Desperté en una oscura habitación, estaba en el suelo, al menos eso parecía. Intenté incorporarme y una punzada de dolor recorrió mi espina dorsal. ¿Dónde estaba? Parecía un sótano, ¿una celda tal vez? No lo tenía demasiado claro. De pronto la luz se encendió, la sala era más grande de lo que esperaba. Y no estaba solo. En una de las esquinas había otro chico, tal vez un par de años mayor que yo, y estaba inconsciente. Al principio no sabía si acercarme a él, tal vez pudiera ser enemigo, o tal vez solo fuera un chico en la misma situación que yo. Decidí acercarme lenta y silenciosamente, sin bajar la guardia. Llegué hasta él, en efecto estaba inconsciente, y un líquido carmesí bajaba desde su sien, estaba herido. No tuve más remedio que arrancarme un trozo de mi camiseta para poder detener el sangrado, en ese momento me di cuenta de algo, tanto él como yo llevabamos una especie de etiqueta en la camiseta, el era la 'Y' y yo la 'Z'. Estupendo, quien quiera que fuese nos tenía marcados, a saber para qué. Tras un rato divagando sobre qué era todo esto sentí movimiento justo a mi lado, el chico había despertado. Esperaba que se hubiera asustado al verme allí, pero no fue eso lo que pasó, solo se quedó ahí, mirándome. Opté por empezar una conversación, pero fue él quién habló primero.
-¿Eres nuevo aquí?
Su tono no mostraba ninguna emoción, era frío, tan frío como el suelo en el que había despertado.
+¿A qué te refieres con eso?
Me di cuenta de que me temblaba la voz, estaba más asustado de lo que pensaba.
-Eres el nuevo.. Si quieres te explicaré como van las cosas aquí
¿De qué estaba hablando? ¿Y dónde era aquí exactamente? No entendía absolutamente nada, pero tal vez tener un amigo o alguien con quien hablar me viniera bien. Asentí lentamente con la cabeza, dispuesto a escuchar.
-Bien.. Probablemente te preguntarás dónde estamos, pues no tengo ni idea. Llegué hace como una semana, o eso creo. Obviamente no somos los únicos aquí, a parte de nosotros hay otras 25 personas, todas están marcadas con una letra, por lo que puedes llegar a la conclusión de que quién tenga la 'A' fue el primero en llegar a este lugar.
Esto era muy raro, nos tenían marcados, pero ¿para qué? Nada de lo qué estaba pasando tenía sentido. Tal vez pudiera sacarle información a ese chico.
+¿Por qué estamos aquí?
Era una pregunta simple, pero algo me decía que la respuesta no lo era en absoluto.
-Ciertamente no tengo ni idea, en el tiempo que llevo aquí todos los días son exactamente iguales. Me levanto por las mañanas y la comida ya está ahí, al mediodía y al anochecer apagan las luces y cuando las vuelven a encender ocurre lo mismo. Nunca he visto a quien lo hace, tampoco he visto a otros presos, aunque si los he oído, al otro lado de las paredes.
Lo que decía Y no tenía mucho sentido, realmente nada de lo que estaba pasando lo tenía, estaba cada vez más confuso. Entonces el chico volvió a interrumpir mis pensamientos con una pregunta, una pregunta que yo no me esperaba.
-¿Recuerdas algo antes de venir aquí?
Era una pregunta extraña, o al menos eso me pareció a mi, hasta que me paré a pensar en la respuesta. No recordaba absolutamente nada, no solo en lo referente al momento antes de llegar, si no a toda mi vida, básicamente, no sabía quien era. Y debió de adivinarlo por la cara que puse en ese momento ya que emitió un sonoro suspiro.
-Al parecer nos borran los recuerdos de nuestra vida antes de llegar. Pensaba que era cosa mía, pero supongo que no.
No estaba escuchando realmente lo que me decía, seguía dándole vueltas al hecho de no recordar a mi familia, o ni si quiera mi propio nombre. Tal vez ese fuera el motivo por el que nos marcaban, para tener una forma de llamarnos, o tal vez solo fuera un juego absurdo que se le había ocurrido a alguien aún más absurdo.
Eso me llevó a pensar algo, e Y debió notarlo de nuevo, ya que me puso la mano en el hombro y me invitó a compartir mis pensamientos.
+Pensaba, que tal vez no le quede mucho a este juego, por llamarlo de alguna forma.
-¿Qué quieres decir?
+Quiero decir, que yo soy la Z, por lo tanto, a menos que a quien sea que esté detrás de esto se le ocurra una nueva forma de marcarnos, a esto no le debe quedar mucho. Claro, que mi teoría tendría sentido si esto tiene algún objetivo a parte de mantenernos encerrados.
Había conseguido llamar su atención y en cierto modo eso me enorgullecía, Y era un chico muy frío, a pesar de que hablaba con naturalidad, en ningún momento había cambiado su expresión, se mantenía serio, y si le sumabas sus ojos grises fijos en mi, llegaba a darme escalofríos.
Esperé a que hablara, pero no lo hizo, se mantuvo pensativo durante un rato, tal vez pensaba en lo que acababa de decir, o tal vez en cualquier otra cosa, su cara no era tan fácil de leer como la mía.
Un buen rato después al fin abrió la boca, pensaba que iba a buscarle alguna pega a mi teoría, pero no fue así, solo dijo "Puede que tengas razón" y volvió a callar.
El resto del día, si es que realmente lo era, se me pasó bastante lento, Y no volvió a emitir palabra, había vuelto a perderse en sus pensamientos y yo hice lo propio con los míos. Al anochecer pasó exactamente lo que dijo, se apagaron las luces y al volver a encenderse la comida estaba allí. Comimos en silencio, tampoco teníamos mucho que decir, yo no recordaba nada de mi vida para contar y él de la suya tampoco, aun que no creo que él fuera de los que cuentan esas cosas.
Esa noche intenté dormir, y digo intenté porque eso era todo lo que aquel frío suelo me permitía.