Kagami se encontraba sentado al lado de la tumba del que alguna vez fue su sombra. Todo estaba en silencio, un silencio tranquilo y suave, un silencio que si te agarraba desprevenido te podría llevar hacia los brazos de Morfeo.
Lamentablemente, Kagami no pudo con él y se quedo dormido en la tumba de su amigo y amante. De eso hace más de dos años pero Kagami seguía yendo todos los fines de semana y como ese día, (el aniversario de la muerte de Kuroko) se quedaba allí por lo menos dos días, si el cuidador no lo veía y, si lo hacía, regresaba al día siguiente y se la pasaba ahí todo el día.
En el sueño
Kagami estaba sentado frente a frente con la tumba de Kuroko, había llevado dos Kagami-porciones de Maji Burgers para quedarse allí el tiempo que quisiera sin tener que ir a comprar comida. También había llevado un batido de vainilla a su Kuroko y lo dejo frente a su tumba. Empezó a comer y a relatarle al peliceleste las buenas nuevas del equipo, como Teppei por fin se le había declarado a Hyuga y como ahora los dos estaban saliendo, también como la entrenadora los hacía trabajar muy duro y todas las cosas que eso conllevaba, le contaba de como iba mejorando en sus saltos. Siempre lo mismo. Cuando había cosas nuevas que contarle sentía como si un viento fresco le llegara por su lado derecho y eso le hacía sentir que su sombra siempre estaba ahí con el escuchándolo.
Kagami: En mis saltos voy mejorando cada vez más. Y a casi nadie puede alcanzarme.
???????: Estoy muy feliz por ti Kagami-kun.
Kagami levanto la vista de la hamburguesa que se estaba comiendo y vio la tumba. En ella no había nadie, pero el batido ya no estaba.
???????: Veo que te esta yendo muy bien sin mí. Eso me alegra.
Kagami volteo a su derecha y ahí estaba su Kuroko.
Kagami: Como puedes decir eso.- El seguía viéndole, no podía dejar de hacerlo.- Te extraño todo el tiempo y no puedo dejar de pensar en ti. Eso me distrae mucho en los partidos.
Kuroko: Lo siento Kagami-kun, no fe mi intención distraerte de tu ejercicio.
Kagami seguía viéndolo. ¡Ahí estaba el!, su amado Kuroko que hacía dos años no había visto más que en fotografías. Kagami no pudo evitarlo y alargo la mano para palpar el rostro de su amado, pero la mano traspaso la blanca piel de Kuroko y este solo bajo la mirada.
Kuroko: Sabes que ya nunca podas tocarme.- Kagami bajaba la mano y la depositaba en el pasto.- No se para que lo intentas.
Kagami: ¡Deberias entenderme! ¡Desde que te fuiste ya nada es igual para mí! ¡Te extraño con locura, Kuroko! ¡No sabes cómo he tratado de superarte pero simplemente no puedo!- Kagami ya no podía soportarlo más y dejo que las lagrimas rodaran por sus mejillas. Kuroko se entristeció al ver a aquel que quería en una situación de tristeza y desesperación como aquella.
Kuroko estiro una de sus blancas manos y la puso debajo de la cara de su pelirojo. Una lagrima callo de la mejilla de Kagami y se deposito en sus manos. Kuroko la observo, y después de un tiempo, soplo ahí donde se encontraba la lagrima y esta se convirtió en un pequeño pétalo, que voló con el aliento del peliceleste. El pétalo voló hasta desaparecer de la vista de los dos chicos.
Kuroko: Kagami-kun sé que es difícil. Para mi todavía lo es. Te diré algo. Se supone que yo ya debería irme al “cielo”,.- Dijo esta última, haciendo dos comillas en el aire con sus manos- pero no puedo, quería hablar contigo una última vez. No quería irme sin despedirme otra vez.
Kagami se quedo helado en donde estaba.
Kagami: Entonces, -volteo a ver a Kuroko a los ojos- ¿Te vas para siempre? ¿Esta es la última vez que te veré?
Kuroko, aparto la vista y empezó a beber del batido de vainilla.
Kuroko: Exacto.
Kagami, bajo la mirada y con lágrimas en los ojos se levanto. Empezó a caminar, alejándose de la lapida, tratando de asimilar lo que Kuroko le había dicho. ¡La última vez!
Kagami volteo a ver a Kuroko, pero este ya no estaba. Kagami se espanto y empezó a caminar deteniéndose a pocos pasos de donde anteriormente se encontraba.
Kagami: (con un hilillo de voz) ¿Kuroko?
Kuroko: Sigo aquí Kagami-kun.
Kagami: ¿Por qué no te puedo ver?
Kuroko: Kagami-kun, siéntate por favor.
Kagami le hiso caso a Kuroko, pero se sentó un poco más alejado de en donde estaba, y entonces lo vio, pero, solo veía el cuerpo de Kuroko su cabeza no la lograba ver.
Kagami: ¿Kuroko qué está pasando? ¿Por qué solo puedo ver tu cuerpo?
Kuroko: (sonido de suspiro) Kagami-kun, siéntate en donde antes estabas sentado.
Kagami se paro e hizo lo que Kuroko le pedía. Ahora si lo podía ver completo.
Kagami: Pero, ¿Por qué haya no te puedo ver completo?
Kuroko: (Soltando otro suspiro) Es por la posición del sol Kagami-kun.
Kagami: ¿De qué hablas? No te entiendo.
Kuroko: (soltando un suspiro más largo) Mira el sol Kagami-kun.- El pelirrojo levanto la vista.- Y ahora mira el suelo.
Kagami bajo la vista y vio algo: Su sombra empezaba después de su cuerpo pero terminaba muy cerca de él, en donde empezaba el cuerpo de Kuroko. Kagami levanto la vista y se le quedo viendo a Kuroko. Este estaba tomando de su batido y viendo al frente, cuando dijo:
Kuroko: Yo siempre seré tu sombra.
Kagami: Entonces, ¿Si no te tapo del sol, no te podre ver?
Kuroko: Así es.
Kagami iba a empezar a hablar cuando sintió como si alguien lo moviera.
Kuroko: Vaya ya se acabo el tiempo. Fue bastante rápido, es una pena.
Kagami sentía como se iba alejando de Kuroko, y en la vida terrenal como se iva despertando de su “sueño”.
Kagami: Kuroko, ¡todavia no me quiero ir! Por favor, haz algo.
Kuroko se levanto y fue hacia él, lo tomo la cara con las manos y le planto un beso rápido en los labios, diciendo. ¡Te amo, Taiga!
Kagami se quedo petrificado. No solo su pequeña sombra lo había tocado sino que le había confesado su amor, ¡Diciéndole su nombre! Ni siquiera cuando había estado vivo, en su corto tiempo de noviazgo lo había echo.
Kagami despertó con lágrimas en los ojos, vio como el encargado de cerrar el cementerio, le decía que se levantara ya, que iban a cerrar el cementerio en quince minutos.
Kagami: Si, espero solo un poco.
El cuidador, le dio una mirada extrañada, ya que las lágrimas no dejaban de caer por sus ojos.
Cuidador: Bueno, pero te quiero fuera de aquí antes de cerrar.
Mientras el cuidador se iba Kagami se arrodillo enfrente de la tumba de Kuroko y empezó a rezar. Cuando termino, pego la frente a la lapida y dijo en palabras muy suaves:
Kagami: ¡Yo también te amo, Tetsuya!
Se levanto, agarro la basura de las hamburguesas, el envase vacio del batido de Kuroko y se fue caminando hasta llegar a la entrada. Cuando llego un pequeño pétalo se poso en su nariz, haciendo que se detuviera. Ahí se volteo, por suerte la tumba de Kuroko estaba en una pequeña colina y se veía desde la mayoría de los puntos del cementerio.
En la tumba, se encontraba Kuroko, con una gran sonrisa en sus labios. Kagami sonrió un poco y las lágrimas no se hicieron esperar. Levanto la mano y se despidió de su amado peliceleste, y este a su vez se despidió de su pelirojo.
Kagami se volteo y trato de hacer que sus lágrimas pararan de salir, sin obtener lo deseado. El salió del cementerio y comenzó a caminar directo a su departamento.
En el cementerio, el fantasma Kuroko volteo a ver hacia el cielo y dijo un simple, ¡Gracias!, desapareciendo, lentamente entre las sombras de las nubes.