Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Sempai [KaiSoo Ver]. por K BL

[Reviews - 4]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Mi nombre es Kyung Soo, soy un joven coreano de 17 años que vive en el extranjero junto con sus padres que nunca están en casa, y por eso siempre esta con sus amigos; somos alumnos de 3er. año de instituto.

Hace aproximadamente 6 años que llegamos a Japón. Mis padres son un par de empresarios que decidieron que viviríamos en este país, tan pronto cumplí la edad suficiente para entrar a la escuela media nos mudamos de Seúl a Tokio.

Ciertamente mi estadía en este país no había sido la gran cosas hasta hace un año y medio. Sí, lo recuerdo bien, en el verano de hace un año y, cuando ingresamos a 2 grado de instituto. Aquel prestigioso colegio de Tokio, donde estaban la escuela media y el instituto, tan solo separados por campos, secciones  pero técnicamente estaban juntos y era el ala norte para los de escuela media, ala sur para los estudiantes de instituto.

Ahí estábamos nosotros, mis amigos y yo. Un grupo de chicos populares desde la escuela media que ahora estaban en segundo curso de instituto. Simplemente los más populares entre chicos y chicas a pesar de no ser japoneses. Siendo 2 chinos y 2 coreanos.

Bueno como sea, creo que me desvíe mucho del punto. Les decía que hace un año y medio ingresamos a segundo grado de instituto y como parte del comité de estudiantes LuHan y yo. Si LuHan, mi mejor amigo.

Como sea, LuHan nos contó que su primo llegaría e ingresaría a segundo grado de escuela elemental, el chaval tenía 14 años, así que mi rubio amigo quería que cuidáramos de él, a pesar de que sabía artes marciales.
¿Quién protege a una persona cinta negra en wushu?
Pues claro, el bobo de LuHan.

Nunca nos habíamos pasado por las instalaciones de escuela media desde que las abandonamos para emprender nuestro ascender en las escaleras de la sabiduría. Pero aquella tarde lo hicimos para que LuHan viera a su primo de 14 años.

Recuerdo bien como las niñas de primer, segundo y tercer curso chillaban ante nuestro avance por los pasillos, sus miradas llenas de brillo y emoción, aunque no entendiera porque tanto revuelo por ver a una panda de chicos, cuando dos de ellos son pareja entre sí. Tal era el caso de YiXing y JongDae, quienes desde escuela elemental son pareja.

A KyungSoo y a mí nos daba gracia que fueran pareja, realmente era divertido verlos comportarse como un par de quinceañeras en pleno colegio. Aunque realmente no se comportaran así en público. Excepto por la vez que nos los topamos en el gimnasio fuera del horario de clases técnicamente follando. Eso fue realmente traumante, desde aquella vez procuro no ir a ese lugar fuera del horario de clase.

También tengo muy presente cuando vimos a aquel joven de cabello negro, mirada desafiante y apariencia de matón, aunque su actitud era la de un pequeño gatito. Su uniforme azul rey junto con sus pantalones tono blanco, resaltando su piel blanca como la leche. En pocas palabras el chico era muy apuesto, con razón LuHan quería venir y dejar en claro que eran familia.

Más después caímos en cuenta de que no se trataban como familia, sino como pareja. Los celos aparentemente sin sentido por parte del rubio hacia el chico de cabello negro eran sorprendentes, rebasaban a los de una chica. No sabía que LuHan pudiera ser tan posesivo como lo era con aquel chico. Sus aretes a par, teniendo exactamente las mismas perforaciones, parecían la pareja perfecta, incluso cuando LuHan lo abrazaba y revolvía su cabello negro, todo parecía un cuento de hadas. Sí, con don forever alone KyungSoo.

YiXing y JongDae siendo la pareja que siempre hubieras imaginado terminarían casados, LuHan y SeHun la pareja más sensual según las chicas que gritaban emocionadas e inventaban historias románticas entre ellos. Era completamente extraño, en lugar de buscar algo con nosotros, nos emparejaban en alguna clase de pareja amorfa, conocidas entre ellas como CUOPLES.

Bueno, un día no podríamos pasarnos por los salones de escuela media ya que el entrenador nos pidió que practicáramos para el próximo torneo de soccer. Y ahí estábamos YiXing y yo en plenas canchas corriendo como locos, sudados hasta los codos y LuHan lanzándonos burlas mientras que JongDae le gritaba palabras de apoyo a su unicornio.

Fue entonces cuando llegaron un pequeño grupo de chicos, liderados por SeHun, caminando hacia las gradas directo a LuHan. Pues claro si no va él, hay que venir a buscarlo, par de princesos en busca de un cuento de hadas para Disney.

Un chico de cabello castaño y moreno claro, sonrisa derp, con porte estilizado pero varonil. Un bajito de cabello negro y ojos delineados, lindo, de seguro era el Kawai de su grupo. Pero entonces mi mirada deparo en un joven de piel bronceada, mirada filosa, cabello negro y labios rojizos.

Sí, mi corazón comenzó a latir con fuerza y me perdí tanto en él que me quede parado justo en medio del campo, hasta que YiXing llego y me pego un zape indicándome que era hora de irnos. Mi caminar se volvió torpe tan pronto estuvimos cerca de ellos, sentía la respiración fallarme. ¿Qué me estaba pasando?

Ni hablar de cuando llegamos hasta LuHan y JongDae, soltando bromas, carcajadas y sonrisas al azar, cielos ni hablar de su tic de morderse los labios. Creo que sufrí de una erección justo cuando pasó su perfecta dentadura sobre sus labios rojizos, aprisionándolos, pareciera que me estaba provocando.

Su ronco timbre de voz, su perceptible belleza y apariencia varonil, sin duda era mi tipo. Siempre había salido con chicas lindas, claro, era un gigolo pero estaba seguro de que ese chico se me iba a meter entre ceja y ceja, su belleza no se comparaba ni con la de 20 de mis ex conquistas. Él simplemente era mi fantasía hecha realidad.

JongIn, Kim Jong In.

Su nombre me quedo grabado, pues esa noche fue la primera en la que me toque pensando en un chico, y que chico… sin duda era hermoso y debía poseerlo. Jamás me había imaginado a mi sobre un chico, creí que era el único hetero entre mis amigos, pero al parecer solo esperaba al niño indicado, porque eso era… un niño que me había hecho pensar cosas indecorosas y fantasear con él gimiendo bajo mi cuerpo.

Era un adolescente de 16 años con las hormonas a flor de piel y aun así logre contenerme por todo un año completo, en el cual me negaba a admitir que ese niño me tenía loco por poseerlo. Volviéndome en un completo casanova, si no folle con más de la mitad de las chicas de mí generación fue extraña. Todas pasaron por el gimnasio y patio trasero, con sus uniformes puestos, tenía cierto fetiche por las prendas escolares cubriendo su cuerpo.

Entonces paso un año de esa forma, teniendo yo la fama de follarme a cualquiera que se posara frente a mí y me pidiera pasar un buen rato. Aunque era verdad me molestaba un poco, hasta que sucedió hace unos días, LuHan me pidió que fuéramos al gimnasio para ver a SeHun mientras estaban en la clase de deportes, ese fue mi peor error, acompañar a mi amigo y ver a JongIn estirarse frente a mí de aquella forma tan porno, sus blancas piernas al descubierto y cubierto de sudor.

Mierda, esa noche no salí de mi cuarto para nada, masturbándome con la imagen de JongIn estirándose y yo llegándole por detrás, abrazándolo, pasando mis manos por su pecho justo debajo de la playera, sintiendo su suave piel. Restregando mi miembro contra su firme y delicado trasero, besando detrás de su oreja y él gimiendo suavemente.

Sin duda ese chico me tenía loco al punto de tocarme todas las noches pensando en él, teniendo sueños húmedos y amanecer mojado por su actuar adorable pero sensual dentro de mis sueños, necesitaba pero ya escuchar sus dulces e infantiles gemidos al ritmo de las caricias que repartiría por su piel.

Entonces ahí estaba yo, capitán del equipo de soccer en mi aula, aquella en la que nadie pasaba cuando terminaban las clases con un muy animado líder del equipo de baloncesto. Sí, LuHan y yo solos en ese salón vacío, él con una sonrisa que lo delataba, estaba a punto de hacer algo con SeHun.

- Kyung, hoy no quiero que me esperes vale, voy a llevar a SeHun a comer.

- No te preocupes amigo que no tengo ganas de molestarte en tu encuentro romántico con tu panda.

- No digas tonterías, que esta vez le voy a dar un regalo muy especial.

- Carajo LuHan, si ustedes ya me resigne a que nunca van a follar.

- No digas tonterías, que hoy va a ser una gran noche para mí y para él…

- Vas a pervertir a ese pequeño de 15 años animal de casi 18, bestia.

- Hey, yo no tengo la culpa de que te quieras follar a JongIn y no te atrevas.

- ¡Cállate!, eres un imbécil yo no me quiero follar a JongIn.

- Kyung, toda la escuela sabe que te quieres tirar al niño y por eso te acuestas con cualquiera que se te ponga enfrente.

- Tan obvio soy…

- No, simplemente hay que ver como lo atraviesas con la mirada y evitas quedarte a solas con él.

- Bueno, es que es un niño, Lu.

- ¿Y desde cuando la edad es un impedimento para follar?

- Hey no lo digas así… de esa forma suena a que lo quiero corromper…

- ¿Y no es así?

- Bueno, pero de esa manera de escucha mal.

- Sabes, KyungSoo ese niño está perdido en ti, se tiño el cabello porque pensó que te gustaban rubias, ahora lo tiene de rojo porque has salido con chicas pelirrojas, JongIn usa su uniforme de forma correcta porque tienes fetiche por estos. Ya date cuenta de que lo tienes en las manos. Simplemente deja de resistirte a lo que sientes, hazle caso a tus instintos.

- Quizás lo haga…

- Piénsalo, como sea. Me voy.

- Adiós.

Y así fue como me quede solo en mi salón, sentado en mi pupitre con un cuaderno haciendo apuntes y jugando con mi lapicera.

Meditando no me di cuenta de que alguien perturbo mi privacidad, irrumpiendo en mi espacio personal… Su respiración chocando contra mi oreja y su presencia sobre mi espalda, su mano arrebatándome el lapicero y borrando mis apuntes y después ese niño sentado justo en el pupitre de LuHan.

Ambas piernas abiertas y una sonrisa tímida, mostrándome el su lindo trasero, sin duda deseaba tocarlo. Pero me contuve y enfoque mi mirada en mi cuaderno, siguiendo con mis apuntes.

¿Cómo es que llego hasta aquí a estas horas?

Se supone que nadie viene cuando las clases terminan, pero él está aquí frente a mí con esa sonrisa estúpida que me tiene perdido, ocultando su mirada con su flequillo. Con las mejillas rosa pálido por el rubor que las cubría.

- Senpai…

Su acento inconfundible, su sensual voz llamándome de esa forma, era como una carga de adrenalina que recorría mi espina dorsal, una especia de escalofrió. Un estímulo a mi entrepierna, que palpitaba ya desesperada por sentir el cuerpo de JongIn rodearla...

- Kyung Soo sempai…

Mi respiración estaba un poco intranquila, mi cuerpo entero se tensó cuando lo vi de reojo, su cabello revuelto y su lengua repasando sus rojizos labios, dejándolos húmedos y brillosos…

Simplemente era demasiado para mí, para mi necesidad de poseerlo. Su cuerpo justo a mi lado mientras me arrebataba el dichoso lapicero para lamerlo y jugar con él mientras simulaba pensar. Poco después garabateo en mi cuaderno, mi mirada estaba fija en sus largas piernas y la vista que me daba de su cuerpo esbelto.

Estaba literalmente perdido en él, mi pequeño niño que me tenía muerto mentalmente cuando respiraba la fragancia de su colonia.

- Senpai…

Su sonrisa tímida mientras me provoca, sabe lo que causa en mí y aun así persiste en llamarme de esa manera, de respirar justo sobre mi oído y de proporcionarme el calor que expide su cuerpo, junto con su picoso aroma que me inunda de pies a cabeza, haciéndome perder los estribos.

No lo pensé más, no había que retenerse tanto… Simplemente me puse de pie y lo tome de la cintura. Fue mágica la sensación de tenerlo entre mis manos, acariciar su mejilla y acorralarlo en el pupitre de LuHan, ya mañana le diría que no se siente ahí.

Sus mejillas cubiertas por un ligero rosa pálido y la respiración un poco agitada, sus piernas rozando las mías, su pelvis completamente junto al mío… Era una sensación maravillosa y única.

Sus ojos brillosos mientras lamia su labio nervioso, sus manos sobre mi pecho… No había manera de explicar lo que sentía.

- Kyung Soo Senpai.

Entonces no pude más y lo ataque… Acerque mi rostro al suyo, acortando toda distancia entre ambos. Mi corazón latía revolucionado, mi mente ya está amando la fantasía perfecta y mi cuerpo llevándola a cabo.

Roce mis labios sobre los suyos, cerrando mis ojos lentamente al igual que él. La textura de sus suaves y húmedos trozos de carne me dejo encantado, solo un suave y gentil roce, pero mi cuerpo pedía más, mis labios en especial.

Por lo que atrape su labio superior y lo succione suavemente, luego el inferior, roces incesantes cargados de sensaciones que me estaban volviendo loco.

JongIn correspondía, torpe y lento, pero lo hacía.

Yo era experto, pero puedo asegurar que este era su primer beso y eso me hacía completamente feliz.

Por alguna extraña razón deseaba ser gentil con él, a pesar de que era un animal cuando de sexo se trataba. Pero a JongIn planeaba hacerle el amor, hacerlo exclusiva y únicamente mío.

Mis manos se deslizaron por la tela de su camisa blanca, acariciando su espalda, no quería asustarlo, así que intente subir un poco de nivel el beso. 

Lamí por primera vez sus labios, acaricie sus carnosos trozos de cielo con mi lengua… eran esponjosos y dulces, justo como imagine, pero se sentían mil veses mejor que en sueños.

El beso era lento y delicado, digno de un primer beso.

Digno de mi hermoso y lindo niño.

De mi pequeño JongIn.

Mentiría si dijera que la escena no se me antojaba a una película porno o a novela americana, quizás Mexicana.

El deseo era mutuo, pero la diferencia entre su deseo y el mío, era que yo soy una persona más experimentada, más carnal. Mientras que él es casto y puro. Justo como imagine.

En mis fantasías estaba el Hyung o Gege, pero que me llamara Senpai fue sin duda magnifico. Me hizo delirar con el dulce e infantil tono de decirlo.

Mis manos buscaban el borde de su pantalón, quería desfajarle la camisa y colar mis manos bajo la tela, sentir la textura de su piel.

Imaginaba todo, desde los sonidos que saldrían de sus labios hasta la manera en que se contraería por el placer, el sabor de su piel, el dulce aroma de su esencia.

Pero, ya no necesitaba imaginarlo más, ahora lo sentiría y vería de verdad, en vivo y en directo.

Sus manos torpemente buscaron en mis hombros para llegar a mi cuello, enredándose alrededor de este, jugando con mi cabello. Se sentía tan bien, sus largos dedos.

Era tan solo unos centímetros más alto que yo y se veía perfecto, hermoso.

Necesitaba más contacto, así que lo hice sentarse sobre el pupitre, colocando sus piernas a mis costados, de esa forma podría acariciarlas.

Desfaje su camisa y acaricie la piel de su espalda, esta era tersa y suave. Deliciosa al tacto y vista.

Deslice mis manos por sus muslos, acariciándolos, mientras daba por terminado el beso, viendo sus labios ligeramente rojos e hinchados, su respiración acelerada, cabello revuelto y sonrosado de las mejillas. Completamente a mi merced, simplemente debía ser un sueño o debí haber hecho algo muy bueno en mi vida anterior para merecer esto.

Es un niño y yo quiero corromperlo.

Lástima que ahora me iría al infierno por corromper a semejante ser inocente.

Mis manos se paseaban por su piel, mientras lo veía soltar apenas perceptibles suspiros de placer, un placer que yo le provocaba y le profesaba.

Mis manos se pasearon por su torso, llendo a parar en los botones de su camisa, comenzando a desabotonarlos, uno por uno mientras él escondía su nerviosismo bajo su flequillo plateado, lo hacía ver aún más sensual para mí.

Cuando hubo estado con la camisa abierta por completo y su pecho se mostró desnudo ante mí, no resistí más y me vi tentado a tocarlo, a sentir aquella piel que a gritos me pedía que la tocara, así lo hice, palpe su piel, deslizando suavemente mis palmas por su pecho.

Me di el lujo de acariciar sus pezones rosados como sus labios, estimulándolos suavemente hasta dejarles erectos, deseaba lamerlos, escuchar más de aquellos suaves suspiros que escapaban de los labios entreabiertos de JongIn.

Sus piernas se contraían cada que pasaba las yemas de mis dedos por sus pezones, era maravilloso el reaccionar que tenía su cuerpo ante mi tacto.

Incline mi cabeza un poco, porque recosté un poco a JongIn, para de esta manera poder besarlo de nuevo, amaba la sensación de sus labios inexpertos fundirse con los míos, era su maestro para esta asignatura en la que solo a mí me tenía que rendir examen y experimentar solo conmigo.

Sus manos pasaron a estar apoyadas sobre el pupitre, estaba nervioso y por eso temblaba ligeramente, necesitaba darle confianza, demostrarle que todo iba a estar bien. Por eso descendí con besos lentos por su barbilla, mandíbula y cuello.

Ahora eran ligeros y suaves gemidos los que me hacían delirar, pues los dejaba salir tan cerca de mi oído, que pensé que iba a sufrir alguna especie de un orgasmo auditivo.

Acababa de descubrir mi melodía favorita. La cual eran los dulces sonidos que escapaban de sus labios.

Roce mi entrepierna contra la suya y escuche un fuerte gemido escapar de aquellos pedazos de adicción. De aquella droga a la que me acababa de declarar adicto.

Mis manos no dejaban de pasearse por su pecho y abdomen, así que las lleve a sus costados, acariciándolos también. Tan solo pasando las yemas de mis dedos.

Con mis dientes retire un poco la camisa de uno de sus hombros, del izquierdo para ser precisos, donde deposite un delicado y casto beso.

Amaba la delicadeza de su piel, la inocencia que despedía y lo sensual de su voz. Era el niño de mis sueños y yo sería su único dueño.

De un momento a otro ya acariciaba sus piernas, y me aleje un poco de él, perdiendo el contacto entre nuestras entrepiernas, para darle paso a las caricias en sus ingles y muslos. Sin mencionar de los roces ligeros sobre su entrepierna.

Acerque mi rostro a sus piernas y aún sobre el pantalón bese sus ingles, mientras rozaba efímeramente su entrada.

Él se contraía presa del placer, del deseo y la inocencia de quizás no conocer lo que estábamos haciendo.

Mis manos viajaron a su cinturón, desasiéndose de su atadura, para poder desabrocharle el pantalón. El botón y la bragueta fuera, podía ver su bóxer de Pororo, era tan lindo. Tan puro e inocente.

Mordí mi labio inferior, deleitándome con la vista que me ofrecía, que me proporcionaba.

Entonces voltee a verle, la mirada nublada por el placer y sus mejillas completamente rojas, ahora eran color carmín, mientras respiraba agitado. Simplemente hermoso, ya deseaba verlo perlado en sudor y jadeando.

Sonríe y deslice su pantalón por sus piernas, dejándolo fuera de su alcance, sobre mi banca. Creo que ahora solo desearía cambiarle el lugar a LuHan.

Sus bronceadas piernas estaban separadas, dejando al descubierto sus partes íntimas que eran cubiertas por la tela del bóxer azul cielo de Pororo.

Me incline sobre él para besar su abdomen y luego el hueso de su pelvis, otro beso más sobre sus piernas mientras las acariciaba con mis manos… Un beso húmedo sobre sus ingles y ya estaba mojado, con una notable erección bajo la ropa interior.

JongIn era hermosamente indefenso.

- Senpai ah~

El primer gemido que llevaba un decorativo, sentí que iba a morir justo en ese momento, me sentía inmensamente feliz, emocionado.

Así que deje un casto beso sobre su miembro aún cubierto por la tela, su tamaño era estándar. Era un niño pre púber ¿qué esperaba?

Me levante y volví a besarle, mientras una de mis manos se encargaba de colarse en su ropa interior de Pororo, acariciando su piel, apenas estaba consiguiendo el vello púbico que clase de enfermo soy por tocarle.

No es por enfermo o por morbo, sino por amor y deseo. Lo amo y deseo tocarlo, más allá del temor que me profesa el poder dañarlo.

Tan solo toque la punta y frunció sus piernas, al tiempo que soltaba un pequeño jadeo. Era exquisito.

Tome su pene entre mis dedos y comencé a estimularlo, me sorprendió que no opusiera resistencia. ¿Él también lo deseaba?

Las reacciones de su cuerpo me indican que sí, su miembro palpitando contra mi palma me grita que estoy en lo correcto, que lo estoy haciendo bien.

Sus manos aferradas a la madera del pupitre, su cuerpo tenso y cubierto por una ligera capa de sudor.

Fue hermoso escuchar el gemido que me regalo cuando se vino en mi mano minutos después de comenzar a estimularlo.

Quizás nunca se había tocado y yo era el primero en hacerlo, eso me hacía extrañamente feliz y me emocionaba.

Mi miembro pedía a gritos atención, pero estaba tan enfocado en JongIn temblando y aferrándose a la tela de mi saco, con la camisa desacomodada y jadeando. Simplemente estaba perdido en él.

Me dejo empapada la mano, pero que más daba. Yo solo quería tocarle más, hacer de sus primeras veces todas mías…

Mis manos retiraron su bóxer, para dejarlo por completo al descubierto para mí, la vista era maravillosa y se me antojaba para correrme con solo verle de esa manera.

Lo abrí un poco más de piernas y pude ver su entrada, aquel rozado anillo que se veía tan pequeño y delicado. Tenía miedo de hacerle daño, justo en este momento no tenía lubricante, no podría hacerlo por completo mío hoy. Por lo menos no ahora, no aquí, no en este momento.

- No quiero hacerte daño, podrías esperar a que revise en mi mochila si tengo lubricante.

Y él solo asintió, escondiendo sus ojos bajo su flequillo plateado. Camine a mi mochila y para mi suerte estaba un pequeño frasco con una nota que decía:

Nota: Kyung, no seas muy rudo con él, es su primera vez, que lo disfruten.
Atte, LuHan, YiXing y JongDae.

Ellos sabían que esto pasaría, por eso husmeaban entre mis cosas esta tarde, pero ahora solo quería agradecerles por el detalle.

Camine de nuevo hasta JongIn, pero ahora me quite la playera, abriéndola tan solo y desabrochando mi pantalón, dejando al descubierto mi miembro. Mi pequeño no me miraba y lo agradecí por un momento, me termine de acercar a él.

Berti el líquido viscoso en mis dedos, para después rozar su entrada, sus labios volvieron a emitir aquellos dulces sonidos dignos de los dioses.

Bese sus labios mientras estimulaba un poco mi miembro con la mano izquierda, con la derecha rozaba su entrada de manera suave y delicada, no quiero hacerle daño, no a mi pequeño angelito.

Introduje un dedo y note que se tensó, quería pedirle que se relajara, pero sus labios reclamaban los míos con desesperación, tenía miedo, podía sentirlo temblar y aferrarse a mi camisa. Me espere unos segundos, para que se acostumbrara, y así fue hasta que introduje el tercer dedo, donde tuve que comenzar a masturbarle porque me mordió de seguro por el dolor que sentía.

Quise detenerme, pero él me tomo de la mano y la empujo en su interior, estaba comenzando a preocuparme, no debía forzar su esfínter, podría desgarrarlo y yo no deseaba eso. Así que simplemente cree un vaivén lento con mis dedos, simulando envestidas y él se refregaba contra mi mano.

Buscando con su cadera un poco más de contacto, unos cuantos minutos más y ya se había vuelto a correr, no cabía duda de que era virgen antes de mí. Retire mis dedos con delicadeza y los remplace con mi miembro, solo colocando la punta frente a su entrada, rozándola.

Sentí la saliva escurrir de la comisura de sus labios, mientras me besaba desesperado.

Lentamente me adentre en él, era una sensación maravillosa, sentir su lindo y rosado anillo presionar mi pene a la perfección, todo de manera delicada y tierna. Hasta esto era tierno viniendo de él.

Unos cuantos segundos besándonos, buscando calmar su nerviosismo y deshacernos de mi cordura por un momento cuando movió sus caderas sobre mi miembro.

Comencé un vaivén lento, calmado y sin prisas, aunque estábamos en pleno colegio por las ventanas se apreciaba el atardecer.

Nuestros cuerpos fundiéndose en uno y ambos perdidos en el placer que nos brindaba el contrario, emitiendo sonidos llenos de satisfacción.

Mis manos acariciando sus piernas y las suyas jugando con mi cabello, sus labios sobre los míos besándonos suavemente, sin necesidad de acelerarnos. Era mejor hacerlo sin prisas y disfrutando al máximo del otro, llegando a conocernos por completo.

En una de las estocadas mi glande dio contra un punto en su interior que lo hizo retorcerse y gemir fuertemente, yo gruñía contra sus labios, presuroso cuando sentí el clímax venir a mí.

Aumente el ritmo y lleve una de mis manos a su miembro, comenzando a masturbarlo, segundos después éramos un desastre de jadeos y sudor, recostados sobre el pupitre de LuHan. Definitivamente debía cambiárselo.

JongIn se corrió tres veces, soltando su esperma en mi mano en las mismas ocasiones. Manteníamos los ojos cerrados mientras esperábamos el momento para levantarnos e irnos.

- Te amo Kyung Soo Senpai…

Dijo en un susurro apenas audible, pero que hizo a mi corazón latir con fuerza. Abrí mis ojos y le mire fijamente, encontrándome con sus ojos brillosos y las mejillas completamente coloreadas, cabello despeinado y ligeramente mojado por el sudor.

Se veía hermoso.

No supe que decir, pues no había palabras para describir lo que sentía en ese preciso momento, solo me acerque y bese sus labios, introduciendo mi lengua por primera vez en su boca.

 

 

 

Horas más tarde estaba dormido entre mis brazos en mi cama, mientras que sus padres pensaban que estaba en la casa de un amigo haciendo un trabajo. Su suave piel, sus ojos cerrados y aquella expresión de tranquilidad en su rostro fue lo que me incito a besar su frente y susurrar aquellas palabras.

- Te amo JongIn.

Y fue así como me quede dormido con la persona que amo en mis brazos. Sin duda aquel día sería el mejor de toda mi vida para siempre. Uno de los tantos días que pasaría con mi hermoso y tierno novio. Adorable como él solo. 

Notas finales:

Espero que les haya gustado, saben que esta es mi forma de hacer las cosas y fue a petición de que me dijeron que deseaban ver a un KyungSoo seme por una vez más... 

Y sí, así fue como surgió la adaptaciónde de Sempai a KaiSoo. 

 

Gracias por todo, hasta luego y besitos.  [Estaré esperando sus comentarios, dudas, quejas, aclaraciones, mentadas, peticiones, mensajes de odio, lo que deseen dejarme en un review e incluso acepto amor]. 

 

Les amo. 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).