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¿Caperucita…“AZUL”? por Demon Witch

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Notas del fanfic:

 

Bueno los personajes no me pertenecen son de la autora “Yana Toboso” excelente la amo es mi ídolo jajaja , eso si la historia es propia me base en el cuento “Caperucita Roja” claro no he plagiado nada y sé que existe un fic que se llama “Caperucita y el Lobo feroz” no he plagiado nada jamás lo he leído por que es un fic de “UNDERTAKER Y CIEL” ese tipo de parejas no son de mi agrado.

Este fic lo dedico a mis escritoras favoritas: “SebaCielForever”, “SebbyPhantomhive”, “Mizuki Nozomi”, “Etsuko Kagayaka” mis escritoras favoritas que por ellas escribí este fic y espero ellas algún día lo lean y me den sus críticas.

Los demás lectores con cariño espero lo disfruten y por favor si pueden dejen sus comentarios me encantaría saber que piensa si les gusta o lo odian acepto las críticas.

Con cariño Demon Witch

Notas del capitulo:

Es un two-shot y es muy especial para mi espero que sea del agrado de todos y es mi primer fic sean buenos con el jijiji XD...

Ilusionense con un cuento mas alla de lo normal..

¿Caperucita…“AZUL”?

Era una hermosa tarde  nublada a las afueras de Londres; en una imponente mansión victoriana del siglo XIX, se encontraba en los hermosos jardines de rosas blancas y fragantes de su propio aroma un niño de doce años, vestido con un impecable uniforme azul de la época, un niño de imponente porte y orgullosa  mirada azulina.  Un travieso mechón de su cabello oscuro azulado surco su ojo visible el derecho para ser exactos, ya que su otro ojo se encontraba oculto por un parche; removiendo el escurridizo mechón oscuro a su oreja, el niño más famoso de aquella época victoriana se encontraba sentado en aquel kiosco oculto de los pocos rayos de sol que surcaban en el cielo nublado de aquella tarde. El pequeño joven bebía  su té mientras un gallardo hombre de traje negro cortaba las rosas marchitas frente a él, el niño lo observa y con una fuerte mirada de odio y desprecio, observa al hombre de traje de golondrina cortar delicadamente aquellas rosas blancas marchitas y arrojar estas flores a un canasto; aquel joven amo de aquella imponente mansión es nada menos que el Conde Ciel Phamtonhive que se relajaba tomando el té aquella tarde nublada en su jardín mientras en su mente divaga el hombre de traje oscuro, pensamientos que molestan al niño ya que en su corazón una verdad quiere salir a flote pero él será capaz de dejarla salir o no?.

De la nada una joven con traje de sirvienta con un cabello rojizo en dos coletas y unos grandes anteojos corre en dirección al niño a toda prisa mientras en sus manos trae un paquete pequeño y por desgracia su torpeza la interrumpe con unos de sus cordones sueltos de sus zapatos está apunto de tocar la cara al suelo, pero unos imponentes brazos la sujetan de la cintura e impiden su caída y es recostada su cabeza en el pecho de aquel gallardo caballero de traje de golondrina, que con su mirada cansina, suspira como si fuera algo demasiado agotador para él y le expresa:

-Merin creo que te he dicho muchas veces que no debes correr con tus cordones sueltos por la mansión o fuera de esta, podrías lastimar  alguien ejemplo claro el Joven amo que está bebiendo el té-expreso el apuesto hombre de traje negro.

-Lo…lo….ol…lo sisisisi...ento...lo siento señor Sebastián-agrego avergonzada la sirvienta, mientras un fuerte sonrojo y una muy posible hemorragia nasal surcaba en su nariz; se separaba lo más rápido posible del pobre mayordomo que la miraba con extrañes y cansancio-Merin que traes ahí?—preguntó ya que observo de reojo a su amo mirarlo a él y a la torpe sirvienta con algo de molestia.

El niño se sentía completamente ignorado, la mujer corría a su dirección como una loca y para variar en su recorrido se tropieza y casi pudo caer encima de él, pero claro su súper mayordomo la sujeta con demasiada confianza para que la torpe no se lastime y menos lo lastime a él, pensamientos así surcaron en su mente olvidando escuchar la conversación de la sirvienta y su mayordomo, su mente se encontraba tan perdido en que su mayordomo era demasiado confianzudo para tomar a la torpe sirvienta de la cintura y hacerla apretar en su pecho para que la idiota no se golpee la cara contra el suelo que no observo cuando el mayordomo había enviado a la mujer adentro de la mansión y  menos cuando tenía el rostro de aquel mayordomo tan cerca del suyo ya que su mente estaba tan cerrada en el suceso que sin notar que este estaba cara a cara con él, tan cerca que un roce involuntario los haría casi que besarse, en eso se escucha un audible:

-¿Joven amo, se encuentra usted bien ?—departe del mayordomo lo dijo encima de sus labios que su suave y cálido aliento rozo los labios del conde haciéndolo regresar al mundo real y propinarle una suculenta bofetada al mayordomo, que se sorprende de su acción y se retira lentamente de su rostro mientras el menor le responde-Que crees que estás haciendo inútil, tan cerca de mí ?-le dijo mientras le observa con recelo y un pequeño sonrojo por la cercanía.

-Joven amo me tenía muy preocupado tengo bastante tiempo llamando su atención que me acerque para saber si estaba bien, eso es todo-dice el mayordomo al chico con un leve colorete en sus mejillas ya que apenas raciono su mente divago en la idea de que pudo besar a su sirviente en ese preciso momento.

-Ve Joven amo usted se queda tan pensativo que me asusta, ya que ni siquiera me está escuchando en este momento-explica el hombre del traje de golondrina ya que su amo volvió a quedar pensativo que ni siquiera le pone atención, el mayordomo nota en las suaves mejillas del Conde un diminuto rojizo y esto le sorprende levemente  pero calla ya que su amo podría golpearle de nuevo o peor enojarse con él y aparte que sigue ido con el suceso.

-Eso no te incumbe Sebastián-responde el menor ya que escucho parte de lo que dijo el hombre, mientras mira a otro lado para que el mayordomo no note el creciente rojizo que está aumentando en sus mejillas.

-Está bien amo no quería molestarle solo, quería su atención un momento ya que este paquete llego hoy, es enviado de parte de “Madame Red”, llego esta tarde y Merin lo traía hacia usted para entregárselo, pero su torpeza es más que su voluntad de sirvienta—expresa el mayordomo, con su elegante voz aterciopelada y varonil, con una sonrisa gentil a su amo.

-Ya veo-expresa el Conde algo dubitativo, recordando el suceso anterior y agrega- Muy bien Sebastián entrégame el paquete-el hombre le entrega al niño una pequeña caja de madera barnizada en un color oscuro y un lazo rojo pasión que se encuentra alrededor del objeto, como si aquel pequeño objeto fuera un regalo, el menor dudoso de la caja de madera retira el centellante lazo rojo y abre la pequeña caja de madera encontrando un papel blanco perfumado a lirios rojos y un libro muy desgastado, de tapa dura color rojo tinto con letras doradas en el título de este dice “Caperucita Roja”, dejando atónito al niño que toma el papel perfumado y lo desdobla y lo lee.

Querido lindo sobrino:

Mira lo que encontrado en mi casa, querido es un dulce libro de cuentos de hadas y un cuento muy especial cariño es “Caperucita Roja” por si no leíste el título cariño, te debes preguntar porque tu hermosa y delicada tía te envía un libro de este calibre sé que no te agradan las historias de fantasía, pero esta me ilusiona siempre querido y ya que yo no tuve hijos y eres lo más cercano te lo envió para que lo leas y me cuentes que te pareció, claro léelo con el corazón Ciel y no con tu mente, este fue el cuento que tu madre me leía de niña ya que ella decía que yo era como Caperucita Roja, nunca comprendí eso de tu querida madre, pero adoraba su voz al leer, por favor cariño disfruta este pequeño regalo es un recuerdo que tengo de tu madre y yo de niñas y para ti es un pedazo de mí, que quiero que tengas un poco de fantasía en tu corazón.

PD: Querido este libro me ayudo a sentir un amor por las fantasías y hasta para conquistar galanes, espero que pienses como yo y al terminar esta lectura conquistes una fantasía sin importar que tipo sea, por favor ilusiónate.

Tu querida Tía Angelina Durless.

Cada palabra de la carta marcaba un latido incontrolable para el corazón del joven Phamtonhive, él muy bien sabía que si madame Red escribía su nombre era porque de verdad estaba preocupada por él como para llamarse su tía Angelina en la carta, este hecho le dejo sorprendido ya que ella solía escribir solo “tu querida tía o madame Red” y él no noto la mirada preocupada por parte de su mayordomo que extrañamente se posiciono detrás del joven para así poder leer la carta que sin su amo notara su presencia, esto surco una idea en el mayordomo oscuro y una verdadera mirada de picardía  surco sus labios la cual borro rápidamente cuando su amo lo llamaba, en esto entro otra vez su inexpresivo rostro frio, con la mayor sonrisa de gentileza falsa que solo un ente maligno le daría a un simple humano.

Horas más tardes.

PVO Ciel:

Me encontraba en mi despacho leyendo unos papeles en mi escritorio o por lo menos fingía hacerlo ya que después de estar en el jardín me dirigí aquí mientras el idiota de Sebastián se iba hacer la cena ya que Bard había quemado lo que él ya tenía listo pero eso no es importante para mí, sino fue como la cartita en aquel paquete me dejo helado, enserio madame Red ?quieres que me ilusione en una burda fantasía que son los cuentos de hadas, no me importa que mi predecesora te lo haya leído de niñas yo en ese momento no existía pensar en ese detalle hace que me sienta una terrible melancolía de solo recordar, No señor no quiero recordar!, claro debo relajarme ese comentario de madame hacia esa mujer que alguna vez estuvo aquí no debe perturbarme pero claro no solo eso me perturba es más el hecho que un libro infantil la haya ayudado a conquistar “galanes”, que está loca o qué? Que le pasa a esa mujer como un libro infantil la hiso entrar en cuenta de un amorío y para variar me escribe que no importa qué tipo de fantasía sea, Ah QUE CANSADO, ya Ciel debes relajarte; pero en fin debo leerlo es lo menos que puedo hacer para que no se preocupe pero eso si no pienso usarlo para conquistar “galanes” me basta con Sebastián, esperen un segundo dije SEBASTIAN y desde cuando pienso que me basta ese idiota como galán y porque pienso en el como si fuera mi galán; él es solo un demonio que me dará mi venganza o ya no lo es?. Y yo conquistando “galanes” soy hombre y vivo de venganza no de hombres y menos de ese demonio-mayordomo.

En ese momento el conde pronuncio el nombre del mayordomo en  voz alta que resonó en la habitación como si fuera una invocación que claro llego a los oídos del mayordomo que reacciono dirigiéndose al despacho del niño. Mientras por otro lado en el despacho el niño recostaba su cuerpo en la silla de madera  de cuero verde y daba un largo suspiro lo que no sabía es que había dicho el nombre de Sebastián en voz alta al momento que pensó que él le bastaba como galán, sin percatarse que el mayor había entrado a su despacho sin abrir la puerta como si fuera un fantasma, el conde estaba tan metido en esos pensamientos que una leve tos le hizo girar la silla de su escritorio ya que esta se encontraba mirando la ventana, cuando giro sus mejillas se tornaron de un intenso rojizo recordando el último pensamiento donde lo dejo helado ante la presencia del hombre que en su mente vagaba en vez de los papeles, o su venganza o el extraño regalo sin motivo de su tía en ese momento su rubor creció dejando ligeramente sorprendido al mayordomo que con una sonrisa burlona seguía esperando la orden del pequeño ya que este le había invocado o ese fue el presentimiento que experimentó cuando sintió en su interior el llamado de su nombre, el niño volteaba la mirada a otro lado para ocultar su rubor y se sorprendió mucho de verlo en su despacho y olvido la pena y el rubor de sus mejillas y hablo:

-¿Sebastián qué rayos haces en mi despacho? ¿Por qué demonios no tocaste la puerta imbécil?-le pregunto con molestia el más joven recordando que él en ningún momento lo llamo. —Joven amo vera tuve el presentimiento en el contrato de su llamado, en realidad escuche su voz como si me invocara por medio del sello y aquí estoy a su disposición—dijo a ojos cerrados y muy sonriente el mayordomo ya que él nunca miente y exactamente así paso.

-Ya veo…En realidad no entiendo cómo pudiste escuchar mi llamado creo que mientes Sebastián yo no te he llamado lo que sea que estés intentando olvídalo ya que no te necesito ahora, así que déjame tranquilo y deja de mentir es una orden, entendiste Sebastián?—Le dijo con un poco de nerviosismo pero sin perder su semblante frio a pesar de que su timbre de voz denotaba nervios y el rubor crecía en sus mejillas; en ese momento él no lo estaba llamando, sino que su mente y cuerpo se pusieron de acuerdo para molestarlo y por error invocarlo pero claro él no iba dejar que el moreno se enterara, así que decidió contradecirlo con una mentira y la orden, pero no se esperó que la respuesta fuera así.

-Bochan no sé qué le ocurre pero con todo el respecto de este servidor; yo no he mentido, estoy seguro de haberlo escuchado con toda claridad así que permítame decirle deje de mentirme por favor y dígame porque me invoco y cuál es la orden?—dijo el apuesto hombre pero su rostro atractivo se veía un toque de molestia porque su amo estaba negando su invocación de él y eso lo molestaba, pero noto que su amo estaba ido con su respuesta y sus mejillas eran de un fuerte color carmín, no carmín, sino más fuerte mejor dicho al rojo vivo.

 Como su amo no respondía a las señas de sus manos, se acercó con el sigilo de un felino para saber que ocurría pero se extrañó ya que estaba tan cerca de su rostro que su amo aun no respondía, estaba de verdad muy peligrosamente cerca del rostro de su pequeño señor y con voz inaudible decía—Bochan…Bochan…—

Ciel por su lado estaba atónito ya que ese estúpido le había contradicho y ni siquiera dijo su estúpida frase al cumplir una orden, lo que le daba entender que ese idiota no estaba mintiendo y descubrió que él si le estaba mintiendo, eso lo tenía ido en sus cavilaciones que aún no había notado la cercanía del mayordomo, que mejor dicho respiraba sobre sus labios; pero el Conde no respondía y el mayordomo tenia quince minutos de decir “Bochan” pero claro el niño seguía muy sorprendido por su respuesta además él jamás le contradecía pero dejo de pensar en eso cuando un extraño suceso sucedió y eso lo hizo reaccionar. Y claro reacciono cuando sintió una extraña tibiez en sus labios, no fue un roce solamente era un “beso” qué buscaba desesperadamente profundizarse al contacto. No comprendía porque su mayordomo lo estaba besando este hombre le sostenía con sus dos manos sobre los hombros y eso lo hizo reaccionar agresivamente y alterado propinándole una fuerte bofetada al mayordomo que le hizo voltear el rostro, al momento de separar sus labios y se expresó.

-¿QUÉ CREES QUÉ HACES?...IDIOTA…DEMONIO PERVERTIDO. —grito a los cuatro vientos el joven Phamtonhive todo sonrojado como si fuese un tomate maduro a punto de caer, no comprendía, porque ese idiota le había besado y peor aún para él, que le había gustado y que deseaba intensamente repetir esa acción de su mayordomo.

—Pero Bochan ese fue un método para ver si podría volver en sí, me encontraba muy preocupado por usted que no respondía a mis llamados así que utilice un “método poco convencional”—dijo el mayordomo con un tono de voz sensual y lascivo al conde con una pintoresca sonrisa pícara que dejo un enorme rubor en las mejillas del conde, porque se refirió al “método poco convencional” con mucho énfasis dejando perplejo al menor y ruborizado.

-Sebastián, no vengas con tus “métodos poco convencionales” lo vuelves hacer y serás castigado severamente estúpido demonio de pacotilla se útil y lárgate de mí vista escoria barata que no quiero verte…. ¿Anda apúrate que me miras tanto imbécil?—dijo el niño con un semblante frio he inhóspito de empatía alguna, su rostro mostraba gran molestia hacia el mayordomo que lo miraba maravillado y sorprendido ya que este hace tiempo deseaba ese beso no pensó que el niño lo trataría así pero no le quedo de otra y solamente contesto.

Yes my Lord, con su permiso amo—dijo de forma triste el mayordomo en su voz dulce y aterciopelada que se convertía de terciopelo a una profunda decepción y amargura pero después se convirtió en molestia con la última palabra.

Después de eso salió el mayordomo de la habitación, para volver a sus deberes de servir la cena y alguno que otro detalle pero la mente del demonio fantaseaba en un plan que haría a su Joven amo ilusionarse de las fantasías de los cuentos de hadas, tanto o peor a las que su amo podría imaginar ya que él pensaba terminar los detalles de la cena y seguir con el plan que surcaba su mente.

-Bochan lo hare ilusionarse y así complacerá a “Madame Red”, después de todo ella dijo cualquier tipo de fantasía!-dijo el mayordomo mientras caminaba por los pasillos de la mansión y una sonrisa perversa surcaba sus labios.

-Bueno siendo el mayordomo de los Phamtonhive como no podría cumplir una tarea como ilusionar a mi amo en una fantasía de cuentos de hadas-dijo el mayordomo entrando en la cocina mientras se arreglaba las mangas de la camisa y sus ojos se tornaban de un  rosa purpureo y una sonrisa de cinismo surcaba su rostro.

En cambio el conde solo en su enorme despacho de colores barrocos y con su escritorio de caoba y su silla acolchonada, se recostaba en esa hundiendo su cabeza en el respaldar y pensado que rayos fue lo que sucedió.

PVO Ciel:

-Rayos Sebastián que crees qué haces conmigo idiota, no caeré en tus tentaciones demonio-dijo el niño con una voz poco audible  para no repetir el incidente.

 Aun pienso en la tibiez de aquellos labios finos y pálidos de la boca de Sebastián, eran tan suaves y fríos a la vez como si besara a la nada pero a la vez algo, eso me tortura. Sebastián que crees que soy idiota, con tus “métodos poco convencionales” no caeré en la tentación de tus finos labios, no sé por qué rayos pienso en él, como se atrevió a besarme así de la nada que se proponía con tal acción ese demonio inútil, no debo pensar en él, solo juega conmigo nada más.

Debo de dejar de pensar en él; es Sebastián una pieza de mi ajedrez, “Claro que lo es Ciel pero recuerda que es nuestra pieza favorito” qué demonios, como que nuestro favorito digo… mi favorito él no es mi pieza favorita o sí? Estoy pensado idioteces de ese demonio él solo quiere tentarme y verme humillado, si cree que caeré está perdiendo su tiempo, además no es solo una pieza es “mi” pieza, que otra vez no puede pasarme esto a mí! Desde cuando pienso tan posesivamente de él. Solo pienso idioteces debo tener estrés del trabajo eso es todo, me pregunto que estará haciendo? Válgame otra vez está en mi mente ese imbécil, odio su rostro siempre me aparece en mi mente es una maldición lo odio, “bueno Ciel si odiarás su rostro no te sonrojarías siempre que lo ves”, otra vez tú con tus idioteces….Digo “yo” hay mi maldita conciencia está molestando deja de pensar idioteces, mejor pienso en otra cosa que no sea ese estúpido demonio.

Los pensamientos del conde fueron interrumpidos cuando observo la luna llena desde la ventana del despacho esta estaba acercándose a su punto máximo y recordó el obsequio sin motivo de madame Red; así que decidió sacar el libro y abrirlo en ese preciso momento que abrió el libro un olor se desprendió de este a lirios rojos como el que suele usar siempre madame Red, definitivamente el libro era suyo al igual que ella es de un exquisito color rojo al igual que su tía. Lo abrió y aspiro el dulce aroma y como aun no quería ver a Sebastián, empezó a leer el libro la lectura empezaba  adormecerle   al joven Phamtonhive que no recordó cuando se quedó dormido en el despacho.

Notas finales:

Espero que les guste y me dejen sus comentarios buenos o malos jijiji

Con cariño Demon W..


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