La noche avanzaba rápido. Sabían que por el momento se encontraban a salvo. Pero eso no impidió que se mantuvieran alertas ante cualquier posible ataque. Orochimaru seguía confundido acerca de lo que había ocurrida. Sus muñecas ya no dolían tanto, aunque seguía sintiendo una ligera molestia. Jiraiya seguía teniendo la duda del motivo de que aquellos dos estuvieran peleando y que Orochimaru estuviera semidesnudo y atado a un árbol, pero el sannin no parecía querer decirle nada. Pero tenía que seguir insistiendo, esa duda lo atormentaba, quería saber lo que estaba pasando.
Para el disgusto del amo de las serpientes, Jiraiya no era mejor que Kabuto y Sasuke acosándolo… porque después de darle vueltas al asunto, no pudo evitar llegar a aquella conclusión que estaba muy renuente a aceptar, pero las insinuaciones… los toques y que lo sodomizaran por parte del Uchiha, eran eso. Jiraiya no intentaba nada, lo cual lo agradecía, pero lo trataba como a un inútil. Sí, agradecía aquel gesto que tuvo con su persona para cubrir en parte su desnudez, pero eso no quería decir que aceptaría que lo trataran como una mujercita débil. ¡Era un hombre! Se sentía humillado.
-Orochimaru, sé que no quieres hablar de eso, pero en verdad quisiera saber lo que pasa.
-Nada… sólo lo que ya te dije. Deja de preguntar, todo lo que quiero es que dejen de fastidiarme.
-Eso puede arreglarse.
Al escuchar aquella voz, Orochimaru se tensó. Los tres presentes se giraron, sólo para ver a una figura emerger desde las sombras de los árboles. Se trataba de Itachi. Orochimaru no podía creer lo que pasaba. Jiraiya y Naruto se pusieron en posición de ataque. Itachi miró la escena.
-No vengo por el chico zorro, sino por el chico serpiente.
El sannin de las serpientes se tensó por aquel sobrenombre. No lo iba a admitir nunca, pero estaba comenzando a ponerse nervioso y molesto, y eso no le gustaba, odiaba sentirse de esa manera. El peliblanco y el rubio miraron tensos la situación. Por un lado, estaban desconcertados, pero por el otro, una extraña sensación de peligro los invadía. Itachi no se movió de su lugar, simplemente se limitó a observar a Orochimaru. El pelinegro no le gustaba nada lo que pasaba. Esa mañana había comenzado mal y tal parecía que terminaría igual.
-Se los repetiré una vez más. Entréguenme a Orochimaru y los dejaré ir. No tengo ningún interés en el contenedor del Kyubi
Jiraiya dio un paso al frente, tratando de crear una barrera entre el miembro del Akatsuki y su antiguo amigo y rival. El Uchiha miró esto con molestia.
-No tengo ganas de una pelea, entrégame al sannin y márchense de mi camino.
Orochimaru tuvo suficiente. No iba a tolerar que siguieran hablando de él como si no estuviera, y encima, no tenía confianza en las intenciones del chico.
-Sé muy bien que el Akatsuki me busca, pero no creí que fuera tan importante que ahora se olvidad del contenedor.
-No es por eso. Nuestro líder, Pain, te busca por otras razones… sabemos tú secreto.
Orochimaru palideció al escuchar aquello. Instintivamente se llevó una mano el vientre, comenzó a hiperventilar.
“No es posible… ¿Cómo se enteraron? ¿Qué es lo que quieren? ¿Por qué yo?”
Naruto y Jiraiya se miraron, esto no les gustaba para nada. ¿De qué secreto hablaba? ¿Qué tenía que ver todo esto? ¿Por qué de pronto Orochimaru parecía tan importante incluso para que Naruto fuera dejado de lado? Las preguntas podrían esperar luego, ahora, lo primero era tratar éste asunto. Jiraiya pidió a Naruto un favor.
-Llévate a Orochimaru, yo me encargaré de Itachi.
-¡Sí!
Orochimaru se sentía avergonzado, enfureció aún más al sentir a aquel chiquillo rodear su cintura para luego llevarlo como una chiquilla inútil. Se quejó por eso.
-Soy capaz de ir por mí mismo.
-No te quejes… no es como si a mí me agradara esto.
Así era. Naruto nunca se imaginó que terminaría protegiendo a aquel que era el responsable de la huída de Sasuke de la aldea… pero ahora… si alguien le hubiera dicho que terminaría ayudando al sannin, seguro hubiera reído a carcajadas… pudo escuchar la conmoción aún a medida que se alejaban, pronto estarían más lejos y esperaba que Ero-senin lo encontrara. Mientras más se alejaban, el ruido de la batalla iba disminuyendo.
Orochimaru ya no sabía que sentir… se sentía humillado, confundido y aterrado. Eran tres cosas que odiaba sentir, más que nada porque no tenía control de nada. No sabía cómo es que “ellos” se habían enterado de su secreto, algo que nadie excepto sus padres, sabían, ni siquiera kabuto que era su mano derecha le había confiado ése secreto… ahora comenzaba a pensar… ¿no será que ellos, Kabuto y Sasuke, también lo sabía? No, ellos no lo sabía, o al menos eso esperaba… porque de ser así, ¿Cómo pudieron enterarse?
Naruto de pronto se detuvo y retrocedió inmediatamente, justo donde antes estaba, había caído un kunai, clavándose en la rama del árbol. Tanto el rubio como el pelilargo, miraron al responsable. Parado frente a ellos, estaba Sasuke, que miraba altanero y de brazos cruzados, su mirada estaba algo fruncida por la molestia. Gracias al golpe que había recibido, sorpresivamente del dobe, había quedado fuera de combate por largos minutos, hasta que se recuperó, para notar que no sabía hacia donde habían escapado, pero gracias a sus habilidades, los había encontrado sin problemas, eso y gracias a la suerte que estaba de su parte, porque sin saberlo, Naruto estaba escapando hacia la dirección donde el Uchiha estaba buscándolos. Naruto se le quedó viendo mientras que el sannin se tensaba. El recuerdo de lo que el vengador había intentado hacerle estaba aún muy fresco en su memoria, y no deseaba que se repitiera aquello.
-Veo que intentaban escapar… muy bien dobe, entrégame a Orochimaru ahora, y te dejaré ir.
Naruto enfureció y por instinto, reforzó su agarre en la cintura del mayor. Orochimaru sólo podía mirar furioso la situación.
-Ni lo pienses, teme.
-Escucha… hagamos un trato.
Naruto miró sin comprender. El sannin no tenía un buen presentimiento.
-Sólo dame a Orochimaru, y te prometo que regresaré de nuevo a la aldea… es lo que deseas ¿No?
Naruto miró sorprendido al Uchiha-teme, mientras que el amo de las serpientes comenzaba a temer por su integridad.
-Sasuke-kun…
Llamó el sannin, el vengador lo miró.
-Itachi… él está cerca… sé que querías vengarte de él…
Sasuke lo miró. Era una táctica cobarde y muy estúpida… pero quería intentarlo. Sasuke sonrió.
-No me interesa eso. Tengo otros intereses.
No le gustó la manera en que dijo aquello, y menos como eso hizo sentir una corriente por su espina dorsal.
-La oferta sigue en pie, Naruto. ¿Qué decides?
Al sannin miró al rubio, quien ahora, literalmente, tenía su vida en sus manos… estaba nervioso. ¿Aceptaría la propuesta del Uchiha? No sabía qué esperar. Naruto parecía confundido, y luchaba internamente mientras pensaba en aquella oferta. ¿Entregar a Orochimaru, quién era el culpable inicial de todos sus problemas, a Sasuke, quien se había ido con el sannin? O ¿Declinar la oferta del regreso de Sasuke a la aldea, algo que se había propuesto hacer desde que éste se fuera? La respuesta hubiera sido sencilla, salvo por un detalle.
-No.
Orochimaru y Sasuke miraron al rubio con sorpresa.
-No lo haré, porque aunque lo hiciera, sé que no cumplirías tu promesa.
Sasuke rió por el comentario, mientras que el ojiambar miraba al rubio con una mezcla de desconcierto y agradecimeinto.
-Dobe, sigues siendo un usurantokachi… pero tienes razón, no hubiera cumplido mi promesa.
Naruto se tensó.
-Igual, tendré lo que quiero, así sea por la fuerza.
-¿Por qué?
Fue la pregunta urgente del sannin.
-¿Por qué yo? ¿Qué es lo que les interesa repentinamente de mí?
Naruto miraba con aprensión del sannin a Sasuke. El vengador, cerró sus ojos al tiempo que bajaba reflexivamente su cabeza, para después levantarla sonriendo de lado.
-Porque tengo deseos de revivir mi clan.
Orochimaru supo entonces a lo que se refería… entonces… sí lo sabían… ambos, Kabuto y Sasuke, conocían su secreto. ¿Pero cómo? ¿Cómo fue que se enteraron? ¿Por qué? Estaba comenzando a sentir que su mundo se movía, la sensación de mareo lo invadió y se sentía de pronto muy débil. Naruto tenía un extraño sentimiento invadirlo. Estaba desconcertado por las palabras de su amigo.
-¿Revivir a tu clan? ¿Qué quieres decir con eso?
Orochimaru se tensó por la evidente estupidez del chiquillo a su lado.
“¿Y se supone qué este chiquillo alguna vez estuvo a punto de vencerme en una batalla hace tiempo? No puedo creer que sea un iluso.”
Sasuke solo pudo contener una risa por la idiotez de su antiguo rival.
-Pero que dobe eres.
-¡Callate teme!
Odiaba ése insulto y odiaba aún más no comprender algo y que nadie se dignara a acláraselo. Sin embargo, algo dentro del rubio, le decía que debía proteger al mayor, no entendía por qué, solo tenía ese extraño sentimiento rumorando en el fondo de su mente, que no permitiera que nadie, ni Sasuke, se acercaran a la serpiente.
Para complicar más las cosas, Kabuto había aparecido, mirando a Sasuke y tal parecía que con la mirada, ambos se pusieron de acuerdo: una tregua… al menos hasta obtener de regreso su presa. Kabuto habló.
-Naruto-kun, su técnica me tomó desprevenido, me tomó bastante tiempo en curarme para poder retomar la búsqueda… por lo que veo, no será sencillo lograr que Orochimaru-sama regrese.
Naruto, comenzó a sentir que su cuerpo se estaba comenzando a perder la paciencia. Esto se estaba complicando cada vez más. Naruto esperaba el regreso del viejo pervertido, pero éste no aparecía por ningún lado y ya estaba comenzando a preocuparse. Entonces, detrás de él, sintió la llegada de alguien. Miro y para su sorpresa, era Itachi. ¿Dónde estaba Ero-senin? Su cuerpo se tensó y su mente se nubló con preocupación y miedo.
-¿Dónde…?
No pudo terminar, por que Itachi le contestó fría y calmadamente.
-No te preocupes, ahora descansa… he terminado con él.
Naruto abrió sus ojos con horror. ¿No podía ser cierto? Ero-senin… ¿realmente había…? No, eso tenía que ser una mentira. Su cuerpo se calentó con furia. Orochimaru, la escuchar aquello, sintió una extraña punzada en el pecho… no entendía… no lo creía… ¿Por qué? ¿Por qué aquella declaración no la podía aceptar como cierta? ¿Acaso aún muy dentro de él, seguía conservando aquella simpatía por quien antes había sido su primera amigo?
“¿En verdad ha muerto…?”
Su mente no lo podía tolerar, el sentimiento… y lo que era aún peor, comenzaba a sentirse mareado, algo en el aire… no, era otra cosa. Podía sentir el chakra del rubio aumentar y volverse terrible e insoportable, lo estaba sofocando. Naruto ejerció mayor prensión en el agarre, algo casi doloroso para el ahora débil sannin. Naruto estaba siendo dominado por el zorro, su furia estaba dejando que perdiera el control. Los tres perseguidores, al ver esto, supieron que tendrían que empezar a moverse.
Naruto gruñó. Saltó para tratar de atacar lo que estuviera frente a él, que en éste caso, era Sasuke. Éste, saltó esquivando apenas el zarpazo que las ahora afiladas garras de Naruto. Naruto atacaba por instinto, pero al mismo tiempo, trataba de aferrar su agarre y trataba de evitar que el sannin se lastimara. Saltó de nuevo, para dejar a Orochimaru cerca de un árbol, pero sin alejarse de él. Era casi como un animal salvaje que defendía su territorio. No permitió que nadie se acercara. La situación se volvió más tensa. Los tres perseguidores, en una tregua silenciosa, atacarían al chico zorro. Estaban por atacar, cuando Jiraiya apareció, bastante golpeado y cansado, pero bien en todo lo demás. Miró incrédulo la escena frente a él.
Cuando Naruto se percato que mientras dos se lanzaban a atacarlo, el tercero corría en dirección del sannin, objetivo que no alcanzó gracias a un golpe certero de Naruto, que nuevamente tomó al sannin, mientras éste, más pálido de lo que ya era, comenzaba a desfallecer.
Al ver que no había manera de ganar esa batalla, los tres chicos se retiraron. Jiraiya intentó acercarse a Naruto y Orochimaru, pero el rubio no parecía reconocerlo. Gruñó como una bestia enfurecida. El amo de los sapos no sabía qué hacer. Pensó que no había más opción que intentar bloquear el flujo de chakra del Kyuuby, cuando estaba por realizar los seños, la voz lastimera de la serpiente se hizo escuchar.
-Basta… me asfixias…
Y como si fuera una palabra mágica, Naruto comenzó a recuperar el sentido, bastante desconcertado, mirando a Jiraiya.
-Ero-senin… creí que… dijeron que habías muerto.
Al escuchar las palabras del rubio, Orochimaru abrió sus ojos para contemplar a aquel idiota que solía ser su compañero… cansado, inconsciente de lo que hacía, sonrió levemente. Después… todo se volvió negro.
Naruto miró a su maestro y luego a Orochimaru.
-Ero-senin, ¿Qué vamos a hacer?
-Creo, Naruto… que no tenemos más opción… necesita atención médica…
-Ero-senin… hay algo que no entiendo.
-¿Qué?
-¿Cómo…?
-Itachi es fuerte y muy hábil, logró dejarme fuera de combate por un rato…
-¿Qué era eso del secreto de Orochimaru?
-No lo sé…
-Hay algo más… parece que Sasuke lo busca por lo mismo… pero dijo algo que no entendí… dijo que quería revivir su clan… ¿A qué se refería con eso?
Jiraiya miró sorprendido a Naruto por aquella declaración, y sinceramente no comprendía nada de esto.
-No tengo idea, pero creo que todo se resume en ese supuesto secreto. Naruto…
El chico lo miró.
-Creo que tenemos que llevar a Orochimaru a la aldea.
Naruto miró sorprendido al mayor, abrió sus ojos desmesuradamente y gritó tan fuerte como sus pulmones se lo permitieron.
-¿QUÉ?
-Naruto, se que parece una locura, y no creo que él vaya a estar contento… y estoy seguro que lo que voy a hacer le va a gustar menos, pero… creo que las cosas se han puesto lo suficientemente raras aquí, y creo que necesito de que Tsunade esté enterada, además que creo que ella puede ayudarnos.
Naruto parecía escéptico, pero no replico.
Sin embargo… Orochimaru no iba a estar muy contento una vez que despertara…