Y sonrió, es que se sentía tan bien ser abrazado por aquel pelinegro. Con su calor, sus dudas, miedos y tristezas desaparecían como una nube de polvo siendo llevado por un fuerte viento.
Es que, simplemente se sentía bien.
¿Por qué le gustaba tanto? ¿Por qué tenía que ser Gold el chico que robó su corazón?
¿Había una respuesta a aquellas interrogativas?
Silver no lo sabe y en cierto modo, agradece que todo siga en misterio.
Cerró los ojos y le ordenó a esas cosas que se llamaban brazos rodear el cuello del chico de gorra para corresponderle. Sintió el cuerpo ajeno tensarse un poco ante la reacción.
Y es que, todo era tan confuso.
La sociedad era cruel, su mejor amiga Violet todavía no había superado del todo el maltrato físico y mental de cuando Crystal y ella comenzaron una relación más allá de la amistad.
Crystal la defendía pateándoles los horrendos traseros a los idiotas que se atrevían a herirla, y el Riolu de la agredida –en este caso Violet- los mandaba a volar con un Lanzamiento Concentrado.
Silver tuvo miedo de ser los que seguían en ser maltratados.
No quería que alguien que no fuera él lastimara a Gold, pero…
¿Esa era una buena razón para rechazarlo?
Por supuesto que no lo era. Silver sabía que a Gold todo lo que le dijeran, absolutamente todo le entraba por un oído y salía por el otro. Era algo tan… extraño.
Y Gold seguía abrazándolo, no queriendo dejarlo ir.
Por favor, que se detenga.
Silver no va a poder con la presión, caerá en aquel abismo que la sociedad llama como “perdición”.
Pero él sabe que no es una perdición, su Feraligatr siempre se lo afirma. Violet pudo superarlo, ¿por qué el no?
El Gengar de la ojivioleta* se lo repite muchas veces por telepatía, pero él no se da cuenta.
“Estás enamorado de él, solo déjate llevar…”
Gold tiembla, algo no está bien, ¿acaso él también teme lo mismo?
No, eso no es posible. Silver lo sabe. Algo quiere cuajar, algo quiere entrar.
Algo que se llama rechazo.
El pelirrojo se siente bien, tiene que admitirlo pero, ¿esto qué siente es amor?
No lo sabe y tiene miedo de la respuesta.
Se separan y él hace una mueca de frustración, esto no le gusta. El calor embriagante que lo envolvía se va lentamente y vuelven las demás preocupaciones.
Gold lo mira, una mirada suplicante, que pide piedad a gritos.
Que pide amor.
Silver no sonríe, tiene miedo, se está asustando.
-¿Y bien? ¿Qué dices?
Y Silver tiembla de nervios.
Está asustado, ¿para qué negarlo? Se sonroja pensando en una buena respuesta.
-“Le acepto, le rechazo, le acepto, le rechazo”
Está confuso, no sabe en qué pensar. Debe decidirse rápido ante la confesión del mejor criador pokémon de Johto. Y hablando de decidirse rápido.
-Oh vamos Silver, dile que sí y asunto arreglado.-Violet tenía que aparecerse en ese momento junto a Crystal. Azumarill juguetea alegre con el Riolu de la ojivioleta.
Gold y Silver voltean a verlas, ambos con los rostros de color rosado. Ambas chicas están tomadas de la mano, recibiendo miradas feas, sin embargo, esta vez Violet no se incomoda.
-Vio, vamos a la feria. Dicen que hay un descuento en el túnel del amor.-Crystal jalonea a su novia para alejarlos de los chicos.-Y espero que ustedes vayan para unos lindos besuqueos.
-¿Besuqueos?-Violet murmura sonrojada. El criador y el evolucionista se ruborizan. La chica de sombrero jalonea la mano de la menor- en este caso Violet, debido a que ella tiene 15 mientras que los demás tienen 17).
Crystal lucía maliciosa.
Pobre Violet, eso es lo que Silver piensa.
-¿Y qué dices? –Gold vuelve a preguntar. Silver tiene una idea.
Al carajo la sociedad.
-Digo que…-dice con drama, dejando pálido al pelinegro del miedo- vayamos la feria para ir al túnel del amor.
Gold sonríe. Sabe que eso es ser correspondido. Toma del brazo del pelirrojo y corriendo lo jalonea hacia el lugar donde los besos ocurrirán.
Y Silver se siente feliz. Sabe que con el chico de ojos dorados no hay nada qué temer.