Capitulo nueve: DESCUBRIMIENTOS I
Estaba de nuevo de pie frente al bosque, el fro invernal helaba todo a su paso, la noche resplandeca gracias a la nieve que caa a su alrededor reflejando los rayos lunares.
Poda ver el vapor que escapaba de su cuerpo, sus pies descalzos enterrados en la blancura no le provocaban incomodidad como a las dems personas, es ms, hasta pudo sonrer debido a la situacin, sencillamente ya no se senta humano, ya no reaccionaba como uno, pero eso no le preocupaba, su cuerpo poda congelarse sin causarle temor ya que tena la certeza de que no morira o enfermara, todo eso qued atrs.
Esper tranquilamente la llegada de su sirviente, distrayendo su mirada de vez en cuando al detectar movimientos a su alrededor, sonri al divisar a los pequeos conejos, lechuzas y venados nveos que se trataban de acercar a l con curiosidad.
Se agach para acariciar la cabecilla de un cervatillo valiente, confortando a la cra con el calor de su cuerpo, poco a poco fue rodeado por los animales que se sentan seguros debido a la paz que acompaaba al joven mago, verle a los ojos era como caer en un sueo que los aletargaba y les haca sentir como cuando mamaban leche de su madre o dorman seguros en sus nidos rodeados de sus familias.
-En verdad nadie se le resiste, mi seor- todos los pobres animalillos salieron corriendo debido a la sbita aparicin de Acantho, la gran serpiente sonri prepotente al ver el gesto de disgusto en el hermoso rostro de su amo.
-Tardaste-la voz de Harry no reflejaba nada, analiz al hombre que tena frente a l tratando de descifrar la razn por la que le haba hecho esperar, normalmente cuando le llamaba, Acantho acuda sin demora, ya fuera para darle alguna leccin o charlar sobre cualquier cosa.
Harry no lo admitira en voz alta, pero a pesar de la forma obsesiva en que el otro hombre le miraba y su incesante acecho, le apreciaba, era una criatura fascinante que haba visto lo mejor y lo peor del mundo mgico, confiaba en l para que le guiara en todo lo referente a su “destino”.
-Llegu a tiempo, pero al verle en tan escasas vestimentas y dado el inclemente clima invernal, me tom la libertad de conseguirle esto- Acantho ya estaba frente a l, su gran estatura le cubra de la nieve; mir atentamente lo que le extenda con su mano, pareca ser una gran y esponjosa capa blanca, le record vagamente a los conejos que hace poco acariciaba.
-Fuiste a despellejar algo para cubrirme?- estaba sinceramente sorprendido, jams habra imaginado que el Naga se preocupara por l ms all de lo que el trato de servidumbre estableca
-No realmente, para tranquilidad de sus amiguitos peludos-seal con la cabeza a los animales que asomaban sus orejas tras los matorrales- sta capa es de crin de unicornio, clida, impermeable y ligera- deca mientras se la colocaba cuidadosamente al menudo cuerpo de Harry
-Sabes que no es necesario, no morir de pulmona o algo as- rod los ojos mientras senta el suave material, era en verdad clido y ligero como los camisones que Remus le colocaba para dormir, su mirada se ensombreci al pensar en su querido guardin, al parecer el hombre lobo se haba dado cuenta de su cambio.
-Que no vaya a morir no significa que pueda abusar de tan bello cuerpo, solo mire como tiene los pies, de ahora en adelante deber tratarlo como a un nio y cuidarle , ya que al parecer a usted no le importa- su rostro denotaba seriedad y molestia, rpidamente levant al nio del suelo, emprendiendo camino hacia lo profundo del bosque, Harry se molest, pero decidi no decir nada al ver el tinte azulado que tenan sus extremidades debido al hielo, se envolvi mejor en la capa al mismo tiempo que se acomodaba entre los fuertes brazos de Acantho, viendo con los ojos entrecerrados el paisaje a su alrededor.
Caminaron por un rato, el nio poda ver las sombras que les seguan, supuso que eran los Nagas de la tribu de su sirviente, llegaron al claro en donde estaba la entrada al reino de los muertos, su reino.
Fue colocado en el suelo con cuidado, la primera vez que haba pisado ese terreno se haba sentido un poco inquieto, pero ahora la familiaridad tambin haba aumentado, estaba ubicado en lo que recordaba era un crculo de hadas, ah la magia se respiraba, chispeaba y te estremeca.
-Es momento de que sepa todo, mi prncipe, de que restablezca su podero, debe poner orden en ste mundo indigno- Acantho le miraba de pie frente a la entrada, sus brazos descansaban a su espalda dndole un aire regio, todo rastro de broma o coquetera se esfumaron de su faz.
-A qu te refieres?
-Mi seor, usted ha vivido en un engao, toda la vida que conoce ha sido cuidadosamente planeada desde las sombras por alguien a quien usted aprecia, le han mentido sobre cosas muy importantes, sagradas para usted, y nosotros, sus fieles sirvientes no estamos dispuestos a seguir permitindolo, no somos criaturas que perdonen la traicin- las sombras salieron de su escondite, varios hombres y mujeres mitad serpiente ahora se inclinaban ante l, los vea a su alrededor y supo que lo que su lder le deca era verdad, los Naga eran seres orgullosos, fieles a los suyos.
Volte hacia Acantho, quien se inclin an ms ante la posibilidad de haber ofendido a su amo por hablarle de esa manera sobre sus seres queridos, Harry tom su rostro entre sus manos hacindole que le mirara a los ojos
-S que tus palabras son sinceras, pero aun as conozco a mi familia, s de sus defectos y tambin de sus virtudes, aceptar tu advertencia, pero quiero que sepas que sea cual sea la verdad, solo yo tengo la decisin sobre el traidor del que hablas, mi familia es ma as como t y tu tribu son mos entendido? – el lder asinti- bien, ya que todos han entendido esto, quiero pedirles su ayuda para lidiar con todo
-No debe pedirnos eso, Amo, nosotros nacimos para servirle y as lo haremos
-Gracias- el hombre tom las manos del nio y las bes
-Muy bien, ahora continuemos con lo que vinimos a hacer
La fuerte cola de la criatura se agit haciendo sonar el cascabel que tena en la punta, el sonido provoc que las ramas y el tronco del gran roble comenzaran a retorcerse, la madera comenz a deformarse hasta que adquiri la apariencia de un cuerpo de mujer, Harry se acerc, el color caf de la corteza se volvi verde como manzana, en su cabeza los cabellos eran espesos y esponjados como los ramajes, mir su rostro sin poder evitar la lstima que le invadi, estaba demacrada, sus facciones solo demostraban la infelicidad que la drada senta.
-Acrquese a ella mi seor, no le har dao, ahora ella tambin le sirve, le contar todo lo que quiera saber, todos los portadores anteriores a usted escribieron en su corteza todos sus conocimientos con la esperanza de que cuando el verdadero Amo llegara, pudiera disponer de ellos- los hombros del nio fueron empujados levemente para instarlo a avanzar, se posicion justo enfrente del hada, ella sinti su presencia y le mir, sus ojos eran completamente negros, Harry casi poda palpar su dolor.
La mujer se inclin hacia el pequeo, colocando sus labios cerca de su odo como si fuera a contarle a su nuevo seor un gran secreto, Harry se qued quieto escuchando la extraa voz, sonaba como el viento, estaba lleno de emociones y acontecimientos.
No supo cunto tiempo estuvo de pie, asimilando toda la informacin, guardndola en su memoria y adquiriendo la magia guardada por siglos.
Cuando volvi a abrir los ojos supo lo que deba hacer.
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Acantho miraba fijamente al nio que se haba convertido en el Amo de la Muerte, cuando este volte, pudo observar la decisin que brillaba en sus esmeraldas, esas joyas verdes como la muerte.
Cuando comprendi que ese joven mago sera su amo no supo si deba rer por lo hilarante de la situacin o gritar de rabia, el chico le demostr valenta y dignidad, como ya haba dicho, era todo un pequeo prncipe, con eso se gan su respeto, pero cuando lo mand al mundo subterrneo a enfrentar a la bestia hambrienta que ah habitaba jams imagino que ese nio le venciera.
Al parecer le haba subestimado, Harry regres en trance, la magia negra que le condujo hacia ellos le haba ayudado a salir y an se arremolinaba a su alrededor, cuando el patriarca se acerc hasta l pudo saborear el aura mgica que bulla dentro del pequeo cuerpo con renovada fuerza, ah supo que ese muchachito era digno de regirlos, sinti el deseo de poseerlo aunque fuera imposible, as que se rindi a sus pies jurando protegerlo.
Esperaba ansioso el futuro que construira el heredero Peverell con su poder.
Volvi a enfocar completamente su atencin en el delgado cuerpo que haba cado precipitadamente al suelo, uno de los integrantes ms jvenes de su tribu hiso el ademn de acercarse, pero el lder le detuvo con una mirada furtiva, tom al nio colocando una mano sobre su frente, se encontraba bien, su mente estaba algo sobrecargada con el nuevo conocimiento, solo necesitara una buena siesta para asimilarlo todo.
De nuevo se perdi en el rostro del ms joven, el cuerpo se agitaba un poco, al parecer no estaba teniendo un buen sueo. Con el ceo fruncido, Acantho uni sus frentes usando el contacto y el vnculo que los una para apaciguar la mente de su amo enviando ondas de calma, todo iba bien, Harry ya no se remova, estaba por levantarse para llevarlo a su refugio a descansar, cuando sinti a travs de sus mentes conectadas otra pulsacin que provena de alguien ms.
Escane las vibraciones, interceptndolas antes de que llegaran a la mente de su amo, era un aura poderosa y muy oscura…pareca ser de otro mago, aunque poda percibir esencia de criatura mezclada.
Tante el vnculo que el desconocido tena con su amo, sintiendo la intensidad y de qu tipo se trataba, no era de servidumbre, tampoco un juramento…
Rugi de rabia al saber de qu se trataba, era un vnculo de compaerismo que le una con su pareja, se negaba a creerlo, SU amo no poda estar predestinado a nadie, no deba pertenecerle a NADIE.
Y el muy maldito pareca querer averiguar a travs de su conexin dnde encontrar a Harry.
Con ira levant un muro temporal dentro de la mente del nio que an dorma entre sus brazos, expulsando violentamente a quien trataba de contactar con l, pudo sentir con satisfaccin el creciente enojo del desconocido al ser rechazado de esa forma antes de que se cerrara el vnculo.
Sonri conforme volviendo a la realidad, carg el cuerpo y comenz el camino hacia su refugio para dejar descansar al pequeo, lidiara despus con la molestia que seguramente sentira cuando estuviera consiente de lo que Acantho haba hecho sin su permiso.