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Música en el Corazón por lady_chibineko

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Música en el corazón



Autora: chibineko chan =n.n=



Advertencia: Este fic contiene escenas yaoi (relaciones chico-chico), así como escenas lemmon (descripción de escenas sexuales); si no es de su agrado este tipo de lectura, por favor no siga.



Nota: FELIZ NAVIDAD SELENE!!!!, mi linda amiga conejita =n.n= espero que te guste este regalito que hago con cariño para ti, pongo a la pareja que te gusta, jejeje... ShionxMime... y es que no existe nada mejor, ne?.



Capítulo I



La larga cabellera verdoso claro se movía suavemente gracias a la dulce brisa que refrescaba la calurosa tarde por la que pasaban los habitantes del Santuario de Athena. Una sonrisa adornaba sus labios de manera graciosa... vaya y que a su amigo se le ocurría cada cosa...



- "¿Hablas en serio Dohko?... debo admitir que suena tentador, sin embargo... (traducción: ¡¿Hablas en serio?!... ¿o te has fumado algo? ¬¬U)"- Shion miró una vez más a su amigo.



- "¿Por qué no?, por fin el Santuario a entrado a una nueva Era de paz, y te aseguro que durará tanto tiempo como la anterior... pero esta vez las cosas para nosotros han cambiado amigo; ya no tenemos las mismas obligaciones de antaño. Esta vez tenemos la libertad de elegir lo que deseamos hacer, puesto que ya no existe obligación alguna en nuestro destino (traducción: ¡Piensa!. Ya no hay guerras y tampoco tenemos que entrenar a nadie para la siguiente ocasión... ¡¡¡Somos libres!!!)"- Dohko sonrió.



- "Es cierto lo que dices mi viejo amigo... en cierta manera siento esta libertad nuestra un tanto extraña, casi irreal. Pero aún sigo siendo el Patriarca del Santuario... o más bien he vuelto a serlo, siento que eso me trae ciertas obligaciones de vuelta (traducción: ¡Tienes razón viejo!... pero he vuelto a ser el jefe por aqui... ¡NO ESTOY LIBRE DEL TODO!)."- Shion dijo dubitativo.



- "Shion, piénsalo... además esta vez no tendremos 243 años, no habrá una siguiente vez; aquel poder que nos protegía del velo del tiempo se ha desvanecido de sobre nuestras sienes, el tiempo hará estragos sobre nosotros. (traducción: ¡ESCUCHA!, esta vez si nos vamos a hacer viejos de verdad... ¡Aprovecha!)"



Shion suspiró ante la veracidad de aquellas palabras; y pensándolo bien desde que Dohko le contase sobre las hazañas de los caballeros de bronce al proteger a la actual reencarnación de la Diosa Athena, una verdadera curiosidad por conocer aquellos campos de batalla y a los que alguna vez fueron fieros oponentes y ahora valiosos aliados se había formado dentro de su ser, y de pronto la oportunidad de satisfacer esa curiosidad, además de conocer el camino que había tomado el mundo en la actualidad se daba a la vuelta de la esquina. Tal vez no tomar la oportunidad sería un desaire hacia los dioses que le daban aquella oportunidad.



- "Tienes razón amigo mío; anunciaré a nuestra Diosa mi intención de realizar esta pequeña aventura y luego me pondré en marcha... creo que tengo mucho que ver después de todo, ya que antes de morir estuve en este santuario por más de 200 años... estoy algo desactualizado. (traducción: ¡Tienes razón my friend!, y encima no conozco nada de nada, ¡me largo de aquí! )"



Dohko sonrió, y asintió complacido. Estaba seguro de que el recientemente revivido Saga podría ocuparse del santuario con propiedad ahora que su lado oscuro estaba suprimido y su fidelidad para con Athena estaba restaurada.



- "Entonces... ¿vamos juntos o cada quien por su camino?. (traducción: ¡Oye man!... ¿como es la cosa? n__n)"- preguntó Dohko con la misma sonrisa.



- "Creo que será más interesante si cada quien va por su camino, luego podríamos comparar experiencias. (traducción: ¡JA!, arruinas mi estilo hombre, voy solo y te apuesto que me divertiré más que tu al final XD)"



Dohko simplemente se encogió de hombros y asintió... traducción a eso: ¡Acepto la apuesta!



Nota de autora: EY!!!, que esperaban =-.-=U ese lenguaje es de hace mas de 200 años... ¡DEBE SIGNIFICAR ALGO MENOS ELEGANTE ENTRE ELLOS DESPUES DE TODO!... jejejeje =n.n= , pero dudo que cualquiera que los escuche lo sepa en realidad, es cosa solo de ellos, ne?



**********



Un hombre joven de mediana edad, vestido con unos jeans negros ajustados, botas de cuero negras y altas, una cazadora que ocultaba una sudadera verde que igualaba la cabellera verde pastel sujeta en una cola suelta, y unas gafas oscuras que protegían los ojos violetas; andaba de manera despreocupada por el aeropuerto al cual acababa de llegar luego de un alborotado viaje en clase turista (para gran preocupación de cierta Diosa... pero él quería experimentar las cosas de la manera más normal para el resto, un viaje a la velocidad de la luz hubiese sido mas rápido y cómodo, pero según Shion la experiencia lo valió sin duda). Un viejo maletín que había pedido en préstamo a su alumno y actual caballero de Aries (el cual en realidad quería comprarle algo más elegante y 'nuevo'), y que llevaba al hombro era todo su equipaje, pues sentía que allí llevaba todo lo necesario; y mirando el reloj digital en su muñeca sacó la cuenta de que no tendría que llegar al castillo de la princesa Hilda de Polaris hasta dentro de unas cuatro o cinco horas (la cual lo esperaba en contra de sus deseos, gracias a los arreglos hechos por Saori -__-). Tenía tiempo de dar un verdadero paseo por los alrededores de la cuidad de Asgard, uno tal y cual el había deseado desde un principio; conociendo a la gente sin la compañía de un guía, entrando a los lugares más elegantes y a los más paupérrimos... ver todo como una simple persona normal. Bueno, unas horas era mejor que nada.



Un ligero estirón para despejarse y lo siguiente era que Shion había salido del aeropuerto (al diablo la recepción que le habían hecho... tener que cambiar su vuelo inicial más temprano solo por algo de libertad ¬__¬x que molestia). Comenzó a caminar lentamente por las calles del pueblo de Asgard, y la verdad tuvo que sonreír al notar que la gente se le quedaba mirando después de todo... claro, se notaba que era extranjero. Entro a una casa de cambio y obtuvo algo de dinero con el cual podría comprarse alguna cosilla, entro a un par de tiendas pero nada le gusto... pero nunca antes había entrado a tienda alguna para ver mercancía, debía de aceptar que estaba pasándosela muy bien; luego compró algo un bocadillo para aplacar un poco el hambre, un bocadillo típico del lugar, y tuvo que aceptar que estuvo delicioso. Pronto llegó a la Plaza de Armas del pueblo, y sin darse cuenta las primeras dos horas se le habían pasado volando; sentándose en una banca suspiró mientas alzaba la vista al cielo... ¿por que Athena le había dicho a Hilda de Polaris palabra alguna?... ¿que no podía simplemente pasear por allí como cualquier otra persona en lugar de seguir a un aburrido guía?.



- "Disculpe... ¿se siente bien?."- de pronto una dulce voz masculina lo sacó de sus pensamientos.



Shion volteó la cabeza hacia el origen de aquella voz, sus lentes bajaron un poco de su posición inicial y de pronto sus ojos se posaron en el rostro de un joven alrededor de los veinte, piel blanca como la nieve, cabellos dorados y unos ojos curiosamente rosáceos... por alguna razón le recordaron a los ojos de un conejo. Ese pensamiento arranco de sus labios una fugaz sonrisa.



Entonces el joven, el cual por cierto iba muy elegantemente ataviado, hizo una especie de mohín. Era obvio que el que se rieran de él no le hacía gracia.



- "Veo que se encuentra bien después de todo... con su permiso señor."- el joven se, quien había estado semi inclinado sobre Shion, se irguió y tomando un objeto que estaba hasta el otro costado de la banca que ocupaba Shion, comenzó a caminar.



- "Espere... lo siento. No quise ofenderlo."- Shion sonrió lo mejor que pudo tratando de disculparse ante aquel joven. Era la primera persona con la cual tenía contacto alguno en ese país, y la verdad algo de charla era una idea que le parecía agradable... aunque lo más probable fuese que mencionar el pensamiento que lo hizo sonreír no ganaría el primer premio en un concurso de temas de conversación... no lo mencionaría- "Es solo que... algo vino a mi mente. Gracias por su preocupación, fue usted muy amable."



El joven volteó y miró a Shion, y éste observó que el objeto que sostenía el otro entre sus manos era un arpa. Así que un músico... eso era interesante.



- "Le gusta la música clásica... supongo."- dijo Shion tratando de cortar aquel frío silencio, y al ver el rostro de interrogación del otro aclaró- "No creo que un arpa sea un instrumento para música muy movida."- y sonrió.



El otro joven también sonrió ante aquel comentario, y se le notó relajarse al poco tiempo.



- "Si, me gusta la música clásica... es mi favorita. Mi nombre es Mime."- agregó entonces de improviso el rubio y miró interrogante a su interlocutor- "Es usted extranjero, ¿cierto?."



Shion asintió suavemente.



- "Puedes llamarme Shion, un placer Mime. Y gracias."



- "¿Gracias?..."- Mime preguntó extrañado.



- "Por alegrarme el día, creo que hasta me estaba deprimiendo... por nada en realidad."



Mime sonrió ante esas palabras. Aquel hombre parecía en verdad muy amable y simpático.



- "¿Acabas de llegar?... porque aunque no me haya respondido la pregunta, se le nota que no es de aquí."



Shion se sonrojó levemente... ¡que descortesía!.



- "Si, es cierto... no soy de aquí. Y nuevamente si, acabo de llegar; y no tengo la más mínima idea de adonde voy... bueno, sé a donde debo ir luego, pero no ahora."



- "¿Luego?."



- "Si... es algo así como una cita de negocios... podríamos decirlo así. Pero no es hasta más tarde, creo que me quedare sentado aquí hasta entonces."



Mime observó a Shion, y a pesar de parecer muy a gusto sentado en aquella banca, pues si se quedaba allí con el frío del lugar le iba a dar una hipotermia. Lo más recomendable era moverlo un poco.



- "Pues si desea puedo llevarlo a conocer un par de lugares, claro que no estoy seguro de que mi oferta supere a la comodidad de su asiento."- aún cuando era un completo extraño, curiosamente, ese 'Shion' le había caído más que bien a Mime... y algo de compañía llenaría el día por completo sin compromisos que tenía... puesto que al igual que los otros guerreros divinos (incluso Sigfried y la princesa Fleur), se había escapado de Hilda, quien buscaba quien acompañase al Patriarca del Santuario de Athena, el cual llegaba esa tarde... ¡Y lo último que deseaba era pasarse la tarde mostrando los alrededores a un viejo pomposo!, pues tenía entendido que aquel sujeto tenía ya la edad bien entrada. Había inventado que tenía ya una visita ese día, así que incluso trabajo de guía tenía. Bueno, ahora había pasado a no ser tan del todo falso.



Por su lado Shion observó a Mime y sonrió una vez más, mientras de un salto se ponía de pie y con aquel viejo maletín una vez más colgando de su espalda; hizo una graciosa reverencia ante su improvisado guía.



- "Será todo un honor para mí el que usted me enseñe el pueblo."- dijo con una caballerosidad algo olvidada por el tiempo, el buen Shion. Y Mime no pudo evitar sentirse un tanto abochornado.



Y de pronto el resto de la tarde se transformó en un andar ligero, un reconocimiento de los alrededores y mil y un preguntas curiosas de cada quien para con el otro... preguntas acerca de trivialidades y otras cosas; incluyendo un constante mirar de Shion hacia el arpa de Mime, preguntándose sin atreverse a preguntar en realidad, si tocando el arpa, Mime era tan bueno como él pensaba. Y antes de que siquiera pudiese sentirlo, y mucho menos desearlo... la alarma de su reloj sonó diciéndole al antiguo caballero de Aries que era hora de asistir a la tan indeseada cita, y se despidiese sin desearlo de su nuevo amigo.



- "Bueno Shion, fue un placer haberlo conocido."- dijo Mime con un dejo de tristeza, se lo había pasado muy bien en realidad con aquel caballero tan educado y amable.



- "Si... yo también."- Shion se despidió con un apretón de manos sin desear en realidad ponerse en camino hacia su ineludible cita.



Y antes de que siquiera pudiese terminar de lamentarse, Shion dejó a Mime atrás, mientras un suspiro interminable se formaba en su interior... *¡Oh, mi Diosa!... a veces sus decisiones eran tan injustas para con los planes de sus caballeros.* pensó inconforme el Patriarca.



En tanto Mime se encontró mirando a la nada con aire afligido; se la había pasado más que genial y ahora sentía como si una sombra cubriese su corazón. Estar solo era lo último que deseaba, lo cual era todo un cambio en sus deseos en realidad, pero... es que... de pronto se sentía vacío. Bueno, tal vez pasar la tarde con un viejito pomposo no fuese malo del todo al final. Mime de Benetash volvió lentamente hacia el palacio real.



**********



Cuando Shion llegó por fin al palacio, se sorprendió al ver que la misma Hilda de Polaris salió a su encuentro; y con gran majestuosidad, y a pesar de lo sport de su vestimenta, se inclinó ante ella de la manera más elegante dando a conocer así sus respetos hacia ella.



- "¿Gran Patriarca, Shion de Aries?."- preguntó sorprendida Hilda al saber la identidad de aquel joven, puesto que al igual que el resto, ella esperaba a alguien un tanto mayor. Más sus modales le impidieron decir nada.



- "Es un honor para mi el estar en su presencia, mi señora."- Shion dijo por contestación, e Hilda sonrió un tanto nerviosa.



- "El honor es mío... pero pase por aquí por favor. Ordenaré cuanto antes que le preparen una cena."- la representante de Odín en la Tierra dijo de manera elegante.



Shion sonrió ligeramente con algo de pena.



- "Es usted infinitamente amable mi señora, sin embargo... temo que debo declinar su ofrecimiento. La verdad es que ya tome mis alimentos."- Shion trató de ser lo menos maleducado diciendo solo lo necesario, pero la verdad era que se había dado casi un festín junto a Mime en un puesto de comida del mercado. Habían comido por poco dinero como verdaderos reyes, y estaba repleto.



- "Oh!... en ese caso, espero me disculpe... sin embargo..."- Hilda estaba algo nerviosa. Había tratado de conseguirle un guía digno a Shion desde que su presencia le fue comunicada por Saori, sin embargo no lo había logrado; y el poco tiempo que creyó poder ganar mientras daba algo de cenar a Shion se había esfumado. Ahora iba a quedar mal con el Santuario de Athena.



Sin embargo en ese momento pareció suceder un milagro, puesto que su salvador había llegado. ¡Y no lo iba a dejar escapar!.



Mime entró al salón principal despacio, pensando en mil excusas por las cuales explicar su presencia a pesar de lo dicho antes; y nervioso pues no llevaba armadura, aún a sabiendas de que el tan mentado patriarca se encontraba ya en presencia de Hilda.



- "Mi señora Hilda..."- comenzó a decir Mime luego de cruzar con la mirada baja el salón principal, y comenzando a tratar de explicarse; cuando lo que vio al alzar la vista le corto el habla, y solo una palabra salió de sus labios- "¡¿Tú?!."



- "¿Tú?."- Shion también se sorprendió al verlo en aquel lugar.



- "¡Mime!... ten más respeto para con el patriarca del Santuario de Athena."- Hilda dijo acalorada, mientras su mente trataba de procesar el hecho de que su caballero la hubiese avergonzado de esa manera- "Mime, tú serás el guía del Patriarca mientras dure su estadía aquí, así que trátalo con respeto porque además le darás alojamiento. Disculpe a mi guerrero divino por favor."- Hilda se disculpo casi sin aire en el pecho.



Mime no pareció escuchar en realidad las palabras de Hilda, aún estaba shockeado por la reciente revelación.



- "¿Te sientes bien Mime?."- preguntó por fin Shion acercándose al divino guerrero, haciendo que de cierta manera éste saliese de su ensoñación... aunque no del todo.



- "¿Qué no se supone que eres más viejo?."- preguntó Mime aún mirando fijamente a Shion.



- "¡¡¡MIME!!!."- Hilda estaba que se quería morir.



Más la risa cristalina de Shion inundó el ambiente, desbaratando en un dos por tres toda aquella tensión.



- "En realidad no te equivocas... yo ya superé los 250 años."- dijo Shion divertido, dejando en el proceso a Hilda y Mime con las bocas abiertas. Sin embargo Shion no hizo mucho caso de aquello, simplemente se hizo de nuevo de su viejo maletín a la espalda, y preguntó- "¿Y entonces... donde me toca alojarme?."- la sonrisa en el rostro de Shion era por demás brillante, la perspectiva de esta etapa de su viaje había mejorado muchisimo.



Durante el camino a la mansión de Mime en lo alto de las montañas, la mayoría de la conversación se dio de parte de Shion, pero la verdad era que Mime casi no había escuchado nada. Simplemente lo miraba una y otra vez tratando de entender lo que había descubierto poco antes sobre aquel hombre con el cual había pasado casi toda la tarde de manera tan alegre. Y fue así hasta que llegaron a su destino.



Shion miró el lugar con respeto y dijo con gran educación.



- "Es en verdad una vivienda muy hermosa Mime... te agradezco mucho que me permitas quedarme, aunque creo que mas que nada fue una imposición. Si te molesta que me quede, yo..."



- "¡No!... claro que no."- aquellas palabras parecieron sacar a Mime por fin de sus pensamientos- "Por favor, es un placer que te quedes conmigo. Pero debes de estar cansado, mira que te lleve por todos lados y vienes de un viaje tan largo... si lo hubiese sabido."



- "Ni lo menciones."- Shion lo cortó con una sonrisa mientras entraban ambos al recibidor- "La verdad me divertí muchísimo, y aunque sea egoísta de mi parte, me alegro de que seas tú mi guía... creo que hasta estoy agradeciendo la intervención no deseada de mi diosa."



Mime abrió los ojos al escuchar aquello.



- "¿Quieres decir que tu no querías todo esto... es decir, el recibimiento de la señora Hilda y todo eso."- se rectificó rápidamente Mime, sin saber por que.



- "La verdad no, pero ahora me siento muy a gusto. Claro que si eres tú el que no quiere..."- Shion comenzó una vez más.



- "¡Por mi también esta bien!."- Mime replicó de inmediato, sintiendo sin saber por que su corazón latir a mil por hora... esa sonrisa de Shion lo perturbaba mucho; y estaba siendo mostrada una vez más- "Vamos, te muestro tu habitación."- Mime decidió comenzar su guia para con Shion, hacia la ducha, y al pensar aquello la sangre de sus venas se fue directo a su cara... ¡A SU CUARTO!... lo estaba guiando a su cuarto- "Por favor, ponte cómodo."- Mime sonrió nervioso y cerró la puerta detrás suyo, dejando a Shion del otro lado- *¡¿Que demonios me está pasando?!... Acabo de conocerlo, por el amor de Odín...*- Mime pensó furioso, y decidió que él también necesitaba una ducha... una bien fría.



**********



Cuando Shion salió de su habitación, ya bañado y ahora con unos jeans azules algo holgados, una sudadera celeste que le hacía juego y unos cómodos tennis (ropa que había ido a comprar con los jóvenes santos de bronce, al igual que toda la ropa que llevaba en ese viaje); sintió de pronto a lo lejos una suave melodía con un toque de melancolía... por lo que supuso, venía de la planta baja. Siguió aquella melodía y finalmente llegó a la sala que Mime le señaló fugazmente al entrar a aquella casa, y el mencionado se encontraba allí, recostado frente al fuego del hogar en uno de los sillones, tocando mientras sostenía una mirada ausente en las llamas. Una cálida sensación se apoderó del corazón de Shion, quien hacía mucho, por no decir nunca, había escuchado melodía tan hermosa como aquella; y cuando ya varios minutos después la melodía finalizó, Shion aplaudió de manera calurosa, asustando así a Mime, quien no se había percatado de la presencia de su invitado en el salón.



- "Lo siento, no quise asustarte así Mime. Pero por lo menos ya mi pregunta fue respondida."- dijo de manera enigmática Shion, sonriendo tras ello y dejando a Mime entre confundido y avergonzado- "¿Y como se llama esa melodía?, no creo haberla oído antes."



- "N... no tiene nombre... no es nada... solo... salió... pasa a veces."- Mime dijo nervioso, puesto que se dio cuenta que si esa melodía iba a recibir un nombre, ese sería sin duda "Shion", pues era en su invitado en quien pensaba mientras tocaba.



- "¡Un gran músico y un gran compositor!."- Shion dijo entre sorprendido y admirado- "Tienes muchos talentos sin duda"- y una vez aquella sonrisa iluminó el ambiente.



- "Si... claro."- Mime también sonrió y se fijó en la apariencia desenfadada de Shion, quien ahora llevaba el cabello suelto y húmedo. Trató de que su mente cambiase de rumbo- "¿Y quieres salir hoy a empezar el recorrido o esperamos a mañana?, porque creo que estas cansado... bueno, eso supongo."



- "En verdad si, un poco; pero podríamos ir viendo donde ir mañana... si tienes tiempo me gustaría que me contaras algo de por aquí, a donde ir... tu sabes."



- "Si, claro... claro. Siéntate entonces, ¿o prefieres ir a otro lado?."



- "Aquí esta bien"- Shion tomó asiento justo al lado de Mime y tras un momento, en el cual Mime dejo su arpa a un lado, comenzaron a hablar del lugar... y terminaron hablando luego, y por varias horas, de sus propias vidas sin saber muy bien como.



- "Entonces... ¿te mantuviste joven todos estos años por el poder de la anterior reencarnación de Athena?."



- "Así es, para trazar el triunfo de Athena en la siguientes batallas que se librasen; y como ves el objetivo se logro al final."



- "Si... ya veo. Pero ahora..."



- "Ahora envejeceré como debí de haberlo hecho hace ya mas de dos siglos... digamos que retomé mi vida, al igual que Dohko."



- "¿Dohko?."- aquel nombre fue dicho por Shion con gran cariño, y algo dolió en el interior de Mime.



- "Si, el antiguo caballero de Libra... bueno, aun lo és. Ambos fuimos los únicos sobrevivientes de aquella gran guerra que te he contado; al igual que yo, él también se preservo por el poder de la anterior Athena. Ahora anda por su lado, es que ambos decidimos recorrer y conocer el mundo en el que vivimos ahora."



- "Y por eso estás aqui entonces."- concluyó Mime.



- "Si, así es."- una nueva sonrisa de Shion y Mime tembló como hoja "Mmmm... espero que no te molestes, pero creo que ire a descansar. ¿Me excusas?."- Shion se paró de manera educada, se inclinó y se retiró tras darle las buenas noche a Mime y viceversa.



- "¿Que me esta pasando...?."- volvió a preguntarse una vez más Mime ante las sensaciones que lo invadían.



**********



Los días pasaron tranquilos a partir de ese día; los otros divinos volvieron al palacio y a sus actividades al saber que Mime fue el elegido, aunque no pudieron dejar de sorprenderse ante el aspecto juvenil del tan mencionado Patriarca.



Al principio, durante los primeros días, Mime llevó a Shion a conocer todos y cada uno de los lugares de los que hablaban cada noche anterior; pero tras la primera semana de estadía en casa de Mime, Shion decidió que se la pasaba más a gusto conversando con Mime en la casa de éste que saliendo. Un dato gracioso fue que Phenrril fue exclusivamente a casa de Mime para olfatear a consciencia a Shion junto a su fiel Jinx, pues no iba a confiar en éste hasta que no pasase su inspección. Mime casi muere de verguenza ante el comportamiento de su compañero de armas, pero claro Shion tuvo suerte... justo ese día se decidió a hacer panquecas porque se le habían estado antojando desde que llegase, y el joven caballero de Andrómeda le había enseñado como hacerlas... ¡Era tan fácil que no podía pasar la oportunidad de hacerlas!, y cuando salió de la cocina con la ropa y el mandil llenos de harina a preguntarle a Mime si quería algunas (porque hizo de más), obtuvo la aprobación inmediata de Phenrril luego de que éste se tragase la mitad de las panquecas antes de un triz y Shion le prometiese hacerle panquecas a él y a su lobo acompañante, cada que quisieran. Además de que por supuesto Phenrril tuvo mucha suerte de no ser regañado por Mime, quien de pronto se quedó mudo viendo a ese Shion en mandil y enharinado hasta los cabellos, mientras sentía que su alma y su corazón dejaban la tierra.



Fue entonces que Mime lo entendió; aquellas sensaciones y aquel sentimiento por fin cobraron un nombre... algo que no había estado presente en su vida desde había ya mucho tiempo... simplemente, se había enamorado de Shion. Oh, Odín!!!!... ¿que acaso no podía tratar de complicarle el destino más la vida?... Venir a enamorarse del Patriarca del Santuario de Athena... por todos los dioses del Valhala; solo a él le ocurrían estas cosas.



A partir de ese momento la serenidad abandono a Mime, el cual no sabía si huir cada vez que Shion se cruzaba en su camino o seguirlo desesperadamente cada vez que éste se apartaba de su vista.



**********



Un suave beso depositado en sus labios, unos ojos violáceos mirándolo con deseo. Manos firmes recorriendo su piel desnuda, y él emitiendo entre gemidos mil y un súplicas por que aquello no terminase nunca. Shion enredó sus dedos entre los cabellos de oro de Mime tirando de estos suavemente, mientras besaba de manera salvaje el cuello del arpista, acariciando de manera insistente el vientre del rubio con la otra mano. Los labios bajaron apasionados por el cuerpo de Mime, la lengua acariciando y dejando cada zona recorrida con una sensación de deseo aún mayor.



- "Serás mío pequeño arpista."- la voz profunda de Shion llenó el lugar- "Te deseo tanto, no sabes cuanto."



Mime miró con aquella mirada rosada los ojos de aquel que abandonó su labor por apenas unos instantes para declarar aquello, justo antes de tomar el miembro palpitante del rubio y devorarlo con aquella boca ávida de placer.



Mime gritó ante aquello, nunca había sentido algo como aquello. Se movió deseando más y más, una ola de sensaciones recorrió su espina, algo le dijo que no soportaría demasiado aquello... un poco más... solo un poco más...



Y Mime despertó de aquel sueño. Miró agitado la ventana, ya era de día... y ese era el quinto sueño húmedo de su vida, y el cuarto que había tenido con Shion. Ya iban cuatro noches seguidas, no sabía ya ni como hacer para que Shion no notase su nerviosismo o alguna otra cosa cada que se veían. Se liberó del arropó de su cobertor y observó una vez más su miembro sobresaliendo en un bulto agrandado a través del pantalón del pijama y se sonrojó.



- "Otra vez..."- dijo casi en un bufido. En verdad le dolía todo aquel deseo sexual contenido.



Sintiendo su rostro cada vez más enrojecido se levantó y se dirigió al baño, metió una mano dentro de su pantalón y se empezó a masturbar, mientras que con la otra mano acariciaba su propio pecho. Comenzó a imaginar una vez más que era Shion quien lo acariciaba y mordió una toalla para evitar que sus gemidos fuesen oídos por alguien más, y cuando no lo resistió más una mancha húmeda apareció en el pantalón de su pijama. Un pijama más que iba a tener que lavar esa semana... sería más fácil quitarse el pantalón pero sentía vergüenza de tan solo hacer aquello... verse a si mismo masturbándose era algo que no estaba seguro de poder soportar.



Más tarde bajó ya aseado y cambiado, y una vez más Shion ya lo esperaba con el desayuno listo.



- "¡Buen día Mime!."- saludó jovial el otro, Mime devolvió el saludo en un susurro, más para el desayuno Mime recobró su animosidad de siempre... aunque Shion de todas maneras había notado un cierto cambio de actitud en Mime últimamente.



Shion comenzó a pasar mucho tiempo tratando de entender el porque del comportamiento de Mime, y de pronto algo le vino a la mente. Durante las últimas tres semanas que se había quedado allí el guerrero divino prácticamente y se había dedicado a ser un buen anfitrión, pero... de pronto Shion se dio cuenta de que había acaparado cada momento del tiempo libre de éste. No había ido a visitar a amigo alguno, ni amiga tampoco... tal vez... tal vez había alguien especial en la vida de Mime, tal vez por su culpa había dejado de ver a alguna dama de la cual estuviese enamorado. Un sentimiento de congoja se apoderó del corazón de Shion; sin embargo ya era hora de irse después de todo, se había quedado más tiempo del estimado.



Y así se lo comunicó a Mime...



- "¿Irse?."- la noticia le había caído a Mime como un balde de agua fría en un primer momento, se había sentido horrible, sin embargo lo oculto muy bien- "Claro... supongo que hay muchos otros lugares a los que tiene que ir... sin embargo..."



- "Sin embargo..."



- "Me hubiese gustado que conociera mi país en primavera... es hermoso en verdad en... primavera... aunque claro, faltan dos meses."- dijo Mime apenas en un susurro.



Shion escuchó aquello y sonrió como siempre una última vez. Ya esa mañana había ido a despedirse del resto de los guerreros divinos y presentar sus respetos a Hilda una última vez. Preparó sus pertenencias rápidamente y se preparó a ir a su siguiente destino... el palacio submarino de Poseidón (el cual había sido restaurado según tenía entendido, y los generales marinas estaban de vuelta). Solo tuvo que dirigirse al punto donde según supo Sorrento de Siren había aparecido la primera vez, y se encontraba el remolino que abría el camino a este lugar; miró una vez más hacia donde se suponía estaba la casa de Mime, éste no lo había acompañado... finalmente, se fue.



La visita al Templo Marino de Poseidon fue muy interesante, y por supuesto Sorrento de Siren, como mano derecha de Poseidon, fue su guía. Luego de eso visitó otros lugares del mundo, las principales ciudades turísticas, las maravillas del mundo; fue a los teatros, óperas y espectáculos más famosos del mundo... y sin embargo durante todo ese tiempo sintió que algo le faltaba. Finalmente, durante uno de los tantos conciertos a los que asistió, se dio cuenta de que era ese algo que le faltaba.



**********



Comienza a sonar en el fondo la letra de "Por Que Te Vas" (de La Oreja de Van Gogh)



Hoy en mi ventana brilla el sol y el corazon


se pone triste contemplando la ciudad


porque te vas



como cada noche desperte pensando en ti


y en mi reloj todas las horas vi pasar


porque te vas



CORO: todas las promesas de mi amor se iran contigo


me olvidaras, me olvidaras


y como cada noche llorare igual que un niño


porque te vas, porque te vas



bajo la penumbra sin farol se dormiran


todas las cosas que quedaron por decir


se dormiran



junto a las manillas del reloj esperaran


todas las horas que quedaron por vivir


esperaran



CORO


porque te vas (x3)



CORO


porque te vas (x3)



Desde que Shion se fuera de Asgard, Mime cayó progresivamente en una especie de depresión que llegó finalmente a convertirlo en un pequeño rubio gruñón y desgreñado, que había dejado de asistir al palacio de Hilda, que alejaba a todo el mundo y que comía un litro de helado al día ataviado en un eterno pijama. Había tenido mil y un sueño eróticos y todos eran con Shion, había tenido mil y un sueños románticos... y todos habían sido con Shion.



El único que tenía contacto con él además del distribuidor de comida, era Phenrril, el cual había ido a visitarlo un día y no se había movido... y se ganó gracias a ello una dotación enorme de panquecas (a las cuales Mime se había vuelto adicto a hacer, no a comer), a cambio que no le contase a nadie de como le había visto.



La primavera había llegado y todo parecía cobrar vida allá afuera... a Mime eso le enfermaba. Finalmente un día la puerta fue tocada... eso era raro, el repartidor acababa de dejarle sus cosas esa mañana, así que no podía ser él... tal vez Phenrril... pero no tenía ganas de verle ese día. Mime se dirigió desganado a abrir la puerta, sosteniendo su pote de helado y la cuchara con la boca.



- "Phenrril, ahora no..."- pero las palabras murieron en su boca.



Shion miró de arriba a abajo a Mime, pareciera que había pasado una muy mala noche, esperaba no llegar en mal momento... no sabía que decir.



- "Vine a ver si tu propuesta seguía en pie."



- "¿Mi propuesta?."



- "Ver Asgard en primavera..."- Shion contestó suavemente como tanteando el terreno.



- "Uh... eso... claro.."- Mime dijo algo desubicado, abrió más la puerta y volteando mientras maldecía su horrible aspecto dijo solamente- "Adelante."- tratando de no mirar demasiado a Shion, tratando de verificar que aquello no era un sueño.



Shion pasó hacia dentro y cerró la puerta tras de si... lo primero, hacer un almuerzo con panquecas n__n



Fin del primer capítulo



Terminado el 31/12/2003


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