Ya no había nadie menos ellos dos y Eren en cierta manera se alegraba de ello, ya era suficiente con aquellas dos muertes aunque le destrozara el alma. Sinceramente no se preocupaba por él mismo sino por él. Realmente le angustiaba que Heicho se hubiera sacrificado para salvarlo...
-
Eren, ¡Haz el favor1! ¡Sal de aquí antes que se desmorone todo!
-
¿Y dejarlo aquí? ¿Enserio me cree capaz? - La determinación de sus ojos asustó al mayor más no se dio por vencido. No podía permitirlo.
-
¡¿Por quien crees que estoy así?! ¡Haz el favor de salvarte que es lo que intento!
-
Se que es mi culpa que esté así- la tristeza brilló en sus ojos. Sus ojos miraron al vacío y sonrió con picardía- Bueeeeno. Parece que no podremos ver un mundo sin titanes, ¿eh Heicho? Aunque me alegro de haber sido indispensable para ello. Me alivia saber que moriré sabiendo que ya no existen más titanes.
-
¡Haz el favor de salir de aquí! ¡Puedes hacerlo! ¡Maldito mocoso! - El sargento notaba que la ira aumentaba.
-
¿Sin tí? - Meneó la cabeza como si fuera algo impensable – No, no pienso hacerlo.
-
Mocoso estúpido... ¡Es una orden!
-
Me parece que por primera vez quebraré sus mandatos señor.
-
¡Mocoso!
-
Lo siento Heicho... Por mi culpa estás así de indefenso – Observó la roca que aplastaba las piernas de su sargento, desgraciadamente estaba tan exhausto que no podía invocar su poder titan para liberarlo. De repente miró a los ojos de Levi con una gran determinación. Tal que Levi se vio sumergido en sus ojos – Aunque me ruegue no podría irme. No podría vivir en un mundo, aún sin titanes, en el que no estuviera.
Levi Heicho se sorprendió gratamente para el placer del menos. No esperaba eso, sin duda. El castaño soltó una risita por la reacción del sargento al que se le conocía por no mostrar nunca sus sentimientos.
-
¿Q-qué?
Eren arqueó una ceja.
-
¡Yo pensé que era más perspicaz Heicho! ¿Sigues sin entenderlo?
-
¿Qué estás insinuando?
-
Tendré que decirlo directamente entonces... Heicho. Estoy completamente enamorado de usted des de hace mucho tiempo. Parece ser que ha sido el único que no se ha dado cuenta.
Si lo anterior ya lo había descolocado aquello lo había dejado sin palabras. Al observar los ojos del menor no pudo evitar desviar la mirada y que apareciera un muy leve sonrojo en sus mejillas. Sonrojo que no pasó desapercibido por Eren que sonrió internamente.
-
Mocoso estúpido. ¿Esa es la razón por la que no quieres irte?
-
Tiene razón. Soy muy estúpido.
-
¡No puedes morir conmigo! - Por primera vez en la vida Levi mostraba en sus facciones otra cosa que no fuera indiferencia.
-
¿Y se puede saber por qué?
Levi enrojeció más de lo que estaba y volvió a esquivar la mirada de Eren.
-
Tsk
-
Eso me da más razones para quedarme con usted hasta el final – suspira mirando al más bajo – Tranquilo Levi Heicho, nos volveremos a encontrar y entonces seré yo quien le proteja. Lo juro.
Eren se agachó y suavemente acarició la cara de Levi, quien no podía despegar la mirada de los ojos dorados del castaño. Poco a poco se fueron acercando hasta que el espacio entre ellos fue nulo, juntando así sus labios en un beso lleno de ternura que por desgracia no duró todo el tiempo que quisieron. Levi cada vez tenía menos fuerza y la respiración se desaceleraba por momentos, cada vez los ojos se le cerraban más y más. Pero le dio tiempo a ver como la antigua muralla de Sina se desplomaba sobre ellos. Y después, lo último que llegó a escuchar:
-
Esto no es un adiós Levi, nos veremos de nuevo y cuando nos volvamos a ver tendrás que ser tú quien se declare. Te buscaré incluso en el fin del mundo.
Luego, todo se volvió negro.