Capitulo 2
Entonces mañana…
Entonces le tocaba seguir al pelinegro.
((Al siguiente dia))
-¡Al! ¿A dónde vas?- Albus paro su camino a “¿Hacks?”
-Solo me vere con un amigo… En un rato los alcanzo.- Se despidió con la mano antes de correr al local.
Scorpius se despidió del resto del grupo y siguió a Albus disimuladamente.
Cuando llego, se asomo levemente al callejón del lugar, para ver, nada mas y nada menos, que a su mejor amigo y a su padre, besándose. El mayor tenia una mano por la cintura del pelinegro y la otra puesta descaradamente en el trasero de este. Albus no parecía poner demaciada resistencia que se dijiese.
No podía pensar nada coherente, aunque lo que veía tampoco era muy coherente que se pudiese decir. ¿Su padre y su mejor amigo?
Miro mas atonito aun como hiban entrando por la puerta trasera de “Hacks” si el mal no recordaba, era un estilo motel. ¿¡Acaso pensaban echarse un polvo justo ahora?!
Sin pensarlo dos veces, fue a la parte delantera del lugar, entro y reservo una habitación, aunque sabia que no se quedaría, el tiempo permitido para estar en Hosmeade terminaba en dos horas.
¿Qué hacia llendo para su “habitación”? ¿Acaso pensaba espiar?
Al llegar, abrió la mochila que traia consigo, donde tenia la capa de invisibilidad de Albus, (Laaarga historia), se la echo sobre los hombros, revisando que no se vean sus talones y salió de la habitación, conociendo a su padre, seguro estarían en el piso mas alto, tomo el ascensor y al llegar, lo confirmo al ver a su padre y a Albus besándose salvajemente en el pasillo, llendo entre besos a la habitación del fondo, cuando ellos entraron, se escabullo disimuladamente y entro también.
-Albus… no tienes una idea de cuanto te extrañe.- oyó a su padre murmurar entre besos, mientras se recostaba en la cama y el pelinegro de arcajadas sobre el.
-Callate y follame de una puta vez Dragon…- medio gruño entre besos Albus, sujetando con fuerza parte de los cabellos del mayor.
-Nunca eres cariñoso Albus.- murmuro molesto el rubio, mientras ponía debajo de el al pelinegro.
-Siempre lo soy, pero en estos momentos tengo otras cosas en mente cariño.- El pelinegro comenzó a acariciar el torso desnudo del mayor sin vergüenza alguna.
Scorpius estaba rojo a mas no poder, y no podía creerlo, su amiguito estaba reaccionando a tremenda escena, donde los protagonistas eran nada mas y nada menos que su PADRE y su MEJOR AMIGO!
¿Raro? ¿Dónde?
Una vez que la remera abandono el cuerpo del mayor, comenzó a deshacerse de la del menor, le siguió a eso los pantalones, la ropa interior, las zapatillas y las medias.
El mayor introdujo tres de sus dedos en la boca del menor, mientras hiba repartiendo besos y caricias por el pecho y cuello del pelinegro. El pelinegro se encargo de ensalivarlos bien, y de modo sensual, asegurándose de que el mayor no pudiese dejar de morderse el labio por la extrema lentitud del mas pequeño. Cuando ya estaban lo suficientemente húmedos para el pelinegro, se los quito de la boca, deposito un beso en la punta de cada uno y abrió las piernas.
El rubio mayor sonrio. Dirigio sus dedos ensalivados a la entrada del menor, y la otra mano, a la erección de este mismo. Al momento de la dilatación, se notaba que hace tiempo no tenían relaciones sexuales, ya que el ano del menor ponía mas resistencia, cuando el pequeño hiba con Scorpius a dormir a su casa en el verano, la dilatación aveces ni era necesaria por lo seguido de sus “encuentros”. Finalmente consiguió introducir un dedo, comenzó a hacer movimientos circulares hasta que le pareció adecuado que otro dedo le aga compañía al primero , siguió con movimientos de tijeras, mientras seguía masturbando al pelinegro, para que el dolor sea menor. Llego un tercero a unirse, el pelinegro se quejo por primera vez, ahogo sus gemidos en la boca de su amante y relajo los músculos para no hacer todo mas complicado.
Despues de unos momentos, quito los dedos de la entrada del pelinegro, posicionando su miembro en el lugar de estos, para comenzar a embestirlo suavemente, a lo que el otro se sujeto fuertemente de sus hombros, conteniendo varios gemidos.
-Vamos cariño, suéltalo todo, sabes que me gusta escucharte.- Vio a su padre darle una lamida en el lóbulo a Albus y casi se cayo para atrás de la impresión.
A partir de ese momento y de lo que restaba del encuentro, Albus dejo de guardarse los gemidos y jadeos, y cada vez que lo hacia, Draco si bien le daba una nalgada o le lamia el lóbulo.
Una hora y media después ninguno de los dos daba para mas repeticiones, y Scorpius, aparte de sentir que toda su sangre estaba acumulada alla abajo, se sentía ¿traicionado? Si, quizá esa era la palabra justa.
-Albus…- el mayor sacudió levemente al menor, que comenzaba a quedarse dormido.- Cariño tienes que volver a Hogwarts…- el moreno gruño molesto y comenzó a vestirse ante la atenta mirada de los rubios.
Bajaron los dos, seguidos de Scorpius, aun con la capa, pagaron y salieron por la puerta trasera.
-Nos veremos el fin de semana que viene, ¿esta bien? – el menor asintió y deposito un suave beso en los labios del mayor.
Luego de un par de besos mas, el pelinegro se giro para irse, el rubio mayor aprovecho y le dio una nalgada, a lo cual el otro rio traviesamente, cuando estaba mas lejos lo saludo con la mano, comenzando a correr, al ver la hora, sabiendo que se llevaría una buena reprimenda por parte de la profesora MaCcdonagal (NA: No recuerdo como se escribia, alguna me dice? >.<)