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Ángel. por grupo tamashii

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Notas del fanfic:

Disfruten esta historia escrita por Artemisa, el nuevo miembro de grupo tamashii...

Notas del capitulo:

Disfruten!

Ginny, uno de los ángeles más hermosos del reino celestial, se puso a mirar a través de las esponjosas nubes; los humanos –cómo no- estaban haciendo de las suyas.

Por donde mirara encontraba lágrimas y dolor, y claro, robos, secuestros… y toda clase de perversidades propias de ellos, aunque también tenían su lado bueno… Eso era lo que le gustaba mirar a Ginny: Amor.

Su lado optimista la hacía pasar horas y horas observando la primera cita de una pareja, o la última cita de un par de ancianos, le gustaba mirar como los hombres ligeramente perfumados y con sus mejores galas se adornaban para ver a sus novias y como ellas sonrojadas y relucientes pensaban en ellos.

Cómo suspiraba Ginny viéndolos agarrándose de las manos y luego dándose un corto beso en la mejilla, “eso es amor, eso es amor” pensaba; y luego lo que más le gustaba, eran las despedidas de corazón y los ojos llorosos, y los besos largos, y los sentimientos desbordantes que aun desde el cielo ella notaba, que hermoso es el amor, que hermosas las parejas, que viva el amor, que vivan las parejas…

Y luego lo que menos le gustaba a Ginny, las rupturas… ¡Oh, como las odiaba!

Se taparía los ojos pero eran tantos sentimientos juntos que para un ángel como ella era imposible no notarlos, a veces era por desamor, o por celos, o por infidelidad, o por tonterías… pero siempre había corazones rotos y sentimientos desgarradores; aunque claro aunque Ginny no pudiese estirar su celestial mano y arreglar las cosas a su manera, podía esperar con todo su inmenso corazón que las cosas mejoraran, pensaba día tras día en las personas que, cada una por su lado y ambas con remordimientos, se reconciliaran, se abrazaran, se besaran y se perdonaran…

Ginny nunca trató de alterar el mundo de los humanos, era una fuerza muy poderosa, había dicho Dios, y ella como buen ángel no lo intentó… Hasta ahora.

Esos tontos humanos, peleándose cada semana: qué mi padre, qué mi herencia, qué mi orgullo. Y el otro, ese cabezotas pelinegro: que Ron, que Hermione, que mis sentimientos…

¡Hay! Si sus ojos produjeran lágrimas habría llenado un par de océanos humanos observando al par más interesante de la tierra durante sus interminables discusiones y reconciliaciones, ¡era como su cine personal! ¡Que alguien le alcance las palomitas de maíz, por favor! 

Es un dicho humano: “Si te quiere, volverá”…Y ese no era el caso de sus aclamados predilectos, ellos tan orgulloso como si fueran reyes se podían ignorar, pelear, hasta pegar (según había visto) y nunca, repito, NUNCA disculparse… y ¿Cómo se reconcilian en medio de desprecio?

Fácil: Atracción humana; su pareja preferida tenía una irrefutable química, una tensión que la sentía hasta ella, sus ojos vidriosos, sus respiraciones agitadas, una que otra mano juguetona… ah, si ellos se “deseaban”  y olvidaban los problemas, claro que solo por un momento porque aunque no se hablara de ello, seguía presente.

Ellos estaban peleados, enojados y tristes pero esta vez ninguno quería pelear.

Una noche de invierno, bajó lentamente, sus alas agitándose y se posó con suavidad en la fría nieve, se acercó a la venta y miró: Harry Potter yacía dormido, seguramente sus ojos estarían rojos y con expresión de tristeza. Apareció súbitamente en la habitación y comenzó a hablar cerca, muy cerca al oído de Harry…

Sacó de su levita blanca un pequeño sobre y lo deposito en la mesita de noche, ý mirando tiernamente al chico dormido, desapareció.

Pasó menos de dos horas humanas para que Dios la llamara a su presencia, escucho pacifica, dócil, y asintió con la cabeza cuando Dios dictó la sentencia con infinita pena; no necesitaría nada, su vida sería la de una persona común y corriente con todos los beneficios que puede acarrear ser un ángel desterrado: sin alas, sin compañía divina, sin el amor de Dios…  Lloró por primera vez tocando con sencillos zapatos blancos la nieve, sus lágrimas silenciosas caían por su rostro una tras otra, saladas, pensó con un poquito de curiosidad, pero estas no cesaban de caer, y plap, también cayo ella.

Sintió asombrada, dolor en la rabadilla y se quedó ahí, en la nieve  inmóvil cuando unos gentiles brazos la levantaron y la pusieron en pie, sus lágrimas seguían saliendo, pero era imposible no distinguir a su ayudante.

—¡Harry! Eres un tonto.—Sintió unas manos limpiando su saco de la nieve y una sonrisa brillante de un chico rubio la deslumbro—. Perdóname pero “él” me empujo…

—¡Oh! No te preocupes, estoy bien—sonrió ante la sorpresa del dúo y preguntó-- ¿ustedes son pareja?

Ellos se miraron sorprendidos, Draco más que el otro.

—¿Cómo…?

—Yo… No se… solo me dan la impresión… —se limpió los últimos rastros de nieve y cómo no esperaba respuesta empezó a caminar.

Harry Potter la miró irse preguntándose porque le resultaba tan familiar… Y luego recordó la carta, esa en la que con detalles muy explícitos  detallaba parte a parte como seria su vida y la de Draco si no estaba juntos, si no hacía algo “ya”; viéndolo todo demasiado real, demasiado vivido para su gusto, comenzó a angustiarse, le gustaba Draco, mucho más que cualquier chico con el que hubiera salido antes… Pero sus caracteres eran muy diferentes y le hacían dudar… pero ¡oh, por Dios! Leer que el rubio salía con alguien más y que él mismo tenia pareja (mujer, cosa casi imposible de creer) le destrozo por completo y claro le abrió los ojos; llamó a Draco, pidió perdón hasta por lo que no hizo y ahora empezaban una nueva vida sin peleas...

Y esa voz, tan cálida y melodiosa…

—¡Harry!-volteó sobresaltado.

—¿Qué?

—Hace cinco minutos que te ando llamado, tonto despistado —Draco tenía los ojos entrecerrados y la voz irritada –Si quieres seguir soñando despierto mejor me voy a mi casa, al menos en ella me ponen atención…

—¡No! –El rubio saltó en su sitio y pusó una cara interrogante—. Solo estaba pensando en algo, no es nada… por favor no te vayas…

—Ya… -Draco con las mejillas sonrojadas, tomó la mano  de Harry jalándola para seguir su camino—. No me iré… No lo haré… Quédate tranquilo.

Harry sonrió feliz, agradeciendo a los ángeles del cielo por la bendición recibido.

Su ángel personal sonrió sin saber el porqué.

 

 

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

¿Un Review?


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