Seung Hyun P.O.V
-Estúpido despertador, estúpida reunión de prensa, estúpido trasero apretándose contra mi... Espera ¿Trasero apretándose contra mí?- Abrí los ojos abruptamente ante el último pensamiento, parpadee confundido antes de mirar hacia abajo, encontrándome con una cabellera negra alborotada sobre mi brazo derecho. Claro… Ji Yong se quedó a dormir aquí ayer.
Estaba de espaldas a mí, pero de igual manera pude apreciar su suave respiración y el cómo se acurrucaba hacia el calor que le otorgaba mi cuerpo, mi brazo izquierdo rodeaba su tersa cintura mientras el derecho era usado como almohada, así terminábamos cada vez que dormíamos juntos de una manera u otra.
Un movimiento de mi pelinegro me quito de mis pensamientos, recordándome el pequeño problema de sus nalgas siendo presionadas contra mi viejo amigo que estaba comenzando a emocionarse ante la presión, diablos, si Ji se despertara en este momento, me ganaría un buen y doloroso golpe por pervertido. Sude frio ante el último pensamiento.
Ah, y como no, dios había escuchado mi “plegarias” y ahora unos ojos totalmente adormilados me miraban perdidamente por encima de su hombro.
-¿Hyunnie?- Fue lo que escapó de sus labios cuando había despabilado un poco más, haciendo movimientos que delataban sus deseos de girarse. Seguía mis plegarias internas de que no se diera cuenta, cuando de repente paro en seco.
-Mierda, mierda y más mierda- Repetía mentalmente al ver como Ji Yong dirigía su mirada hacia abajo y luego volvía a posar sus ojos en mí con una ceja encarnada, la pregunta muda plasmada en sus ojos. Definitivamente era hombre muerto, pero, Choi Seung Hyun era un hombre hecho y derecho, no iba a huir del enfado de su novio, por lo menos, hoy no. Respire hondo antes de atreverme a dirigirle la palabra…
-Alguien frota cosas indebidas mientras duerme- Fue lo único que se me ocurrió decir, bravo cerebro, de todo lo que podías decir; eliges lo que hace enojar a tu novio, definitivamente mereces un premio nobel.
-Yah, y alguien no puede controlar a su ‘amigo’ por las mañanas ¿no?- Murmuró con la voz algo ronca por recién despertarse, mientras fruncía el ceño. Casi enseguida sentí un ardor en mi frente, me había dado un coscorrón ¿Qué soy? ¿Un niño de cinco años que hizo enfadar a su Hyung? Parece que ahora sí.
-Nadie puede controlarse con una persona como tú haciendo eso- Le susurre por lo bajo, volteando completamente su cuerpo y estrechándolo en un fuerte abrazo, enredando sus piernas con las mías, quedando así estrechados en un raro abrazo.
-Si no fuera porque te amo estarías con un puñetazo en el estomago a tres metros- Murmuró sobre mi cuello, haciéndome soltar una sonora carcajada antes de besar su frente entre pequeñas risitas ahogadas, la mara cara que puso me dio el aviso de que no le gusto para nada.
-Como si fueras capaz de golpear a alguien- Dije divertido acariciando suavemente su espalda, trazando líneas abstractas por todo el lugar, sacándole así después de un rato, un pequeño gemidito de gusto a Ji.
-No me diste mi beso de buenos días- Me murmuró cuando habían pasado algunos momentos de acurrucarnos y abrazarnos, su rostro estaba totalmente escondido en mi cuello, así que lo aparte suavemente y vi su cara surcada con una pequeña sonrisita picarona.
-Pensé que estabas enojado conmigo- Respondí, encogiéndome de hombros antes de tomar con una mano su rostro y acercarlo al mío lentamente, disfrutando de nuestras miradas chocando hasta que nuestros labios se juntaron suavemente, en un lento movimiento que ambos disfrutábamos, saboreando y degustando cada uno los labios del otro.
-Buenos días Yongie- Susurré contra sus labios al separarnos, mientras seguía dejando pequeños besos mariposa allí.
-Buenos días Hyunnie- Me respondió, soltando una breve risita antes de darme otro breve beso.
Quizás no sea perfecta pero está es, y siempre será, mi forma de despertar preferida.