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Hasta él puede llorar. por Mizzu_x

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Notas del capitulo:

No sé si será una buena historia, pero soñé que escribía un fic de éste tipo y con éstos personajes, entonces lo hice realidad (?)

Frente a la casa de su… ¿Novio? Realmente no lo sabía. Hace un poco más de una semana que aquel chico no respondía sus llamadas, respondía mensajes y, cuando iba a buscarlo a la casa, directamente ni salía de ésta y esperaba a que el pelirrojo se fuera. Si, quien estaba ignorando a su pareja era nada más y nada menos que Aomine, el gran jugador Aomine Daiki, de la Generación de los Milagros. Hacía un año y dos meses que Aomine le propuso a Kagami ser su novio, el cual éste último dudó en aceptar y, a lo largo de aquella relación, sus sentimientos por éste fueron creciendo.  Pero lo que realmente importaba ahora era que, luego de aquel “desliz” de Kagami con Kise, Aomine ignoraba completamente a Kagami hasta el punto en que no quería saber siquiera cómo éste estaba. Se sentía traicionado… Traicionado por la persona que menos pensaba. Pero estaba completamente seguro que Kagami no era del tipo de emborracharse y hacer locuras, estaba más que seguro que Kise aprovechó la situación y del mismo pelirrojo. Aún así, no podía dejar de sentirse traicionado.

 

Kagami tocó el timbre de la casa del peliazul, siendo atendido por el mismo luego de esperar alrededor de un minuto y medio. Con eso dio a entender que el chico estaba completamente sólo en casa. Aomine clavó aquella mirada de desinterés en los rojizos ojos y con una señal con su mano le indicó que pasara. Kagami asintió y se adentró a la solitaria casa.

 

-             Aomine. –Lo nombró con la voz completamente decidida. Aomine, por otro lado, se volvió a sentar en el sofá en el que estaba antes de que llegara el pelirrojo, volviendo a tomar el control remoto de la televisión y cambiar de canal sin quedar en uno.- Yo… Lo siento.

 

Aomine no emitió palabras en todo momento. A pesar de fue él quien lo llamó para hablar y aclarar las cosas. Sólo mantenía la vista en el televisor y esperaba a las palabras que el pelirrojo tenía para decirle, que ya las conocía muy bien.

 

-             ¡Lo siento! Realmente, no sabía lo que estaba haciendo y ése maldito de Kise se aprovechó de mí. Me siento... –Kagami pausó, y el peliazul desvió su mirada a éste pero aún con desinterés. – No… No mereces a alguien como yo.

 

El moreno suspiró y apagó el televisor. Hizo nuevamente una seña con la mano para que se sentara a su lado y, siendo que Kagami lo conocía perfectamente, asintió e hizo lo indicado, sentándose a su lado. Realmente se sentía la peor basura, ni siquiera podía mirarlo a los ojos como era debido.

 

-            Haah… No te disculpes, baaaka. –Tenía el entrecejo fruncido, realmente quería golpearlo pero, no. No le haría daño a aquel que ama, aunque éste lo haya hecho. No estaba en sus principios la venganza. – Sólo quiero saber una cosa. –Kagami lo miró con interés, la tranquilidad del moreno lo estaba poniendo algo nervioso y en parte, lo estaba asustando.- ¿Tú… Me amas?

 

Ante éstas palabras, Kagami se alteró y por impulso, tomó el rostro del más alto con ambas manos e hizo que ambos se miraran fijamente.- ¿¡Qué demonios está diciendo, Aomine idiota!? –Él no era, por lo general, del tipo de demostrar sus sentimientos hacia ésa persona, por más que ésta fuera el moreno, siendo que en un principio le costó decirl las siguientes plabras. – Yo… Claro que te amo. –Se sintió completamente avergonzado por decir aquello. Hace más de un año que están juntos, pero aún así, ésas dos simples palabras hacían que el pelirrojo se cohíba. El moreno sonrió de lado y tomó las manos de Kagami para así, guiarlo hasta su habitación.

 

-            Aomine. –Al llegar a la habitación del nombrado, éste lo obligó a recostarse en su cama, posicionándose sobre su cuerpo. El pelirrojo se sentía confundido, ¿Acaso no quería golpearlo o simplemente insultarlo como cualquier pareja?- ¡Hey! –Y dicho esto último, el peliazul inmovilizó a quien ahora estaba bajo suyo, tomando ambas muñecas y apresarlas contra el colchón. No perdió tiempo y atrapó sus labios en un apasionado beso. Los había extrañado, por lo que no se prohibió de saborearlos a su manera, al igual que su interior.

 

-           Te has portado mal, Kagami. –Susurró sobre sus labios y mordió el inferior contrario para luego lamerlo. Lo que había hecho el pelirrojo lo había molestado de sobremanera, pero lo que más le molestó es que se haya sometido a otra persona. Simplemente odiaba que otra persona lo tocara o al revés. Aquel chico era solamente suyo. Así será siempre y hoy se lo demostrará más que nunca.

 

El moreno bajó con sus labios hacia el cuello contrario, entreteniéndose con lamidas, besos y mordidas. Iba a marcar cada parte de su cuerpo como suyo. Con su diestra comenzó a desabotonar la camisa que el de menor altura traía, siendo que ésta estaba interrumpiendo su paso. Kagami miraba todo atentamente, aún se sentía confundido, pero no se resistía a sus atenciones, era realmente débil a éstas.

 

-             Te demostraré que eres mío. Completamente mío. –Y con esto, metió su diestra, luego de haber terminado con lo otro, bajo las prendas que cubrían su entrepierna. Kagami reaccionó a esto y cerró sus ojos con fuerza. El moreno lo conocía demasiado bien y sabía que con aquellas simples caricias, podría estar completamente duro. Jadeando por lo bajo y removiéndose de vez en cuando.

 

Aomine comenzó a masturbarlo tanto como las prendas se lo permitían y aprovechaba a ver el rostro del pelirrojo con atención. Esto hizo que, por primera vez, desde lo sucedido en la casa de Kise, sonriera. Sin esperar mucho más, se deshizo de las molestas prendas que Kagami traía, dejándolo desnudo desde las caderas hacia abajo. Se relamió los labios y bajó hasta la altura de su erecto miembro, metiéndolo en su boca tanto como podía.

El tigre de Seirin gimió ante aquellas atenciones. No quería decirlo, pero le encantaba que el moreno se ocupara de ésa manera de su hombría, saboreándolo como si de un dulce se tratara. Se removía debido a las sensaciones que éste le brindaba, estando seguro que pronto llegaría a manchar toda la boca contraria si éste no se detenía.- Ao… Mine…

 

El moreno, al saber de la situación, detuvo sus movimientos con su boca y continuó lentamente con su mano, mientras que con otra, desabrochaba sus pantalones y liberaba también su activo miembro para masturbarse de igual manera, mirando al pelirrojo atentamente.- Te haré mío, Kagami, que eso quede completamente grabado en tu cabeza... Abre tus piernas. –No dijo más y, viendo como el contrario hacía caso a sus ordenes, sin preparación previa y no dejando reclamar al otro, introdujo su miembro en el interior de Kagami, siendo que éste último gritó de dolor ante tal intromisión, pero no lo iba a detener, suponía que era su castigo.

 

El moreno quedó inmóvil una vez que estuvo completamente dentro de su cuerpo, sintiendo la tensión y, a la vez, calidez de su interior.- Hah… Relájate un poco… -Susurró y se acercó a sus labios para besarlos una vez más, ésta vez, suavemente. Cuando sintió que estaba acostumbrado, comenzó a moverse lentamente, escuchando gemidos de dolor y viendo algunas lágrimas salir de los ojos contrarios.

No le importó mucho, sabía que esto dolía, pero no aguantaba el hecho de tener al pelirrojo bajo suyo y no hacer nada. Sus embestidas iban aumentando según pasaban los minutos, sintiendo como el contrario cambiaba ésos gemidos de dolor por los de placer, motivándolo a seguir y ejercer más rudeza con cada movimiento.

 

-            K- Kagami… Ung… -Se mantuvo contemplando a quien estaba haciendo suyo ahora mismo. El deseo lo carcomía y no lo iba a dejar ir así porque si. Nuevamente, apresó las muñecas contrarias y se mantuvo lo más cerca de su rostro como le era posible, pudiendo sentir el aliento del pelirrojo chocar con sus labios.- Eres mío.

 

Kagami se sentía aún confundido hasta escuchar las últimas palabras que el más alto dijo. Y lo entendía, hubiera hecho lo mismo en su lugar. Estaba seguro que cualquier pareja común habría discutido hasta el punto en que cada uno tome su camino, pero ésta no era una de ellas. Se sentía la peor basura y no merecía ser alguien querido por Aomine, pero al parecer, el contrario no pensaba así.

Entreabrió sus ojos y visualizó una imagen que nunca pensó, ni siquiera en sueños. Si, era la imagen de un moreno sumergido en sus embestidas pero, al mismo tiempo, escapándosele algunas lágrimas. Aquellas que ahora caían sobre el triste y colorado rostro del As de Seirin. 

 

El peliazul continuó embistiéndolo con todas sus fuerzas a pesar de sus lágrimas, aquellas que podrían confundirse con sudor, pero que Kagami se dió cuenta rápidamente. No podía evitarlo, le dolía y por ése simple hecho, auque no quisiera, sus lágrimas seguían saliendo. Llegando a lo más profundo del contrario, sintiendo como éste se contraía debido a que estaba en su punto máximo y gimiendo como si de ello dependiera su vida, se mezclaban algunos “Mío”, haciéndole saber al más bajo a quien pertenecía ahora y siempre. El acto culminó en el momento en que Aomine dejó salir un ronco gemido, llenando el interior contrario, seguido del pelirrojo al ser masturbado con velocidad.

 

-             Aomine… -Susurró un agitado Kagami al sentir como el nombrado se dejó caer sobre su cuerpo, quien aún seguía sollozando, tratando de esconderlo aunque sea inútil. Instantáneamente, el pelirrojo lo abrazó posesivamente y susurró un “Lo siento.”

 

Aomine rió suavemente y lo abrazó de igual manera, aún sin salir de su interior.- Dije que dejaras de disculparte, baaaka. –Se separó un poco con el fin de atrapar sus labios en un lento beso mientras ambos aún seguían recuperándose.- Lo odio, realmente odio que alguien más te toque como yo lo hago. No dejes que nadie más lo haga, idiota. Eres mío… Todo mío.

 

-             Ah… Lo sé, soy todo tuyo. Creí que iba a perderte… Realmente lo siento, te hice sufrir. –Al escuchar esto, Aomine nuevamente atrapó sus labios, aprovechando para adueñarse de su boca una vez más.

 

-             Sé que no es tu culpa, ése maldito de Kise me las pagará. Pero, ten en cuenta que no habrá una próxima vez.  –Dicho esto, abrazó aún con más fuerza a quien seguía siendo su novio.

Notas finales:

Tengo "algo" con que Kagami sea un infiel de mierda (?) JAJAJA. Espero les haya gustado.

Se aceptan todo tipo de críticas, todo sirve para mejorar

 

PD.: Nunca sé cómo terminar los fic (?)


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