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Hueles tan bien por NatLB

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Notas del fanfic:

Disclaimer: El universo de Harry Potter pertenece obviamente a J.K. Rowling y a los otros que adquirieron sus derechos.

No escribo con fines de lucro ni nada de eso, solo para calmar mi imaginación (?) y mente nada inocente (?).

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Otra historia de mis cachorros... espero que les guste ;)

Notas del capitulo:

Me vino una musa loquillla y lo termine anoche bien... bien tarde... xD pero me gusto el resultado... creo que se nota que me inspiro para escribir e.e

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Bueno como bien se señalo en la notas del fic...

Es un AU por lo obvio del tema y Omegaverse solo en el relacionado con el "mundo" de los licántropos.

Y si... Fenrir Greyback aqui no es malo, no me servia para la historia si lo dejaba como malo...

 

Sin mas que poner... a leer! :D

Du Riechst So Gut

 

<<No lo entiendo… juro que no lo entiendo…>>

Remus se lo decía durante todo el día, llevaba desde la mañana con una extraña sensación y a medida que transcurría la tarde, un aroma agradable lo perseguía.

Ya creía que era algún problema suyo, les había dicho a sus amigos y ellos no olían nada, se fijo en el resto de los licántropos y lo mismo. Solo él sentía ese aroma.

 

Ya para cuando llego el viernes, Remus no lo soportaba mas, la situación era demasiado para él.

En un principio le pareció extraño, luego lo sentía en todas partes, ya prácticamente empezaba con una psicosis pero ahora el aroma parecía que le decía a donde se tenía que dirigir.
Muchas veces despertaba de su ensoñación cuando se encontraba al borde del territorio donde estaba la manada durante esas fechas.
Pero no seguía adelante, no podía y menos quería.

 

Ya ahora dudaba seriamente de su cordura, el aroma se volvía cada vez más fuerte y creía que demandante. Sentía que el propio aroma lo llamaba para… para algo, aun no lo tenía muy en claro y pensaba seguir así.

Por eso fue donde Greyback y le explico más o menos la situación, en un principio el Alfa trataba de evitar el tema y ya al final le dijo que se mantuviera en la cueva más alejada por unos días.

Para el domingo las cosas volvieron a la normalidad pero al amanecer del lunes otro problema se presento, todo su cuerpo estaba sensible, cualquier movimiento contra las pieles le enviaba una carga eléctrica directa a su entrepierna, lo cual le incomodaba bastante.

Al parecer el aroma tenía que ingresar por otra fuente lo cual era lo más ilógico de la vida.

 

Con una increíble paciencia se vistió y fue a desayunar con el resto de la manada y también para buscar a Greyback, algo le decía que faltaba información que solo él tenía.

Pero el líder de la manada no estaba y tampoco ninguno de sus Omegas. Solo había Deltas y Betas, sin muchas expectativas se les acerco a preguntarles pero ninguno sentía el aroma y menos les había pasado eso antes, solo se entero de una cosa.

—Greyback fue al encuentro con otra manada—  Remus lo miro extrañado  —no sé nada cachorro, lo único que dijo al irse fue que algo importante surgió—

—De acuerdo… gracias…—  con eso Remus regreso cabizbajo a la cueva que era temporalmente su habitación.

Paso el resto de la tarde allí, lo cual fue un suplicio porque tenía la sensación de arder en fiebre pero su temperatura era normal.

Molesto se dirigió a la cueva de Greyback por si encontraba algo que lo calmara. Reviso entre todas las cosas que tenía… algunas pieles, papeles, dientes, cuerdas, ropas, huesos y algunos artefactos extraños que no quería saber de dónde ni cómo los obtenía.

Estando adentro sintió el aroma de una Omega, preocupado se tenso completamente lo cual fue lo peor que pudo haber hecho… ya al reconocer el arome se relajo solo un poco ya que era una que estaba a su cuidado pero si lo encontraba allí seria brutalmente castigado.

Viendo que no se acercaba y hablaba con los otros Deltas permaneció allí buscando la oportunidad perfecta para salir, ya entrada la noche se escabullo con éxito para acompañar a sus amigos a comer o ellos se preocuparían.

Pero para ese momento cada paso era un martirio y cada queja era un gruñido y algunas veces un gemido.

Cuando estaba acercándose a la fogata vio que las cosas estaban siendo guardadas.

—¿Qué ocurre?—  pregunto extrañado.

—Cachorro…—  hablo la Omega  —debemos movernos, tu Padre quiere estar en otra zona—

—Bien…—  suspiro, todo le parecía demasiado extraño  —debo ir…—  señalo pero ella lo interrumpió.

—Cachorro… tu  Padre me dijo que estabas mal, mandare a un Beta—  Remus asintió y fue donde ella.

Los Omegas tenían una facilidad para transmitir cariño y tranquilidad a cualquiera de la manda pero principalmente Betas o Deltas. Agradecía que ella lo adoptara como su hijo en la manada, era una Omega relativamente joven, ella esperaba ser reclamada por un Alfa pero al parecer faltaba para eso.

—Saldremos en unas horas—  le informo a un dormido Remus.

A ella se le notaba la cara afligida, al parecer si sabía lo que ocurría con su cachorro. Miro hacia la izquierda, estaban “relativamente” cerca de unas mansiones, en donde -por lo que averiguo un Delta- ocurría un evento en donde varia gente seria invitada, no tendrían que haber tenido problemas si no fuera por el estado del menor de los cachorros de Greyback.

 

 

Al llegar a un nuevo territorio se fijo en que había tres manadas más presentes. Observo a Lucy y ella negó con la cabeza, al parecer no había ningún problema.

—Quiero que se organicen—  hablo demandante el Alfa  —cachorro—  miro a Remus  —Lucy estará a cargo de ti—  ambos asintieron.

Pero alguien en otra manada gruño en protesta.

 

Para la noche Remus se sentía bastante débil, razón por la que se quedo comiendo en la -ahora- tienda que compartía con Lucy.

—Hey—  escucho como alguien se sentaba a su lado y le entregaba una jarra con agua.

Remus le sonrió a su hermano. Chris era un Beta, a diferencia de los otros no tenía problemas con que Remus fuera otro Delta.

—Padre me dijo que su cachorro favorito estaba mal—  eso si, no evitaba el molestarle. Remus rodo los ojos.

—¿Dónde estabas?

—Tuvo que salir por una emergencia y me pidió ir con él, al parecer—  guardo silencio y observo los alrededores, tranquilo que no hubiera nadie cerca, se acerco para susurrarle  —una de las manadas fue atacada por unos Centauros, los del Ministerio les están quitando terrenos y los obligan a movilizarse, al parecer se toparon cuando el cachorro del Alfa estaba naciendo—

Remus asintió, con el tiempo tuvo que aprender que los licántropos eran muy sobreprotectores con sus cachorros sobre todos si eran Betas.

Los Betas podían ejercer de dos formas, niñeras y trabajos livianos si permanecían como ellos, ósea Betas u Omegas si eran escogidos por un Alfa.

Los Delta en cambio se encargaban de las protecciones y caza, eran los que hacían el trabajo pesado, cuando el Alfa de la manada veía que estabas listo, te convertías en un Alfa y escogías a un Omega o Beta para crear tu propia manada.

Obviamente siempre estaban las excepciones a la regla.

—¿Lo tuvo su Omega?—  Chris asintió  —aun no me explican eso—  se quejo. Como todo cachorro no se le era contado todo, con los años lo aprendería por las buenas o malas, si es que cometía un error.

—¿Quieres preguntarme algo?—   ambos escucharon a Lucy, odiaban que se moviera sin hacer ruido. Pero antes que uno abriera la boca miro venenosamente a Chris por andar hablando de más, él simplemente se encogió de hombros, Lucy no podía decirle nada, tenía a otro Omega que estaba a cargo de él.

—Quiero saber lo de los Omegas—  interrumpió Remus  —ni siquiera…—  observo el suelo y bajo la voz  —entiendo lo que paso contigo—

Lucy lo abrazo y se sentó al otro lado de Remus.

—Tu Padre no cuenta todo ya que es el deber de los Omegas hablar de aquello, él simplemente da el permiso—  ambos cachorros asintieron pese a que Chris ya sabía  —¿Recuerdas como es que…?—

Remus asintió.

—Tu Padre fue atacado ese día, los efectos de hechizos le duraron hasta la transformación, no sabía nada de nada hasta que despertó y Martin le conto lo ocurrido—  Martin era el Omega de Greyback  —… tu Padre se sintió muy mal, no sabía qué hacer con un cachorro que fue mordido—

—Ahí entra Lucy—  hablo Chris, ella asintió.

—A Martin le complicaría criarte ya que no eras un cachorro de él y… Greyback no podía dejarte solo—  observo el cielo  —yo fui escogida Omega por un hijo de otro integrante de la manada—  al parecer era un tema muy intimo. Remus agradeció que al menos le contara superficialmente  —que al defender a Greyback murió por ende yo quede como Omega pero no alcanzamos a…—

—Confirmarlo—  interrumpió Remus, igual era un tema delicado.

Lucy asintió, no era la palabra pero para esos años estaba bien.

—Por eso era perfecta para cuidarte—  sonrió a ambos  —lo de Chris es similar. Nació de otra pareja que murió muy joven y Greyback al encontrarlo lo adopto como un hijo suyo… pero como sabes habían problemas—

—Martin… no es que sea malo… es que siendo el Omega del Alfa no puede por un tema… ¿netamente ancestral?—  miro a Lucy que se encogió de hombros medio de acuerdo  —aceptar cuidar a cachorros que no sean suyos, si que otros lo hagan—

—¿Por eso hay tantos Omegas?—  ambos asintieron.

—Cuando Greyback te muerda nuevamente en el cuello serás aceptado como Alfa, lo mismo ocurriría con Chris, sería aceptado como Omega pero su Alfa tendría que marcarlo en otro lugar.

—¿Pero… como Greyback debe morderlo si nació de otra pareja?—  miro a Chris.

—Bueno para entrar en la manada, uno debo ser mordido—  Remus asintió, ahora entendía muchas cosas y el porqué otros licántropos estaban con ellos.

—Tranquilo… ya casi cumples 15 años, ya habrá más cosas y tiempo—  sonrió Lucy.

—Tu único problema es el Delta de otra manada—  comento Chris pero se gano un golpe de Lucy  —¿Qué?—

Remus los miro sin entender.

—Un Delta pronto a Alfa -según lo que me entere-  quiere a Lucy como su Omega—  comento decaído.

—¿Cuál es el problema?... igual me cuidara—  Chris miro a otro lado incomodo.

—Remus—  le llamo Lucy  —si me escoge un Alfa yo debo ir con él a su manada—  el pequeño -a ojos de los otros licántropos- Remus abrió sus ojos. Esa noticia opaco cualquier problema anterior.

 

Greyback observa a sus cachorros desde la distancia. El líder de otra manada le hablo del problema del menor. Había captado el aroma de su pareja destinada, pocos casos como estos se veían hoy en día. Esto asusto de sobre manera al Alfa, las únicas presencia cercanas a ellos eran Magos.
También sabía que Remus no querría alejarse de Lucy pero si el Delta la reclamaba era mejor permitirlo a armar una pelea.

Por todo eso no retaría a su hijo por revisar sus cosas, no era el momento.

 

Remus ahora tenía 17 años, bueno… estaba ya a un mes de cumplir los 18.

Hace un año Lucy fue reclamada por un Alfa y ahora se cuidaba solo. Chris seguía siendo un Beta y él un Delta.

La manada estaba alejada de la zona de Hogsmeade para esa época del año, era el último mes de invierno pero Greyback no quería estar cerca de magos.

No así para Remus y Chris. El primero lo era y el segundo estaba fascinado con la magia, así que entre ambos observaban a los magos en Hogsmeade y otras tantas se acercaban al colegio lo más que podían.

Muy poca gente entraría caminando por el bosque prohibido, no ellos que eran licántropos y ocupaban esa zona para no atacar a humanos durante las Lunas Llenas, ya habían tenido altercados con el Ministerio por otro licántropo.

Ambos miraban fascinados hacia el Campo de Quidditch, con las visitas se sabían prácticamente todas las jugadas.

—No creo que sea bueno que esté jugando—  opino Chris mientras ambos veían puntos rojos en el aire.

—Lo sé… pero parecer que el que está a cargo se lo está exigiendo.

—Complicara la recuperación de la caída de ayer.

Remus asintió, ambos vieron como un jugador de verde lanzaba una pelota contra un jugador de rojo con un palo. Lamentablemente le dio logrando que cayera de la escoba.

—¡AUCH!—  se quejo Chris sobándose su propio brazo.

Ambos vieron como el mismo jugador descendía después de golpear la pelota y soltar el palo.

No podían saber que ocurría ya que uno de los pilares en donde subían los alumnos les tapaba la visión, empezaron a acercarse pero unos ruidos lograron que se detuvieran.

—No deberían estar ustedes en esta zona—  dijo un Centauro.

A ojos de ambos se veía joven y estaban extrañados de que no les atacara.

—Lo sentimos—  hablo Remus empezando a caminar de regreso.

Ya estaban alejados cuando él les habla nuevamente.

—Bates—  ambos lo miraron confusos  —los palos… Gryffindor rojo. Slytherin verde. Hufflepuff amarillo y Ravenclaw azul—  con eso sonrió y empezó a irse en otra dirección.

—¡Gracias!—  grito Chris y tomo a su hermano del brazo.

 

Remus hoy estaba solo, ayer Greyback escucho como Chris hablaba de las Casas -lo supo cuando les grito su Padre- y le recrimino el que se acercara a los Magos. Con eso lo mando donde los Delta para que lo castigaran por su desobediencia, como en ese minuto Remus no hablo se salvo pero igual se sentía mal por su hermano.

Ya en bien entrada la noche pudo ir a verlo. Chris pese a todo le pidió que no hablara y que fuera con cuidado, ambos eran locos por el deporte como para perderse un día ahora que estaban relativamente cerca.

Había terminado la práctica, por ende aprovecho la oportunidad para acercarse al Campo y decirle a su hermano como era y así animarle un poco.

Estaba dando la vuelta por los aros cuando escucha una discusión.

Malfoy y Black estaban peleando detrás de una de las gradas de Ravenclaw.

Remus quería alejarse lo más rápidamente posible pero por alguna extraña razón reconoció al muchacho de pelo negro como al que le había llegado la pelota y que aun estaba adolorido como lo vio el día antepasado.

 

Lucius había desarmado a Sirius cuando alguien le toma de la túnica y lo estampa contra la pared más cercana.

—Vaya… —   fue lo único que logro decir por la falta de aire de la tela en su cuello y que además no conocía al chico frente a él.

—Aléjate—  amenazó entre dientes.

Lucius iba a responder cuando Sirius empuja molesto al extraño, una vez que se acerco a recoger su varita.
No se hubiera preocupado por la situación si es que Lucius no gritara sorprendido.

—Vaya con tu guardaespaldas, Black—  siseo con placer.

A Remus le sonaba el apellido Black de alguna parte, se quedo sentado en el suelo intentando recordar, olvidándose del lugar donde se encontraba.

Sirius lo miro extrañado y Malfoy movió su pierna para rozar con su pie el miembro de Lupin. Remus intento no gemir por ende gruño en protesta.

—Sí que…—  empezó Malfoy  —estamos dotados, no tenía idea—  le sonrió  —me alegrara tenerlo en cuenta para…—  pero no alcanzo a terminar la frase ya que Sirius lo hechizo.

Malfoy quedo inconsciente en el suelo.

Sirius giro amenazante hacia el otro muchacho pero este ya se encontraba bastante lejos. Solo en un momento chocaron miradas y ambos sintieron como algo extraño les apretaba en pleno pecho.

 

Remus regreso a paso rápido pero no uno para que le cortara la respiración, con el tiempo en la manada había mejorado bastante su estado físico.

Por eso no entendía porque respiraba tan agitado.

Greyback al verlo llegar así se preocupo. Remus era el menor de sus “cachorros” por ende era más protector con él.

Martin observo a su Alfa y asintió para que fuera a verlo. Greyback asintió y antes de ir miro a su Omega y su cachorro recién nacido.

 

—Remus—  le llamo pero el cachorro solo siguió caminando hasta donde se encontraría Chris.

Chris sintió la presencia del Alfa y volteo pero lo único que vio fue a un Remus que se abrazaba a sí mismo.

—¿Qué pasa?—  pregunto preocupado.

Remus sin estar consciente de mucho, le relato como era el campo de Quidditch. Chris sonrió agradecido, su hermanito tenia la manía de hacerlo feliz todo el tiempo y más cuando su Padre lo castigaba.

Pero cuando vio a Greyback detrás se preocupo, con su mano le apretó la rodilla para que callara, algo en si le decía que pasó algo más importante.

—REMUS—  grito el Alfa y recién aquí el menor reacciono.

 

Lo que paso después era común para la manada. Remus fue enviado con los otros Deltas para que lo castigaran pero pese a todo Greyback no estaba tranquilo y el mismo superviso las cosas. Solo Martin logro que los otros no destrozaran el cuerpo del cachorro.

—FENRIR—  el Omega era el único que lo podía llamar así.

Con ese grito entro a buscar el cuerpo de Remus pese a que los Deltas aun le atacaran. Greyback como todo Alfa no permitiría que nadie tocara a su Omega.

Chris agradeció la intervención de Martin.

 

Pasaron dos semanas para que Remus se recuperara de las heridas, pero en ese tiempo fue Luna Llena, el cachorro estaba bastante herido después de transformarse.

Greyback se acerco con su forma de lobo a su cachorro, verlo tan frágil permitió que fuera perdonado. Mando a la manada a recorrer los lugares sin causar problemas. Se quedo con Remus, Martin y su cachorrito.
Las primeras transformaciones eran decisivas para un cachorro de licántropo.

Después de esas semanas estaba bajo la mirada de cualquier Delta de la manada.

 

Sirius por otro lado no podía sacarse de la cabeza al muchacho que lo defendió de Malfoy. Su lado Black se indignaba, nadie tenía porque defenderlo, el lo podía hacer solo. Otra parte -no sabía de dónde- agradecía ver al extraño y con los días también le extrañaba.

También tuvo que soportar las preguntas de Potter y Pettigrew respecto del asunto ya que Malfoy no desperdicio el tiempo y le grito a Black preguntándole por su “guardaespaldas”.

 

Gracias a Chris logro escabullirse hasta el bosque prohibido. Ambos estaban deseosos de ver que había pasado en ese tiempo. Gracias a Chris se entero que el tal Black estaba mejor del brazo.

 

Estaban observando a los de Ravenclaw y Hufflepuff cuando Remus escucha unas ramas crujir.

—Voy a ver—  aclaro a su hermano.

—Bien… pero… no tardes—  dijo aun nervioso, no quería que se metieran en más problemas.

 

Remus caminaba cuando escucho unas voces.

—No deberías mentirme Padfoot—  recrimino Potter  —sabes que aun con la capa el mapa sabe de tu ubicación—  Peter asintió  —solo tenias que pedirla—

—¿Para qué?—  pregunto molesto  —habrían venido y eso era lo que no quería—

James puso cara de afligido  —que cruel eres… y con lo que te quiero…—  se acerco y le abrazo.

Sirius intento sacárselo de encima pero James aprovecho la oportunidad para molestar e intento besarle la mejilla. Peter se reía de las cosas que hacían sus amigos pero unos gruñidos se escucharon, el pequeño se quedo observando todos los lugares a su alrededor pero no veía ningún animal.

—Chicos…—  les llamo preocupado.

James al escucharle se detuvo pero en eso escucha otro gruñido.

—Vámonos—  demando, llamo a Peter con un gesto para que se les acercara  —otro día vienes por esas plantas—  tomo de la capa a Sirius y empezó a emprender el viaje de regreso.

—No… las necesito ahora…—  y era verdad, la broma funcionaria solo si la pócima se hacía en Luna Decreciente lo que sería mañana.

—Sirius…—  dijo el pequeño.

—Adelántense… quizás no era nada—  los otros vieron que ni él se creía eso pero conociéndolo no lo harían cambiar de opinión.

—En 15 minutos te quiero en la torre—  le advirtió James.

Con eso Potter y Pettigrew se fueron.

Sirius se alejo un poco más cuando encontró la planta, iba a tomarla cuando alguien grita que no.

—¿James?—  pregunta pero ve al chico del otro día. No entiende pero su corazón se acelera al verle.

—No puedes arrancarla, debes sacarla de raíz—  con eso se acerco y empezó a mover tierra para enterrar los dedos y levantar la planta.

—¿Gracias?—  dijo dudoso.

—No hay de que…—  después vino un silencio corto… pero incomodo  —¿cuántas necesitas?—

—Tres…—  dijo por permanecer mas allí, con una le bastaba.

Remus asintió y vio los alrededores buscando mas plantas.

 

Pasaron un rato allí, revisando los alrededores y cruzando pocas palabras.

Sirius buscaba la tercera cuando el otro chico le agarra de la capa.

—Es tarde… tu novio te espera—  Sirius enrojeció y negó varias veces.

—No es mi… novio.

—Pero quería besarte—  Remus dejo caer su cabeza hacia un lado confundido, gesto que le pareció encantador a Sirius.

—James… es… es… solo un amigo—  intento aclarar pero Remus no se veía que le creyera.

—Si tu lo dices…—  se encogió de hombros  —como sea, debes volver—

A Sirius le molesto la actitud del otro, no sabía porque le molestaba que creyera que tenia de novio a James y que no se preocupara al respecto.

Sin decir más se dio la vuelta y se fue con capa al hombro y las plantas en ambas manos.

 

Remus le observo y negó, con una sonrisa lo siguió.

—No es por aquí—  dijo y le señalo otra dirección.

—¿Cómo estas tan seguro?

—Soy bueno orientándome—  sonrió. Sirius enrojeció nuevamente.

—Bue… bueno… gr… gracias—  con eso siguió caminando en la dirección correcta, a unos cuantos pasos se detuvo y giro  —¿no vienes?—

Remus negó.

—Pero podrías ayudarme—  levanto una mano. Antes de que Remus respondiera giro, no quería ver si ese chico sonreía.

Lo que sintió fueron sus manos quitándole la planta y rozándole en el proceso.

En el camino conversaron un poco más. Ambos tenían una pasión por el Quidditch y Sirius le hablaba de sus clases, le sorprendió saber que el chico -ahora sabía que Remus- no asistía a la escuela.

—¿Paso tu cumpleaños y no lo celebraste?—  estaba sorprendido, el disfrutaba de las fiestas en la torre y de todo lo que ocurría en ellas.

—Padre estaba enojado conmigo y me castigo—  se encogió de hombros  —eso sí, Chris me dio un presente—

 

Remus durante todo el regreso a donde estaba la manda se preguntaba <<¿Por qué se molesto Sirius?>> de un momento a otro se veía enfadado y no abrió mas la boca.

Al llegar a los limites le arrebato la planta y siguió caminando sin voltearle a ver o despedirse. Remus se sintió mal por aquello.

 

Los días pasaron y Remus regresaba al mismo lugar a ver si se encontraba con Sirius pero volvía decaído donde Chris. El mayor no entendía que le ocurría y tampoco podía preguntar. Una manada de paso compartía con ellos la semana y él estaba encargado de ayudar a su Padre.

 

Sirius se encontró con Remus cuando Severus estaba por atacarlo por la espalda, al parecer el Slytherin quería venganza por la broma de la mañana.

Escucho un ruido sordo y unos quejidos.

Al voltear le pareció ver a un animal salvaje sobre Snape pero luego reconoció a Lupin, sin evitarlo sonrió y le quito a un aterrado Severus un enojado Remus de encima.

—Controla al chucho, Black—  le miro amenazante.

—Cobarde como siempre si atacas por la espada, Snape.

Severus molesto emprendió camino al castillo.

—Creo que debo volver a agradecerte—  Remus estaba feliz de ver como Sirius le sonreía.

 

Después de esto quedaron de acuerdo en juntarse cerca de los límites del bosque. Sirius no era ningún estúpido para saber que si alguien más veía a Remus, estaría en problemas.

El tiempo que compartieron los unió bastante, sin que ellos lo notasen. Durante las clases Sirius observaba hacia el bosque y no podía esperar la hora para encontrarse con Remus.

Para Remus era de otra forma, andaba bastante distraído. El Ministerio estaba dando vueltas por Hogsmeade lo que no permitió que la otra manada siguiera su camino, tuvieron que compartir hasta nuevo aviso.

Sin pensarlo Remus llamo la atención de la Beta hija del Alfa de la otra manada.

 

Greyback estaba preocupado, ya Bruce le había comentado de que su hija quería estar con su cachorro, prometió ver el tema con su Omega, lo que le pareció extraño al otro Alfa pero Fenrir no sabía cómo obtener más tiempo y evitar el tema.

No era desconocido para él que Remus estaba más feliz y desaparecido este último tiempo.

Ya unos días después le vio olfatear el ambiente y tensarse, después de aquello desapareció de su vista en la primera oportunidad.

Algo le dijo a Fenrir que la “pareja destinada” de su cachorro estaba cerca. Tampoco podía llegar y trasladarse así como así, su cachorrito necesitaba estabilidad y la primavera estaba perfecta para aquello.

Era más que obvio que esa persona era un Mago o Bruja lo cual le preocupaba bastante, podrían estar en problemas si esa persona descubriera la verdad de su cachorro y hablara con el Ministerio. La manada estaba primero por lo que decidió aceptar el compromiso.

 

Remus llego rápidamente al castillo, le importo bien poco si era visto, algo le decía que Sirius estaba en problemas, con eso mente y como prioridad llego a los Invernaderos.

Confirmado que no había nadie más encontró a Sirius dentro.

Al parecer el desheredado de los Black se entero que su única familia de sangre, llámese Alphard Black estaba bastante enfermo y él no podía ayudarle, si no mejoraba no llegaría a finales del próximo mes. Con ese problema se olvido del regalo que le debía a James y de todo lo demás exceptuando a Remus.

 

Chris se entero de la noticia del compromiso entre ambas manadas, tenía muy en claro que Remus no aceptaría el compromiso, hace solo unos días vio por accidente a su hermanito besándose con otra persona que sospechaba era un estudiante.
Si Greyback se enteraba correría sangre.

 

Cuando Remus se entero no se hizo problemas, solo podía estar con alguien si él era un Alfa algo que aun no ocurría y por lo que le dijo su Padre hace tiempo, faltaba bastante.
Por tal motivo se relajo hasta que llego a finales de Abril.

Sirius y Remus estaban en una relación de días. Ya hace una semana se habían topado con Potter quien puso un grito en el cielo, no porque Sirius resultara ser gay sino que él no sabía nada de nada y mucho menos de Remus.

Con los días logro que Potter y Pettigrew le aceptaran, por ese lado no había problemas.

Ahora se disponía a ir con su pareja para saber el resultado de la carta con el estado de salud de Alphard pero antes de eso fue llamado por su Padre.

—¿Qué ocurre?—  pregunto extrañado de estar solo en esa cueva con el Alfa.

—Es hora de que crezcas—  Remus abrió los ojos preocupado  —no saldrás hasta que sea Luna Llena—  con eso se paro y se dirigió a la salida.

—Pero…

—SIN PEROS. TE QUEDAS—  gruño en amenaza. Remus sabía que no podría llevarle la contra al líder.

Termino encerrado tres días, tres días sin saber y avisar a Sirius.

Ya cuando faltaba poco para que se transformara, apareció Greyback.

Le agarro de la ropa y le rasgo la parte superior. Remus se asusto porque no era una situación normal, cuando en eso siente sus dientes en la marca para después sentir como la mordida cambia junto con ambos cuerpos.

Esa noche Remus se convirtió en un Alfa.

 

Y esa noche Sirius miro enojado la Luna. Se había topado con Chris dos días atrás cuando fue a buscar a Remus.

El otro hablaba con un Centauro, al parecer se conocían.

—¿Se convertirá?—  pregunto entre preocupado y alegre.

—Eso me temo…—  dijo cabizbajo el que reconoció como Chris.

—¿Qué ocurre?

—Mi hermano está enamorado y Padre… Padre…

—¿Quiere unir ambas manadas?—  pregunto para qué Chris asintiera.

—Pero Remus no sabe nada de lo que eso significa.

Sirius confirmo el haber escuchado bien Remus y quedo extrañado de que hablaran de manadas, no era algo normal, eso ocurría con animales y… Centauros.

—Ya se acerca la Luna Llena…—  hablo el otro  —será mejor que le ayudes a recuperarse de las heridas después de aquello—  Chris lo miro alarmado  —¿No sabes?—

—Soy un Beta…—  el otro asintió.

—Bueno… lo que ocurre es que aumentara de tamaño lo que le desgarrara aun más la piel—  Chris se mordió el labio preocupado  —pero creo que unas plantas le podrían ayudar… deberás molerlas y unirlas con sabia de…—  pero para este minuto Sirius no escucho nada más.

Era más que obvio que Remus… Remus… era un licántropo.

Con eso regreso molesto, cabreado, enojado y ofendido al castillo pero inconscientemente fue a la biblioteca y busco un libro sobre licantropía.

Lo que dijo el Centauro era verdad, crecían en tamaño y estarían más débiles lo que permitiría que fueran atacados. Definitivamente los libros eran un asco.

Solo hablaban de las oportunidades para matarles.

Pese a lo poco que se entero no regreso al bosque. Observaba desde la ventana la Luna, aun tenía en su poder un libro sin revisar.

—¿Y tu novio?—  pregunto con malicia James pero al ver que Black no respondió añadió  —¿rompieron?—  al ver la cara de su amigo supo que tuvo que haber cerrado su bocota.

Peter quiso romper el silencio por lo que reviso el libro de Sirius y empezó a leer.

—Vaya…—  comento. James le miro  —hoy los Deltas se convierten en Alfas lo que permite que busque a un Omega y creen su propia manada… Sirius—  le llamo  —podrías haber prestado este libro hace un año o el semestre pasado—  dijo molesto. James se lo arrebato de las manos.

—Es verdad Padfoot—  le dijo mientras se le acercaba  —dice de todo hasta de la leyenda de parejas destinadas…—  empezó a reír  —pobre diablo el que sea…—  Peter le miro nervioso  —tranquilo Pet solo ocurre por medio del aroma… influencia bastante sobre todo la primera vez…—  adelanto unos párrafos  —se sabe porque se pasa un tiempo de psicosis con el aroma y luego…—  abrió los ojos  —te calientas—  lanzo el libro a la cama y empezó a carcajearse.

Peter tomo el libro y leyó lo mismo, en verdad le causaba un poco de gracia.

Sirius abrió los ojos,tomo el libro y siguió leyendo.

<<…si el licántropo y su pareja no se encontraran directamente después de aquello pasaría que en un futuro se sentirían atraídos de aquella persona sin saber el porqué, sería algo fortuito y no lo podrían confirmar a menos que el Alfa reclame a su pareja y la marque, solo en ese momento el aroma se volvería a sentir… podría ocurrir que la presencia afecte a la otra persona… en caso de peligro el licántropo aparecía lo más rápido posible pese a… podría vivir con otra pareja pero a la larga causaría la muerte del licántropo… deberían marcarse, en caso contrario ya en el primer encuentro el Alfa marcaria a su…>>

Sirius quedo helado, según lo que leía ÉL era la “pareja destinada” de Remus. Hace años sintió el calor y el aroma varonil pero muy tenue para su olfato y con lo que ocurrió desde que lo conocía, más claro no podía estar él era… <<“—¿Quiere unir ambas manadas?— ”>>.

MIERDA

El Padre de Remus querría que se uniera con otra persona.

Sirius tenía sentimientos encontrados, el temor de la verdad y la rabia de que otra persona estuviera con su Remus.

Ya cuando escucho unos aullidos supo que tendría que decidir en esa noche.

 

—¿Remus?

Remus empezó a abrir los ojos, eran las más o menos las 3 de la tarde según las quejas de su estomago.

—¿Qué pasa?—  pregunto extrañado y asustado después de ver un cuerpo a su lado.

—Ha pasado un día desde que te convertiste en Alfa—  Chris no sabía cómo decirle aquello.

—¿Qué hace…?—  señalo pero Greyback se hizo presente.

—La marcaste como tu Omega—  informo mientras entraba en la cueva.

—¿Qué?—  miro a Chris pero este rehuyó su mirada  —pero Sir…—

Greyback alzo una ceja amenazante  —En dos semanas se unirán oficialmente frente a todos—

—¿Y ella?—  la señalo.

—Su Padre dio el permiso de que de ahora en adelante pase las noches contigo… eres su Alfa después de todo—  para extrañeza y miedo de los otros dos, Greyback le sonrió  —felicidades cachorro—  con eso lo abrazo.

Remus no sabía donde caerse muerto, llevaba una semana con Marlene, en todo este tiempo no había dejado de pensar en Sirius y sentía que debía hablar con él no solo por la situación en si sino que sentía que lo estaba llamando. Por otro lado agradecía no caer en la fiebre del Celo del Alfa y volver a estar con Marlene.

Chris se alejo de Remus en todo este tiempo, el sabía que era lo mejor.

Ambos Alfas líderes de manadas podían ver como el mismo Remus se debilitaba con cada día que pasaba, le venían las fiebres pero no tocaba a Marlene y luego le venía el bajón en donde caía, posiblemente muerto a ojos de otros, en cualquier parte.

Otra semana transcurrió y Greyback no sabía que ocurría con su cachorro, debería estar feliz, tenía una Omega y era un Alfa pero se pasaba todo el día preocupado y perdido en su mundo.

Estaban a solo horas de la unión y no podía poner en pie a Remus, si seguía así se enfermaría de manera crónica.

Salió a buscar a Chris pero este no estaba cerca.

 

—No debes ir…—  trato de detenerlo.

—Sé que me necesita… yo… yo lo necesito.

—Lo que ocurrió no tuvo que ser… entiéndelo.

—No puedo—  siguió caminando  —y confirmas que eso paso…—  añadió.

—Solo… solo… no tienes pruebas, no alcanzaste… no alcanzaron cuando—

—Pruébame—  le reto, con eso siguió avanzando mientras se apoyaba en cada tronco que encontraba.

 

Chris llego rápidamente, se dirigió a donde Remus pero Greyback lo detuvo.

—Debemos hablar—  demando.

—No puedo—  intento soltarse pero un gruñido le advirtió quedarse allí.

—Sabes algo.

—¡Qué? No…—  intento decir algo pero las palabras no salían de su boca.

—Habla…—  le tomo del brazo y apretó su agarre. Chris sentía que en un momento más el hueso crujiría  —o si no…—  crujió.

—No puedo…—  decía al borde de las lagrimas  —yo… fue fortuito—  quería, debía explicar pero… simplemente sería peor para Remus  —déjalo ser…—  pidió.

—¿Qué?—  Greyback no entendía pero un aroma lo alerto.

Un humano se acercaba.

 

Todo licántropo se puso en alerta. Todos vieron como un muchacho con uniforme se acercaba con paso tambaleante.  Le costaba respirar y mantenerse en pie.

—¿Quién eres?—  demando Greyback, no era lo mejor que el Ministerio apareciera porque algo que le ocurrió a un alumno.

—Sirius Black— ¡Y BLACK! No podría ser peor.

Chris se golpeo la frente, al parecer si había cosas peores.

—ALEJATE—  grito Bruce. Sirius negó  —última advertencia—

Sirius se puso derecho y agarro su varita.

Bruce no lo pensó y se lanzo para atacar a Sirius pero un cuerpo se lo impidió.

Greyback vio como Remus apareció de la nada y salto sobre el otro Alfa, lo había tomado de la ropa y con el impulso lo lanzo lejos del humano.

—REMUS—  grito por miedo, advertencia y lo que sea, sentía que todo se le salía de control.

—No lo toquen—  la pose que adopto advirtió a cualquier Omega y Beta presente, los Deltas se quedaron en sus lugares pero aun alertas, esperaban indicaciones para la protección de la manada.

No así con los otros que se lanzaron sobre Remus y Sirius para defender a su Alfa.

Greyback y Chris veían como Sirius invocaba escudos y lanzaba hechizos aturdidores. Para Fenrir fue como revivir el día en donde mordió a Remus. Quería lanzarse contra Sirius pero la mano temerosa de Chris lo detuvo.

—¡QUIETOS!—  grito para ambas manadas.

—No le toquen—  advirtió un sangrante Remus.

—Cachorro… ¿qué ocurre?—  trato de hablar tranquilo el Alfa.

—Yo le puedo responder—  se molesto de que un humano le dirigiera la palabra pero al ver de reojo como Chris se lamentaba, esto le advirtió que algo ocurría allí  —esto pasa—  con eso se rompió el uniforme y mostro parte de hombro izquierdo, una mordida claramente de licántropo estaba allí.

—¿Qué significaba esto?—  grito colérico.

 

Sirius observo como la muchacha que antes Chris le había descrito se adelantaba.

—Soy la pareja de Remus y no esa cualquiera—  señalo a Marlene.

Chris quería hacer un agujero y esconderse, mala elección de palabras.

—¿Pareja?—  pregunto incrédulo el Alfa  —Ja… déjame decirte que no te creo—  empezó a reír  —es imposible—

—¿Por qué soy mago, no?—  Greyback asintió  —lamentablemente le debo decir que soy su “PAREJA DESTINADA”—  recalco  —por ende es válido—

—¿Qué?—  grito y se giro para estampar a Chris contra un árbol, lo tenia del cuello  —explica esto—  movió su cabeza hacia la “parejita”.

—Ya lo explico Black—  lo que le siguió fue un golpe directo a la mandíbula.

Sirius sabía que las cosas se saldrían de control pero no esperaba que Chris saliera lastimado en el proceso.

—HEY… la cosa es conmigo no con él—  le dijo a Greyback.

Remus sintió el temor de Sirius por Chris y se acerco amenazante a su Padre.

—Es verdad…—  dijo entre incrédulo y sorprendido  —entonces hace años…—

—¿En las mansiones?—  Greyback asintió  —si… era yo…—

—¿Cómo…?

—Una gran pregunta…

Greyback giro a Chris  —¿Malrene?—  Chris negó  —por eso…—

Negó varias veces y se acerco a Sirius.

Remus lo siguió con la mirada.

Fenrir se dio cuenta que Sirius estaba asustado pero no por él y menos por estar entre dos manadas de licántropos.

—¿Sabes en lo que te metes?—   Sirius asintió  —pues bien… acaban de romper la amistad entre dos manadas… deben correr—  Sirius asintió y estiro la mano a Remus  —no es una mascota Black—  advirtió el Alfa.

—Lo sé…

Greyback vio determinación en sus ojos, no quería dejar ir a su cachorro pero debería defender a su manada y proteger a la parejita.

—Deben terminar…—  intento expresarse  —eso—  les señalo. Ambos asintieron.

 

Cinco años y Greyback volvía a Hogsmeade.

Camino evitando cualquier calle concurrida, se dirigía a la Casa de los Gritos, debía encontrarse con su cachorro y con su pareja.

Al acercarse vio como un hombre alto de cabellos castaños sujetaba a un niño.

—Cachorro—  le llamo.

No vio a Remus porque el pequeño quería bajarse de los brazos de su Padre, todo mientras gritaba  —Bebo…—

Cuando lo tomo en brazos observo a un Remus más adulto. Con barba, bigote pelo corto y por lo que veía se mantenía en buena forma.

—Padre…—  se acerco a saludarlo pero se vio interrumpido por un grito.

—Orión, volviste a ensuciarte—  Greyback reconoció a la mujer como Lucy.

—Moony…—  vio como un desordenado Sirius apareció detrás con una niña en brazos  —Thusia quiere que tu…—  pero se detuvo al advertir su presencia  —suegrito—  le molesto  —¿y mi “suegrita”?—

Sirius conservaba su apariencia de chico malo, tenía el pelo largo hasta casi los hombros, una barba similar a la de Remus pero mucho menos y más debajo de la pera llegando al cuello. A Remus le llegaba hasta el borde y seguía en una línea delgada hasta las patillas.

—Estoy aquí—  interrumpió Lucy, mitad en broma mitad verdad.

—¿Dos hijos?—  pregunto a su cachorro.

Remus se encogió de hombros.

—No puedo evitarlo—  Greyback se carcajeo, pese a todo su cachorro se le parecía.

 

En la once entendió como era posible que ambos tuvieran cachorritos. Al parecer Black era un Omega pero solo su pareja lo distinguiría como tal y solo con él podría tener cachorros. Orión tenía 4 años y la pequeña Thusia 3 años.

El mayor era una copia en miniatura de Remus y la menor se parecía a Black pero era tranquila, contrario su “Madre”.

No entendía el porqué de los nombres pero decidió no preguntar.

Lo que vio esa noche le confirmo que pese a todo su cachorro y cachorritos estaban bien. Todo lo que ocurrió después de que ambos se fueran valió la pena y que aunque no pudiera cruzarse con la otra manada, todo estaba bien.

—¿Viven aquí?—  pregunto cuando salió.

—No, vivimos en la mansión de mi tío… pero venimos aquí porque Moony se siente más cómodo—  Greyback le miro  —y nuestros cachorros igual—

—¿Entonces pasan más tiempo aquí?

—Más o menos—  hablo Remus encogiéndose de hombros, ya más serio le miro  —gracias por venir—

—No hay de que cachorro—  le revolvió el pelo  —me encontré con Chris hace unos días… dijo que pasaría de visita probablemente—  vio como ambos sonrieron.

—Saludos a todos—  se despidieron.

—Pasen a buscarnos, debo enseñarles cosas de verdad a esos demonios y malcriarlos—  vio como Remus rodaba los ojos y Sirius le codeaba.

—Vamos Paddy—  eso fue lo último que escucho.

 

—Creí que era mala persona—  hablo Sirius a Remus en la intimidad de su cuarto.

—Los libros no expresan todo acerca de los licántropos.

Sirius sonrió  —Vaya que no—

Al parecer seria una larga… larga noche…

Si es que los niños no despertaban pero… estaba Lucy para ayudarles. Ambos se miraron a  los ojos y sonrieron.

Remus paso los dedos por la cicatriz de Sirius lo que le despertó al pequeño (yeah sure) Paddy.

—¿Vamos a jugar?—  pregunto Sirius mordiendo la oreja de Remus, ocasionando los mismos resultados.

—Yo jugare y tú… como siempre disfrutaras de tu Alfa—  se acomodo sobre Black.

—¿Vamos con eso…?—  le molesto, todo era infinitamente mucho mejor cuando le picaba.

Remus gruño y se lanzo a por Sirius.

 

Probablemente tuvieran otro hijo y no es que a Black le molestara el hacer otro pequeño… y menos a Remus ver a su Paddy con una linda y tierna pancita.

—Espera…—  corto el momento de pasión Remus  —aun no entiendo como supiste—

—¡Cierto!—  dijo sentándose en la cama  —se me olvido mostrarte los recuerdos—

—¿Recuerdos?—  Sirius asintió.

—Esa noche me fuiste a buscar y bueno… yo… también fui por ti…—

—Si eso lo sé… te convertiste en Paddy y por eso no eres un licántropo, eso lo sé—  se estaba impacientando.

—Bueno… al amanecer dijiste en sueños una frase que no entendí…—  Remus dejo caer su cabeza confundido hacia un lado. Sirius se mordió el labio… su Moony se veía tan tierno  —dijiste “Du Riechst So Gut”—

Hueles tan bien—  Remus sonrió en comprensión, ahora Sirius estaba confundido  —¿nunca te conté de cuando fuimos a Alemania?—  Sirius negó…  —bueno… ya sabemos dónde pasaremos las vacaciones—

—¿Por qué?

—En invierno es necesario mantener el calor—  Sirius entendió la indirecta y se sentó en las piernas de Remus.

—¿A si… y cómo?—  sonrió.

—Pues… así.

Remus se acerco y beso a Sirius en la boca mientras con sus manos recorría su espalda. Sirius no se hizo de esperar y empezó a levantarle la camiseta.

Ambos cayeron en la cama y un extraña calor les empezó a recorrer el cuerpo, definitivamente tendrían su tercer hijo si ese calor significaba Fiebre del Celo del Alfa.

Y no alcanzaríamos a explicar o escribir todo lo que ocurrirá en esta noche pero… ¡Merlín! Ya están haciéndose el 69, un minuto más y veremos cómo llegan al orgasmo.

Nooo lo gemidos…

¡CACHORROS DEBEN INSONORIZAR LA PIEZA!

 

Fin

Notas finales:

Y aqui.... se termina... que tal? .. es un poco diferente y bueno.. no quise hacer malo a Greyback creo que puede tener su lado bueno... pero hay que buscarlo... bien... BIEN.. ¡BIEN! en el fondo xD

 

Gracias a quienes se dan el tiempito de leer y dejar rev ;)


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