión cambio inmediatamente a una de absoluta sorpresa. Tantas peleas, tantos eventos, tanta sangre…
Su primo simplemente corrió a abrazarlo mientras lo alzaba y comenzaba a darle vueltas en el aire
-¡Pero si es el pequeño! – gritaba alegremente
Aladdin le iba a responder pero cuando lo vio a la cara pudo ver como la sonrisa de Judal estaba acompañada de muchas lágrimas.
Judal también recordaba todo, y le contó que había encontrado a otras personas en donde vivía al principio, como a los hermanos Ren (aunque no a todos), se había encontrado con Yunan, e inclusive en uno de sus viajes de intercambio por parte de la escuela volvió a encontrarse con Sinbad.
Judal le platico que todos llevaban ahora una vida normal pero que sin embargo todos habían recordado el pasado en cuando él los tomaba de la mano y se enfocaba en sus recuerdos. Por lo tanto, los mencionados anteriormente ya tenían sus recuerdos. Su “primo” comenzó a reír cuando le conto que en cuando sus recuerdos volvieron los hermanos Ren comenzaron con la búsqueda de los hermanos que faltaban, Sinbad estaba más que decidido a reunir a sus 8 generales.
Yunan era el único que ya también recordaba todo cuando lo encontró.
Con el tiempo Judal y Aladdin se hicieron más apegados, de hecho la personalidad de su querido primo no había cambiado nada, aun recordaba como muchas veces había despertado con su cabello peinado de diferentes formas (muy, pero muy estrafalarias) una vez incluso le había pintado su cabello y en otra lo llevo a otra escuela, que en realidad era una universidad lo que género que los estudiantes pensaran que era una especie de niño prodigio o algo así.
Judal había comenzado a llevarlo a muchos “paseos” con él, aun recordaba aquella ocasión en que se habían ido por 3 días y cuando regresaron a su casa, sus padres ya habían contactado hasta el servicio secreto para buscarlos. Ese regaño y castigo duraron mucho.
Sin embargo eso no cambio que Judal siguiera llevándolo a sus viajes y de hecho a él también le encantaba viajar con su primo
Lo más significativo de esos viajes eran los reencuentros. A veces no sabía si Judal sabia realmente lo que encontrarían o simplemente iban hacia donde “los llevara el viento” pero por esos viajes se había vuelto a reencontrar con muchos de sus viejos amigos.
Cuando se encontró con Titus, los dos lloraron tanto que Judal tuvo que cargarlos a los dos al hotel donde se hospedaban.
Mogameth le había regalado tantos libros que tuvieron que contratar un servicio especial de mensajería para llevarlos a casa.
Cuando Judal lo llevo con Sinbad, este (ahora dueño de una gran compañía) hizo toda una fiesta en su honor.
Sphintus era un estudiante de medicina que no paraba de contarle todo lo que había vivido hasta ese momento.
Generalmente cuando se encontraba con alguno de ellos, Judal le decía que los saludara con un apretón de manos y que se enfocara en sus recuerdos sobre el ruhk y el magoi. Justo como el pelinegro le había contado anteriormente, todos recordaban inmediatamente su “vida pasada”.
Pero sin duda el reencuentro más significativo para él fue el que tuvo en el parque que estaba a 20 minutos de su casa. Él había salido con Judal solo para dar una vuelta, Aladdin no se fijaba por donde iba y choco con alguien. La persona en cuestión se apresuró a ayudarlo y cuando el peli azul alzo la mirada al instante las lágrimas comenzaron a salir de sus ojos. Era Morgiana
Con su amiga no hubo necesidad de hacerle recordar, ya que ella también cuando lo vio pareció recordarlo todo, aun recordaba lo mucho que le había dolido su cuerpo por la fuerza del abrazo que le había dado su amiga ese día.
Todo parecía un milagro.
Sin embargo, aún había alguien a quien a pesar de los viajes y de las búsquedas que comenzaron a hacer sus demás amigos no habían podido encontrar aún… su amigo Alibaba. y aunque Judal le había dicho que aún le quedaba mucha vida por vivir y que podía encontrárselo en otro momento, el no perdía la esperanza de verlo pronto.
Una mañana una carta llego a su casa, no tenía el nombre de quien lo había mandado pero el pelinegro le había dicho que la letra era idéntica a la de Yunan.
En la carta solo decía: “Se dónde está Alibaba” y en otro papel venia una dirección.