“Nunca desobedezcas a tu novio, a menos de que seas un masoquista como yo.”
Taemin estaba la sala de estar de la casa que compartía con su pareja Minho desde hace tres años, sólo que no miraba el tv o leía alguna revista. No. Estaba desnudo de la cintura hacia abajo, sentado entre las coderas de dos sillones estratégicamente puestos para sostenerlo en el aire, bajo la maquina que le penetraba lento.
Un falo de goma con un condón puesto era manipulado por un mando a distancia, haciendo que entrara y saliera del cuerpo de Taemin gracias a esa máquina que había comprado Minho meses atrás.
El menor tenía puesta una mordaza con pelotita de goma, sus ojos estaban cubiertos con un trozo de seda negra con reflejos en color vino. Su cabello en el mismo corte de siempre de color negro brillaba con la luz que podía entrar a su sala.
Al otro extremo de la habitación, Minho manipulaba la maquina con el mando que yacía en su mano. A veces incrementaba el ritmo viendo como la entrada de Taemin se hacía más grande para dejar pasar ese falo falso, otras, lo hacía ir más lento para apreciar mucho mejor la elasticidad de su joven pareja.
Las piernas de Taemin parecían aun no entumirse, ambas abiertas y descansando sobre las coderas del sofá, desnudas. Pero no temblaban como en otras ocasiones. Sus brazos tras la espalda atados de los codos y las muñecas para que no los separara o se bajara de su castigo.
Los gemidos leves, tenues que salían de la boca cubierta de Taemin apenas eran perceptibles por los oídos de Minho, quien se limitaba beber de su copa un poco de vino tinto. Nada mejor que un poco de alcohol mientras veía como una maquina follaba a su pareja.
Detuvo todo movimiento de la maquina, haciendo que un temblor lento recorriera la espalda de Taemin hasta salir en forma de jadeo por sus labios. Hizo que el falo de goma saliera de a poco del cuerpo del menor, dejando su ano dilatado. Se contraía gradualmente y le encantaba ver como esos músculos se comprimían. Volvió a activar la maquina por lo que el falo se elevó, chocando contra la piel de Taemin, presionando un poco más hasta que logró entrar.
Reanudó el ciclo de embestidas a velocidad media, dejó su copa sobre la mesa de centro, a un lado de la planta de ornato. Caminó hacia su pareja inmóvil bajando el cierre de su pantalón y liberando su miembro, que se alzó con majestuosidad al aire, apuntando hacia la boca del menor.
Le retiro la mordaza con pelotita de esta escurría mucha salía, el mejor no cerró su boca porque sabía lo que seguía. Al sentir el glande caliente de Minho movió su lengua con maestría a su alrededor. El alto enredó sus dedos en el cabello de Taemin para imponerle un ritmo rápido, incrementó también el de la maquina hasta que ambos se sincronizaron, perforando el cuerpo del menor a la misma velocidad, al mismo tiempo.
Penetró lo más profundo de su garganta y se aseguró de que el falo de goma llegara más dentro, lo confirmó Taemin al intentar levantarse del sofá. Pero no se lo permitió, reanudó las embestidas rápidas hasta que eyaculó dentro de la cavidad bucal del menor. No se retiró porque sabía que Taemin no se ahogaría.
Llevaba bastante tiempo practicando cómo tragar el semen recién salido de los testículos de Minho, que ahora lo hacía con maestría.
El mayor se retiró de su inmóvil pareja para ver como algunos hilos de semen que aun lo unían con el interior de Taemin se pegaban a sus labios y barbilla. Fue el momento perfecto para ver como el pene de Taemin que todo el tiempo estuvo erecto, expulsaba de a poco el semen que también guardaba en sus testículos.
El falo de goma seguía entrando y saliendo de su cuerpo, parecía que ese empujaba el semen para que saliera por completo. Dejando que cayera directo sobre la maquina que aun lo hacía suyo, el hilo de semen que salía del orifico de Taemin continuaba saliendo.
Minho detuvo el falo de goma, quedó unos segundos en el interior de Taemin, luego hizo que descendiera para dejar de penetrarlo y así apagar la maquina.
Ahora las piernas de Taemin temblaban por la excitación o el cansancio. Su entrada seguía dilatándose mientras los últimos rastros de su semen caían de su cuerpo a la maquina y de ésta al suelo.
Minho se acercó a su cuerpo tembloroso, le despeinó el cabello mientras limpiaba el glande de Taemin para llevar los restos de su semen a sus labios, degustando de ese sabor dulce del menor.
-Espero que hayas aprendido la lección, Taemin.- dijo el mayor separándose del nombrado para ir por su copa.
-Sí Minho, la he aprendido, no volverá a pasar.- contestó el menor aun sosteniéndose en el viento para no dejarse caer sobre la maquina.
-Eso espero.-
Minho y Taemin tenían una relación tóxica.
Si Minho le ordenaba algo al menor y este no la cumplía u obedecía de inmediato, era castigado con una practica sexual que llevara humillación de por medio.
Si Taemin no hubiera descubierto lo excitante que era tratar con el lado posesivo y dominante de Minho, siempre le obedecería.