Nuestro amor parece una fantasía, es un sueño hecho realidad.
25 de Diciembre.
Departamento de Oh SeHun.
Eran alrededor de las 5 de la tarde, cuando SeHun se colocaba frente a su ordenador, listo para una sesión de porno o quizás escribir algo. Aunque; ¿A quién engañaba? Él sólo iba a conversar con la persona más importante en su vida desde hacía meses.
Quizás su relación no fuese la mejor, quizás nunca lo sería. Pero para él, era lo mejor que le había sucedido en la vida.
Un amor bizarro, así interpretaba él su relación.
Estaba viendo una película porno, casi cayéndose del sueño. Sin poderlo evitar, cayó rendido sobre el ordenador.
Los gemidos y pujidos se escuchaban, mezclados con su respiración acompasada. Sumergido en un sueño suave y delicado, casi rozando la perfección.
Se acomodó mejor, apoyando la mejilla contra su antebrazo, la posición quizás no era cómoda, ni la mejor, pero estaba disfrutando de un sueño maravilloso.
Uno donde estaba corriendo tomado de la mano de aquella persona tan importante para él; correr por las nubes, espesas y blancas, esponjosas. Su rostro ameno refleja la tranquilidad que lo envuelve.
Suspira, algo no es normal, podría jurar que siente algo cálido en su espalda y muy a su pesar, abre los ojos con cansancio y desgano. Ese sueño era precioso, simplemente no quería dejarlo ir tan pronto.
Pero esas manos rodeando su cintura y esos labios besando su frente, simplemente eran mucho mejor que ese sueño o cualquier cosa en el mundo. Sonrió, tan sólo moviendo los labios en una fina línea, sin mostrar los dientes y elevo la cabeza, parpadeo un par de veces.
—Hola, bebé.
SeHun sonrió aún más amplio y ronroneo, irguiéndose por completo deslizo sus manos hasta posarlas sobre las ajenas.
—Amor.
— ¿Has dormido bien?
—Ujuhm…
El contrario rió, pegó la mejilla con la del otro, cerrando los ojos suspiro y se acurruco contra él.
El frío casi no se notaba, a pesar de que afuera estaba librándose una tormenta.
—Vamos a la cama, o vayamos al sofá.
— ¿Acaso quieres toquetearme?
Él otro rió de nuevo, era inevitable no reír con ese mocoso y sus tonterías, pero así lo adoraba.
—Eso quisieras, por lo menos podrías haber cerrado la página del porno e ir a la cama a dormir si estabas tan cansado.
—Yah, Lu… No seas tan rudo conmigo.
—Vamos mi cielo, o… ¿Quieres qué te cargue?
SeHun se encogió de hombros y después fue soltando las manos del contrario lentamente, poniéndose de pie y haciéndole frente.
—Me encantaría, pero también me haría muy feliz ser yo quien te cargue.
LuHan sonrió, tomando la mano de SeHun, se encamino a algún lugar en su acogedor hogar.
— ¿A dónde vamos?
—Cualquier lugar está bien, siempre y cuando estés conmigo, todo será maravilloso.
Ambos mantuvieron una sonrisa, paseándose por todo el lugar, hasta llegar a la habitación, donde LuHan soltó la mano de SeHun tan sólo para ir a por los pijamas. Se desvistieron en silenció, apreciando la belleza del cuerpo ajeno, aquel que tan bien les era conocido.
Se reunieron en la cama, recostándose uno al lado del otro e iniciaron a ver una película. No cualquier película. Una de romance, SeHun es un romántico empedernido y llorón.
Votos de amor.
Conforme va avanzando el rodaje, SeHun está entre frustrado y dolido, puede sentir lo que sucede con el protagonista varón. Siente su pesar y dolor, casi como si fuera propio.
Hace tan sólo unos días, la distancia era tan grande que dolía. El estar lejos casi los mata, se necesitan mutuamente, casi más que a cualquier cosa vital. Él lugar donde SeHun prefiere estar, es entre los brazos de LuHan. Se ha encargado de hacérselo saber cada noche, a cada momento e instante que pasa. No puede evitarlo, él es su vida.
La película es tan triste, que SeHun está llorando, aferrándose a la almohada, mientras LuHan se ha quedado dormido. Al terminar la película, le mira, admira esa belleza apacible que le tiene hipnotizado.
Estira el brazo y con las yemas de los dedos, roza la mejilla de LuHan, sonríe e inclina el cuerpo hacia el contrario, tan sólo quiere dejar un beso sobre esa suave y cálida superficie.
Sonríe al sentir unos brazos rodear su cintura y atraerle hacia el cuerpo ajeno, no puede evitar subirse sobre LuHan, acurrucarse contra su pecho, pero esos no son los planes del contrario.
—Hun…
— ¿Mhm?
SeHun fija su mirada en la de LuHan, sabe lo que viene a continuación, se relame los labios y alza la cara, alcanzando los carnosos y suaves belfos del otro. Se besan con los ojos cerrados, sus corazones se aceleran y sus cuerpos se van calentando poco a poco.
—Lu…te necesito.
— ¿En qué forma?
—En todas las formas posibles.
Y tras decir esto, SeHun se avergüenza por un momento de sus palabras, pero es verdad. En verdad necesita a LuHan, incluso para respirar o para que su corazón bombee sangre a todo su cuerpo.
Él es todo lo que me da vida.
Deslizan sus manos y vuelven a besarse, las caricias no son suficientes para decir cuánto se han extrañado. Nada lo es realmente, es imposible darle un valor a la necesidad que tiene el uno por el otro.
Se deslizan por la cama, ya van y viene las posiciones, primero uno y luego el otro. Estar arriba o abajo, realmente no importa. Lo realmente importante es que se tienen el uno al otro.
Tan sólo son besos, roces entre labios y caricias ligeras, suaves, delicadas. Sus manos se encuentran e intercalan, quedando entrelazadas sobre el colchón a la altura de la cabeza de SeHun.
Terminan el beso y sonríen, uniendo sus frentes mantienen los ojos cerrados y la respiración acelerada, chocando con la contraria, mezclándose en ese dulce sabor que tienen sus besos.
Su aliento es una dulce droga que nunca planean dejar.
Unos segundos en un cómodo silencio, sintiendo el latir del corazón contrario. Unidos en esa posición, disfrutando con la calidez del contacto.
—Me encantas, me fascinas, me vuelves loco, te quiero, te amo, mi hogar eres tú.
—Te amo, mi universo.
Sonrieron, justo antes de cerrar el momento con un beso suave y lento, disfrutando de la compañía del contrario. Se recostaron y acurrucaron en la cama. Por más ganas que SeHun tuviera de lanzarse sobre LuHan, él le ha mostrado demasiadas cosas.
Ha descubierto que el amor, es más que sólo sexo.
Y pensar, que su relación es bizarra, complicada, pero sobre todo; Esa es su forma de amarse.