Ya era tarde, el sol había dejado de molestar a Aomine, que había decidido aquella tarde entrenar en el jardín del instituto Teiko; Aomine pensó que ya quedaba poco para ir a entrenar otra vez junto a él, junto a Kuroko.
Necesitaba matar el tiempo hasta la noche, que era cuando ellos dos entrenaban juntos sin que nadie lo supiese, Aomine y Kuroko se habían propuesto entrenar juntos hasta que los dos pudiesen llegar a jugar juntos en un partido oficial.
Aomine decidió ir a la hamburguesería a reponer fuerzas, una vez allí compró 20 hamburguesas, como era de costumbre y volvió al gimnasio cuando acabó de cenar, ya era de noche.
Una tenue luz se filtraba por la ventana del gimnasio donde ellos dos entrenaban, a lo lejos se podía oír el bote de un balón de baloncesto...
-Tiene que ser él. -pensó Aomine; y salió corriendo hacia el gimnasio sonriendo.
Llegó a la puerta del gimnasio y le empezaron a temblar las manos...
- Esta noche tengo que decírselo. -susurró Aomine para sí.
Aomine abrió la puerta como pudo y allí estaba él, se le veía agotado y cansado, aunque seguramente no llevaría mucho tiempo ahí, pero siempre se agotaba en seguida...
La pelota dejó de botar y la mirada de Kuroko se enfocó en Aomine.
- Buenas noches, Aomine-kun, ¿seguimos con el entrenamiento de ayer?
- Verás, Kuroko, hay algo que debo decirte...
- ¿Sí, Aomine-kun?
- Todas estas noches hemos estado entrenando juntos, y realmente lo he pasado bien, pero no creo que puedas subir a primera categoría, sé que amas el baloncesto, pero Akashi ya ha elegido a otra persona, realmente he intentado que te admitan, pero no he podido, lo siento...
- No pasa nada, Aomine-kun, es algo que yo ya sabía. Sabía que por mucho que entrenase no iba a poder subir a primera categoría con todos vosotros, y sobre todo, contigo. Por mucho que entrene, no consigo mejorar en nada...
- ¿Y entonces, por qué entrenas, Kuroko?
- Me gusta pasar el tiempo contigo, Aomine-kun.
- A mí también me gusta entrenar contigo, Kuroko.
- Creo que no me entendiste, no es de esa forma en la que tú crees... Es de una manera romántica...
Aomine no entendía nada de aquello, ¿qué estaba diciendo Kuroko? ¿Tal vez después de esta noticia Kuroko solo tenía ganas de bromear? ¿O podía ser verdad...?
- Kuroko... ¿qué estás diciendo?
- Aomine-kun, ya que ahora se ha confirmado que no subiré nunca a primera categoría, quería decirte esto, sé que somos dos hombres, y que tú no sientes lo mismo, así que lo he dicho simplemente para llevarme dos decepciones a la vez, y así quizás no me afecten tanto...
- Kuroko, sé que tú nunca mentirías, así que te lo voy a confesar yo también: Realmente no necesito entrenamiento, y tú tampoco, puesto que no mejoras... Solo he estado entrenando contigo porque... bueno... al principio me gustaba verte sonreír, pero al cabo de las semanas se tornó en algo obsesivo, y creo que me he enamorado de ti.
En ese momento Kuroko se sonrojó tanto que Aomine creyó que le pasaba algo serio, Kuroko se desplomó y Aomine salió corriendo hacia él.
Kuroko estaba en el suelo, a Aomine le pareció ver una lágrima que le caía mientras Kuroko sonreía y le decía:
-Realmente no esperaba esto, Aomine-Kun, nunca he tenido suerte con el amor, pero esta vez iba a ser mucho más difícil y lo he conseguido, no sé cómo, pero lo he conseguido.
Aomine le llamó "estúpido" mientras sonreía y besó a Kuroko.
Después de esto, Aomine cogió a Kuroko en brazos y le llevó hacia los vestuarios, y antes de llegar a ellos, Aomine había conseguido quitarse su ropa y la de Kuroko.
Aquella noche fue la más larga y la más rememorable para Kuroko.
En el gimnasio, desde los vestuarios, se pudo oír cómo Aomine le decía a Kuroko que después de aquello, podía estar seguro que lograría convencer a Akashi para que los dos cumplieran su sueño y llegasen a jugar juntos en un partido oficial.